sábado, 22 de octubre de 2022

RUTA DE LAS SALINAS (SAN FERNANDO A CHICLANA) (21 OCT 2022)

Hoy se ha inaugurado el nuevo sendero que une San Fernando con Chiclana y que cruza por el corazón del parque natural Bahía de Cádiz, así que a pesar de la amenaza de lluvia he aprovechado para hacerlo. Este sendero no tiene nombre así que se lo pongo yo, lo llamo "Ruta de las Salinas", porque el camino discurre por la conocida como "Vuelta de Afuera" que transita lindando todas las salinas que se nutrían del agua del caño de Santi Petri y otros caños menores cercanos. Estas salinas son (algunas están actualmente en explotación): Salina del Molino, de los Santos, San Agapito, Santa Margarita, San Pedro, San Eugenio, Santa María de Jesús, San Juan Bautista y Santa Teresa la Nueva.

Las salinas fueron y son una industria que nació al amparo de la necesidad de explotar los recursos naturales de la zona, un perfil casi a nivel del mar provocan zonas de periódicas anegaciones de agua salada en aquellas mareas de coeficiente alto. Esta circunstancia fue aprovechada desde los inicios de la humanidad para la obtención de un producto fundamental para la vida, la sal marina. Tan importante en tiempos pretéritos, su producción fue disminuyendo poco a poco aunque hoy día vuelve a resurgir con fuerza, debido a la personalidad que imprime en todas las comidas en las que se usa, y sobre todo, al caché que ha obtenido gracias a determinados chefs de prestigio que la han incorporado como elemento fundamental en sus elaboraciones.
 
El parque natural de la Bahía de Cádiz es un espacio natural protegido desde 1989 que se extiende a lo largo de 10.522 hectáreas. Se extiende por los municipios de Cádiz, San Fernando, Puerto Real, Chiclana de la Frontera y El Puerto de Santa María. Comprende marismas, playas, pinares, arenales y zonas de matorral ​que son ribera de la bahía de Cádiz y las marismas asociadas a las desembocaduras del río Guadalete y río Iro, y también los espacios naturales adyacentes al caño de Sancti Petri. Al localizarse en una zona de paso para las aves entre Doñana y el Estrecho de Gibraltar, sirve de hábitat para ciertas especies singulares como los charrancitos, cigüeñuelas, avocetas, fochas y los cada vez más numerosos flamencos.

Dejamos el coche en: 36° 27.717'N - 6° 11.654'W.
Distancia: 12,64 kilómetros.
Tiempo: 2 horas 38 minutos.
Dificultad: Fácil. 
 
El coche se queda en el parking de la feria, justo al lado de la rotonda de Alburquerque.
 
El inicio oficial del sendero lo han fijado justo pasado el puente de Lavaera (La Bajera), pero hasta allí no se puede llegar en coche así que a la distancia oficial hay que añadirle unas centenas de metros que son los que nos separan del lugar en cuestión. Nada más iniciar cruzamos un puente de madera que nos permite sortear el caño del Zaporito.
 
A poco que caiga agua todas las plantas de marisma vuelven al verde por lo que en estas fechas, a mediados de otoño y con algunos días de lluvia la paleta de color es magnífica.

Las salinas se nutren a través del sistema de compuertas que dan paso al agua en los momentos de las pleamares y se cierran una vez llegada la misma. Durante el recorrido veremos y atravesaremos bastantes compuertas.

Al llegar al inicio del sendero veo un montón de coches, algo sorprendente porque está prohibido circular con vehículos por aquí, hace media hora se ha inaugurado el sendero y es patente que todos estos vehículos pertenecen a las autoridades locales y aduladores que suelen llevar alrededor, esos políticos de boca grande que se declaran muy preocupados por la contaminación y el medio ambiente pero que se niegan hacer a pie los escasos doscientos metros que separan este lugar de una zona legal de aparcamiento.

Cruzamos un segundo puente, más bien pontón, es el conocido como puente de Lavaera, nombre que parece provenir de la degradación de La Bajera, el caño Bajero o La Bajera, es un caño que servía de desagüe a las salinas y que estaba, de ahí su nombre, por debajo del nivel propio de la misma, lo que ya es menos comprensible es porqué lo escriben con V, cuando lo lógico sería escribirse: puente de Labaera. Cosas de mi pueblo.

Estamos en el inicio del camino, por falta de palos no será.


Durante el trayecto encontramos varios lugares de descanso, así como unas hiladas de postes y un cartel que indican hacia donde apuntan, si alineamos el primero con el último pues teóricamente nos marcan el lugar que figura en el cartel, aunque señalo que quién los puso no tuvo muy buena puntería en la mayoría de las ubicaciones.

Tan harto de ver estos lugares y no me canso de sus coloridos, a veces camuflados.

 
Este apunta sin demasiado tino hacia El Torreón, pico más alto de la provincia de Cádiz y visitado en junio de 2014.

Teóricamente al fondo está Medina Sidonia.
 
 El agua está bajando y empezamos a ver la zona intermareal.
 
Un cartel nos indica que esto era una casa salinera que ha sido restaurada. Dispone de un mirador en su parte alta.

 
En ella podemos ver como estaba estructurada y los diferente suelos de los que disponía.
 
 
 
Contaba con un embarcadero.
 
Aún se conservan parte de las vagonetas utilizadas para el transporte de la sal.
 
Llegamos al tercer puente, en este caso, pasarela, es el que nos permite cruzar el caño de San Pedro.

Rápidamente llegamos al cuarto puente, éste si es puente de verdad y cruza el caño de Sancti Petri.



