lunes, 18 de noviembre de 2019

MOLINO DE LOS DIEZMOS O ANTIGUA CASA CILLA (ESPERA) (15 NOV 2019)

Construida en el siglo XVIII como pósito para guardar el grano primero y utilizada posteriormente como almazara para la elaboración de aceite de oliva, la antigua casa Cillla es uno de los edificios históricos más destacados de Espera.

Es un edificio típicamente andaluz, construido para la recepción de los extinguidos diezmos y primicias. Fue construido en 1.771 por el Ilustrísimo y Reverendísimo Cabildo de las Iglesias de Sevilla, según consta en el grabado que hay encima de la puerta principal, que tiene en su parte superior un mosaico con el emblema de la diócesis de Sevilla: la Giralda entre dos floreros.

En el siglo XVIII, todavía existía la ley de dar a la Iglesia, de la cosecha que se recogiera, lo que entonces se llamaban diezmos, es decir, de cada diez partes de cosecha había que entregar una a la Iglesia, y primicias, que quiere decir que esa parte que se daba era la primera. Esto se hacía tanto con el trigo, la cebada, la avena, la aceituna, el aceite o cualquier otra cosa que se recolectase.

En 1835 empieza en España la Desamortización Eclesiástica (la del famoso Mendizábal del que ya hemos hablado en varias ocasiones), por medio de la cual se suprimen en España todos los monasterios de órdenes y se declaran en venta todos los bienes de dichas instituciones. El Molino pertenecía a estas instituciones. Ya desde 1838 tenemos datos de la Desamortización, (Archivos de la Diputación de Cádiz). El Molino se vende en subasta hacia el año 1875. En el centro de la fachada se abre una puerta de sillería bien labrada con molduras geométricas y en forma de arco. Encima tiene una especie de tejadillo y sobre éste dos adornos laterales. Teniendo, también arriba y en el centro un grabado en el que se explica que el edificio fue construido en 1771 por el Ilustrísimo y Reverendísimo Cabildo de las Iglesias de Sevilla, para la administración de rentas y diezmos.

De planta rectangular, tiene fachada principal lisa y encalada, con decoración simétrica de ventanas repartidas protegidas por sencillas rejas sobresalientes las inferiores y centrada por la portada de piedra. En el tejado, una veleta de forja y un reloj de sol.

 En los arcos de medio punto, también vemos algunas antiguas molduras.

La construcción consta de grandes naves formadas por muros de carga y cubiertas con armaduras de artesanado de herencia mudéjar. En el interior coforma un complejo sobresaliente por su organización y excelentes materiales, que hacen del edificio uno de los más representativos de las casas cillas almazaras. Hay que destacar los soportes con grandes ábacos que aparecen en las distintas naves y en el patio.
Presenta una primera crujía con bóvedas en planta baja y armadura de madera en artesa con tirantes en el salón superior. En esta primera crujía, en la entrada, la sala, de la derecha, que fue alojamiento de los canónigos, contiene una interesante decoración en los huecos de las ventanas hacia el interior, unas especies de conchas que unido al techo de dispuesto por travesaños formando casetones cuadrados, le dan cierto carácter de sala noble.
Encima de los arcos antes mencionados hay una galería corrida con columnas semejantes a las de la planta inferior. Sobre estas unas zapatas bien talladas soportan el alero del tejado. En la parte interior correspondiente a la fachada principal  existe una nave que servía de granero.


 La sala de la izquierda, tiene dimensiones parecidas pero sin la decoración de la anterior. Se accede al patio mediante un pasillo que conduce a la gran rampa doble, dividiendo el espacio por la mitad: el patio representa arquerías y un pasillo lateral.
Traspasado el vestíbulo, se accede a un patinillo en el que se abren tres arcos de medio punto que descansan sobre robustas columnas seudodóricas (con volutas). De los arcos laterales arrancan las rampas de acceso a la planta superior. Estas rampas están hechas con el fin de que los animales de carga pudieran subir con el grano.

Al fondo y en los laterales se localizan los otros cuerpos de almacén, siendo el lateral de la derecha más alto y ancho que los demás debido a que en su parte baja se estaba y está el empiedro el cual requería de mayor espacio para que las bestias movieran las piedras. Y en la parte alta en las dos naves laterales, salen dos grandes salas que también servían de granero y formaban los costados en su parte superior.


Empiedro y conjunto de cuatro muelas troncocónicas, de granito.

Sala de prensas hidráulicas. El cargo consistía en intercalar capachos y pasta de aceituna sobre una plataforma de acero y que se transportaban hasta esta sala para su prensado. Frente a estas prensas y subterráneos, están los pozos de decantación, allí llegaban mediante unos conductos, el mosto oleoso (mezcla de aceites, agua y restos orgánicos) que se originaban tras el proceso de prensado. En estos pozos y por decantación física, se producía la separación de aceite y agua, a través de un conducto el agua salía, quedando el aceite limpio, siendo bombeado hasta los depósitos.

Aún se conservan unas antiguas tinajas donde antaño se almaceba el aceite, tras su limpiado de agua y restos orgánicos.

En la planta baja encontramos unas estancias que servían de oficinas y la casa del cillero, la nave lateral izquierda usada como viejo lagar, se encuentra hoy repleta de bidones de acero para almacenaje de aceite.

Actualmente el Molino de Espera es una pequeña empresa familiar que moltura aceitunas desde 1878 y que en su quinta generación como almazareros siguen produciendo aceite con el mayor de los esmeros y dedicación considerándose albacea de una tradición centenaria, compaginando las técnicas tradicionales de elaboración con el acopio de las innovaciones producidas en el sector para la conservación y mejora de sus aceites.

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