sábado, 9 de mayo de 2020

EL MONASTERIO DE LA CARTUJA DE CAZALLA (CAZALLA DE LA SIERRA-SEVILLA) (10 ABR 2016)

La Cartuja de Cazalla de la Sierra (Sevilla), se encuentra situada a cinco kilómetros de la población, en un terreno levemente montañoso. Tiene su origen a fines del siglo XV, y es un magnífico ejemplo de los monumentales conjuntos arquitectónicos en los que se desarrolló la vida de la Orden de los Cartujos. Aunque su historia como monasterio cartujo concluyó en el siglo XVIII, la realidad actual de sus restos permite una aproximación a los momentos de mayor esplendor. Esta visita nos permitirá descubrir una de las grandes joyas desconocidas de nuestra querida Andalucía.

Señalar que el recinto es propiedad privada y en parte de sus instalaciones se ubica un hotel rural, no obstante la visita es mixta tiene una parte guiada donde nos cuentan todos los pornemores históricos del lugar así como alguna que otra anécdota y al finalizar la fase guiada pues podemos desplazarnos libremente y poder tomar fotos o mirar con más tranquilidad. Desde aquí agradecer ese detalle y la atención que recibimos por parte de nuestra guía. 

Dejamos el coche en el aparcamiento justo a la entrada en: 37º57.126N - 5º43.752W

El acceso al conjunto se realiza a través de una gran portada, de líneas clásicas, formada por dos pilastras toscanas que enmarcan un arco de medio punto. A su izquierda se sitúa la «casa del monje portero», mientras que a la derecha se localiza la «capilla de los peregrinos», una especie de «capilla de afuera», tradicional en todas las cartujas.

Esta colorida entrada no nos hace suponer la maravilla que tras ella se oculta. 

Es un recinto monumental de 9 hectáreas rodeado de otras 10 hectáreas de encinas, alcornoques y olivos. En ella se encuentra el monasterio cartujo que tiene 600 años de antigüedad, aunque en su estructura tiene vestigios moriscos del siglo VIII como la antigua mezquita convertida en sala capitular por los monjes. 

Parece ser que los primeros que se afincaron en este lugar fueron los fenicios que crearon la Ruta de la Plata y explotaron las minas del Cerro del Hierro (visitado en abril de 2016). Luego los musulmanes construyeron en el recinto denominado El Castillejo, una mezquita, un molino de aceite y un molino de harina de los que todavía quedan algunos restos. «Cuando se marcharon los musulmanes en el siglo XIV se conoce que Pedro I El Cruel, rey de Castilla y León, se hospedaba en El Castillejo cuando venía a la zona a cazar osos», nos explica nuestra guía. 

En 1416 se instalaron los primeros monjes de la orden de los Jerónimos que construyeron el monasterio y sesenta años más tarde los relevaron los Cartujos que acogían a peregrinos de la Ruta de la Plata del camino de Santiago en la Casa del Peregrino, edificio en el que actualmente vive la familia propietaria.
 



Frente a la recepción encontramos una talla de un peregrino que parece darnos la bienvenida.

Durante 400 años los cartujos fueron ampliando el conjunto monumental y permanecieron allí hasta la desamortización de Mendizábal que supuso la expulsión de los monjes. El conjunto cayó en desuso y la gente del pueblo lo usó durante años como granja para el ganado y la iglesia sirvió de bodega para guardar el vino.
Siguiendo el eje de entrada al recinto, y distanciado de él, se encuentra el núcleo fundamental del conjunto. Éste se compone de una iglesia y tres claustros con las distintas dependencias y cronologías.
   
Adosado al muro derecho del templo se sitúa el claustro central. Éste, de planta cuadrada, estuvo en origen porticado, con seis pilares cada lado. En la actualidad, las galerías perimetrales se encuentran totalmente derruidas, conservándose únicamente los arranques de las bóvedas.