Antes de cruzar el puente me fijo en un detalle, por nuestra derecha continúa el camino conocido como "Vuelta de Afuera", y ha sido cortado, algo que contraviene la ley ya que las vueltas de afuera son espacios de dominio público y no puede impedirse el paso por ellas al estar protegidos como espacios públicos de libre acceso y mucho menos en mor del presunto beneficio de un negocio particular. Lo peor aún es que por parte del ayuntamiento y al mismo tiempo que pseudo privatiza el camino, se está reclamando fondos europeos para el mantenimiento de estos espacios por ser de interés público.
 
Justo pasarlo y llegamos a otra casa salinera, en este caso la de la salina de San Eugenio.

También dispone de embarcadero.

Y lo que parece una bomba de agua dispuesta para extraer agua del caño y aportarla a la salina.

Un quinto puente/pasarela nos ayuda a atravesar el caño de Bartivás, ya en el término municipal de Chiclana. Allí nos encontramos la salina Santa Ana de Bartivás, es la única de producción netamente artesanal que queda en el término municipal, se alimenta directamente del caño de Bartivás, que es un ramal del río Iro.
 
Además de sal marina virgen (sal marina natural no refinada del Atlántico), tanto gruesa como grano medio, la comercializan ahora también con algas, con pimentón, con chimichurri, con especias, con hierbas o con cúrcuma.
 
Algunas balizas nos recuerdan que además de un sendero peatonal por aquí también discurre parte del Eurovelo 8, un proyecto de cicloturismo que conecta las regiones del arco mediterráneo desde Cádiz hasta Chipre, a lo largo de un itinerario para el deporte y la cultura de casi 6.000 kilómetros de litoral.

En otro panel informativo nos encontramos un croquis bastante fidedigno de todo el sistema de caños de la zona, en él podemos ver tanto su estructuración como sus nombres.
 
Hemos conectado con la Ruta de los Esteros, sendero que discurre por el margen derecho del río Iro y recorrido en mayo de 2018.

A los lejos vemos las instalaciones de la salina Santa Teresa de Jesús y sus montañas de sal.

Para los aficionados al "pajareo", esta es una ruta ornitológica de primera categoría, dónde cualquier día del año podremos observar y fotografíar un amplio muestrario de aves de marisma. Sin ir más lejos, en esta pequeña porción de agua podemos ver flamencos adultos y juveniles, patos silvestres "picos de cuchara" y alguna focha moruna.

Otra enfilación de postes nos marcan la localización de la salina de San Juan Bautista.

Y poco más adelante vemos a un viejo conocido, nuestro amigo Melkart., este es uno de los puntos de interés de la ruta "Chiclana, de origen fenicio", que recrea en el término municipal el recorrido que los primeros fenicios hicieron cuando llegaron a nuestras costas, desembarcaron y se asentaron en el Cerro del Castillo. Es decir, permite recorrer las playas de La Barrosa y Sancti Petri, atravesar la marisma (Parque Natural Bahía de Cádiz) y seguir el cauce del río Iro –vínculo natural con nuestra historia– hasta llegar al yacimiento del cerro del Castillo, origen del entramado urbano de la ciudad de Chiclana.
 
El escultor isleño Antonio Aparicio Mota es el autor de la escultura de Reshef-Melkart en laminado de fibra de vidrio con resina. Y representa a la divinidad de pie con faldellín, al uso de las representaciones de exvotos fenicios. Un Melkart humano e idealizado, con un pequeño giro en la cabeza que provoca la sensación de entablar un diálogo con el espectador y que huye del hieratismo propio de las figuras del siglo V y VI a. C. Una talla con reminiscencias del canon egipcio –aquí aparece como un trasunto de Osiris– y frente a la iconografía romana del Hércules Gaditano.
 
 Un sexto puente nos deja en la entrada de la salina Santa María de Jesús.
 
A las puertas de la salina nos encontramos un tramo donde el agua salada se mezcla con la dulce, y un macizo de eneas ponen el tono diferenciador con todas la flora de marisma que llevamos viendo.
 
 
En ella se ubica un Centro de Recursos Naturales donde además de disfrutar de actividades al aire libre en una salina tradicional, ofrecen itinerarios guiados, paseos en kayak o talleres educativos para niños relacionados con el medio ambiente, avistamiento de aves o paseos en carreta o bici. Además dispone de restaurante y de un Spa Natural Salino, único en España.

Desde el puente también podemos ver a nuestra derecha el río Iro y al fondo, Chiclana, pararelo al río vemos el trazado del Eurovelo 8 en su camino hacia Chiclana.
 
 
Hemos llegado al final del recorrido, el zigzagueante río Iro, el Puente del VII Centenario y la Ermita de Santa Ana en lo más elevado de Chiclana ponen fin a este sendero.

En el área de descanso y/o aparcamiento damos la vuelta. El regreso lo hacemos por el mismo camino.

Releyendo el mural me percato de que la borrasca anunciada viene a mi encuentro.

Habitualmente, los frentes nubosos vienen de Cádiz y lo que pasa en San Fernando es preludio de lo que pasará en Chiclana y en San Fernando está diluviando, así que me temo lo peor.

Remiro el horizonte buscando algún claro salvador pero parece que me voy a mojar a base de bien.


Cuanto más me aproximo, más negro veo el cielo y más claro lo que me va a pasar.

Pero ¿quién dijo miedo? Además, el baño es irremediable, así que a disfrutar del agua fresca y pura, que es lo mejor para la piel.

Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:

Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros