Antikaria para los romanos, Madinat Antakira para los árabes y Antequera
desde que Fernando I de Aragón, conocido como Fernando el de Antequera,
la reconquistase para la corona española en 1410, ha sido un paso
obligado para los viajeros de todos los tiempos. Su magnífico conjunto
monumental es fruto de su pasado histórico y se plasma en los más de
medio centenar de edificios existentes, que datan desde la Edad de
Bronce hasta el siglo XVIII. Aquí un agradable paseo por Recinto Monumental de la Alcazaba que nos permitirá conocer parte de una historia pasada más gloriosa para España.
Dejamos el coche en: 37° 00.836'N - 4° 33.531'W
El coche lo dejamos en una explanada existente en uno de los laterales de la Alcazaba de la que tenemos una imponente vista.
Nos
dirigimos ahora al Arco de los Gigantes. Construido en 1585 al objeto
de sustituir un acceso en recodo de la cerca musulmana queriendo evocar
con su gran vano de medio punto los arcos de triunfo del mundo clásico.
Tiene más de dos metros de grosor y sobre la cornisa se conservan los
restos de una escultura romana de Hércules, que dio otro de los nombres
con que se designó esta puerta, además del de Arco de los Gigantes. Tras el arco se encuentra la entrada al recinto.
Justo
al lado se encuentra la Real Colegiata de Santa María Mayor, construida en la primera mitad del
siglo XVI, se considera la primera iglesia columnaria levantada en
Andalucía. Es sin dudas, el edificio renacentista más importante de la
ciudad.
Lo que actualmente conocemos como Recinto Amurallado de la Alcazaba de
Antequera se asienta sobre las construcciones musulmana de mediados del
siglo VIII que a su vez lo hicieron sobre antiguas construcciones de lo
que fue la Anticaria romana y visigoda. Durante estos primeros momentos
el enclave antequerano era un hisn o fortaleza-refugio (en manos
de tropas sirias y bereberes) y tuvo poca relevancia hasta la caida y
desmantelamiento de las ciudades próximas que apoyaron la revuelta de
Omar Ibn Hafsún, a finales del siglo IX y principios del X d.C.
Dentro del conjunto amurallado de la medina islámica se distinguían dos
recintos más o menos diferenciados: la Alcazaba, que ocupaba todo el
coronamiento del cerro, y un segundo anillo que, bajando desde la Puerta
de la Villa, continuaba hacia el Postigo del Agua y Puerta de Málaga,
para volver a unir con la Torre Blanca.
Será con la proclamación del Califato (912-1016 d.C)
cuando Antequera se convertiría en una fortaleza estatal, un núcleo de
pacificación, que concentró a los habitantes de las poblaciones
rebeldes. En Antequera se construyó un primer recinto defensivo que
discurría por la corona del cerro calizo.
Durante el periodo de los Reinos Taifas (1.016-1.090) Antequera fue sometida por el reino hammudi de Málaga, pero pronto Granada ocupó esta taifa y la población pasó entonces al dominio de los ziríes granadinos.
La debilidad de los reinos de taifas provocó que, en primer lugar los almorávides y posteriormente los almohades
(1.090-1.232), a quien los reyes andalusíes habían pedido anteriormente
ayuda contra los cristianos, decidieran tomar las riendas del poder en Al-Andalus. La investigación arqueológica nos revela un momento de expansión de Madinat Antaqira,
de hecho es cuando se levantan los dos anillos de murallas que hoy
podemos contemplar y que protegían una madina de unos 62.000 m2.
Los nuevos tramos de las murallas y las nuevas torres se construyen
mediante tapial y el exterior se revoca con enlucido muy fino de cal. El
estuche de piedra se añadió en la centuria siguiente.
Durante el siglo XIII, bajo el dominio de los Nazaríes de Granada
(1232-1492), el avance de las tropas cristianas impuso cambios en la
ordenación y defensas de la ciudad, que en estos momentos conoció su
etapa más esplendorosa bajo el dominio musulmán,
acompañado de un incremento importante de población. Estas murallas
frenaron el intento de Pedro I de conquistar la ciudad en 1361 (la cita
López de Ayala como “Villa muy fuerte”). Este hecho obligó a reforzar de
nuevo el recinto murado de la madina. Las principales obras de refuerzo
de la cerca fueron el revestimiento de forro de mampuesto en toda la
muralla, la construcción de la barbacana (a modo de antemuro o parapeto
exterior), la edificación de una coracha (prolongación de la muralla
hacia el río de la Villa) y la reedificación de la “Puerta de Málaga”
que pertenece al programa de puertas de Justicia emprendido por Muhammad
V (segunda mitad del siglo XIV).
