lunes, 22 de febrero de 2021

SALINA DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (SAN FERNANDO) (19 FEB 2021)

En la vertiente oeste de San Fernando existieron cinco salinas hoy día abandonadas: San Miguel, San Agustín, Sagrado Corazón, San José y San Gabriel. Este recorrido discurre por la salina de Sagrado Corazón de Jesús que es la más cercana al centro comercial de Bahía Sur. 

Un paseo por un enclave excepcional en el entorno del saco interno de la Bahía de Cádiz.

Aunque la ruta carece de dificultad tenemos que cruzar algunos muros por zonas inundables, cuyo paso puede verse influido en las pleamares de mareas de alto coeficiente.

En esta entrada limitaré mucho las fotos ya que no aportan nada nuevo a las muchas que ya llevamos vistas.
 
Distancia: 3,42 kilómetros.
Tiemplo empleado: 1 hora 52 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°28.078'N - 6°12.477'W
 
El coche se queda aparcado en los aparcamientos de Bahía Sur en las cercanías al Club La Salina.

Para el acceso a la entrada de la salina tendremos que continuar unos pocos metros por el Cordel de Cádiz, la entrada también está a nuestra derecha, algo totalmente obvio. Marcado en naranja el lugar por donde debemos salir.

Desde justo la entrada tenemos una vista general del lugar por donde caminaremos. Esta salina es la más cercana al centro comercial.

Y lo primeros que percibimos es un agradable olor, busco y por el suelo y justo estoy encima de una colonia de Mastuerzos o Alisos de mar (Lobularia marítima).

Y como es habitual en este tramo de salinas y en estas fechas, pues el espectáculo sin igual de las alfombras de Vinagrillos (Oxalis pes-caprae).


Estamos justo en la bajamar y en la zona más cercana a la bahía vemos un ancho caño muy colmatado de sedimentos y que terminará quedando cegado, es lo que pasa con estos entornos que creados y mantenidos por la mano del hombre se les llama espacios "naturales", que en el momento que el hombre deja de explotarlos pues la naturaleza lo lleva todo a su sitio. La abundancia del alga Lechuga de Mar (Ulva lactuca) es un claro ejemplo de que esta zona ya está al límite de la colmatación. Es un alga comestible, que contiene vitamina C y vitamina A. En cosmética se utiliza en la elaboración de productos por sus propiedades hidratantes y diversas poblaciones costeras le dan uso agrícola como fertilizante.

Como es habitual en estas salinas, deberemos hacer algunos cambios de muro por zonas inundables con grandes mareas, siendo el último cambio de muro es más conflictivo ya que el paso existente (un tablón de madera sobre el lodo) puede ser arrastrado caso de la existencia de corriente, así que no está cuando paséis tendréis que improvisar, hay muchas maderas tiradas, también podréis mancharos un poco las botas o dar la vuelta por mismo camino de llegada.
 
La finalización de este corto recorrido la haremos por una vereda que discurre paralela a las instalaciones del club que iremos dejando a nuestra izquierda.
 
Podéis descargaros el track cliicando en la siguiente imagen:
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

sábado, 20 de febrero de 2021

SALINA DE SAN AGUSTÍN (SAN FERNANDO) (20 FEB 2021)

En la vertiente oeste de San Fernando existieron cinco salinas hoy día abandonadas: San Miguel, San Agustín, Sagrado Corazón, San José y San Gabriel. Este recorrido discurre por la salina de San Agustín. Un paseo por un enclave excepcional en el entorno del saco interno de la Bahía de Cádiz.

Este recorrido se divide en dos tramos salineros, ya que un caño grande divide la salina en dos, por lo que a la finalización del primer tramo debemos volver al Cordel de Cádiz y unas decenas de metros más adelante y sobrepasado dicho caño, volver a entrar en la salina.
 
Aunque la ruta de forma general carece de dificultad la califico como Moderada ya que tenemos un par de lugares que darán un pequeño toque de emoción a nuestro caminar, el paso por un tablón casi podrido que a modo de puente nos permitirá solventar un último caño en el primer tramo, este paso no es apto para personas con vértigo y añadiría que tampoco para personas pesadas. Y luego, justo antes de llegar a la Casa Salinera de San Miguel ya al final del segundo tramo, está el paso por un tronco más bien fino que no recomiendo paséis, si os caéis os podéis lastimar y además del barro os pondréis chorreando, este paso se cubre de agua con pleamares así que es necesario tener en consideración el horario de mareas.

Distancia: 7,06 kilómetros.
Tiemplo empleado: 3 horaS 32 minutos.
Dificultad: Moderado.
Dejamos el coche en: 36°27.966'N - 6°12.524'W
 
Nuevamente dejamos el coche en el conocido como Cordel de Cádiz, justo al comienzo del recorrido, aunque los aparcamientos de Bahía Sur están a escasos metros y también sería un buen lugar.
 
El Cordel de Cádiz es una pista que une San Fernando con la playa de La Cortadura en Cádiz y que discurre paralelos al Saco Interno de la Bahía de Cádiz por la derecha y las vías del tren y autovía de San Fernando a Cádiz, por la izquierda. Esta ruta se divide en tres tramos, uno por el citado cordel, otro que haremos "muro a través" donde las únicas pisadas que podemos encontrar son  las mías, y otra por vereda bien marcada y pasos habituales.
 
En este recorrido apenas existen veredas y tendremos que caminar "muro a través" casi todo el tiempo. Lo más destacable del recororido es la "Laguna de los Flamencos", un charco de agua salobre donde suelen reposar una pequeña colonia de flamencos y debido a que el lugar es muy poco visitado pues se muestran bastante confiados.
 
El flamenco común (Phoenicopterus Roseus) nsigue estando considerado como una especie en peligro de extinción pero alguien tendría que reconsiderar el asunto, hoy día los vemos a miles y ya están tan faltos de humedales que incluso los podemos ver en charcos de lluvia en los márgenes de las carreteras. Como es habitual, la protección total de una especie lleva al declive a otra y provoca un aumento alarmente de ejemplares que es perjudicial incluso para la propia especie al tener que competir en exceso por hábitats y alimento.

 
Pero además podremos ver un muestrario completo de otras aves de marisma, como pudieran ser:

Garcetas Comunes (Egretta garzetta).

  Cigüeñuela común (Himantopus himantopus).

Gaviotas patiamarilla (Larus cachinnans).

Gaviotsa sombrías (Larus fuscu).

 Gaviotas reidoras (Larus ribibundus).
 
 Archibebes (Tringa flavipes).

Como dije al principio en este recorrido no existen caminos y para poder cerrar algo parecido a un circular tendremos que saltar en cuatro o cinco ocasiones de muro en muro, los saltos son pequeños y alcance de cualquiera, aunque más que saltos son pasos largos. Insisto en lo escrito mil veces, con ocasión de aguaje algunos de estos lugares podrían estar llenos de agua.

En línea de horizonte vemos lugares ya visitados como la Salina Nuestra Señora de los Dolores, la Casa Salinera de la salina de San Miguel o el Molino Harinero de San José.

En uno de esos paso de "muro a muro", alguien tuvo el detalle de poner unos tablones, esto nos salvará de la posibilidad de marcharnos de barro, aunque si eres de los finolis a los que no le gusta mancharse la botas, ni eres senderista ni eres "ná de ná".

La única "semi dificultad" de esta primera parte del recorrido la encontraremos casi al final, tenemos que sortear un caño algo profundo a través de un madero con claras muestras de putrefacción y que con solo mirarlo ya se combó. Solo puedo decir que aguantó mis 78 kilos, mañana no sé si lo aguantaría, es uno de los momentos emocionantes de la ruta, si se parte mientas pasáis llegaréis al coche con lodo hasta en el cielo de la boca. Quén avisa no es traidor. Jajajaja.
Justo atravesado este paso y si miramos a nuestra izquierda veremos una torreta de electicidad, pues por allí se hace la salida de este primer tramo salinero.

Para poder recorrer la segunda parte de la salina debemos volver al Cordel de Cádiz, salimos justo por la torreta de electricidad y algo más adelante volveremos a entrar en la salina. Si no os gusta la aventura os recomiendo que aquí déis por finalizado el paseo. Pero si la posibilidad de caer al fango no os ha intimidado, siguiendo el resto del recorrido llegaráis a otro paso en el que además de la posibilidad de terminar revolcados en el lodo, os podéis poner chorreando, no mucha gente será capaz de pasar. Quién avisa dos veces, es un amigo.

