martes, 25 de febrero de 2020

AR LA MUELA-MIRADOR NORTE SIERRA DE LÍJAR (LA MUELA-ALGODONALES) (23FEB2020)

La Sierra de Líjar es una elevación caliza existente entre las localidades de Algodonales y Olvera, cuyo punto más alto es el Pico de Líjar que tiene su vértice geodésico a 1041 mts, de altura. Por su forma prominente y aislada que sobresale en un terreno relativamente llano también es conocido como el Mogote. Probablemente sea una de las sierras más bonitas que podamos caminar y gracias a sus numerosas pistas y veredas admite un sinfín de variantes y rutas con un denominador común: las inigualables vistas que abarcan kilómetros a la redonda.
Esta ruta que os recomiendo discurre por la vertiente noroeste de la sierra a media altura recorriendo la zona más frondosa de toda la sierra. Un trayecto a doble altura en el que llegaremos a altitudes que rondan los 900 metros. El primer tramo del sendero transcurre, encauzado por una pared, coincidiendo con el sendero oficial "La Muela-Los Nacimientos", a través de un biotopo con vegetación muy representativa de la sierra de Grazalema como cornicabras, enebros, jaras, durillos y muchos madroños. En estas fechas también podremos disfrutar de una de las joyas de nuestros parques, las orquídeas silvestres.

Y todo aderezado con el vuelo bajo de los buitres leonados que han encontrado en estas altas paredes un hábitat adaptado a sus necesidades.

Dejamos el coche en: 36°54.763'N - 5°24.361'W
Distancia: 11,35 kilómetros.
Tiempo: 5 horas 45 minutos.
Dificultad: Moderada baja.

El área recreativa de La Muela tiene un mirador en la parte alta, y es allí donde dejaremos el coche, una mesa de piedra techada y unos troncos ejercen como un primer mirador y nos da una idea de que es lo que nos vamos a encontrar. El inicio del sendero está allí mismo.

Aunque antes de comenzar damos un vistazo a lugar y esto promete. El Peñón de Zaframagón será uno de los hitos fijos durante todo el recorrido.

Acabamos de empezar y ya encontramos uno de los tres canchales que deberemos atravesar.

Miramos hacia lo alto y nos impresiona el inmenso cauce de piedra formado por los desprendimientos, aunque diría que la mano humana ha intervenido en este lugar creando un cortafuegos pétreo.

Poco después pasamos a pie de un altísimo cortado, que es algo característico en esta vertiente de la sierra de Líjar.

En este recorrido de algo más de once kilómetros lo más chachi es que sobre diez kilómetros se realizan sobre cornisa, algunas de ellas más que bonitas.


A pesar de lo agreste y exhuberante vegetación toda la vereda está perfectamente marcada y libre de ramaje, por lo que no reviste ninguna dificultad salvo la derivada de la suave pendiente.

 No llevamos caminado ni ochocientos metros y encontramos la primera cancela.

Y tenemos las primeras vistas claras, el día amaneció brumoso pero afortunadamente está abriendo. A lo lejos vemos Bornos.

Y justo a nuestra izquierda, además de la más lejana Sierra de San Pablo y el castillo de Cote, tenemos un primer plano de La Muela y el cerro del Encebo que la protege.

Aunque el recorrido no reviste ninguna peligrosidad, en algún tramo encontramos unos pasamanos de madera que ejercen de improvisados miradores.

Y nos permite una nueva toma del Peñón de Zaframagón.  Por sus pies discurre el río Guadalporcún y la Vía Verde de la Sierra. Son las últimas estribaciones de la Sierra de Grazalema, dónde entran en contacto las sierras subbéticas y la campiña sevillana. 

Al noroeste, las ya citadas Sierra de San Pablo y Castillo de Cote (visitados en febrero de 2019), La Muela y casi en línea de horizonte la sierra de Esparteros y Morón de la Frontera.

 Y al suroestre, Bornos con su pantano y Villamartín.

De tanto mirar hacia abajo nos estábamos pasando una de las formaciones más impresionantes, a nuestras espaldas y allá arriba podemos ver los fantásticos Tajos de las Palomas a 1.027 metros de altura (visitados en diciembre de 2013), en lo que fue el sendero del que nació Andarines Gaditanos, curioso que coincidiera con una ruta llamada "El Nacimiento". 😀😀😀😀

Nos va a salir tortícolis, si hacia abajo vemos cosas interesantes y hacia arriba también, si no miramos al suelo, además evitar posibles tropezones, nos estaríamos perdiendo maravillas como este pequeño Narcissus jonquilla subsp. cerrolazae que sobrevive en una pequeñísima grieta encima de una roca.

Este lugar también tiene otro atractivo para todos aquellos a los que les gusta buscar similitudes a las piedras. La susurradora de gatos que es una experta en estos temas, dice que aquí ve la cabeza y parte del caparazón de una tortuga.

Y que eso de ahí arriba es un lagarto tomando el sol.

Yo soy más práctico y voy mirando por donde discurre la vereda y me tranquiliza ver lo clara que sigue por allí enfrente.

