Este sendero discurre por caminos agrícolas y cañadas con servidumbre de paso entre los cerros del Duque, Cuatro Terminos y la loma de clavijo, dentro del término municipal de Prado del Rey en los límites de parque natural de Grazalema. Un bonito y entretenido paseo que nos permitirá disfrutar de sus campos de labor, dehesas, olivares y plantaciones de vid culpables del famoso vino Pajarete, un vino licoroso, muy fino y delicado, resultado de la combinación de vino con arrope o sancocho. Su nombre proviene del pago de viñedo del Monte Pajarete. La parte más natural la tendremos en los numerosos y pero dispersos ejemplares de quejigos, muchos de ellos con centenares de años en sus raíces. Y por supuesto, un elevado número de aves entre las que destacan el buitre leonado y las rapaces.
Distancia: 15,75 kilómetros.
Tiempo: 5 horas 14 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º47.419'N - 5º33-241'W
Dejamos el coche en la Avenida del 2 de Mayo.
Y nos dirigimos al camino del Molinillo, camino de la Boca del Madroñal o simplemente La Cuesta, que es como los lugareños conocen la zona.
El sobrenombre es ganado a pulso, se trata de una larguísima cuesta abajo con bastante humedad y verdín en el suelo que nos hace caminar extremando la precaución.
Desde un primer momento tendremos vistas de lo que será el denominador común de la ruta, parte de la sierra de Grazalema, en la que abarcaremos desde la sierra de La Silla hasta el Peñón de Los Toros.
A nuestra derecha y en la cima del cerro Pajarete vemos el Castillo de Matrera (visitado en octubre de 2019).
Durante el trayecto deberemos pasar por un par de soterramientos bajo la carretera.
A la altura de Huerta Dorotea empieza o termina, según se mire, el verdadero circular, el tramo que acabamos de hacer es común. En magenta marco el lugar por donde debemos aparecer.
A nuestras espaldas veremos Prado del Rey y el cerro Verdugo (visitado en octubre de 2019).
El día sigue brumoso así que pocas vistas tenemos. Nos incorporamos a la CA-8102 durante unos escasos ochenta metros.
Y enlazamos con la A-373 incorporándonos a una pequeña vereda que discurre por su parte derecha. Esta carretera no tiene arcén.
Son poco más de doscientos metros pero debemos extremar el cuidado.
A la altura de la Venta Nueva abandonamos el intranquilo tramo y volvemos a disfrutar del paisaje.
A la altura del Rancho de Fuente Tío haremos un nuevo giro a la derecha.
La bruma sigue pero estamos más cerca de las sierras del Labradillo y Pinar por lo que tenemos algo más de nitidez.
Nuevamente pasamos por debajo de la A-373.
Y caminamos unos metros pegados a los muros de contención de la carretera.
Después de las lluvias esperábamos el suelo totalmente embarrado por realmente está bastante bien, encontramos donde pisar sin mancharnos demasiado.
Ante nosotros se abre un espectacular terreno de labor y dehesa. Estamos dejando a nuestra izquierda el cerro Montero.
Y llegamos al punto clave de nuestro recorrido, es una ruta que forma un 8 y este es el lugar central de ese ocho. Giramos a la derecha en dirección al Cerro del Duque y Arroyo del Amarguillo. Solventamos el barro con nota cum laude.
En contra de lo que pudiera parecer es ruta tiene buenos lugares de sombra que siempre se agradecen.
Y de nuevo otra espectacular pradera en la ladera sureste del Cerrillo.
Hasta ahora no habíamos encontrado ninguna angarilla o cancela, pero a partir de aquí pasaremos algunas.
Noas acercamos al cerro de Cuatro Términos por la Colada del Bosque.
Sigue despejando y ahora vemos los que parecen las Sierras del Labradillo, Margarita y el Peñon de los Toros.
Más a la derecha vemos la sierra del Albarracín.
Habíamos conectado con el Cordel de Zahara y a la altura de la finca de Las Lomas giramos a la izquierda para seguir rondeando el cerro de Cuatro Términos. La cancela tiene candado y hay que saltar por el paso habilitado a su izquierda.
Un cartel nos avisa que entramos en una zona de cazadores y que tengamos precaución, pues eso. Se llama de Cuatro Términos porque aquí confliuen los términos municipales de Prado del Rey, El Bosque, Zahara y Grazalema.
Este es el Rancho de Las Palomas que dispone de hasta una piscina en perfecto estado de conservación, sin dudas, está habitado aunque sea temporalmente.
Salimos de Las Lomas igual que entramos, pasando por un saltadero.
Pasamos por el olivar del Rancho del Herrador, tranquilas ovejas pastan por allí, nos llama la atención una caseta de pájaros totalmente nueva, no tiene señales de uso a pesar de que parece ser lleva allí cuatro años, creo que quién la puso buscó más sacarse una foto a su lado que colocarla en un lugar idóneo para conseguir que algún pajarillo la utilice de nido. A su lado vemos algo colgando.
Se trata de un disco de plástico colgado por quién puso el nido. Son de estas cosas inexplicables que hacen los ecologistas, dicen luchar por el medio ambiente pero no dudan en llenarlo de propagandas plásticas que para nada deberían estar aquí con el único afán de figurar.
Casi sin darnos cuenta hemos llegado nuevamente al punto central de nuestro 8 "senderil". En magenta el lugar por donde llegamos y en negro nuestra actual dirección. Caminamos por la Colada de Villamartín a Grazalema.
Nuevamente entramos en otro olivar, pero esta vez mucho más espeso, a nuestra izquierda vemos un pequeño cauce, se trata de una pequeña arroyada estacional que converge con el Arroyo de la Parra.
En la Venta de la Parra nuevamente entramos en un tramo de la carretera CA-5232, serán unos quinientos metros también sin arcén que dejaremos hasta llegar al camino de la Huerta de los Tamayos.
También encontramos antiquísimos ejemplares de quejigo aunque de forma muy diseminada, solo algunos se han salvado de la tala para uso del terreno en otros menesteres, entre olivos podemos ver algunos.
Llegamos a uno de los rincones más bonitos que podemos encontrar en la pronvincia, al menos ahora en otoño. Se trata de la Huerta de los Tamayos. Un lugar donde se practica la agricultura ecológica y que desde lejos ya nos indica el amor de su o sus propietarios por la naturaleza.
Allí también podremos ver una instalación única en toda la sierra y relacionada con la cultura del auga. Del manantial en la parte superior, se recogía el agua en una fuente que a su vez la canaliza hacia una alberca.
El rebosadero de la fuente está unido a una pequeña pileta de usos varios, y a su lado otra pileta antigua de las de lavar ropa.
Y cuando enfilamos los últimos metros de la ruta por las Lomas de Clavijo y cuando más seguro estaba de que nos habíamos librado de guarrear por el fango, llegó la sorpresa, casi un kilómetro de lodazal, al principio fuimos con cuidado por los laterales pero llegó un momento que ni eso sirvió, barro hasta en el cielo de la boca.
Y un último vistazo del horizonte que nos acompañó durante toda la salida. Si alguien ve algo mal identificado, me lo diga por fa.
Si la cuesta inicial se nos hizo larga cuando la bajamos, no digo nada al regreso. 😀😀😀😀😀
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros
Buena entrada en el cuaderno de bitácora y bien documentada, con interesantes fotos. No os para ni el terreno fangoso por lo que se ve. Por cierto, te sigo en wikiloc.
ResponderEliminarUn saludo,
Alejandro M.
Me alegra que te guste. Un saludo.
Eliminar