Nuestro único interés era visitar la cueva del Higueral pero siendo un trayecto muy corto pues optamos por añadir a la ruta unos desplazamientos laterales ajustándonos al track de Oreades422 en Wikiloc, el primero nos llevará hasta el vértice geodésico de la sierra Valleja, y el segundo hasta el otro extremo de la sierra que finaliza lindando con el pantano de Guadalcacín desde donde tendremos unas vistas espectaculares tanto del pantano como del entorno adyacente y dependiendo de la visibilidad del día pues nos permitirá divisar desde las sierras de Grazalema, Líbar, Aljibe, la Sal o Dos Hermanas, entre otras.
El recorrido es lineal por lo que la vuelta de cada meta volante la haremos por el mismo lugar de ida.
Es un recorrido desprovisto de sombra así que no recomendable para días calurosos o se os caerán los palos del sombrajo. 😅😅😅
Distancia: 10,52 kilómetros.
El coche lo dejamos al final de un carril de tierra sin nombre, justo en el comienzo de la vereda que debemos tomar.
Tiemplo empleado: 5 horas.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°41.287'N - 5°46.644'W.
Los tres lugares a visitar tienen un punto en común y si queréis reproducir mis pasos tenéis que tener claro el movimiento del track. En primer lugar visitaremos la cueva del Higueral (1), regresaremos a este punto por el mismo camino y tomaremos en dirección al vértice geodésico (2), regresaremos nuevamente a este punto, atravesaremos por la entrada abierta en la alambrada y nos dirigiremos al mirador natural al pantano de Guadalcacín, regresando a este punto otra vez y para el coche. WP PUNTO COMÚN.
En primer lugares iremos a visitar la cueva. Este tramo es el único de toda la ruta que es un poco más confuso, los otros dos movimientos se realizan por pistas despejadas. Existen varias veredillas marcadas, pillando cualquiera de las que bajan nos llevará a las proximidades de la cueva que se encuentra a media altura de la ladera.
Desde allí mismo tendremos algunas vistas de parte del pantano y las sierras de la Sal y Dos Hermanas.
Un giro a la izquierda y llegaremos a una mole pedregosa parcialmente cubierta por vegetación, aunque no lo parece estamos en la entrada de esta magnífica cueva.
Tenemos que llegar justo a su boca para apreciar que es más grande de lo que en principio pudiese parecer. La cavidad se compone de dos cámaras que se comunican entre sí a través de un estrecho pasaje. La primera sala tiene unas dimensiones de 12 metros de profundidad, por 10 metros de ancho y otros 10 de alto.
Este pequeño paso que vemos es el acceso a la segunda sala, más grande aún que la primera y también parcialmente iluminada por luz natural.
A la cueva se le estima una antigüedad de cuatro millones de años y su formación pues no difiere del resto de cuevas en zonas de piedra caliza, el agua que discurría y discurre por capas permeables va disolviendo la piedra caliza aumentando los huecos, acción que se ve reforzada por los hundimientos y colapso de las capas más débiles.
Pero si por algo es interesante esta cueva es por en ella se han encontrado restos arqueológicos que confirman su continua ocupación desde el periódo Solutrense (hace unos 14.000
años) que coincide con el periodo final de los neandertales. La cultura solutrense europea se encuadra en el Paleolítico Superior Medio, situándose cronológicamente entre los 22.000 y 18.000 años a.C.
También parece estar confirmada la ocupación del espacio por parte de los
cromañones, època en que la cúpula de
esta primera sala estaba cerrada, estimándose que fue utilizada como lugar de taller y hogar.
Hoy día aún se conservan las chimeneas por donde discurría y discurre el agua que provocó la erosión necesaria para la formación de la cavidad.
Algunas de las aberturas del techo parecen haber sido taponadas de forma intencionada para evitar posibles accidentes.
En la sala principal también se encontraron enterramientos, hachas de aleta y puntas de flecha, una de las cuales estaba creada con el diente de un tiburón. En la foto podemos ver el escalón creado en las excavaciones efectuadas en la misma.
La sala interior es de forma rectangular con unas dimensiones de 10
metros de profundidad, 20 metros de ancho y unos 10 metros de alto.
Entre los más de cuatro mil restos encontrados también figuran huesos de caballos, ciervos y conejos.
Cuentan que en su momento también dispuso de pinturas rupestres ya perdidas por efectos de la erosión y las condiciones atmosféricas, a pesar de saber esto hicimos una ligera inspección de las paredes llegando a encontrar una serie de marcas que podrian tener origen humano aunque no llegamos a interpretar ninguna forma concreta.
Los restos con interés más modernos se remontan a la época nazarí.
Esta sala interior también dispone de alguna entrada de luz natural aunque es bastante más oscura.
Ya vista la cueva nos movemos hacia la parte superior para ver algunas de las oquedades, hay que tener mucho cuidado, una caída desde aquí sería mortal.
El regreso al punto común lo hacemos de forma algo más arbitraria y esto nos lleva a caminar sorteando muros de espesa vegetación.
Tras girar a la derecha tomamos la vereda que nos llevará al Peñón Amarillo y posteriormente al vértice geodésico.
Un montículo de arena nos sirve de improvisado mirador, desde allí, además de ver casi totalidad del pantano divisamos las sierras de la Sal y Dos Hermanas.
Marcado con una flecha el Alto del Higueral, lugar donde pretendemos llegar en la última fase del recorrido.
Y la juguetona a lo suyo.
Y el largo y seco camino que nos llevará al vértice geodésico.
Sierra Valleja es una humilde elevación cuya mayor altura se sitúa a 298 metros.
A pesar de esto tenemos buenas vistas. Casi al norte vemos Arcos de la Frontera y por detrás las sierras de Gamaza y Gibalbín.
Al este tenemos las sierras de Las Cumbres, Pinar, Endrinal y Caíllo.
Al sureste entra en juego la sierra de Ubrique.
Y casi al sur, el pantano de Guadalcacín y las sierras del Aljibe, Las Cabras y Dos Hermanas.
Y al sur el Alto del Higueral de sierra Valleja con el recorido con el que continuaremos nuestra ruta.
Tras retornar el "punto común" y cruzar al otro lado de la alambrada tomamos la Colada del Higueral, otro camino cómodo, pedregoso y también desprovisto de sombras. El calor aprieta de lo lindo.
Una mirada atrás nos permite ver donde quedó el vértice geodésico.
El camino nos lleva directamente a una pequeña elevación desde la que tendríamos buenas vistas pero preferimos rodearla e ir en busca de lo que nos interesa.
Tras saltar por una alambrada tomamos posiciones sobre el mirador natural que supone todo el Alto y disfrutamos del momento.
Hemos llegado al Alto del Higueral y desde allí las vistas son formidables.
Tras el muro de contención vemos el Canal de Guadalcacín y por delante el río Majaceite.
Regresamos al punto de partida por el mismo camino. Para terminar, un par de videos.
De la cueva del Higueral:
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