El Monasterio de la Cartuja de la Inmaculada Concepción que es su nombre completo, constituye una excepción al ser el único monasterio cartujo que se crea como filial de otro. Pensado como un lugar de esparcimiento y retiro de los monjes cartujos que se apartaban de las obligaciones que la metrópoli les ocasionaba, el prior de la de Santa María de la Cuevas de Sevilla, Fernando Torre, promovió y buscó un lugar adecuado para establecer un monasterio a tal fin. Tras el fallecimiento de dicho prior los monjes hispalenses lo solicitan mancomunadamente al Capítulo General de la Orden, que otorga licencia en 1476. Fue edificado por los monjes de la Orden de San Bruno, filial al de Santa María de la Cuevas (La conocida como Cartuja de Sevilla), comenzando sus obras sobre el año 1503, cuando los monjes covitanos fueron conminados a procurar los medios necesarios mediante misiva del Capítulo General.

Todo un sistema de galerías, cubiertas por bóvedas de arista, enlazan este claustro central con el gran claustro posterior, la parte trasera del templo y algunas dependencias del claustrillo.
 

La majestuosa espadaña, apoyada sobre el muro de la Epístola, es de notorios caracteres barrocos, decorada con esferas de azulejos y polícromos que en su momento debió ser un auténtico espectáculo.

Asimismo, son perceptibles vestigios de azulejos de Cuenca del siglo XVI y restos de pinturas murales gótico-mudéjares. Alrededor de este claustro se encuentran una serie de dependencias, como son la sala capitular, la antigua sacristía, sala «de Profundis» y el refectorio.
 

Mientras yo intento prestar atención a las explicaciones de nuestra guía, la juguetona no para y encima pone cara de buena cuando la pillo in fraganti.

A modo de bancos y taburetes vemos unas curiosas tallas en piedra.

Con respecto al claustro grande, hay que indicar que es la zona más perdida del monasterio. De él se conservan algunos restos de bóvedas de crucería que cubrían las galerías. Todo el ámbito poseía celdas independientes, de simple traza.

Alrededor de este espacio se localiza la antigua iglesia (adaptada al uso de cocina), así como una serie de estancias que debieron corresponderse con las dependencias primitivas. 




El claustro pequeño, también conocido como «claustrillo», centralizaba las dependencias originales del establecimiento conventual. Obra de planta rectangular, conserva la base de los pilares y el arranque de los arcos, así como una fuente en su centro.



 Y la juguetona a la suyo, es que no para ¿como leches habrá subido ahí?

El templo presenta planta rectangular, con presbisterio, sagrario y sacristía. En su interior, la única nave se cubre por medio de bóveda de cañón con lunetos.
 

El presbiterio, por su parte, presenta una interesante bóveda nervada de raigambre gótica. Este espacio estuvo decorado por numerosas pinturas murales, hoy prácticamente perdidas.

El sagrario, que se dispone tras el presbiterio, se comunica con éste mediante dos puertas laterales y un gran vano central. Posee planta cuadrangular, y se cubre con una falsa cúpula con tambor apoyada en pechinas. Este espacio estuvo decorado por un completo programa iconográfico, hoy muy deteriorado.
En el costado izquierdo de la cabecera de la iglesia se localiza la sacristía, de la que tan sólo se conservan sus muros y los arranques de la bóveda que la cubría.


En algunas paredes podemos ver restos de la decoración original que se distinguen muy bien de las que han sido restauradas o repintadas de forma reciente.

La gran cúpula central nos recuerda, salvando las distancias, a la cúpula de la Basílica de San Pedro de Roma. Bien pintada tendría que ser soberbia.

 Y evidentemente esta es la de la Basílica de San Pedro, bien pintada.

Por algunos rincones encontramos auténticas joyas en madera tallada.

Todo el conjunto queda rodeado por una cerca, dentro de la cual también se incluyen varias albercas y acequias.

Con la invasión francesa en 1810 el monasterio es saqueado por las tropas invasoras y los cartujos cazalleros sufren su primera expulsión, regresando la comunidad en 1814 tras la guerra, recuperan las edificaciones e inician su rehabilitación.

Rodea al monasterio la huerta, el molino aceitero y el estanque de la galapaguera, próxima a la primera capilla citada.

Con la desamortización de Mendizábal de 1836 los monjes fueron expulsados de forma definitiva. El conjunto cayó en desuso y la gente del pueblo lo usó durante años como granja para el ganado y la iglesia sirvió de bodega para guardar el vino.

Y así en el olvido la propiedad del monasterio fue pasando de manos en manos, hasta que una iniciativa privada compró el lugar y recuperó lo que hoy podemos ver.

Con un último paseo por los alrededores del monasterio ponemos fin a esta visita que nos ha supuesto todo un descubrimiento de un lugar maravilloso y cargado de historia que se niega a perecer víctima del olvido y del abandono por parte de las administraciones.


VISITAS COMPLEMENTARIAS:
Nacimiento y cascadas del río Huéznar (San Nicolás del Puerto)
El Rebollar y el Cerro del Hierro (San Nicolás del Puerto).

Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

viernes, 8 de mayo de 2020

VISITA AL RECINTO FORTIFICADO DE LA ALCAZABA DE ANTEQUERA (24 ABR 2016)

Antikaria para los romanos, Madinat Antakira para los árabes y Antequera desde que Fernando I de Aragón, conocido como Fernando el de Antequera, la reconquistase para la corona española en 1410, ha sido un paso obligado para los viajeros de todos los tiempos. Su magnífico conjunto monumental es fruto de su pasado histórico y se plasma en los más de medio centenar de edificios existentes, que datan desde la Edad de Bronce hasta el siglo XVIII. Aquí un agradable paseo por Recinto Monumental de la Alcazaba que nos permitirá conocer parte de una  historia pasada más gloriosa para España.
Dejamos el coche en:  37° 00.836'N - 4° 33.531'W

El coche lo dejamos en una explanada existente en uno de los laterales de la Alcazaba de la que tenemos una imponente vista.

Nos dirigimos ahora al Arco de los Gigantes. Construido en 1585 al objeto de sustituir un acceso en recodo de la cerca musulmana queriendo evocar con su gran vano de medio punto los arcos de triunfo del mundo clásico. Tiene más de dos metros de grosor y sobre la cornisa se conservan los restos de una escultura romana de Hércules, que dio otro de los nombres con que se designó esta puerta, además del de Arco de los Gigantes. Tras el arco se encuentra la entrada al recinto.

Justo al lado se encuentra la Real Colegiata de Santa María Mayor, construida en la primera mitad del siglo XVI, se considera la primera iglesia columnaria levantada en Andalucía. Es sin dudas, el edificio renacentista más importante de la ciudad.

Lo que actualmente conocemos como Recinto Amurallado de la Alcazaba de Antequera se asienta sobre las construcciones musulmana de mediados del siglo VIII que a su vez lo hicieron sobre antiguas construcciones de lo que fue la Anticaria romana y visigoda. Durante estos primeros momentos el enclave antequerano era un hisn o fortaleza-refugio (en manos de tropas sirias y bereberes) y tuvo poca relevancia hasta la caida y desmantelamiento de las ciudades próximas que apoyaron la revuelta de Omar Ibn Hafsún, a finales del siglo IX y principios del X d.C.

Dentro del conjunto amurallado de la medina islámica se distinguían dos recintos más o menos diferenciados: la Alcazaba, que ocupaba todo el coronamiento del cerro, y un segundo anillo que, bajando desde la Puerta de la Villa, continuaba hacia el Postigo del Agua y Puerta de Málaga, para volver a unir con la Torre Blanca. 

Será con la proclamación del Califato (912-1016 d.C) cuando Antequera se convertiría en una fortaleza estatal, un núcleo de pacificación, que concentró a los habitantes de las poblaciones rebeldes. En Antequera se construyó un primer recinto defensivo que discurría por la corona del cerro calizo.
Durante el periodo de los Reinos Taifas (1.016-1.090) Antequera fue sometida por el reino hammudi de Málaga, pero pronto Granada ocupó esta taifa y la población pasó entonces al dominio de los ziríes granadinos.
La debilidad de los reinos de taifas provocó que, en primer lugar los almorávides y posteriormente los almohades (1.090-1.232), a quien los reyes andalusíes habían pedido anteriormente ayuda contra los cristianos, decidieran tomar las riendas del poder en Al-Andalus. La investigación arqueológica nos revela un momento de expansión de Madinat Antaqira, de hecho es cuando se levantan los dos anillos de murallas que hoy podemos contemplar y que protegían una madina de unos 62.000 m2.
 
