sábado, 20 de febrero de 2021

SALINA DE SAN AGUSTÍN (SAN FERNANDO) (20 FEB 2021)

En la vertiente oeste de San Fernando existieron cinco salinas hoy día abandonadas: San Miguel, San Agustín, Sagrado Corazón, San José y San Gabriel. Este recorrido discurre por la salina de San Agustín. Un paseo por un enclave excepcional en el entorno del saco interno de la Bahía de Cádiz.

Este recorrido se divide en dos tramos salineros, ya que un caño grande divide la salina en dos, por lo que a la finalización del primer tramo debemos volver al Cordel de Cádiz y unas decenas de metros más adelante y sobrepasado dicho caño, volver a entrar en la salina.
 
Aunque la ruta de forma general carece de dificultad la califico como Moderada ya que tenemos un par de lugares que darán un pequeño toque de emoción a nuestro caminar, el paso por un tablón casi podrido que a modo de puente nos permitirá solventar un último caño en el primer tramo, este paso no es apto para personas con vértigo y añadiría que tampoco para personas pesadas. Y luego, justo antes de llegar a la Casa Salinera de San Miguel ya al final del segundo tramo, está el paso por un tronco más bien fino que no recomiendo paséis, si os caéis os podéis lastimar y además del barro os pondréis chorreando, este paso se cubre de agua con pleamares así que es necesario tener en consideración el horario de mareas.

Distancia: 7,06 kilómetros.
Tiemplo empleado: 3 horaS 32 minutos.
Dificultad: Moderado.
Dejamos el coche en: 36°27.966'N - 6°12.524'W
 
Nuevamente dejamos el coche en el conocido como Cordel de Cádiz, justo al comienzo del recorrido, aunque los aparcamientos de Bahía Sur están a escasos metros y también sería un buen lugar.
 
El Cordel de Cádiz es una pista que une San Fernando con la playa de La Cortadura en Cádiz y que discurre paralelos al Saco Interno de la Bahía de Cádiz por la derecha y las vías del tren y autovía de San Fernando a Cádiz, por la izquierda. Esta ruta se divide en tres tramos, uno por el citado cordel, otro que haremos "muro a través" donde las únicas pisadas que podemos encontrar son  las mías, y otra por vereda bien marcada y pasos habituales.
 
En este recorrido apenas existen veredas y tendremos que caminar "muro a través" casi todo el tiempo. Lo más destacable del recororido es la "Laguna de los Flamencos", un charco de agua salobre donde suelen reposar una pequeña colonia de flamencos y debido a que el lugar es muy poco visitado pues se muestran bastante confiados.
 
El flamenco común (Phoenicopterus Roseus) nsigue estando considerado como una especie en peligro de extinción pero alguien tendría que reconsiderar el asunto, hoy día los vemos a miles y ya están tan faltos de humedales que incluso los podemos ver en charcos de lluvia en los márgenes de las carreteras. Como es habitual, la protección total de una especie lleva al declive a otra y provoca un aumento alarmente de ejemplares que es perjudicial incluso para la propia especie al tener que competir en exceso por hábitats y alimento.

 
Pero además podremos ver un muestrario completo de otras aves de marisma, como pudieran ser:

Garcetas Comunes (Egretta garzetta).

  Cigüeñuela común (Himantopus himantopus).

Gaviotas patiamarilla (Larus cachinnans).

Gaviotsa sombrías (Larus fuscu).

 Gaviotas reidoras (Larus ribibundus).
 
 Archibebes (Tringa flavipes).

Como dije al principio en este recorrido no existen caminos y para poder cerrar algo parecido a un circular tendremos que saltar en cuatro o cinco ocasiones de muro en muro, los saltos son pequeños y alcance de cualquiera, aunque más que saltos son pasos largos. Insisto en lo escrito mil veces, con ocasión de aguaje algunos de estos lugares podrían estar llenos de agua.

En línea de horizonte vemos lugares ya visitados como la Salina Nuestra Señora de los Dolores, la Casa Salinera de la salina de San Miguel o el Molino Harinero de San José.

En uno de esos paso de "muro a muro", alguien tuvo el detalle de poner unos tablones, esto nos salvará de la posibilidad de marcharnos de barro, aunque si eres de los finolis a los que no le gusta mancharse la botas, ni eres senderista ni eres "ná de ná".

