miércoles, 23 de diciembre de 2020

COTO DE LA ISLETA (CHICLANA) (21 DIC 2020)

El Coto de la Isleta es un enclave perteneciente al paraje natural "Marismas de Santi Petri". Una burbuja verde de vegetación típica de zonas marismeñas rodeada de salinas.

El mero hecho de aproximarnos allí ya nos indicará que vamos a un lugar especial y lleno de sorpresas, por ejemplo, aquí se ubica un yacimiento arqueológico apenas estudiado y en el que se han documentado restos que nos remontan al Neolítico y sobre todo a épocas prerromana y romana, lo que nos indica la especial atracción del lugar desde tiempos inmemoriales.
 
Nosotros somos senderistas y solo perseguimos disfrutar del entorno y lo único que buscamos es tranquilidad y naturaleza, por lo que si por un casual pudíesemos ver algo de interés arqueológico no debemos tocarlo y si lo consideráis importante pues dar aviso a las autoridades competentes.
 
Todo el espacio que recorreremos está abierto, no existen alambradas ni cualquier otro impedimento que nos impida pasar, y la única cancela existente a la entrada del recorrido tiene un paso habilitado para peatones, no obstante, es una propiedad privada que pertenece a las Bodegas Barberá por lo que sería conveniente, si queréis hacerlo, pedir el permiso correspondiente.
 
Distancia: 5,1 kilómetros.
Tiempo: 1 hora 57 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º24.838'N - 6º11.266'W
 
Para hacernos una mejor composición del lugar al que vamos, lo mejor es una imagen aérea del sitio. En estos días pasados hemos estado caminando por prácticamente toda la margen izquierda del caño de Santi Petri, así que hoy nos hemos venido a la derecha. En naranja está marcada nuestra ruta en pleno corazón del parque natural Bahía de Cádiz.
 
El coche se queda al final del Camino del Coto de la Isleta y principio del Camino de la Espirula.
 
Aunque no viene al caso, señalar que la espirula (Spirula spirula) es la única especie viviente del orden de los espirúlidos. Viven en aguas profundas, por lo que es poco frecuente, su concha interna es muy ligera y resistente, Una de las características más distintivas de esta especie es su órgano de flotabilidad, una concha interna, con cámaras, endogástricamente enrollada en forma de una espiral plana abierta. Este caparazón interno tiene como función controlar osmóticamente la flotabilidad; las cámaras llenas de gas mantienen a la Spirula en una actitud vertical, cabeza abajo. Seguro que la habéis visto por nuestras playas.
 
Podríamos avanzar algunos metros más con el coche pero una piscina natural nos avisa de que mejor donde lo hemos dejado.

Este lugar sería el ideal para aparcar en tiempos más propicios. Pillaremos el camino de la izquierda.
 
Encontramos una cancela que tiene un paso habilitado para peatones. Esta foto está tomada ya pasada la cancela, en negro nuestra dirección, en magenta el lugar por donde debemos aparecer si todo va según lo previsto.

Una larga vereda nos llevará directamente a ese enclave tan especial que es el Coto de la Isleta que destaca en la línea de horizonte gracias a su arbolado.

La catalogación de isla no es gratuita, es una gran burbuja verde rodeada de agua por todas partes (salvo por el camino que seguimos, claro). Esta es una entrada de aguas abiertas.

Al otro lado del camino y dentro del laberinto de caños el agua empieza a entrar más tarde. así que aún queda un par de horitas para verlo cubierto.
 

Nuestra primera parada es en la casa salinera del Coto de la Isleta que ya tenemos a la vista.
 
Le entrada está repleta de Narcissus dubius, de fragante olor dicen las guías, pero verdaderamente a mi no me gusta, no huelen mal pero tampoco puedo decir que tengan la fragancia de las rosas. Son de floración temprana, generalmente a partir de febrero, pero aquí los tenemos y aún no llegó el invierno.

Se trata de una especie herbácea, perenne y bulbosa con los pétalos y corona completamente de color blanco, lo que evita la confusión con las especies estrechamente relacionadas.
 

Hemos llegado a la casa salinera del Coto de la Isleta, de particular construcción, con arcos y porche poco vistos en este tipo de construcción.
 
 En este lateral izquierdo que vemos había un voladizo. Hoy día ha desaparecido y limpiaron los restos.
 
 
Y tras esa mini puerta se esconde el mejor punto de interés de esta casa.

Se trata de un palomar en bastante buen estado de conservación.
 
Dispone de dos tipos de nidos. Unos formados por vasijas de barros ovoides al estilo de las que vimos en el Palomar de la Breña (visitado en enero de 2017).

Y dos paredes en las que se disponen nidos cuadrangulares. En total podemos ver 265 nidos. Siguen existiendo palomas así que algún susto nos podemos llevar.

 En uno de sus costados vemos una escalera de dos cuerpos por las que se accede a la azotea.
 