Este segundo tramo es más agreste y está más deteriorado por lo que se convierte en una pequeña gincana salinera, nada que una persona en estado físico normal no pueda superar, salvo el último escollo.
 
 En algunos lugares aún quedan restos de la antigua infraestructua de paso.
 
 La marea vacía nos muestras los tramos de empalizada de la explotación, aunque desconozco si por aquí había algún tipo de pasarela o simplemente eran refuerzos para dar consistencia a los antiguos muros que con el paso del tiempo se han venido abajo.

A lo lejos vemos la antigua casa salinera de la salina de San Miguel y de la que hablaremos más detenidamente cuanto recorramos esa salina. Esta casa pondrá fin al tramo más incómodo del recorrido ya que para el regreso tenemos un camino abierto.

También tendremos que varios cambios de muro y existe la posibilidad de algunos agujeros lodosos o con agua, hay que pasar atentos. Aunque ya he hablado en otras ocasiones del tema, recuerdo que conocemos como "muro" las partes terrestres que forman el laberinto salinero, entre los muros discurre unos brazos de agua conocidos como "piezas". Con la falta de mantenimiento las piezas se han ido colmatando de sedimentos (como en el caso que vemos en esta foto) y nos permiten cruzar a tramos de muros aislados.

En algunos casos esta colmatación aún no es completa y aún permanecen activos pequeños canales por los que circula el agua en los momentos de la pleamar.

Hemos llegado al punto de conexión con el caño que separaba esta salina de la salina de San José, al fondo el magnífico pero totalmente abandonado por las administraciones Molino de San José, probablmente el mejor ejemplo molino de mareas clásico de la zona, a pesar de que nadie ha mostrado interés en conservarlo aún podemos ver un montón de infraestructura original. El Molino de San José fue visitado por última vez en febrero de 2021.


La casa de San Miguel la tenemos a escasos metros, pero un insalvable caño nos separa de ella, caminamos por el borde en busca de un posible paso.

Y nos encontramos con este tronco, yo de vosotros volvería por el camino por donde hayáis llegado, no aonsejo pasar por él, las posibilidades de caída son muy altas, así que forasteros: como no me hicísteis caso y distéis por finalizada la ruta al llegar al final de la primera parte, ahora os toca dar la vuelta y seguid disfrutando del agradable paseo. Si por un casual o por inconsciencia ignoráis mi consejo, justo bajo vuestros pies encontraréis un largo palo que os servirá de improvisado bastón y compensará las posiibles pérdidas momentáneas de equilibrio cuando el tronco se mueva. Fue el que yo utilicé.

Otra imagen del tronco pero ya desde la otra orilla. Con la pleamar este paso quedará sumergido en agua.

Ya sí podremos ver los restos de esta casa, la parte divertida ha acabado.

Lo más reseñable es la existencia de una especie de abrevadero y aljibe adosado a un lateral de la edificación.

 
La salida de la salina la hacemos por un camino que conecta con el Cordel de Cádiz, "to tieso" y en el coche, y si te has caído en el lodo no te preocupes, los que te vean y se rían no saben lo que se pierden por no salirse del camino marcado por otros, ellos nunca sabrán qué es la libertad. 😚😚😚😚

 Podéis descargaros el track cliicando en la siguiente imagen:
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

domingo, 14 de febrero de 2021

SALINAS DE SAN JOSÉ Y SAN GABRIEL.- CUANDO FEBRERO LAS LLENA DE COLOR (SAN FERNANDO) (13 FEB 2021)

En la vertiente oeste de San Fernando existieron cinco salinas hoy día abandonadas: San Miguel, San Agustín, Sagrado Corazón, San José y San Gabriel, siendo estas últimas la que visitaremos hoy. Un paseo por un enclave excepcional en el entorno del saco interno de la Bahía de Cádiz.
 
Caminar por las salinas nos introduce de lleno en nuestra historia pasada por la importancia de esta industria tuvo para San Fernando y actual por poder disfrutar de uno de los entornos más conocidos del Parque Natural Behía de Cádiz y su abundante avifauna, y que en estas fechas se adorna de un tercer regalo que es el caminar entre una colorida y olorosa vegetación de tan fragante olor que incluso eclipsa nuestro famoso olor a sal,  Retamas, manzanillas y mastuerzos darán un toque especial en estas fechas preprimaverales.
 
Aunque la ruta carece de dificultad tenemos varios lugares que darán un pequeño toque de emoción a nuestro caminar, no siendo apta tal como la presento, para personas con vértigo.
 
Distancia: 4,79 kilómetros.
Tiemplo empleado: 1 hora 20 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°27.966'N - 6°12.524'W
 
El coche lo dejamos en el conocido como Cordel de Cádiz, justo al comienzo del recorrido, aunque los aparcamientos de Bahía Sur los tenemos a escasos metros y también sería un buen lugar.
 
El Cordel de Cádiz es una pista que une San Fernando con la playa de La Cortadura en Cádiz y que discurre paralelos al Saco Interno de la Bahía de Cádiz. Esta ruta se divide en tres tramos, uno por el citado cordel, otro que haremos "muro a través" donde las únicas pisadas que podemos encontrar son  las mías, y otra por vereda bien marcada y pasos habituaales.
 
Tenemos que estar atentos para no pasarnos un desvío a la derecha poco visible y cuya visión queda dificultada por una hilera de retamas 
(Retama monosperma) en total floración y cuyo aroma inunda el lugar, haciéndonos presagiar de que la ruta de hoy será especial.
 
 La veredilla nos lleva directamente a la casa de la salina del Sagrado Corazón, la cual debemos dejar a nuestra derecha.
 
El entramado salinero es un auténtico laberinto de piezas (así llamanos a cada porción de agua con forma rectangular) y muros (porciones de tierra que separan cada pieza) por lo que debemos estar atentos a los giros ya que la mayoría de muros no tienen continuidad de paso, existiendo generalmente solo una opción para poder recorrerlas, aparte de las conocidas como Vueltas de Afuera que son caminos de dominio público que perimetra una salina, pero en este caso caminaeros por el corazón de la misma por lo que equivocar el lugar de acceso nos llevará a que más temprano que tarde tengamos que dar la vuelta y cuando se está allí enmedio, todos los muros son iguales. A veces un muro puede estar unido a otro  y otras veces son islas independientes.

El caso es que tenemos que estar atentos para entrar por el muro correspondiente. La primera traba que encontraremos es saltar o vadear un pequeño caño que corta el camino y girar a la izquierda en el segundo muro que encontremos.

Si caminamos por los laterales del muro encontraremos un terreno más compactado y sobre todo intentaremos no pisaremos los vinagrillos.

El Vinagrillo (Oxalis pes-caprae), es una planta comestible que en algunos lugares se usa en lugar del limón o como sustituto del vinagre, también se le conocen propiedades medicinales, se usan sus hojas para remediar trastornos digestivos, como antifebril y antihemorrágico.  Está catalogada como planta invasora, pero llenan todas nuestras salinas de un un espectacular e inigualable manto color amarillo, digno de los máximos elogios. Si Van Gogh hubiese sido de Cádiz, en vez de girasoles hubiese pintado vinagrillos pero no tuvo esa suerte. Si de niño nunca probastes los vinagrillos es que "tu no eres de Cai pisha".

El muro por el que caminamos se bifurca, nos tenemos que ir por la izquierda. En este tramo será más difícil no pisar los vinagrillos.

En línea de horizonte vemos a nuestra derecha Bahía Sur y por frente nuestra los antiguos Polvorines de Fadricas, visitados en noviembre de 2019 y más a la izquierda, Punta Canteras.

En un momento dado tendremos que cruzar de un muro a otro a través de una pieza que por culpa del abandono está colmatada de sedimentos, algo que en este caso nos viene de perlas para poder dar continuidad a la ruta. La única salida posible de este entramado está justo esa torreta de electicidad que señalo, así que nos servirá de clara referencia.

Hemos llegado al primer "Paso de fe", dos maderos claramente carcomidos ejercerán de improvisado puente, a pesar de la fragilidad de la madera, soportaron mi peso perfectamente (el tuyo no lo sé 😅😅😅😅), lo más divertido es que se mueven, así que emoción doble. Aunque la caída sería a poca altura tendrías asegurado un buen baño de barro.

Estamos en el lugar más próximo a las aguas de la bahía.
 
Tras llegar a la torreta, el "muro a través" finaliza, ya todo será más fácil, salvo por un último detallito.

Vamos directamente hacia el Molino de San José, a su derecha y más lejano vemos la casa salinera de la salina de San Miguel (visitada en noviembre de 2019).

