Torrecera es una entidad local autónoma, perteneciente al municipio de Jerez de la Frontera, e encuentra situado a unos 20 kilómetros al este del centro de Jerez y a unos 45 km de Cádiz, en la que se halla un mal llamado "castillo", toda vez que lo único que pervive son las ruinas de su torre de vigilancia, que es lo que visitamos hoy a pesar de que vinimos por aquí para conocer la Salina de la Fortuna, pero la cañada real que pretendíamos seguir está cortada y casi desaparecida (como leéis) y los otros posibles accesos que investigamos cerrados con fuertes alambradas y cancelas. Siendo la visita al castillo parte de nuestra ruta prevista así que tuvimos que hacer unos ajustes y nos fuimos al castillo directamente.
Al ser un recorrido muy corto pues aprovecharemos para acercarnos al embalse construido para dotar de agua a las modernas plantaciones de la finca y que aprovecha el agua del Arroyo de los Fosos. Es todo un placer poder caminar entre olivos y viñas tan bien cuidadas, siendo probablemente las instalaciones más modernas que podemos ver en toda la provincia y parte del extranjero.
Distancia: 3,61 kilómetros.
Tiemplo empleado: 1hora 13 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36° 35.600'N - 5° 56.978'W
El coche se queda en una pista en las cercanías de la Bodega de la Torre de Miguel Domecq, propietario de los terrenos circundantes en los que se sitúa el castillo.
El castillo o torre de Cera se alza sobre un cerro en la
pedanía de Torrecera, situada en el enclave privilegiado de la Vega del
Río Guadalete, en el término municipal de Jerez de la Frontera,
provincia de Cádiz. El material constructivo empleado fue mortero, arena, piedras y cal.
Durante el siglo XIII, tras la conquista de Alfonso X,
la zona de Torrecera fue uno de los puntos estratégicos en la defensa
de Jerez, convirtiéndose en un
destacado centro militar que se mantuvo como punta de lanza en la
defensa de Jerez, constituyéndose como uno de los puntos estratégicos
más importantes.
Construido a principios del siglo XIII (hacia el año 1200), el
castillo de Torrecera fue la mayor fortaleza de las que protegían la
ciudad de Jerez. En el muro norte se aprecia una oquedad a modo
de puerta en cuya parte superior se conservan los restos de un arco de ladrillo. El muro orientado hacia el este se ha desplomado
y bien merecería consolidarse y restaurarse como se ha hecho en la
torre de Matrera (visitada en octubre de 2019). En las tapias llaman la atención los mechinales, esos huecos que dejaron, al descomponerse con el tiempo, las maderas en las que se apoyaban los cajones del encofrado.
La cercanía de la línea de frontera obligó a
sembrar el territorio de pequeñas y grandes fortalezas para hacer frente
a los ataques que asolaron estas tierras durante varios siglos, tanto
incursiones de las tropas castellanas como razias de las tropas
benemeríes desde las costas de Algeciras. Esta torre vigía cumplía la función de control del territorio
en los siglos en los que estas tierras lo fueron de frontera, así como
del camino que corría junto al Salado de Paterna y de los que discurrían
junto al Guadalete.
El entramado de
fortalezas y torres erigido durante la dominación árabe por la provincia
gaditana dotaba a todo el territorio de una amplia red de
comunicaciones que posibilitaba un contacto rápido entre ciudades
gracias a la conexión mediante las torres vigía (bien pertenecientes a
alguna fortaleza o bien, exentas). A los pies
de la Torre estuvo el conocido Vado de Sera lugar donde el rey Alfonso XI acampó con sus tropas en 1333 en su
camino hacia Alcalá de los Gazules, en el marco de una operación militar
para liberar a la fortaleza de Gibraltar del cerco al que le había
sometido el infante Abu-Malik.
Desde la fortaleza de Torrecera se divisaba el castillo de Torre Estrella (Medina Sidonia), lo que permitía una comunicación rápida y eficaz entre ambas fortificaciones, también tenía conexión visual con los castillos de Gigonza, Arcos, Jerez, o las torres de la Sierra de San Cristóbal o
Gibalbín.
Por otra parte, Torrecera fue un enclave habitado desde antaño. En 1995 se descubrió accidentalmente un ídolo cilíndrico esculpido, de unos 5000 años de antigüedad y, por tanto, perteneciente a la Edad del Cobre. Este ídolo oculado parece ser no fue el único que se esculpió en las cercanías, se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico de Jerez de la Frontera. También por la zona discurría el Acueducto Romano de Tempul, construido en el siglo I.
Las vistas que se contemplan
desde la torre son excepcionales y así, junto a los principales
relieves de la provincia y de la campiña, desde este privilegiado balcón
podemos observar las Vegas del Bajo Guadalete.
También podemos ver el macizo de Grazalema en el que distinguimos las Sierras del Pinar, Endrinal y Las Cumbres.
Al noroeste vemos Jerez de la Frontera.
Y al norte, el núcleo urbano de Torrecera.
El cerro en el que se ubica el castillo y a pesar de su poca elevación (141 mts) también dispone de vértice geodésico.
Como dije al principio, nuestra intención inicial fue llegar aquí tras conocer la Salina de la Fortuna, así que ¿por qué no hacerlo al revés? Sin dudas estamos en una propiedad privada pero existen caminos libres de obstáculos, alambradas y todo eso a lo que estamos acostumbrados y las posibles cancelas están dotadas de pasos canadienses abiertos, tampoco existe ningún cartel que prohiba el paso ni nada parecido, raro raro, así que vamos a investigar un poco.
Rápidamente llegamos a la represa del Arroyo de los Fosos, encajonados entre los cerros Taladón Grande y Taladón Chico.
Y el hilillo de agua conocido como Arroyo de los Fosos.
Ya de vuelta me crucé con un guarda de la finca que muy amablemente me indicó lo que era previsible, que solo está permitido el acceso hasta el castillo y no se puede ir más allá. Así que con una última foto al castillo y su escolta de parras perfectamente alineadas, pusimos fin al paseo.
Podéis descargaros el track cliicando en la siguiente:
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Muchas gracias, llevo mucho tiempo buscando información acerca de este castillo y ni siquiera en el ayuntamiento de Torrecera tienen nada de información y la biblioteca la han cerrado definitivamente así que me ha venido muy bien.
ResponderEliminarMe alegra haya sido de tu utilidad. Un saludo.
Eliminar