Esta es una ruta corta diseñada exclusivamente para ver las cascadas altas del río de los Molinos (Tarifa). De forma incomprensible, las sierras de Tarifa son probablemente las
zonas más desconocidas del Parque Natural de Los Alcornocales pero
encierran grandes tesoros y uno de estos tesoros es la Garganta del Río
Molinos, una garganta profunda y en algunos tramos casi inexpunable,
encajada entre las sierras de Ojén y la del Bujeo, pero que si estamos dispuestos a pagar el peaje de algún que otro arañón con las zarzas,
pues nos permitirá disfrutar de uno de los paisajes más salvajes del
parque.
Este recorrido nos permitirá conocer la zona más abrupta de la garganta, un recorrido dónde no falta de
nada, agua, cascadas (si llueve lo suficiente, claro), alcornoques, madroñales y la fauna típica del parque.
Distancia: 3,91 kilómetros.
Tiemplo empleado: 4 horas 35 minutos.
Dificultad: Moderado fácil.
Dejamos el coche en: 36°05.649'N - 5°33.926'W.
El coche se queda en la CA-2215, que aunque suene a carretera es un carril de tierra con bastantes baches que nos llevará hasta la zona de La Longanilla. El comienzo de este carril está en las proximidades del Mirador del Estrecho, sobre el kilómetro 91 de la N-340 en dirección a Algeciras. Delante tenemos un cartel que dice que "Camino cortado por desprendimiento de piedras", pero el camino está limpio y asentado, lo han arreglado pero nadie retiró el cartel, de cualquier forma este es buen lugar para aparcar.
En esta parte alta, la garganta del río Molinos discurre encajonada por su izquierda con los cerros Hoyo de las Cabras y de los Venados, en las estribaciones de la sierra de Ojén y por la derecha con la sierra del Buejo.
Rápidamente llegamos a un pontòn donde podremos ver algún pequeño salto de agua.
El recorrido, de ida y vuelta por el mismo camino forma una Y griega que nos permitirá ver las cascadas que forman en este tramo, el río Molinos y un arroyo subsidiario.
Tras caminar unos cientos de metros por la pista y pasar el pontón encontramos una vereda que se sale del camino y que deberemos coger, es la subida más cómoda.
A pesar de lo abrupto de la garganta en algunos tramos la senda es cómoda.
También veremos algún dique de contención que favorece la existencia de pozas.
En este tramo derecho de la Y griega, veremos cinco saltos de agua cuya espectacularidad dependerá de la época del año en que vengamos y que tienen caracter temporal, así cuando más avance el periodo de sequía, menos agua llevarán y varias pozas en las que no vemos ningún tipo de vida animal, salvo los mosquitos.
Y alguna visual lejana, a nuestras espaldas vemos el cerro del Picacho, a su izquierda el cerro Gordo, y las zonas de los Tajos del Sol y de la Cuna.
Entre la vegetación destacan los helechos de varios tipos y el ojaranzo (Rhododendron ponticum subsp. baeticum) planta relicta de los bosques de laurisilva del periodo terciario que vive en los bosques de galería, localmente llamados canutos, del Campo de Gibraltar y la Sierra del Aljibe, así como el monte bajo con las especies típicas de la zona como las abundantes jaras pringosas (Cistus ladanifer).
Entre este monte bajo prestamos especial atención al brezo blanco (Erica arborea), en estos momentos en máxima floración.
Entre los árboles, destacamos añosos quejigos y alcornoques y numerosos madroños, y en la parte más cercana al cauce, sauces o adelfas.
Aprovechamos cualquier posible paso para acercanos al tranquilo cauce, cuya paz solo se ve alterada por el ruido del agua en las cercanías de alguna de las cascadas.
Por el camino también veremos numeros saltitos de agua que también tienen su atractivo.
Al ser un recorrido muy corto nos podremos recrear con mil y una fotos, ningún rincón tiene desperdicio.
Llegaremos a una poza donde podremos una clásica "Cola de Caballo".
Y otra gran poza de fácil acceso con dos grandes chorros.
La misma cascada pero vista desde arriba.
Tras retroceder sobre nuestros pasos buscamos un lugar ideal para vadear el cauce, ahora cruzaremos y nos iremos a la parte derecha de la citada Y griega, donde además de una gran cascada podremos ver otros saltos de agua menores.
Sin dudas, es la más bonita de todas, así que nos recreamos una enormidad.
Y la fotografiamos desde todos los ángulos y formas posibles.
Lleva tiempo sin llover así que las perspectivas de ver otros saltos que existen en este cauce se ven frustadas, hace un par de semanas estas también eran un espectáculo pero el caudal ha menguado.
No obstante y a sabiendas de que ya no veremos ninguna cascada más, seguimos subiendo un rato lo que nos permite una visual de la Sierra del Bujeo, el camino que llevamos nos conduciría hasta el Tajo de las Escobas, pero eso será en otra ocasión.
Ya de bajada y desde uno de los claros damos un vistazo al mar, por delante los Cerros del Picacho y Gordo, y a su derecha, la inconfundible sierra de Enmedio (visitada en diciembre de 2018).
Terminamos la salida tal como la empezamos, visitando la cascada que existe bajo el pontón de inicio.
Y un video resumen de las cascadas: