Saliendo desde Olvera esta ruta nos llevará al Castillo de Hierro en Pruna, a través.del Cordel del Peñascal por el que llegaremos al castillo, el regreso lo haremos por el Cordel de Pruna a Olvera. Un recorrido por los límites de la provincia de Cádiz, rodeados de lugares tan emblemáticos como las Sierra de Grazalema, Gastor,Líjar y Tablón en una zona de transición a la campiña sevillana.
Este sendero está prácticamente desprovisto de sombras, así que en tiempos de mayor calor se os caerán los palos del sombrajo.
Distancia: 13,80 kilómetros.
Tiemplo empleado: 5 horas 48 minutos.
Dificultad: Moderado.
Dejamos el coche en: 36° 56.127'N - 5° 15.525'W (Calle Sepúlveda-Olvera).
Dejamos el coche en la calle Sepúlveda, muy cerca de la Plaza de la Concordia. La flecha negra marca el sentido de nuestra marcha inicial y si todo va bien, debemos aparecer por donde indica la flecha rosa.
Tras cruzar dicha plaza accedemos a la Avenida de Julián Besteiro que ya no dejaremos hasta desviarnos por el Cordel del Peñascal.
Entre algunas bocacalles a nuestra izquierda empezaremos a tener buenas vistas del Castillo de Hierro también llamado Castillo de Pruna, y a las pequeñas elevaciones cercanas.
Tras la avenida, conectamos con un carril de tierra.
Y un tramo de carril bici por el que llegaremos a la zona de El Llano.
Y a nuestra derecha vemos lugares tan emblemáticos del Parque Natural de Grazalema como pueden ser las sierras del Endrinal (visitada en marzo de 2015), Las Cumbres (visitada en mayo de 2015) Pinar (visitada en mayo de 2014) o Gastor (visitada en abril dee 2015).
Se trata de un carril de arena y grava que nos llevará a conectar con la carretera A-363 a la altura de El Pilarillo.
Poco a poco nos vamos acercando al castillo, vamos en contínua bajada así que cada vez lo vemos más alto.
A nuestra derecha empezamos a dejar los prolegómenos de la Sierra de las Harinas.
Y digo poco a poco porque la primavera no entiende de fechas ni calendarios y todo el campo es un estallido de color y no perdono ni una, así que me voy parando ante cualquier florecilla que me llame la atención, así que intuyo tardaremos más tiempo del lógico para estos pocos kilómetros. Aquí vemos la conocida como Camomila Amarilla (Anthemis tinctoria).
O el archiconocido Gamón o Varita de San José (Asphodelus fistolosus).
Aquí una de las variedades de Rúcula (Eruca vesicaria sativa).
También vemos la muy común pero enormemente bella Carmelitilla (Silene littorea)-
De vez en cuando levanto la mirada y aunque despacio, nos vamos acercando al castillo. Desde aquí podemos ver claramente por donde discurre el camino que nos llevará hasta él, marcados en rosa dos de los miradores oficiales que están instalados, aunque realmente toda la subida forma un verdadero gran mirador natural.
¡Mira que bonito! y mi compañera de caminos dice en tono despectivo: "si es un Jaramago", pues eso, un maravilloso Jaramago (Diplotaxis virgata).
Casi me llevo un tirón de orejas cuando vuelvo a pararme y digo: ¡Mira que encuadre tan bonito!, ahora no me dicen nada, pero con la mirada bastó, "a este paso no llegaremos nunca". ¿Pero a que es chula la toma? Un gamón y como telón de fondo el cerro del castillo y el castillo. 😇😇😇😇😇
Por la zona del Peñascal cruzamos un brazal el Arroyo del Salado, que por estas latitudes conocen como Arroyo de la Villabona.
Tras cruzar la A-363 hacemos la oportuna parada en la Fuente del Pilarillo.
Cuentan que el manantial que alimenta esta fuente nace justo por debajo de los cimientos del castillo.
Un bonito cuadro cerámico nos cuenta que la población de Pruna, tuvo su origen en un poblado Túrdulo (Íberos) llamado Callet y que por aquí pasaron fenicios y griegos. Fue fundado en el 740 a.C. llamándola Prunna. En tiempo de los romanos tuvos ciertos privilegios como el de poder acuñar moneda propia. A partir del 711 formó parte del reino musulmán de Córdoba y posteriormente al de Sevilla. En 1248 fue reconquistado por Fernando III el Santo y posteriormente volvió al poder nazarí del reino de Granada. Tanto Pruna como su castillo formaron parte de la conocida como "Banda Morisca" por lo que el intercambio de manos entre cristianos y musulanes fue contínuo. En 1407 Fernando I la reconquista de forma definitiva pasando a formar parte del reino de Castilla.
La subida hay que tomársela con calma, afortunadamente toda la vereda está perfectamente preparada con zonas de escalones o rampas. Hasta el castillo son 300 netros lineales pero está 200 metros más alto de donde estamos, así que poco a poco.
Volveremos a tener mejores vistas del Parque Natural de Grazalema y Alcornocales.
Y a la derecha, la aislada Sierra de Líjar (visitada por última vez en enero de 2020).
Me consta que está lesionada pero ahí está, se pasó todo el rato esperándome, yo y mi lento caminar.
Desde el segundo mirador vemos donde ha quedado el primero que es conocido como Mirador del Sillón del Rey.