La única "semi dificultad" de esta primera parte del recorrido la encontraremos casi al final, tenemos que sortear un caño algo profundo a través de un madero con claras muestras de putrefacción y que con solo mirarlo ya se combó. Solo puedo decir que aguantó mis 78 kilos, mañana no sé si lo aguantaría, es uno de los momentos emocionantes de la ruta, si se parte mientas pasáis llegaréis al coche con lodo hasta en el cielo de la boca. Quén avisa no es traidor. Jajajaja.
Justo atravesado este paso y si miramos a nuestra izquierda veremos una torreta de electicidad, pues por allí se hace la salida de este primer tramo salinero.

Para poder recorrer la segunda parte de la salina debemos volver al Cordel de Cádiz, salimos justo por la torreta de electricidad y algo más adelante volveremos a entrar en la salina. Si no os gusta la aventura os recomiendo que aquí déis por finalizado el paseo. Pero si la posibilidad de caer al fango no os ha intimidado, siguiendo el resto del recorrido llegaráis a otro paso en el que además de la posibilidad de terminar revolcados en el lodo, os podéis poner chorreando, no mucha gente será capaz de pasar. Quién avisa dos veces, es un amigo.

Este segundo tramo es más agreste y está más deteriorado por lo que se convierte en una pequeña gincana salinera, nada que una persona en estado físico normal no pueda superar, salvo el último escollo.
 
 En algunos lugares aún quedan restos de la antigua infraestructua de paso.
 
 La marea vacía nos muestras los tramos de empalizada de la explotación, aunque desconozco si por aquí había algún tipo de pasarela o simplemente eran refuerzos para dar consistencia a los antiguos muros que con el paso del tiempo se han venido abajo.

A lo lejos vemos la antigua casa salinera de la salina de San Miguel y de la que hablaremos más detenidamente cuanto recorramos esa salina. Esta casa pondrá fin al tramo más incómodo del recorrido ya que para el regreso tenemos un camino abierto.

También tendremos que varios cambios de muro y existe la posibilidad de algunos agujeros lodosos o con agua, hay que pasar atentos. Aunque ya he hablado en otras ocasiones del tema, recuerdo que conocemos como "muro" las partes terrestres que forman el laberinto salinero, entre los muros discurre unos brazos de agua conocidos como "piezas". Con la falta de mantenimiento las piezas se han ido colmatando de sedimentos (como en el caso que vemos en esta foto) y nos permiten cruzar a tramos de muros aislados.

En algunos casos esta colmatación aún no es completa y aún permanecen activos pequeños canales por los que circula el agua en los momentos de la pleamar.

Hemos llegado al punto de conexión con el caño que separaba esta salina de la salina de San José, al fondo el magnífico pero totalmente abandonado por las administraciones Molino de San José, probablmente el mejor ejemplo molino de mareas clásico de la zona, a pesar de que nadie ha mostrado interés en conservarlo aún podemos ver un montón de infraestructura original. El Molino de San José fue visitado por última vez en febrero de 2021.


La casa de San Miguel la tenemos a escasos metros, pero un insalvable caño nos separa de ella, caminamos por el borde en busca de un posible paso.

Y nos encontramos con este tronco, yo de vosotros volvería por el camino por donde hayáis llegado, no aonsejo pasar por él, las posibilidades de caída son muy altas, así que forasteros: como no me hicísteis caso y distéis por finalizada la ruta al llegar al final de la primera parte, ahora os toca dar la vuelta y seguid disfrutando del agradable paseo. Si por un casual o por inconsciencia ignoráis mi consejo, justo bajo vuestros pies encontraréis un largo palo que os servirá de improvisado bastón y compensará las posiibles pérdidas momentáneas de equilibrio cuando el tronco se mueva. Fue el que yo utilicé.

Otra imagen del tronco pero ya desde la otra orilla. Con la pleamar este paso quedará sumergido en agua.

Ya sí podremos ver los restos de esta casa, la parte divertida ha acabado.

Lo más reseñable es la existencia de una especie de abrevadero y aljibe adosado a un lateral de la edificación.

 
La salida de la salina la hacemos por un camino que conecta con el Cordel de Cádiz, "to tieso" y en el coche, y si te has caído en el lodo no te preocupes, los que te vean y se rían no saben lo que se pierden por no salirse del camino marcado por otros, ellos nunca sabrán qué es la libertad. 😚😚😚😚

 Podéis descargaros el track cliicando en la siguiente imagen:
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

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