lunes, 16 de mayo de 2016

PASEO POR EL CASCO HISTÓRICO DE ANTEQUERA (24 ABRIL 2016)

Antikaria para los romanos, Madinat Antakira para los árabes y Antequera desde que Fernando I de Aragón, conocido como Fernando el de Antequera, la reconquistase para la corona española en 1410, ha sido un paso obligado para los viajeros de todos los tiempos. Su magnífico conjunto monumental es fruto de su pasado histórico y se plasma en los más de medio centenar de edificios existentes, que datan desde la Edad de Bronce hasta el siglo XVIII. Aquí un agradable paseo por el casco histórico de Antequera que nos permitirá conocer parte de una ciudad imprescindible para entender nuestra historia pasada más gloriosa.
 
Dejamos el coche en:  37° 00.836'N - 4° 33.531'W
Distancia: 3,44 kilómetros
Tiempo: 2 horas.
Dificultad: Baja.

El coche lo dejamos en una explanada existente en uno de los laterales de la Alcazaba.

Rápidamente llegamos a la plaza del Portichuelo. En ella se ubica la Capilla Tribuna Virgen del Socorro. Construcción de piedra y ladrillo de gran originalidad datada en 1715, presenta dos plantas de galerías abiertas y un ático cerrado a cuatro aguas. Su estilo podría catalogarse dentro del denominado "Urbanismo Castizo Andaluz",

A través de la calle Cuesta de Caladeros llegamos a la Plaza Coso Viejo, en ella se ubica el Palacio de Nájera, construcción de ladrillo de principios del siglo XVIII y de clara influencia barroca. Destaca su torre mirador y unas columnas de caliza roja procedente del torcal de Antequera. En sus dependencias se encuentra ubicado el Museo Municipal.
El centro de la plaza lo preside una estatua ecuestre del Infante Don Fernando, conquistador en 1410 de la ciudad. También podemos encontrar la Fuente de los Cuatro Elementos, que representa a los cuatro elementos: agua, fuego, aire y tierra, y el Convento de Santa Catalina de Siena.


Nos dirigimos ahora al Arco de los Gigantes. Construido en 1585 al objeto de sustituir un acceso en recodo de la cerca musulmana queriendo evocar con su gran vano de medio punto los arcos de triunfo del mundo clásico. Tiene más de dos metros de grosor y sobre la cornisa se conservan los restos de una escultura romana de Hércules, que dio otro de los nombres con que se designó a la Puerta, además del de Arco de los Gigantes, alusivo a las estatuas de gran tamaño que en ella hubo.

Justo al lado se encuentra la Plaza de los Escribanos, se llama asi porque en su dia durante el siglo XVI, llegó a tener hasta 20 casas de escribanos, lo que hoy dia equivaldría a notarios, registradores etc., estaba junto a La Colegiata porque ésta, era sede de la Cátedra de Gramática, la de Latín y la de Musica.  Era el centro cultural de la ciudad.
Actualmente es un espacio muy bonito porque tiene a la espalda el Arco de los Gigantes, a un lado la vista de la Peña de los Enamorados y en frente la fachada renacentista de la Colegiata.
La Real Colegiata de Santa María Mayor, construida en la primera mitad del siglo XVI, se considera la primera iglesia columnaria levantada en Andalucía. Es sin dudas, el edificio renacentista más importante de la ciudad.

La Capilla Mayor de planta rectangular, muy profunda, se cubre con bóvedas de estilo gótico-mudéjar, que dibujan dos grandes estrellas, de seis y ocho puntas.

En su interior, a pesar de estar prácticamente vacío, nos sorprende una especie de paso en el que se ve un dragón de siete cabezas sobre el que cabalga una mujer, se trata de La Tarasca. La procesión del Corpus Christi comprendía en el Barroco una compleja escenografía que incluía elementos profanos como La Tarasca, que solía encabezar la procesión y cuyo cometido era reverenciar el Santo Sacramento y representaba el poder de Cristo sobre el pecado.
Esta que vemos es la recreación de la que procesionaba en el Corpus de Granada allá por 1760, un dragón de siete cabezas que podría representar los siete pecados capitales gobernado y dominado por la Fé.

En la misma plaza y a su izquierda tenemos un mirador desde el que podemos ver las Termas Romanas de las que aún podemos ver diferentes estancias.
 1.- NATATIO (Piscina de agua fría al aire libre). 2.- FRIGIDARIUM (Baños de agua fría). 3.- SILOS (Siglo XIII d.C). 4.- ZONA DE TRÁNSITO. 5.- APODYTERIUM (Vestuarios). 6.- PALESTRA (Patio central al que se abrían las demás estancias). 7.- TEPIDARIUM (Baño de agua templada). 8.- CALDARIUM (Baño de agua caliente). ).- LATRINAE (Letrinas).