Aquí tenemos la parte del Hércules que aún se conserva encima del Arco de los Gigantes.
Queda claro que la fortaleza antequerana, con sus reconstrucciones y
ampliaciones era realmente fuerte y difícil de conquistar, de manera que
la toma de Antequera en 1410, tras cinco meses de asedio, tuvo especial
resonancia entre los castellanos llegando a considerarse “el más
honroso triunfo que las armas cristianas lograron desde la batalla del
Salado hasta la rendición de Granada”. Y ello no sólo por la importancia
de la villa conquistada y su valor estratégico, sino también por la
heroica resistencia de sus habitantes y los malogrados esfuerzos
militares y diplomáticos que los granadinos hicieron para levantar el
cerco.
Los cronistas sitúan por el mes de marzo de 1410 cuando el Infante
pronunciara la famosa frase “¡Sálganos el sol por Antequera y... sea lo
que Dios quiera!” (Sálganos el Sol estando sobre Antequera) dando así
comienzo la toma de la ciudad. El hecho de que a un Rey de Aragón, como
fue después Don Fernando, se le conozca en la Historia con el
sobrenombre de "El de Antequera", ganado como Infante de Castilla, deja
muy clara la importancia que tuvo para la continuación de la conquista
de Granada la toma de esa plaza.
La torre más importante de todo
el recinto es la del Homenaje. Su planta es
angular. También es conocida como la Torre de las Cinco Esquinas.
A los pies de la torre vemos un magnífico jardín con modelados setos.
Volviendo la vista hacia nuestras espaldas vemos la perfecta alineación del camino de subida con la famosa Peña de los Enamorados que tanta influencia mística ha tenido sobre las diferentes culturas que aquí se asentaron.
Sobre esta torre se construyó, en el año 1582, un templete campanario, para cobijar la campana mayor de la ciudad. Unida por un lienzo de muralla a esta torre, está la conocida como Torre Blanca, la cual sorprende por la perfección técnica demostrada en su fábrica de sillería.
Y justo entre ambas torres vemos lo que nos parece un profundo pozo, se trata de una mazmorra excavada en la roca del subsuelo.
Al interior se accede por una puerta jalonada de dos grandes
fustes de columna lisos y un dintel. Entre las estancias del interior,
hay varias de planta rectangular y cubiertas con bóvedas esquifadas.
Desde la Torre del Homenaje tenemos una magnífica visual del entorno. Al final del lienzo de muralla vemos la Torre Blanca que sorprende por la perfecta ejecución de
su fábrica de sillería.
Desde lo alto de la Torre del Homenaje se domina kilómetros a la redonda. Destacando sin dudas la Peña de los Enamorados.
Recibe su nombre de una leyenda
fronteriza tardomedieval, según la cual unos musulmanes ganaron una
batalla contra los cristianos y apresaron al que parecía ser el
comandante cristiano. Se le encerró en una celda y la hija del rey
musulmán decidió visitar las celdas. Cuando vio al preso cristiano, se
enamoraron mutuamente y acordaron escaparse juntos. El rey musulmán
descubrió su fuga y les persiguió por la peña. Los enamorados llegaron
al pico y al ver que no tenían escapatoria, se lanzaron al vacío en un
último abrazo, buscando unirse en la eternidad. La trágica muerte de
ambos jóvenes sirvió para que el jefe musulmán y el cristiano
encontraran la paz después de tantas batallas.
En el pico de la peña hay una estatua de piedra de una joven y un
hombre abrazados inclinados hacia el barranco, y se cuenta que cuando
atardece y el sol da a la peña destellos rojizos, es por la sangre de
ambos jóvenes.
Y tenemos sorprendentes vistas de la ciudad y Serranía de Ronda. En línea de horizonte Sierra Pelada, por allí se encuentra el famoso Torcal de Antequera, visitado en abril de 2016.
