El Cerro de los Mártires es un pequeño monte situado en el término municipal de San Fernando en el barrio de Gallineras siendo la parte geológica más antigua de la ciudad. Allí se ubica un parque cerrado periurbano de 57.835 metros cuadrados, con espacios de
ocio y recreativos, parque infantil, zona de restauración,barbacoas, mesas y elementos deportivos para adultos. En el
punto más alto del cerro se encuentra la Ermita de los
Mártires aunque lo más interesante lo encontramos en su abundante y variado arbolado, un numeroso catálogo de especies que harán las delicias de los más curiosos.
Por otra parte, este cerro forma el corazón neurálgico de un gran yacimiento arqueológico conocido como Sector 3 de Camposoto y del que ya hablamos cuando visitamos los Hornos Púnicos.
Distancia: 2,66 kilómetros.
Tiempo: 53 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º26.407'N - 6º12.599'W
Hacemos la entrada al parque por su puerta principal, vemos algunas farolas que nunca encendieron pero ya sabemos como es la Isla.
A nuestra izquierda encontramos un camino asfaltado que nos dirige directamente hacia la ermita. A la vera izquierda vemos una serie de cruces utilizadas para el Vía Crucis que anualmente se celebra. Aquí también se celebra el día de los Copatronos, San Servando y San Gernán con la celebración de una romería en la última semana de octubre. Recuerdo de niño este lugar lleno de puestos que vendían castañas, piñones, nueces, etc... y cientos de familias que también cargados de dichos frutos secos y granadas, venían aquí a pasar el día.
A nuestra derecha vemos una pared llena de fósiles marinos. La historia geológica de San Fernando se inicia en el Cerro de los Mártires y sus alrededores, lugar donde se han encontrado los materiales más antiguos, tales como arcillas y yesos con cantos de areniscas y dolomías, así como pequeños bloques de rocas
eruptivas. La situación de estos materiales en esta zona del sur isleño
es el motivo de que en este lugar se hayan encontrado los restos de
presencia humana primitiva más antiguos de toda la localidad. A partir
de la Era Terciaria aparecen otros materiales, también en la zona de Camposoto y del Cerro de los Mártires. Del Mioceno datan las margas blancas de la ladera norte del Cerro, conocidas como albarizas o moronitas. Del Plioceno son las arenas amarillas de la cara sur del cerro y de las zonas próximas a la Playa de Camposoto. Al Pleistoceno Superior pertenece la piedra ostionera, conglomerado cementado formado por restos de conchas marinas y piedras erosionadas como estas que vemos ahora.
Algo más adelante y también a nuestra derecha veremos unas cistas púnicas. Una cista es un monumento megalítico funerario individual de pequeñas dimensiones. Básicamente está formada por cuatro piedras planas o lajas,
colocadas verticalmente formando un rectángulo. Sobre ellas solía
colocarse otra piedra horizontal a modo de tapa. En el interior se
depositaban los seres difuntos, generalmente en posición fetal.
Como decía al principio la zona del Cerro de los Mártires es la zona más antigua de la Isla y por tanto, la primera habitada, existiendo un amplio yacimiento arqueológico cuyos restos se remontan hasta el Neolítico. Según los expertos en el área de Camposoto existió un Complejo
Industrial de Salazones, industria de vital en
la Gadir fenicia y a la vista del material cerámico hallado nos podemos remontar hasta los siglos VI y V a.C., fechas a las que corresponden la mayor parte de los hallazgos, sin olvidarnos que de la época romana también existen restos. Todos los restos hallados nos permiten comprobar la importancia de esta zona desde los orígenes del tiempo.
Seguimos subiendo a este pequeño cerro. En la parte más alta se ubica la Ermita de los Mártires, dedicada a los mártires san Servando y san Germán, que cuenta la tradición fueron muertos aquí. La ermita original que fue construida en el año 1889 fue demolida en 1942.
La pequeña subida que vamos haciendo nos permite tener algunas vistas no demasiado frecuentes en el llano San Fernando. Aquí vemos la zona de Gallineras y su puerto deportivo.
Y en línea de horizonte, la vertiente oeste de la sierra de Grazalema y a su derecha las pequeñas elevaciones del Parque Natural del Estrecho.
Al sudeste está Chiclana, iba a decir vemos, pero realmente no vemos nada, esto se sacar fotos con el móvil tiene sus limitaciones.
Ampliando mucho podemos ver el puerto deportivo de Santi Petri.