A través de la calle Bajada del Río, llegamos a la Plaza del Carmen, en ella se ubica la Iglesia del Carmen. Este templo, que fue de Carmelitas Calzados y hoy sede de la antigua parroquia de Santa María, es uno de los conjuntos monumentales más importantes de la ciudad. Aparte de su interés arquitectónico, hay que destacar la importancia de su corpus de retablos barrocos, que hacen a este edificio único en la provincia de Málaga.

Continuamos el paseo por la calle Cuesta de los Rojas, llegando a la Plaza de las Descalzas. En esta plazuela recoleta y con grandes magnolios, encontramos el convento que le da nombre: Convento de San José de Carmelitas Descalzas, presentándonos la bellísima portada de la iglesia, de estilo barroco antequerano, y la pequeña portadita que da acceso al convento. Abriendo al espacio hacia la calle Carrera, se encuentra el conocido Palacio de los Marqueses de la Peña de los Enamorados.

Al final de la calle Calzada encontramos la Casa del Barón de Sabasona. El edificio que alberga el Colegio Público "Romero Robledo", perteneció a la familia de los Tejada, que tuvieron el título de Barones de Sabasona. Es un antiguo inmueble palaciego reconvertido, cuya construcción data del primer tercio del siglo XVIII, siendo una de los ejemplos más originales en el conjunto de las casas con "fachada-armazón", tan características en la ciudad de Antequera.

Continuando por la calle Diego Ponce llegamos a la Casa Museo de los Colarte. Este edificio fue construido a comienzos del siglo XVIII. En su primer cuerpo, labrado en caliza roja del Torcal, la puerta queda jalonada por dos columnas toscanas sobre plintos, que sostienen clásico entablamento con parca decoración de triglifos; A través del zaguán, accedemos a un largo cuerpo de casa, en uno de cuyos extremos se sitúa la caja de la escalera, sin duda la pieza más interesante de todo el interior del edificio. Todo se decora con yeserías policromas. El edificio acoge al Museo de Arte de Antequera (MAD), gran cantidad de pinturas y una muestra de arte moderno.

El patio principal es bastante sencillo y sólo tiene galería columnada en uno de sus frentes. Llama la atención en su patio de luces, una bonita fuente también de caliza roja, adosada a la pared derecha.


Volviendo a la calle Diego Ponce nos dirigimos hacia el Convento Madre de Dios Monteagudo. Debe su origen al establecimiento de la comunidad de religiosas agustinas en la ciudad en 1520. La zona conventual, caracterizada por una gran sobriedad, contiene un jardín y un patio trasero y organiza sus dependencias en torno a un claustro.


En la calle Laguna encontramos la Casa de los Serrailler, una de las últimas obras de Aníbal González, se inserta, por tanto, dentro del movimiento conocido como "Arquitectura del Regionalismo" desarrollado en la primera mitad del siglo XX dentro de la arquitectura sevillana en búsca de la propia entidad perdida . Hacia el exterior se desarrolla una gran fachada de ladrillo en limpio, organizada en cinco ejes verticales y tres plantas en disminución de altura hacia arriba. El eje central lo ocupa la portada. Del interior del edificio destaca el patio, quintaesencia del sevillanismo inventado por el maestro: columnas corintias de mármol blanco, molduración de ladrillo, azulejería trianera, etc

Seguimos este agradable paseo por Antequera y llegamos a la calle Lucena, dónde se ubica el Palacio del Marques de Villadarias. Construido a principios del siglo XVIII posee una fachada monumental, organizada en tres pisos y seis ejes con huecos de ventanas. El elemento que más destaca es la portada con cuatro columnas toscanas.

Sobre las columnas, los escudos de armas de la familia.

En la calle Infante Don Fernando vemos la Iglesia de San Agustín, Antiguo convento de San Agustín, construido entre 1550 y 1556. La torre, de estilo manierista se eleva hasta la cornisa del tejado y dos más con chapitel bulboso embutida entre dos contrafuertes. Tiene planta rectangular y cubierta con bóveda gótica, espacio cubierto con decoración de yeserías y con lienzos embutidos con la vida de San Agustín.

Volviendo sobre nuestros pasos por la calle Infante Don Fernando, llegamos a la Plaza de San Sebastián. Se crea en 1508 como consecuencia de una real cédula de Doña Juana la Loca. Ofrece actualmente uno de los conjuntos urbanísticos más bellos de la ciudad. En ella se ubican edificios tan interesantes como el Arco del Nazareno, la casa de los Bouderé, o la insigne Iglesia Colegial de San Sebastián.

