En esta ocasión vamos a caminar por la vertiente oeste de la Sierra de San Cristóbal y perteneciente al término municipal de El Puerto de Santa María, allí se ubican las antiguas canteras que tanta fama dieron al lugar, de sus entrañas salieron las piedras con que se construyeron, entre otras, las catedrales de Cádiz y Sevilla, incluso hay quién afirma que el recientemente descubierto y aún no excavado puerto fenicio ubicado en las cercanías y que fue el puerto más grande del Mediterráneo, tambíen fue construido con piedras extraídas de este lugar.
Tantos siglos de explotación han alterado fuertemente el lugar pero esta extracción de piedra tanto en superficie como subterránea han dejado un paisaje singular y de un altítisimo interés etnológico, un patrimonio excepcional que también muere víctima del abandono sin que nadie haya sabido ver el potencial turístico que puede tener este lugar en el que destacan más de cuarenta galerías, más bien túneles que fueron horadados en busca de las mejores vetas de piedra y que hoy por hoy, podrían suponer uno de los mayores complejos de interés turístico que existen en España.
ADVERTENCIA: Este lugar está totalmente desprotegido y existe un
peligro inherente de caídas desde alturas considerables en algunos
lugares, no existen ni vallas ni pasamanos protectores por lo que, al
menos en uno de los lugares dónde estuvimos, hay que extremar la
precaución y no acercarse demasiado, evitando el riesgo de algún
resbalón y caída desde bastante altura. Si tenéis niños, yo NO los
llevaría, el lugar es muy engañoso y dónde simplemente parece un terreno
de monte bajo, existen huecos de gran profundidad. Estamos en una
cantera, dónde además de la extracción a cielo abierto, se efectuaron
extracciones subterráneas con toda la infraestructura que eso conlleva,
parte de la cual, aún se conserva.
Por otra parte, en algunas de las cuevas se han producido desprendimientos de los techos, por lo que bajo ningún concepto deberíamos entrar en ellas, el peligro es patente. Desde fuera se pueden conseguir interesantes fotografías sin necesidad de correr riesgos innecesarios.
Antes de decidirte a realizar este recorrido te aconsejo leas los comentarios al final de la entrada.
Distancia recorrida: 8,74 kilómetros.
Tiemplo empleado: 3 horas.
Dificultad: Baja.
Dejamos el coche en: 36° 37.717'N - 6° 09.202'W
Dejamos el coche a las puertas de Centro de gestión y reciclaje de residuos inertes de derribo y construcción (ARESUR).
Bonito
nombre para definir un lugar que se está utilizando para relleno con
escombros de obras. Lugar que forma parte del gran
yacimiento arqueólogico localizado en los entornos de la Sierra de San
Cristóbal, pero bueno, esto es otra historia.
Los primeros metros podemos hacerlo por una vereda que discurre a la parte de derecha de la carretera que a pesar de lo solitario del lugar, está bastante transitada por vehículos.
La carretera se bifurca, por la derecha llegaríamos a la barriada de San Cristóbal, nosotros pillamos la de la izquierda, iremos dejando el caserío de la barriada a nuestra derecha.
Nos dirigimos al conocido como Cerro de Las Canteras y vamos buscando algún paso por el que acceder a la zona de túneles pero de momento está todo alambrado y como nos gusta respetar estas cosas pues continuamos caminando por fuera de las alambradas.
Y efectivamente, un poco más adelante la alambrada desaparece, estamos en zona abierta así que vía libre para entrar a la antigua cantera. En esta primera imagen podemos ver la altura del suelo original y el actual provocado por la extracción a cielo abierto que parecen datar de los siglos XIX y XX, dónde el uso de explosivos sería muy común e inviable con la explotación subterránea. Estas explotaciones supusieron una importante pérdida de suelo en el cerro.
Y llegamos a los túneles que viendo el color de la roca, se presumen como mucho más antiguos y anteriores a las extracciones a cielo abierto.
En algunos de ellos vemos rocas que se han ido desprendiendo de los techos y en otros, se intuye que fueron utilizados para rellenarlos con materiales sobrantes de la extraccción a cielo abierto.
Estos túneles, probablemente constituyan unos de los conjuntos más
impresionantes de toda España, tan impresionantes como desconocidos, tal
es su magnitud e impresión que causan al espectador que incluso el Rey
Alfonso XIII, en una visita realizada al lugar en 1930, llegó a
exclamar: "Estas son las cuevas más grandes y maravillosas que he visto". Antes
de partir, dejó la encomienda de que esas cuevas, ya en desuso en
aquellos tiempos, se convirtieran en un parador nacional. La
clarividencia que tuvo este Rey hace casi cien años, no la han tenido
ninguno de los poderes políticos posteriores, que no han sabido poner en
valor un lugar que podría convertirse en una atracción
turístico/cultural de primer orden a nivel español.
Aunque se poseen indicios de que el inicio de la explotación cantera dió
comienzo durante la Edad de Cobre, el gran impulso en la extracción se
remonta al siglo VIII a.C. y la construcción del poblado fenicio del
diseminado de Doña Blanca (visitado en octubre de 2017).
La importancia de la explotación terminó decayendo, y resurgiendo nuevamente entre los siglos XVI-XVIII. Según Juan Clemente Rodríguez Estevez, doctor
en Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, unos 15.000 barcos
cargados de esta piedra, salieron de la Bahía de Cádiz y remontaron el
Guadalete para llegar a la capital hispalense por el Guadalquivir, los
bloques se transportaban en carretas de mulas hasta el embarcadero de El
Portal y desde allí y embarcados en navíos llegaban a Sevilla.
Ya en Sevilla desembarcaban las piedras en el muelle junto a la Torre
del Oro, ayudándose de grúas y poleas y transportados a los lugares de
uso, siendo uno de esos lugares, dónde se erigió el ayuntamiento
plateresco/renacentista. También fueron utilizadas en la construcción de
edificios
tan relevantes como las Catedrales de Sevilla, Cádiz y Jerez.
Este lugar estaba tan protegido que incluso fue usado por la Armada Española para guardar explosivos y este recinto fue acondicionado como polvorín de Armas Submarinas y en
él, se custodiaron todas las minas, torpedos y cargas de profundidad que
quedaron intactas, después de la desgraciada explosión del Almacén n.º 1 de la Base de Defensas Submarinas de la Armada en Cádiz, el 18 de agosto de 1947. Murieron 150 personas y hubo más de 5000 heridos.
Todas las galerías disponen de numerosos tragaluces y respiraderos que
posiblemente también servirían como posibles rutas de escape ante
cualquier hundimiento, en tiempos recientes la mayoría de estos huecos,
salvo los horadadados en el techo (vana aclaración), fueron rellenados con escombros y restos de cantería, al objeto de sellar
posibles entradas, no obstante, esa labor no fue perfectamente
ejecutada, cosa que agradecemos enormemente.
Aquí vemos otro de los túneles cegados intencionadamente aunque desconozco si el material de relleno procede de los desechos de la explotación a cielo abierto o se corresponden a la época en que la Armada abandonó el lugar y se cerraron por cuestiones de seguridad.
Del periodo como recinto militar se conservan numerosas edificaciones donde se guardarían más explosivos. Todas estas edificaciones siguen el mismo patrón, fueron ubicadas en las cárcavas provocadas por las extracciones a cielo abierto, por lo que estaban rodeadas de fuertes muros naturales de piedra que en caso de una explosición accidental, servirían como primer muro de contención a la deflagración.
Y un nuevo corte vertical nos permite ver las decenas de metros a las que se situaban el suelo original. Millones y millones de metros cúbicos de piedra extraídas, algunas de las cuales formaron parte de los edificios más importantes del Renacimiento español.
Impresiona la calidad de las tallas realizadas y el cuidado que tuvieron para sacar piedra evitando desprendimientos inesperados.
De la importancia y valor estratégico que tuvo la Sierra de San
Cristóbal en la antigüedad nos habla el hallazgo de restos de un poblado
turdetano del siglo III a.C. y de una necrópolis, en el conocido como
Poblado de Las Cumbres, relativamente cercano al poblado fenicio de Doña
Blanca.
Algunas de las entradas son de muy fácil acceso aunque nosotros
nos conformanos con ver algunas de las entradas posibles desde fuera.
Son miles de metros de galerías, y muchísimos respiraderos y accesos
secundarios los qur iremos viendo en nuestro recorrido, sobre todo teniendo la certeza de que no seguimos una ruta preestablecida y estudiada para unir los diferentes túneles, caminamos al azar procurando obtener un track la más limpio posible.
Aquí vemos otra entrada cortada con pericia de maestro y que también fue cegada intencionadamente. En su dintel vemos un curioso grabado.
Sin lugar a dudas, los que trabajaron en esta cantera sabían lo que se
hacían, existen imnumerables columnas y contrafuertes que refuerzan las
oquedades. Y la efectividad del trabajo queda patente al comprobar que
hoy día, todo sigue en pie y ni siquiera pudimos observar grietas que
pudieran hacer dudar de la seguridad de los túneles.
Por diferentes lugares también contramos escaleras talladas en la roca viva.
Consciente de que bidimensionalidad de las fotos se carga cualquier
perspectiva y nos engañan en relación al tamaño, le pido a mi compañera
de caminos que se baje al nivel dónde llegó la extracción en esta zona,
y aquí queda patente la majestuosidad de algunas secciones.
Y nuevas tallas, aquí podemos ver una cruz latina al lado de una pequeña hornacina.
Y en otra bocamina lo que en principio relaciono con otra Cruz de Caravaca pero que luego, viéndolo mejor me parece un esquema de la distribución de los túneles a los que se accede desde esta entrada.