Y tenemos sorprendentes vistas de la ciudad y Serranía de Ronda. En línea de horizonte Sierra Pelada, por allí se encuentra el famoso Torcal de Antequera, visitado en abril de 2016.
También podemos ver la mayoría de iglesias y edificios antiguos de Antequera. En el centro de la foto vemos la Iglesia de San Sebastían la construcción original se realizó entre los años 1540 y 1549 destacando de esta época la portada plateresca construida en 1548, diseñada por Diego de Guevara
y en el interior los pilares cruciformes de los tramos más cercanos al
muro de los pies. La importantísima torre de ladrillo, de 60 metros de
altura, uno de los emblemas paradigmáticos de la ciudad, la construyó el
alarife Andrés Burgueño entre los años 1701 y 1706.
Construida en época nazarí presenta planta rectangular un tanto trapezoide. Es obra maciza hasta el
nivel del adarve de la muralla anexa, y consta de dos plantas y
terrado. En ella destacan sus ventanas en arco de herradura, esta que vemos enmarca la Torre del Homenaje y el templete-campanario
construido en 1582 para colocar la campana y el reloj de la ciudad.
Desde el momento de su construcción es conocido como el Reloj de Papabellotas, por haber tenido que vender la ciudad un alcornocal de propios para sufragar los gastos ocasionados.
Tiene dos plantas sobre la altura del adarve y sus diferentes estancias
se cubren con distintos tipos de bóveda de ladrillo. El interior se
ilumina con troneras y ventanas en arco de herradura. Se encuentra
dentro de lo que llamamos anillo de medina construido en el siglo XIV
para dar cobijo a los musulmanes
expulsados por la conquista castellana. Esta ventana se orienta hacia el Camorro Alto que con sus 1.377 metros representa la mayor altura del Parque Natural del Torcal de Antequera.
Más impactante si cabe es otro de los ventanales en arco de herradura que nos encuadra perfectamente la Peña de los Enamorados, un peñon calizo de 874 metros de altura y de gran importancia arqueológica.
Aprovechamos para ver la explanada donde dejamos el coche y como aumentó su ocupación.
También vemos el lugar donde se alzaba la mezquita aljama de Medina Antagira, un edificio de planta rectangular orientada hacia el sureste. Esta planta cuenta con diferentes estructuras que podrían corresponderse con los muros internos que separan el haram u oratorio con el sahn o patio donde quedaría inserto el aljibe.
Más abajo vemos la Torre del Quiebro. Demolida junto al lienzo de
muralla que la unía a la Torre Blanca, en 1510 por orden del Alcaide de
la fortaleza. Ha sido reedificada tras los trabajos de investigación
arqueológicos.
Ahí vemos un tramo de la conocida como Muralla Urbana, data de la época almohade, construida por tanto en torno a las últimas décadas del siglo XII y primeras del siglo XIII. Los almohades levantaron todo un nuevo recinto amurallado
completo, que es el que hoy todavía podemos contemplar en algunos de sus
tramos.
Estas murallas fueron construidas con tapial, y aún en algunos
tramos se puede apreciar hoy el ancho de las tablas que utilizaron como
encofrado.
Vista de la Torre Blanca desde su cara opuesta y una sección que nos permite ver el impresionante grosor de la muralla.
Nuestro paseo nos lleva a los pies de la Torre del Quiebro demolida en 1510 y reconstruida hace pocos años.
A continuación llegamos a la Tumba Romana. Planta de columbario (estructura funeraria colectiva) destinada a albergar las cenizas de los difuntos está datada en el siglo I d.C.
Una vista de la misma torre desde la parte exterior de la muralla urbana.
La Torre de la Bisagra fue descubierta en el año 2000 y
restaurada junto a las barbacanas se denomina torre bisagra por ser el
punto desde donde parte, por un lado las murallas que protegían a la
población de la madina y por otro las murallas del primer recinto
fortificado que incluía la casa del gobernador y el barrio de los funcionarios.
Y con estas imágenes desde el exterior del recinto ponemos fin a la visita. Hay más cosas pero esas os la dejo que las descubráis vosotros.
RUTAS COMPLEMENTARIAS:
El Torcal de Antequera
Dólmenes de Antequera
Paseo por el casco histórico de Antequera.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
El Torcal de Antequera
Dólmenes de Antequera
Paseo por el casco histórico de Antequera.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.