También dispone de bancos y algunas mesas. Un lugar ideal para comer aunque nosotros lo haremos en el primero.
Fueron hábiles los constructores del castillo, en uno de sus flancos existen altas paredes por las que el acceso es casi imposible, así que extrajeron las piedras por los lugares más accesibles creando nuevas murallas naturales.
!Enga, otra flor! En esta ocasión se trata de una de las variedades existentes del conocido como Diente de León (Taraxacum officinale).Paro para sacar una foto a las estribaciones de la Sierra de las Harinas, ¿o es al revés?¿Y con la excusa de la foto paré a tomar aire?.
A media altura nos encontramos la entrada a una cueva, resulta que es una topera de poco más de diez metros de longitud, ni fú ni fá.
No paramos de subir pero el castillo sigue viéndose lejos.
Pero casi lo tenemos a tiro de piedra.
Lo primero que vemos es un gran aljibe.
El castillo de Pruna también recibe el nombre de castillo de Hierro en clara alusión a su inexpugnabilidad en lo alto de un cerro sin apenas acceso, lo que unido a su doble muralla, grosor de sus muros y la ausencia de puertas, conjunto a lo escarpado del terreno pues lo hicieron casi imposible de conquistar.
Cuenta la leyenda que el rey de Castilla, probablemente Alfonso XI, viendo la imposibilidad de conquistar el castillo donde estaban refugiados los pruneños, mandó a sus soldados a capturar los machos de cabra montés abundantes por la zona y una noche sin luna, ordenó que ataran antorchas a los cuernos de las cabras, las prendieran y las jalearan para que subieran por las peñas, cuando los moros vieron en espectáculo de fuego pensaron que eran atacados por un gran ejército y ante la posibilidad de caer prisioneros, empezaron a suicidarse lanzándose por la cara oeste del castillo. Tal fue la cantidad de sangre derramada que llegó hasta un arroyo cercano que desde entonces se conoce como Arroyo del Sanguino. Una historia por otra parte, difícil de creer ya que el arroyo pasa bastante alejado del castillo, pudo haber mucha sangre pero probablemente producto de la espada y no del "vuelo sin motor".
El castillo, más bien su Torre del Homenaje está restaurada siendo su azotea visitable. También se conservan algunos fragmentos de muros de lo otrora fue una de las fortificaciones con historia más convulsa de la conocida como Banda Morisca, la zona fronteriza que separó el mundo árabe y cristiano durante los siglos XIII y XIV
Desde esta atalaya se podía divisar en sus 360º con la antelación sufciente que permitiera preparar la defensa del sitio. También veremos un paisaje serrano limitado por secuencias de sierras de las provincias de Cádiz, Málaga y Sevilla.
Una cómoda escalera nos permite llegar a la azotea de la Tore del Homenaje.
Al norte, podemos ver el complejo serrano de las Tres Sierras (Sierra del Tablón (visitada en abril de 2017) Peñón de Algámitas y la Sierra de la Rabitilla). Y en primer término, Pruna.
Al sur, Olvera y en segundo término las sierras de Grazalema. También divisamos con toda claridad, el camino de llegada (en rosa) y el regreso por el Cordel de Pruna a Olvera en amarillo.
Y al oeste, las sierras de Líjar y Las Harinas.
Aunque en el momento de la foto no lo sabía, ese lugar que marco con el círculo naranja es el lugar donde comienza un tramo hormigonado y endiabladamente empinado que nos hará pagar el peaje de este entretenido recorrido, el sol de mediodía hará el resto.
Hace rato que no os pongo una flor, arreglado, es otra variedad de Diente de León (Taraxacum ovobatum).
Tras reponer fuerzas en el Mirador Sillón del Rey, vamos en busca del Cordel de Pruna a Olvera ¡pero que rápido se baja! El castillo ya empieza a quedar lejos.
¡Vaya! Una Lavandula stoechas, Cantueso para los amigos.
¿Y esto? En las cercanías de La Serrezuela nos encontramos una gran afloración pétrea que emerge en un terreno prácticamente despoblado de piedras. Me hizo recordad a la Peña Arpada (visitada en diciembre de 2018) y a la que pretendo volver en busca de una rareza botánica, Silene gazulensis.
Dispone de un bonito ojo y una cueva bajo él, aunque yo diría que más que cueva es sima. Una pena que todo estuviera vallado.
Con el sol de espalda luce mejor.
Un pequeño puente nos permite salvar el Arroyo del Salado, que a pesar de las recientes lluvias no va generoso de agua.
Y llegamos a Los Albarranes, la pista de arena se acaba y entramos en un tramo cementado que luego se convertirá en asfaltado.
Una última flor requiere mi atención, se trata de un magnífico Jazmín de Burro (Vinca difformis).
A partir de este tramo sudaremos todo lo que no hemos sudado en todo el camino, empinadas cuestas y un calor excesivo para las fechas en las que estamos nos harán pagar el peaje de este entrenido camino. En un tramo de menos de un kilómetro deberemos ascender 200 metros de altura.
Para colmo una "autoestopista" pretende que la lleve sin percatarse de que llevo la lengua arrastrando por el cemento.
Tras cruzar perpendicularmente el trazado de la Vía Verde de la Sierra, algún alma caritativa llenó el tramo final de bancos de madera a cada 50 metros. Creo que los probé todos. 😅😅😅😅
ACTIVIDAD SUPLEMENTARIA:
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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