Podríamos ir directamente pero buscamos no repetir tramo así que nos desviamos hacia esa compuerta por la que pasaremos.
 
 Tras el paso de la compuerta nos encontramos el segundo "Paso de fe". Si te caes desde aquí, te fastidias, no apto para personas con vértigo, afortunadamente la madera es más ancha y resistente que las anteriores.
 
En la obra Emporio del Orbe, de Fray Gerónimo de la Concepción; al molino de San José se le llamaba Molino Grande por lo que es de suponer que ya en 1690 era una edificación con la entidad suficiente como para aparecer como punto de referencia en la cartografía; aunque fue durante el siglo XVIII cuando adquirió su fisionomía definitiva.
 
 
Durante su historia estuvo en manos de diferentes propietarios o arrendatarios por lo que con el paso del tiempo fue conocido con el nombre del usuario de turno, han trascendido los nombres de Valdéz o Dañino, en relación a D. José Dañiño que en 1772 lo restauró y aumentó el número de piedras moledoras hasta ocho y construyó almacenes, hornos, incluso una capilla con privilegio de oratorio público. En 1890 solo funcionaba con seis piedras. Se mantuvo en uso hasta los años 40 del siglo XX.

Su fachada es de estilo barroco, obrada en cantería compuesta por tres vanos de acceso, uno para la vivienda y oficinas, al propio molino y al oratorio, fácilmente distinguible por la cruz sobre ella.

Aunque lo único que medio se conserva es la entrada al Oratorio.
 
 
 De la entrada a la oficina queda poco y porque fue reforzado.
 
 
El paso central correspondiente a la entrada al molino propiamente dicha, está a punto de venirse abajo, una pena que la dejadez de la administración haya condenado a este magnífico molino, probablemente el más completo que se conserva en toda la provincia, a la desaparición total, desidia y olvido, así son nuestros gobernantes.

El esquema más común de un molino de mareas utiliza el agua embalsada en una presa o caldera y retenida por un muro dotado de compuertas. Cuando el desnivel entre el agua embalsada y el del mar es el adecuado, el agua se hace pasar por los saetines que la llevan hasta las ruedas motrices (Rodetes o Rodeznos) que a su vez hacen girar las muelas que trituran el grano.

En el suelo podemos ver una serie agujeros, reforzados con piedra y unas especie de  surcos por dónde jugaba una compuerta. Se tratan de los escotillones, usados paara controlar el flujo de agua.
 
 Por el suelo vemos varias piedras viejas, algunas como esta fueron reutilizadas como solería.
 
Nos llama la atención unas grandes piedras talladas, se tratan de los volteadores, realizados en piedra caliza blanca, mucho más resistentes que la piedra ostionera.

 En el centro de la instalación existe un pozo con un diseño muy particular.
 
 
El circuito del agua lo cerraban seis grandes tinajas semienterradas en el suelo que se nutrían del agua de lluvia a través de entre una canaleta procedente del tejado de la edificación. Estaban comunicadas entre ellas de forma que cuándo la primera se llenaba, se vertía el agua en la siguiente y así hasta la última que parece ser, también pudiera estar comunicada con la alberca, situación que podría confirmarse al comprobar que los conductos de comunicación entre las tinajas están más elevados que la alberca, por lo que el agua sobrante al llenarase las tinajas, fluiría hacia  ella por simple gravedad, 
 
 
Además del ahorro de espacio, el tenerlas enterradas la protegía del sol y el calor, disponiendo permanentemente de agua fresca para beber.
 
En este molino podemos ver todos los elementos fundamentales que conformaban la instalación: almacenes, vivienda, piedras molturadoras, volteadores, soportes de compuertas molineras, cárcavos, tajamares, caldera y estero, los puntos de captación y almacenamiento de agua dulce (pozo, alberca, tinajas, etc...).

En las cercanías del pozo un nuevo aroma me sorprende, se trata de una gran colonia de Alisos de mar o Mastuerzos (Lobularia maritima), otra planta de amplios usos medicinales.
 
 
 El tramo final lo hacemos tal como iniciamos, por el Cordel de Cádiz.
 
 No sin antes hacer una nueva parada para ver otro macizo de flores y disfutar de su delicada fragancia, este vez se trata de manzanillas (Anthemis maritima).
 
  Podéis descargaros el track cliicando en la siguiente imagen:
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.