Los nuevos tramos de las murallas y las nuevas torres se construyen mediante tapial y el exterior se revoca con enlucido muy fino de cal. El estuche de piedra se añadió en la centuria siguiente.
Durante el siglo XIII, bajo el dominio de los Nazaríes de Granada (1232-1492), el avance de las tropas cristianas impuso cambios en la ordenación y defensas de la ciudad, que en estos momentos conoció su etapa más esplendorosa bajo el dominio musulmán, acompañado de un incremento importante de población. Estas murallas frenaron el intento de Pedro I de conquistar la ciudad en 1361 (la cita López de Ayala como “Villa muy fuerte”). Este hecho obligó a reforzar de nuevo el recinto murado de la madina. Las principales obras de refuerzo de la cerca fueron el revestimiento de forro de mampuesto en toda la muralla, la construcción de la barbacana (a modo de antemuro o parapeto exterior), la edificación de una coracha (prolongación de la muralla hacia el río de la Villa) y la reedificación de la “Puerta de Málaga” que pertenece al programa de puertas de Justicia emprendido por Muhammad V (segunda mitad del siglo XIV).

Aquí tenemos la parte del Hércules  que aún se conserva encima del Arco de los Gigantes.

Queda claro que la fortaleza antequerana, con sus reconstrucciones y ampliaciones era realmente fuerte y difícil de conquistar, de manera que la toma de Antequera en 1410, tras cinco meses de asedio, tuvo especial resonancia entre los castellanos llegando a considerarse “el más honroso triunfo que las armas cristianas lograron desde la batalla del Salado hasta la rendición de Granada”. Y ello no sólo por la importancia de la villa conquistada y su valor estratégico, sino también por la heroica resistencia de sus habitantes y los malogrados esfuerzos militares y diplomáticos que los granadinos hicieron para levantar el cerco.

 Los cronistas sitúan por el mes de marzo de 1410 cuando el Infante pronunciara la famosa frase “¡Sálganos el sol por Antequera y... sea lo que Dios quiera!” (Sálganos el Sol estando sobre Antequera) dando así comienzo la toma de la ciudad. El hecho de que a un Rey de Aragón, como fue después Don Fernando, se le conozca en la Historia con el sobrenombre de "El de Antequera", ganado como Infante de Castilla, deja muy clara la importancia que tuvo para la continuación de la conquista de Granada la toma de esa plaza.

La torre más importante de todo el recinto es la del Homenaje. Su planta es angular. También es conocida como la Torre de las Cinco Esquinas.

 A los pies de la torre vemos un magnífico jardín con modelados setos.

Volviendo la vista hacia nuestras espaldas vemos la perfecta alineación del camino de subida con la famosa Peña de los Enamorados que tanta influencia mística ha tenido sobre las diferentes culturas que aquí se asentaron.

Sobre esta torre se construyó, en el año 1582, un templete campanario, para cobijar la campana mayor de la ciudad. Unida por un lienzo de muralla a esta torre, está la conocida como Torre Blanca, la cual sorprende por la perfección técnica demostrada en su fábrica de sillería.

Y justo entre ambas torres vemos lo que nos parece un profundo pozo, se trata de una mazmorra excavada en la roca del subsuelo.

Al interior se accede por una puerta jalonada de dos grandes fustes de columna lisos y un dintel. Entre las estancias del interior, hay varias de planta rectangular y cubiertas con bóvedas esquifadas. 

Desde la Torre del Homenaje tenemos una magnífica visual del entorno. Al final del lienzo de muralla vemos la Torre Blanca que sorprende por la perfecta ejecución de su fábrica de sillería.

Desde lo alto de la Torre del Homenaje se domina kilómetros a la redonda. Destacando sin dudas la Peña de los Enamorados.

Recibe su nombre de una leyenda fronteriza tardomedieval, según la cual unos musulmanes ganaron una batalla contra los cristianos y apresaron al que parecía ser el comandante cristiano. Se le encerró en una celda y la hija del rey musulmán decidió visitar las celdas. Cuando vio al preso cristiano, se enamoraron mutuamente y acordaron escaparse juntos. El rey musulmán descubrió su fuga y les persiguió por la peña. Los enamorados llegaron al pico y al ver que no tenían escapatoria, se lanzaron al vacío en un último abrazo, buscando unirse en la eternidad. La trágica muerte de ambos jóvenes sirvió para que el jefe musulmán y el cristiano encontraran la paz después de tantas batallas. En el pico de la peña hay una estatua de piedra de una joven y un hombre abrazados inclinados hacia el barranco, y se cuenta que cuando atardece y el sol da a la peña destellos rojizos, es por la sangre de ambos jóvenes.