Y algo que desgraciadamente se ha convertido en habitual en nuestras sierras, restos de plásticos indicadores y carteles como en este caso, que fueron colocados para información de los participantes en un evento deportivo, y que luego nadie se molestó en retirar. En este caso debemos agradecérselo a los organizadores de la VII Víboras Trail, con la ayuda inestimable del Ayuntamiento de Algodonales, Diputación Provincial de Cádiz y la Federación Andaluza de Atletismo. Seguro que todos comieron y brindaron por el éxito de la prueba y lo bien que lo hicieron incluso fardarían de su preocupación por el medioambiente.

Por momentos parece que la espesa vegetación se come el camino, pero a poco que nos fijemos por allí sigue.


Y de nuevo la madre naturaleza nos vuelve a regalar uno de sus tesoros, un ejemplar de la conocida como orquídea gigante, la Barlia robertiana, hoy Himantoglossum robertianum. Habitualmente alcanzan los 50 centímetros de altura, todo un logro para un grupo de plantas que no pasan de los 15 centímetros generalmente.

También vemos a la minúscula Orchis olbiensis.

Sabemos que por este tramo hay una cueva pero casi nos la pasamos, la espesa vegetación la tapa completamente.

 Nos abrimos paso entre la maleza y ahí está.

Aunque tenemos que arrastrarnos un poco para entrar, dentro es espaciosa, incluso una topera lateral parece darle continuidad, pero habría que reptar y hoy no me apetece demasiado, así que me conformo con meter la luz en la sala principal.

Y las cornisas cada vez más interesantes.

Un nuevo tramo con pasamanos nos va acercando al Mirador Norte.


Hemos llegado al tramo común del sendero. Un poste nos indica un par de direcciones y distancias hasta las áreas recreativas, inicio y fin del sendero oficial "La Muela-Los Nacimientos". Seguiremos unos metros hasta el mirador, regresando a este punto una vez visitado.

 Tras un pequeño repecho llegamos al mirador.

Es hora de descansar un poco y mirar lejos. 

 Lo primero que vemos, de derecha a izquierda, es Olvera al este.

Al noreste el castillo de Hierro y tras él Pruna casi imperceptible, la sierra del Tablón y su mayor altura, el Terril de 1.129 mts (visitado en abril de 2017), el peñón de Algámitas y por delante, la sierra de las Harinas.

Justo enfrente, al norte el peñón de Zaframagón. Pese a sus pequeñas dimensiones, el Peñón constituye un enclave faunístico de gran importancia sobre todo por el hecho de albergar la mayor colonia nidificante de buitres leonados (Gyps fulvus) de Andalucía Occidental y una de las mayores de Europa. Su forma prominente y escarpada, junto al hecho de haber gozado hasta ahora de una situación de gran aislamiento con respecto a las áreas más pobladas, lo ha convertido en el hábitat idóneo para la instalación de los nidos de buitres, que suelen construir en las paredes más inaccesibles, aprovechando la presencia de oquedades, cornisas o salientes, razones que motivaron su declaración como Reserva Natural.

 Al noroeste, la sierra de Esparteros y Morón de la Frontera.

Casi a poniente, vemos la Sierra de San Pablo y el castillo de Cote (visitados en febrero de 2019).

Una vez desandando el tramo común continuamos el camino que nos lleva a caminar paralelos a una alambrada cinegética que dejaremos a nuestra izquierda.

Y damos el último arreón a este primer ascenso que nos llevará al punto más alto de todo el recorrido situado a 901 metros sobre el nivel del mar.

 Las vistas no dejan de sorprendernos a pesar de su repetitividad.

Llevaba tiempo sin hacer la cabra. A mis espaldas unos trescientos metros de vuelo sin motor.

 El ver tanta afloración pétrea desde las alturas les da más espectacularidad si cabe.

Y otra piedra interpretada, dice que es un león sentado. ¡Cachis si parece a uno del Congreso!. Estamos en el segundo punto más alto del recorrido a 891 metros.

El camino se bifurca, el de la izquierda nos llevaría al punto más elevado de este cerro que tampoco está mal, pero debemos continuar por el de la derecha. Empezamos a bajar de forma irremediable.

Otro momento importante del recorrido es el cruce de la profunda garganta que tenemos por delante, debemos llegar justo por debajo de la Aguja, esa piedra vertical que señalo.

Tras un giro brusco a nuestra izquierda ponemos rumbo directo al paso por la garganta.



Y casi sin darnos cuenta estamos en La Aguja.

A lo lejos vemos la pista forestal con la que tenemos que conectar y por la que pondremos fin al sendero.

Pasaremos por el último punto bonito de la ruta. Se trata de un encinar joven. Y no, la foto no está torcida, es el suelo y los árboles los que no están derechos.

Conectamos con la pista que nos llevará al punto de partida, es poco más de un kilómetro polvoriento imposible de evitar.

Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ar-la-muela-mirador-norte-sierra-de-lijar-la-muela-algodonales-23feb2020-47089115
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.