Y más a su derecha, el castillo de igual nombre que pone fin a los límites municipales de San Fernando.A nuestra derecha y en una pequeña elevación nos encontramos una estatua rota con su pedestal. No dispongo de información sobre la misma, lo siento.
Las obras de construcción de la ermita actual se iniciaron en 1943, en los terrenos del pago Sopranis y del pago La Marquina. En el año 1945 se inauguró la ermita, que fue bendecida el 23 de octubre de ese mismo año. Desde entonces cada 23 de octubre se celebra una romería en honor a los dos mártires. En la actual ermita está enterrada la primera piedra de la vieja ermita.
Las primeras referencias a los santos mártires Servando y Germán se remontan al Pasionario Hispánico
(siglo VII) como bien ha apuntado la historiadora gaditana María
Cristina López García. La identificación del lugar exacto de su martirio
—Pago Ursiniano— con el denominado ‘Cerro de los Mártires’, en San
Fernando, es sin embargo muy posterior, datando del siglo XVII y sin
base sólida. Esta relación es hoy cuestionada debido a diversos
hallazgos arqueológicos en Vejer de la Frontera (1779-De los que hablamos en la visita que hicimos en enero de 2020 a la Ermita de la Oliva) y Alcalá de los
Gazules (1800).
Pese a ser ya un más que probable lugar de peregrinación, parece que la tradición romera como tal se consolida con la inauguración de la ermita que presidió la cima del Cerro entre 1879 y 1942, pues la actual es una réplica abierta al culto sobre la ladera en 1945. La construcción de la ermita original no fue un capricho, sino la respuesta a una demanda histórica de gaditanos e isleños a tenor de lo que leemos en El Pensamiento Español con fecha de 31 de marzo de 1866: manifiesta el autor [del artículo] que en el sitio en que fueron martirizados los santos existe un sencillo pilar con una inscripción que recuerda tan glorioso hecho, pobre monumento erigido por la piedad de un humilde Sacerdote de San Fernando ; y de aquí toma pie para hacer patente su deseo de que el pueblo de Cádiz, siempre religioso cuanto espléndido, sustituyese este pilar con una capilla que recordase que allí sus Patronos dieron su vida por la fe de Cristo […] Su costo sería de muy escasa importancia»,
La primera gran peregrinación al Cerro quedaría fijada para el 24 de octubre de 1880, «con
orden y economía para los peregrinos, y que las funciones religiosas
tengan lugar con la ostentación propia de un acto que ha de formar época
en los anales religiosos de este Obispado».
Aunque no lo he dicho al principio, el cerro tiene dos grandes sectores bien diferenciados, una zona arbolada y otra, que es esta que vemos que se trata de una gran llanura con apenas árboles y entre los que destaca un gran eucalipto.
En una de sus calles de salida en la zona de La Marquina, se ubican las instalaciones de la Asociación Hípica La Isla.
Tras perimetrar la llanura, procedemos a cruzarla en perpendicular en dirección nuevamente de la ermita, pasando por las inmediaciones del gran eucalipto ya comentado. Este ejemplar es conocido como el "Árbol de los suicidios o de los ahorcados" y ha sido objeto de estudio por personal entendido en cuestiones paranormales que afirman contundentemente que este lugar está rodeado de energías no explicables a través de una visión racional de la física.
Este cerro también es una zona rica en minerales, se han descubierto restos de aragonito, chalcantita, cuarzo, halita, jacinto de Compostela, limonita, silvina y yeso, aún recuerdo de niño cuando veníamos por aquí en busca de cuarzos cristalizados, que aunque los hay a cientos, son todos de un tamaño ínfimo. Antiguamente pudo haber habido aventurina, aunque no se conoce su existencia en la actualidad.
En uno de los laterales de la parte arbolada menos densa encontramos la zona de barbacoas.
Es impresionante la variedad de especies existentes en este parque, la mayoría son de repoblación, o más bien, de replantación, árboles quitados de otros lugares que terminan aquí plantados, destacan por su cantidad los pinos carrascos, los algarrobos o ficus de diversas variedades. Vimos incluso un magnolio cargados de capullos florales que debe ser una gozada cuando esté en floración. Volveré en el momento adecuado.
Caminando por la zona más arbolada y fresca del parque, llegamos al punto de partida poniendo fin a este corto pero interesante paseo.
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen (la zona
sale pixelada por pertenecer al perímetro de seguridad de una
instalación militar).
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.