Y tenemos sorprendentes vistas de la ciudad y Serranía de Ronda. En línea de horizonte Sierra Pelada, por allí se encuentra el famoso Torcal de Antequera, visitado en abril de 2016.

También podemos ver la mayoría de iglesias y edificios antiguos de Antequera. En el centro de la foto vemos la Iglesia de San Sebastían la construcción original se realizó entre los años 1540 y 1549 destacando de esta época la portada plateresca construida en 1548, diseñada por Diego de Guevara y en el interior los pilares cruciformes de los tramos más cercanos al muro de los pies. La importantísima torre de ladrillo, de 60 metros de altura, uno de los emblemas paradigmáticos de la ciudad, la construyó el alarife Andrés Burgueño entre los años 1701 y 1706.

Entramos en la Torre Blanca.

Construida en época nazarí presenta planta rectangular un tanto trapezoide. Es obra maciza hasta el nivel del adarve de la muralla anexa, y consta de dos plantas y terrado. En ella destacan sus ventanas en arco de herradura, esta que vemos enmarca la Torre del Homenaje y el templete-campanario construido en 1582 para colocar la campana y el reloj de la ciudad. Desde el momento de su construcción es conocido como el Reloj de Papabellotas, por haber tenido que vender la ciudad un alcornocal de propios para sufragar los gastos ocasionados.

Tiene dos plantas sobre la altura del adarve y sus diferentes estancias se cubren con distintos tipos de bóveda de ladrillo. El interior se ilumina con troneras y ventanas en arco de herradura. Se encuentra dentro de lo que llamamos anillo de medina construido en el siglo XIV para dar cobijo a los musulmanes expulsados por la conquista castellana.  Esta ventana se orienta hacia el Camorro Alto que con sus 1.377 metros representa la mayor altura del Parque Natural del Torcal de Antequera.

Más impactante si cabe es otro de los ventanales en arco de herradura que nos encuadra perfectamente la Peña de los Enamorados, un peñon calizo de 874 metros de altura y de gran importancia arqueológica.

Aprovechamos para ver la explanada donde dejamos el coche y como aumentó su ocupación.

También vemos el lugar donde se alzaba la mezquita aljama de Medina Antagira, un edificio de planta rectangular orientada hacia el sureste. Esta planta cuenta con diferentes estructuras que podrían corresponderse con los muros internos que separan el haram u oratorio con el sahn o patio donde quedaría inserto el aljibe.

Más abajo vemos la Torre del Quiebro. Demolida junto al lienzo de muralla que la unía a la Torre Blanca, en 1510 por orden del Alcaide de la fortaleza. Ha sido reedificada tras los trabajos de investigación arqueológicos.

Ahí vemos un tramo de la conocida como Muralla Urbana, data de la época almohade, construida por tanto en torno a las últimas décadas del siglo XII y primeras del siglo XIII. Los almohades levantaron todo un nuevo recinto amurallado completo, que es el que hoy todavía podemos contemplar en algunos de sus tramos.
Estas murallas fueron construidas con tapial, y aún en algunos tramos se puede apreciar hoy el ancho de las tablas que utilizaron como encofrado.

Vista de la Torre Blanca desde su cara opuesta y una sección que nos permite ver el impresionante grosor de la muralla.

Nuestro paseo nos lleva a los pies de la Torre del Quiebro demolida en 1510 y reconstruida hace pocos años.

A continuación llegamos a la Tumba Romana. Planta de columbario (estructura funeraria colectiva) destinada a albergar las cenizas de los difuntos está datada en el siglo I d.C.

Una vista de la misma torre desde la parte exterior de la muralla urbana.


La Torre de la Bisagra fue descubierta en el año 2000 y restaurada junto a las barbacanas se denomina torre bisagra por ser el punto desde donde parte, por un lado las murallas que protegían a la población de la madina y por otro las murallas del primer recinto fortificado que incluía la casa del gobernador y el barrio de los funcionarios.

Y con estas imágenes desde el exterior del recinto ponemos fin a la visita. Hay más cosas pero esas os la dejo que las descubráis vosotros.




RUTAS COMPLEMENTARIAS:
El Torcal de Antequera
Dólmenes de Antequera
Paseo por el casco histórico de Antequera.

Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.