La importantísima torre de ladrillo, de 60 metros de altura, uno de los emblemas paradigmáticos de la ciudad, la construyó el alarife local Andrés Burgueño entre los años 1701 y 1706. Su diseño y material constructivo, que fundamentalmente era ladrillo relacionan a esta torre barroca con las mudéjares aragonesas. Se corona con un ángel-veleta llamado como el Angelote de casi tres metros y medio de alto.

Se construyó entre los años 1540-49 destacando de esta época la portada plateresca construida en 1548 y diseñada por Diego de Guevara.

Otro elemento importante es la fuente renacentista que centra la plaza, labrada por el granadino Baltasar de Godros en 1545.

En uno de los laterales se encuentra la Casa de los Bouderé, construida por el arquitecto Daniel Rubio a principios del siglo XX. Esta casa, de estilo eclecticista francés, muestra a la plaza de San Sebastián sus balcones, con bonitas rejas de fundición.

Como último elemento reseñable de la plaza está el Arco del Nazareno. Se trata originalmente de una capilla callejera construida en el siglo XVIII, época de gran proliferación de este tipo de lugares de culto de imágenes sagradas.
El primitivo arco construido en el siglo XVIII fue demolido, por su estado de ruina, en 1959, inaugurándose la nueva obra en 1963. Una leyenda popular acompaña la historia de esta singular construcción, la cual fue recogida por la poetisa antequerana Victorina Sáenz de Tejada en un romance titulado "El Nazareno de la calle Nueva":

Existía en la ciudad un caballero llamado Luis de Zayas, conocido por la vida alocada que había seguido en su juventud. Aunque abandonó sus malas costumbres casándose, asistiendo una mañana a la iglesia de la Encarnación quedó prendado de una joven que tomaba el hábito de religiosa. Desde entonces, no pensó en otra cosa que no fuera conseguir los favores de la novicia.
Algunos meses después, obtenido el cariño de la muchacha, en una noche tormentosa se lanzó al interior del jardín donde esperaba hallar a su amada. Al no verla allí, se aventuró al interior del convento, encontrándola dormida en su celda. Tras despertar a la joven ambos salieron al pasillo, cayendo ella de rodillas totalmente arrepentida ante una imagen de María. El hidalgo abandonó allí mismo a la joven corriendo presuroso a la calle, cayendo desvanecido al llegar a la entrada de la calle Nueva.
Al amanecer fue encontrado por algunas personas que lo acompañaron a su casa, confesándose ante su mujer, a la que contó que había visto la imagen de Jesús con la cruz sobre sus hombros al llegar a la esquina de la calle. Como muestra de su arrepentimiento, quiso expiar su culpa con la fundación de un arco sobre el que colocaría, alumbrada perpetuamente por seis luces, la imagen de Jesús Nazareno.


Abandonamos la plaza por la calle Cuesta de la Paz y rápidamente llegamos a la Plazuela de Santo Domingo, en ella se ubica el Convento de Santo Domingo cuyas obras de construcción comenzaron a principios del siglo XVII. El exterior es de una gran sencillez. La portada de estilo manierista, presenta pilastras almohadilladas, al igual que el dovelaje del arco. El segundo cuerpo lo forma una hornacina bellamente guarnecida en la que está colocada la imagen en piedra de la Concepción, titular del templo. A ambos lados se disponen cartelas con escudos de la orden dominicana. El coronamiento de la fachada estuvo formado hasta finales del siglo XIX por un falso hastial mixtilíneo, centrado por un escudo de la orden.

Justo enfrente encontramos la Fuente de la Plazuela de Santo Domingo,  una bella fuente barroca adosada al muro de contención de la calle aledaña a un nivel superior. De un solo caño que se inserta en un bajo relieve con figura de mascarón y decoración vegetal, con un pilón de no grandes dimensiones sujetos sus sillares con grapas. Todo labrado en piedra caliza roja del Torcal.

Por último el Palacio de la Marquesa de las Escalonias, uno de los ejemplares más representativos de la arquitectura civil de Antequera, es considerado uno de los edificios mejor conservados con la tipología de antigua casa palaciega antequerana de principios del siglo XVII.
Ya sólo nos queda tomar la calle Álvaro de Oviedo y llegar a la Plaza del Portichuelo, inicio de nuestra ruta.
 
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=13298342
 
Aún no nos hemos ido y ya tenemos ganas de volver ¿será para subir a la Peña de los Enamorados?

RUTAS COMPLEMENTARIAS:
El Torcal de Antequera
Dólmenes de Antequera
Visita al Recinto Fortificado de la Alcazaba.

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