sábado, 2 de noviembre de 2019

CERRO VERDUGO-EL PILAR (PRADO DEL REY) (31OCT2019)

A través de este sendero llegaremos hasta la cima del Cerro Verdugo (583 mts), donde podremos disfrutar de unas magníficas vistas de Prado del Rey, el Castillo de Matrera y las sierras de Grazalema y Los Alcornocales. Continuaremos por la Loma de los Castillejos enlazando con la Cañada Real de Sevilla a Ubrique y Colada de Bornos que nos llevará al Camino del Pilar por el que volveremos al punto de partida.

Este recorrido tiene un tramo de 200 metros lineales que se convierten en 400 metros reales por la Loma de los Castillejos en el que no existen veredas ni nada que se le parezca y por el que tendremos que circular campo a través incluso refregarnos con lentiscos y monte bajo diverso por lo que es aconsejable llevar manga larga. Quejicas y blandengues deberían buscar rutas alternativas.

Dejamos el coche en: 36° 47.129'N - 5° 33.679'W
Distancia: 10 kilómetros.
Tiempo: 3 horas 26 minutos.
Dificultad: Moderado (solo por el tramo que indico anteriormente).

El coche lo dejamos en la Calle Hortales en las proximidades del Polígono Industrial Las Ventillas.

No nos hemos puesto ni las mochilas y ya tenemos nuestro primer regalo, unas magníficas vistas del lugar por donde comienza nuestro sendero, el Camino de La Granja, granados repletos de frutos, olivos e higueras, cada uno con sus colores característicos y que adornarán nuestros primeros pasos.

Estamos en una especie de balconada y debemos bajar al nivel inferior que es por donde iniciaremos, existen escaleras en ambos lados de la calle.

Un cartel informativo nos dice que este primer tramo se llama "Camino Histórico del Cerro Verdugo", un pequeño sendero oficial de unos treintas minutos de duración.

Y la susurradora de gatos que no pierde oportunidad de iniciar nuevas amistades con la fauna local.

Este camino acaba pronto y nos introducimos en la vertiende sur del Cerro Verdugo, un pinar de repoblación donde abundan los pinos piñoneros y carrascos, aunque también veremos acebuches y encinas.

Y tras el primer repecho nos permite una magnífica vista de Prado del Rey, durante el trayecto vimos algo de niebla pero parece que poco a poco se va disipando y aparece el sol.

Transitamos inmersos en un remanso de paz y silencio solo roto por el canto de verderones, jilgueros y algún que otro mirlo chillón. Los paneles informativos nos hablaron de la existencia de un jardín botánico donde encontraríamos una gran muesta de árboles y matorral típico de la zona, como son: el matagallo, tomillo, jaguarzo, madreselva, sanguino, coscoja,espino negro, acebuches y algarrobos, así como pinos piñoneros y carrascos. Las plantas están, pero del supuesto jardín solo quedan algunos postes metálicos donde se ubicaban pequeños carteles informativos de las especies que íriamos viendo, pero nada más.

¡Por Dios! La niebla no se estaba disipando, más bien todo lo contrario, se ha ido cerrando y pronto nos vemos inmersos en una nube fantasmagórica, la previsión del tiempo hablaba de la posibilidad de algo de lluvia, pero de la niebla nadie dijo nada.

Tras una zigzagueante subida llegamos a un mirador, desde allí íbamos a tener unas magníficas vistas de Prado del Rey y como telón de fondo, la Sierra de Grazalema.

Y esto es lo que vemos, así que tendremos que tirar de imaginación: bajo nosotros Prado del Rey, y de izquierda a derecha: El Peñón de los Toros, la Sierra del Labradillo, el Albarracín y tras él, la Sierra del Pinar y la derecha total, la Sierra del Caíllo. La teoría la teníamos aprendida pero la fase práctica no pudimos rematarla.

Justo al lado se encuentran las antenas de telecomunicaciones, pero apenas son visibles, tal es la densidad de la niebla.

Desde este claro deberíamos estar viendo enfrente el Cerro Pajarete y el Castillo de Matrera.

A nuestra derecha y tras cruzar una alambrada, nos acercamos al vértice geodésico, o más bien, lo queda de él.

Generalmente la gente al llegar a la altura del vértice geodésico vuelve sobre sus pasos, pero a nosotros no nos gusta repetir, así que vamos a bajar por algún lugar de la Loma de los Castillejos. Vemos un paso abierto en la alambrada y una vereda aceptablemente marcada, así que "tira p'alante".

Estas son las ventajas de los gps, que te permiten improvisar con bastante seguridad, a pesar de la niebla, el camino está claro, vamos en busca de una conexión con el Camino de La Granja, que dejamos para subir a la cima del cerro.

De momento todo bien, la vereda discurre paralela a la alambrada.

En cierto momento, encontramos una bifucarción a la izquierda y varias piedras amontonadas que entendemos son hitos. Encontraremos una espesa población arbustiva, la más abundamente es el lentisco, aunque abundan romeros y tomillos, asimismo encontramos especies endémicas de la Sierra Norte, como pueden ser el tojo, varios tipos de jaras, matagallos y aulagas.

Hemos visto en algún momento el camino buscado, así que sólo nos separan unos doscientos metros según el gps, "tá chupao", pero nada más lejos de la realidad, desaparecen las veredas fiables y el monte bajo lo inunda todo, ahora nos toca arañarnos incluso atravesar lentiscos pero aunque lentamente, nos vamos acercando al camino. No lo cuento con toda la crudeza, pero este paso está muy cerrado, lleno de aulagas, palmitos y un sinfín de plantas y tendremos que refregarnos bastante. Este atajo no es apto para cualquiera, hay que tener espíritu guerrillero, y realmente no es tanto, al final los doscientos metros lineales se han convertido en cuatrocientos reales.

Pero llegamos al camino. OJO: hay que tener cuidado porque justo un par de metros antes de salir a la pista, existen dos líneas de alambre de espino a ras de suelo y totalmente oxidados por lo que pasan totalmente desapercibidos entre tanto matojo y zarzas y es fácil engancharse en ellos.

A nuestra izquierda vemos una magnífica hacienda, se trata del Rancho de los Castillejos.

A nuestra derecha vemos una gran calera, demasiado bien conservada para ser original, pero quién sabe.


Una gran cancela nos anuncia que entramos en la hacienda que da nombre al camino:  Hacienda La Granja.

A duras penas vemos las casas de La Fábrica en el Pago del Pajarete, llamadas así porque por allí pasa el Arroyo de La Fábrica. Destaca una cúpula que rompe la armonía de casas blancas, se trata de un centro de yoga.

Y la inmensa campiña que nos rodea.

Un bonito tramo nos lleva hasta el cortijo El Pardo.


Y llegamos a la Cañada Real de Sevilla a Ubrique. Un antiguo camino que conserva el ancho legal de las cañadas reales.

Tras una interminable subida con poco desnivel pero muy larga, llegamos al Puerto del Albercón.

Dejamos la cañada real y continuamos por la Colada de Bornos.

Las puertas del Rancho La Clara en la zona de Cuatro Vientos, nos sirve de improvisado encuadre del Cerro de la Espuela, como no, también tapado por la niebla que ahora sí, parece disiparse.

Nos acercamos irremisiblemente a Prado del Rey.

Y llegamos a la Fuente del Pilar que da nombre al camino en la que se ubica. El pilar es alargado y en él desembocan dos caños, uno al pilar principal y otro en una especie de tabique situado en el extremo del pilar. Un poco más arriba en la ladera se ubica un aljibe de forma cónica que nutre a la fuente. Ya son pocos metros los que nos separan del punto de salida. Una pena que la niebla nos privara de uno de los mayores atractivos de esta ruta, como son las vistas panorámicas.

Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cerro-verdugo-el-pilar-prado-del-rey-31oct2019-43108763
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros. 

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