En un tiempo donde lo mismo no existÍan planos de los túneles, disponer de un esquema en la entrada del mismo supondría toda una garantía para que el personal que accedía a los mismos tuviesen una idea de como estaban distribuidos y poder salir fácilmente, incluso poder distribuir adecuadamente a los que allí picaban, con la ayuda de este croquis sería mucho más fácil que todos tuviesen claro donde tenía que trabajar.
Si tuviese los medios adecuados me pasaría aquí los años necesarios para poder investigar por tantos kilómetros de túneles, este majestuoso lugar bien lo merece.
En una de las paredes vemos unos cortes que nos enseñan el sistema de trabajo en la extracción de los sillares que en este caso se quedaron a medias.
Vamos en busca de la Cañada del Hato que sabemos discurre paralela a la carretera A-2002 y una antigua valla metálica, recuerdo de la época militar nos corta el paso, afortunadamente está rota por diferentes lugares.
También pasamos por las ruinas de lo que tuvo que ser el acuartelamiento que custodiaban los polvorines.
Caminamos por una amplia pista que nos tiene que llevar a un pequeño puente que nos permitirá cruzar al otro lado del Canal de Agua, canal que aunque no vemos sabemos que está a nuestra derecha y que también discurre paralelo a la carretera.
Llegamos al puente. Ya sólo nos falta incorporarnos a la Cañada del Hato.
Solventamos el único inconveniente de la ruta y listo.
Dejando la alambrada a nuestra izquierda ya solo nos queda llegar directamente a nuestro punto de partida.
Pasamos por la portada de lo que en su momento era paso obligado para llegar a los depósitos de agua de la Sierra de San Cristóbal dependientes de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, una instalación intermedia que recibe aguas del pantano de Los Hurones y a esta zona gaditana. Le saco una foto porque al fin y al cabo, esta portada y dos columnas que ahora vamos a ver son los responsables de este recorrido, pasaba por la carretera y me llamaron la atención y fueron la excusa para montar este recorrido.
Hemos cruzado hacia el lado de la instalación de reciclaje de áridos y accedido a la Cañada Real de la Vega o Esquivel, para ver dos solitarias columnas de las que no he encontrado información. Son dos bonitas columnas de mármol con pedestal de roca arenisca y que enmarcan la cañada.
En una de ellas podemos leer la palabra PLUS, y en la otra ULTRA.
Plus ultra (del latín, Más allá) es el lema oficial de España. Fue utilizado por primera vez en 1516 por Carlos I de España, que lo utilizó como su lema personal como expresión del dinamismo del nuevo Imperio español.
Según los estudios de Earl Rosenthal, el lema proviene de la influencia del médico y consejero personal de Carlos V, el humanista milanés Luigi Marliano (1464-1521). Este aconsejó al joven duque y futuro emperador en 1516, cuando alcanzó su mayoría de edad y fue proclamado gran maestro de la Orden del Toisón de Oro, poner bajo su oficina el lema latino Plus ultra.
Este lema se utilizó para animar a los navegantes a desafiar y olvidar la antigua advertencia de la mitología griega, según la cual Hércules había puesto dos pilares en el Estrecho de Gibraltar, y se creía que eran el límite del mundo, la última frontera que los navegantes del Mediterráneo podían alcanzar. Era el Non terrae plus ultra (‘No existe tierra más allá’) en referencia también a Finisterre, pero este lema perdió su poder simbólico a raíz de que Cristóbal Colón llegara a las Indias Occidentales cruzando el océano Atlántico en 1492. En el actual escudo de España, el lema viene escrito alrededor de las dos Columnas de Hércules.
Finalizo la entrada con una foto de una estela más bien menhir que hace unos
años se descubrió en un espigón en
la costa del Puerto de Santa María y que presenta unos extraños esgrafiados.
Tras investigar el origen del sillar, resultó proceder de la cantera a
cielo abierto que aún hoy se mantiene en activo en San Cristóbal. Los
estudios determinaron que se trataba de un menhir datado a finales
del Neolítico, y con una antiguedad de unos 5000-6000 años. Hoy día este menhir se encuentra expuesto en el Museo Municipal del Puerto de Santa María.
El Cerro de San Cristóbal está catalogado como Patrimonio Inmueble de Andalucía con la denominación: Cantera de San Cristóbal. Código:
01110270043. Lo que me gustaría saber es que si esto sirve para algo,
esta maravilla no puede seguir en el olvido y mucho menos, abandonada y a
expensas de cualquier energúmeno que intente acabar con ella.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Hoy 11/3/23 hemos ido a visitarlo y nos han puesto una denuncia por ser zona militar y prohibido el paso.
ResponderEliminarPues sí que es raro, es la primera vez que leo algo parecido, algo debe haber cambiado ¿habéis saltado alguna valla o metido en algún lugar prohibido? De cualquier forma y hasta dónde yo sé, este lugar ya no es zona militar, fue cedido a la Junta de Andalucía hace años.
EliminarOjo. El paso está prohibido. Hay que tener cuidado con publicar fotos de estos lugares porque se han puesto denuncias...
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