 Y otros elementos como estos arcos contrafuertes.

O este majestuoso porche.

Volvemos al camino y a nuestra derecha iremos dejando todo el complejo marismal y salinero ya en desuso.
 
 
Seguimos rodeando el pinar y a nuestra izquierda vamos dejando la gran masa verde formada principalmente por pinos piñoneros (Pinus pinea).

 
Al noroestre, San Fernando. El día está despejado y esto nos permite divisar sin gran esfuerzo, el hospital de San Carlos, las torres de la Iglesia Mayor, las torres de Colón y el Observatorio de Marina, entre otros.

Y hacia el suroeste vemos el caño de Santi Petri y el poblado y club náutico de igual nombre.

 Atajamos por una zona inundable para evitarnos una vuelta "tonta".
 
 Por nuestro frente y en una especie de fangosa playa vemos una embarcación varada.

Se trata de una embarcación fabricada por el astillero italiano Squalo y especialistas en embarcaciones profesionales pesqueras y yates de lujo.

Aquí yace desvencijada como esperando un nuevo patrón que la dirija como antaño, un nuevo patrón que nunca llegará ¡cuántas historias nos podría contar! ¡historias de los hombres y mujeres de la mar, sus alegrías y sus penas!, historias de cuando era feliz saltando entre las olas. Se me vuelve a venir a la cabeza la canción de Maná "En el muelle de San Blas". Sola, sola con su espíritu... , al igual que esta embarcación, esperando a alguien que la devuelva a la vida a pesar de saber que nunca nadie más llegará.

Hemos llegado a uno de los puntos calientes en relación al yacimiento arqueológico que tan poco interés despierta en los profesionales del mundillo. En la zona habían numerosos restos cerámicos de época romana. También era visible la labor de una industria lítica, dentro del período Paleolítico Superior, que quedaba plasmada en la abundante cantidad de cantos rodados y lascas de sílex que fueron hallados.
El actual caño de Sancti Petri y los sistemas de marismas que lo enmarcan, debieron constituir desde su consolidación como hito geográfico en la época prerromana, uno de los principales escenarios de actividad económica de la mitad meridional de la bahía de Cádiz en relación al tráfico marítimo, el comercio y la explotación de recursos marinos. Tampoco debe perderse de vista la proximidad del templo dedicado a la divinidad tutelar de la ciudad de Gadir/Gades, un santuario de Melqart-Hércules Gaditanus que estuvo ubicado –como señalan Estrabón (III, 5, 3) y otros autores clásicos– en el extremo sur de la isla gaditana y que fue referencia internacional durante toda la antigüedad (Avieno, Ora Maritima, 82-87).
 
A pesar de su ubicación inmediata a la desembocadura meridional del caño de Sancti Petri y al islote homónimo, una zona vital desde la perspectiva histórica y geoarqueológica en el marco de la bahía gaditana, el estudio del resto de las marismas y yacimientos arqueológicos del tramo sur del caño han sido escasos los estudios sobre la misma.
En lo referido a las estructuras de época romana, se menciona el hallazgo de un pavimento de cocciopesto y de dos piletas de salazón de 3,4 x 1,7 m pertenecientes a “un pequeño complejo industrial de salazones”. 

A lo lejos vemos que este tramo de la vuelta afuera no tiene continuidad por lo que se ve frustada mi intención continuar por ella. Una compuerta doble con bastante separación entre paredes desaconsejan el salto y mucho menos con las botas húmedas y llenas de barro.

Pero la marea vacía me permite ver una alternativa, así que sigo adelante a sabiendas de que no podré continuar mucho más allá.
 
 El firme es totalmente inestable y de lento caminar, así que media vuelta.

Volviendo a pasar por dentro de la compuerta me recreo un poco, aquí se está muy fresquito, estamos a finales de diciembre y hace calor.
 
Hacia el este se encuentra Chiclana pero el contraluz no nos permite ver detalles.
 
Durante el recorrido veremos tres casetas como esta de la foto, desconozco cual sería su utilidad ¿para el guarda, tal vez?

Cerrando el circular me salgo del camino para ver un muro que nos permitiría un trazado más amplio, pero a lo lejos se aprecia claramente que está cortado así que regresamos a la vereda.
 
Allí mismo veo una inmensa tela de araña y una super araña, es la conocida como araña tigre (Argiope trifasciata).

Por este tramo parece como si recientemente le hubiesen metido el tractor y conecta directamente con el camino de venida, que ya no dejaremos hasta regresar al coche.
 
Poco más adelante pasamos a la altura de donde hubiésemos conectado en nuestro aventuroso paso por el muro con tramos inundables. Marco con la flecha hasta donde hubíesemos podido llegar, los dos tramos cortados habrían impedido la culminación.
 
 Finalizamos la ruta con un nuevo paso por la cancela.

Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

1 comentario:

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