Bueno, hoy tocó otro clásico. El Torreón en la Sierra del Pinar es el monte más alto de la
provincia de Cádiz. El gps nos marcó una altura de 1657 metros aunque su altura oficial son 1.648 metros. A pesar de
que en muchos lugares se marca como sendero difícil a nosotros nos
pareció de dificultad moderada aunque sólo apto para senderistas con algo de rodaje, sólo dificultada en un par de pasos en
la parte alta en los que tendremos que ayudarnos de las manos. Subir sin
prisas y tomando aire de vez en cuándo y todo será más fácil. Recorrido
exigente que pondrá a prueba nuestra capacidad física debiendo prestar
especial cuidado en la bajada ya que el sendero está lleno de piedras
sueltas que nos puede acarrear más de un resbalón.
Es una zona de especial protección y es necesario pedir permiso previo a
la Oficina del Parque Natural de Grazalema.
Distancia: 5,28 kilómetros.
Tiempo: 7 horas 8 minutos.
Dificultad: Moderado
Dejamos el coche en: 36º45.296'N y 5º26.147'W en un parking expresamente habilitado para este sendero.
Distancia: 5,28 kilómetros.
Tiempo: 7 horas 8 minutos.
Dificultad: Moderado
Dejamos el coche en: 36º45.296'N y 5º26.147'W en un parking expresamente habilitado para este sendero.
Aún no hemos llegado y desde la lejanía ya nos impresiona.
La entrada al sendero la tenemos justo enfrente del parking.
Generalmente la información que nos dan los carteles no coinciden con nuestros finales, pero en este caso el tiempo de subida fue clavado, tres horas. Aunque debimos atajar algo ya que la distancia recorrida por nosotros fue algo menor.
El inicio del sendero parece un paseo fácil, pero no nos engañemos, esta comodidad sólo dura unos treinta metros.
Una portezuela de paso nos indica el comienzo, la pasamos y seguimos el camino muy marcado a la izquierda.
Las pendientes mínimas son del 24%, así que hay que apretarse los cordones y abrir el frasco de la tranquilidad.
Una vista atrás nos permite ver el aparcamiento y de paso, la Sierra del Endrinal.
Hasta los 1.200 metros de altura el sendero es bastante llevadero con un suelo bastante más firme que el que nos espera a continuación.
Algunas zonas están escalonadas y nos permiten ir algo más deprisa.
Una nueva vista atrás para ver el camino andado, digo subido. En este sendero encontramos una gran variedad de plantas entre las que destacan encinas, algarrobos, coscojas, acebuches, juníperos tanto el phoenica como el oxicedrus, madroños, lentiscos, la tan citada planta de los Ballesteros y otro sinfin de plantas de herriza como mirtos, espartos, romeros, jaras y poleo.
Pierdo mucho tiempo sacando fotos, las vistas son impresionantes. Aunque lo cierto que las fotos es sólo una excusa para parar y tomar aire.
Seguimos subiendo, este recorrido no da un respiro.
A nuestras espaldas podremos ver la Sierra de la Silla y todo el Valle de Tavizna.
Como no podía ser de otra forma una toma al archifamoso pinsapo, justo enfrente de él hay otro más pequeño que probablemente pueda ser un hijo del éste.
Llegamos a una vaguada que a la postre será el único sitio en el que tengamos un poco de tregua y nuestras piernas lo agradecen. También vemos una buena sombra que será nuestro comedor en el regreso.
Desde aquí ya podremos ver lo que se avecina, un muro de piedra inhóspita que parece casi imposible de superar.
Vamos allá.
A lo lejos divisamos un grupo que ya viene de regreso. A partir de aquí guardamos los bastones ya que con las manos libres nos será mucho más fácil ascender.
Mi compañera de caminos me mira y pregunta si voy por el camino correcto. Para animarla le digo que no, que me he despitado un poco pero que pronto retomanos el bueno. No me atreví a decirle que este era el trazado más fácil. Me mira incrédula.
La primera trepada no se hace esperar, aunque en estos momentos lo desconocemos, sólo tendremos que realizar una más y de menor altura.
Nueva mirada de estupor, esta pared parece imposible, de nuevo la animo y le recuerdo que llevamos el trazado más fácil y cómodo, una mirada asesina me aconseja no decir nada más.
Se han cambiado las tornas, el grupo que bajaba ya está en la vaguada, y nosotros a media altura.
Vamos al lío, "totiesoparriba".
La vereda desaparecida entre las rocas vuelve a dar alguna señal de vida, aprovechamos para recrearnos con las ganas de vivir de un acebuche que crece completamente pegado al lateral de una piedra, buscando la protección total de los vientos reinantes.
Me dice que no puede ser, que esas indicaciones deben estar mal, que por ahí no se puede pasar ¿Qué dónde está el camino?
¡Vaya! Obra de un bromista, ha pintado una señal de indicación en una pared de siete metros de altura.
Empiezo a pensar lo mismo, fijo que pintaron en invierno y bajo los efluvios de la cazalla. Aún así seguimos las indicaciones.
Prueba superada aunque con cara de incrédula al mirar por dónde hemos subido. Ya estamos en la cumbre.
Con la foto de rigor y a pesar de la bruma que nos lleva acompañando toda la mañana, disfrutaremos de las vistas y recuperaremos fuerzas para la bajada, que sin dudas nos hará falta.
El pinsapar es impresionante. Al resguardo de la cara norte de la Sierra del Pinar y escoltado por el San Cristóbal sigue resistiendo las embates del tiempo.
A la izquierda del pinsapar.
Más a la izquierda.
Más aún.
Dando la espalda al pinsapar.
Dando un paseito por la cima.
A lo lejos divisamos un grupo que viene cresteando.
La bruma se resiste, pero se levanta algo más y no nos arruina el reportaje fotográfico. El tiempo se porta bien con nosotros.
Con algo de pena pero con la mochila llena de satisfacciones vamos para abajo, tenemos que aligerarla de peso.
Un último vistazo de despedida. Y volvemos a pensar que si de verdad hemos subido por ahí.
El grupo que venía cresteando nos ha dado el relevo en la cima. Ahora son ellos los que disfrutan del privilegio de ser los gaditanos que se encuentran a mayor altura en toda la provincia.
Me resisto a dar por finalizada la jornada y no paro de sacar fotos, el lugar lo merece.
Este cerro que hace unos minutos parecía minúsculo a nuestros pies, ahora se yergue insultantemente poderoso.
Hay que extremar la precaución en la bajada, el peligro de hacer "patinaje" es muy alto, así cuidadito y paso corto.
Ya sólo nos queda volver al coche dando por finalizada esta gratificante salida. Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
PD. Si por un casual eres algún componente de los grupos con que nos cruzamos fue un placer departir con vosotros. Un abrazo.
Enhorabuena por vuestro "asalto" al punto más alto de la provincia. nosotros la última vez que estuvimos con nuestro Club disfrutamos de una estupenda batalla de nieve. Os dejo el enlace. Saludos https://www.youtube.com/watch?v=V_pTp3MYeZ8&index=2&list=FLStRL3TMRVkjiXju1Y37ETw
ResponderEliminarGracias por tu visita, Carlos. La verdad es que para los que no estamos acostumbrados a la nieve, el momento bien merece una batalla o dos. Un abrazo.
Eliminar