domingo, 20 de noviembre de 2022

DEHESA DE LAS YEGUAS-SALINA Y MARISMAS DE CETINA (PUERTO REAL)(19 NOV 2022)

En la ruta de hoy vamos a caminar por dos zonas bien diferenciadas, la Dehesa de las Yeguas que es un pinar costero con una gran biodiversidad y por la Salina de Cetina, un biotopo de marismas con unas características muy especiales que la convierten en un paraiso para todo tipo de aves y todo ello enclavado en un lugar que no hace demasiado tiempo (tiempos geológicos, claro), fue mar.

Dejamos el coche en: 36°33.247'N - 6°08.011'W
Distancia: 13,40 kilómetros.
Tiempo: 3 horas 24 minutos.
Dificultad: Fácil.
 
El coche se queda en los aparcamientos dispuestos en la entrada del área recreativa "Dehesa de las Yeguas".

En este primer momento vamos a intentar perimetrar el lado derecho del pinar por lo que pasaremos de largo la entrada oficial a dicho área recreativa.

La Dehesa de las Yeguas es un pinar de gran tamaño (unas 63 hectáreas) casi exclusivo de pino piñonero acompañado de acebuches de porte arbustivo, siendo uno de los bosques más biodiversos de la provincia de Cádiz, en él se han identificado más de 500 especies de plantas, lo que supone más del 30% de las existentes en toda la provincia. Antiguamente era conocido como Bosque de Goyena, no muy lejos de aquí en la zona de las marismas de Las Aletas se encuentra un molino de mareas conocido como "Molino de Goyena" (visitado en julio de 2019) , en clara alusión a Juan Esteban de Goyena y Jijante, promotor de su ejecución y Director de las Reales Provisiones de la ciudad de Cádiz
 
Posee un gran valor estratégico dentro del territorio de la Bahía de Cádiz pues se extiende entre los restos de pinares adehesados del término municipal, los cordones arbolados de la densa red de cañadas y el borde marino representado por las actuales marismas de Cetina y Aletas, constituyendo uno de los Habitats de Interés Comunitario (HIC) a proteger como pinares costeros o subcosteros de la UE.
Dispone de cien mesas y veinte barbacoas
 
Este importante pinar carece actualmente de protección legal, no estando incluido dentro de la Red Natura 2000 como Lugar de Interés Comunitario (LIC), ni en el Parque Natural Bahía de Cádiz. Sin embargo, contiene valores ambientales más que suficientes para que al menos se incorporase a alguno de ellos.

Alberga más de medio millar de taxones de flora, entre ellos una treintena catalogada en la lista roja de especies que sufren riesgos para su conservación, y por tanto estamos obligados a su máxima protección sin renunciar al uso y disfrute público del mismo.
 Coscojas, palmitos, jaras y lentiscos

Lindando con el pinar encontramos la Laguna de Cetina, una gran zona inundable que independientemente del volúmen de agua caída en el año, suele mantenerse siempre húmeda ya que la capa freática se encuentra en algunas zonas a menos de un metro de profundidad.
Laguna de Cetina
 
Rápidamente llegamos a una pista que nos conducirá a la entrada de la Salina de Cetina, pasando previamente por una de las torres de la antiguas traída de aguas para riego.

En toda esta zona marismeña podremos ver los restos alineados de antiguas canalizaciones de agua con sus correspondientes pozos. El agua se movía gracias a la gravedad por lo que todos los conductos debían mantenerse a unas alturas exactas y con una pendiente mínima que evitara que el agua se desplazara con excesiva fuerza, consiguiendo así una correcta decantación de los materiales en suspensión que portaban y retardando el deterioro de la instalación.

Entre pozo y pozo se disponían una serie de pilastras separadas con la distancia adecuada para cada tramo de conducción. Estas actuaciones fueron iniciadas a principios de los años 60 del siglo pasado en un intento fracasado de convertir esta zona de marismas desecadas en terrenos de cultivo, pero la alta salinidad del suelo hizo inútil el esfuerzo.

El acceso al entorno de la salina es libre, siempre y cuando se acceda a pié o en bicicleta.
Entrada a la salina

Las marismas de Cetina tiene una extensión de unas 1046 hectáreas, ubicándose en ella la mayor salina de toda la Bahía de Cádiz, pero no es ésto lo que la hace única, su gran particularidad radica en que se ubica en una marisma que tiene anexa una gran extensión inundable de agua dulce, lo que la convierte, probablemente, en un biotopo único a nivel mundial.
A la derecha el agua dulce y a la izquierda el agua salada
 
El recorrido en este entorno marismeño podemos dividirlo en tres tramos o sectores, el primero de ellos y central nos llevará hasta un observatorio de aves, el segundo tramo y perpendicular al primero finalizará en la Salina de La Tapa y un tercer tramo, también perpendicular al central pero por su lado izquierdo nos llevará hasta la punta Boca de Plao, una zona inundable antiguamente por agua salada aunque casi desecada por la reconstrucción del muro de la Vuelta de Afuera, pero que mantiene un alto grado de humedad en épocas de lluvia.

En las marismas de Cetina se han llegado a contabilizar más de 10.000 aves en un año de 100 especies diferentes, siendo el grupo más numeroso el representado por las gaviotas. En este primer tramo encontraremos dos observatorios de aves, a partir del segundo mirador está prohibido el paso, así que será el lugar donde demos la vuelta.
Los ramales por los que está prohibido el paso están señalizados perfectamente

Lo que hace realmente hace especial a la marisma de Cetina es que es un oasis de agua dulce en un medio salino, donde patos, calamones, moritos y un sinfín de especies más, aves que prefieren el agua dulce, han encontrado un lugar inmejorable para vivir y reproducirse.         
 
En uno de los lados vemos ánsares comunes (Anser anser)

 
 Y en la parte de agua salada, flamencos, correlimos y otras aves típicas de este biotopo
 
En los momentos adecuados podemos ver aves tan emblemáticas como la cigüeña negra, lechuzas o el águila pescadora, a las que se le han colocado nidos artificiales en un intento vano de que críen en este lugar, nueva muestra de la prepotencia humana y su creencia de poder controlar la naturaleza a su antojo.
 
Aquí vemos una de las torres de ventilación y registro que formaron parte de la infraestructura del siglo XVIII construida para aprovechar el agua de los Manantiales de la Piedad (visitados en noviembre de 2022) que ha sido modificada, eliminando su cubierta para instalar un aparatoso nido de cigüeña que presumiblemente fue eliminado de algún campanario.

 
El tramo II nos lleva hasta la confluencia del arroyo Salado con el río San Pedro y está declarado como Zona de Especial Conservacion (ZEC). Se trata de un hábitat que cuenta con numerosos valores ambientales, siendo uno de los más destacados la presencia del Salinete (Aphanius baeticus), en pez de pequeño tamaño y en peligro de extinción.
El tramo II es de ida y vuelta y mide un total de 3,5 kilómetros

 Nuevamente vemos otros restos de antiguas canalizaciones de agua.
Canalización abierta y pozo de decantación

Casi al final del tramo cruzamos un puente de cuatro ojos, por esta zona el arroyo del Salado desemboca en el río de San Pedro.
 
 
Un cartel informativo nos indica que aquí abundan los "salinetes" (Aphanius baeticus), un pequeño pez en peligro de extinción que solo habita en unos pocos arroyos y charcas de Cádiz, Huelva y Sevilla, aunque en honor a la verdad y tras una intensa búsqueda no vimos ninguno, todo lo contrario que en una de las charcas existentes antes de pasar por la puerta de la salina, donde protegidos por los juncos, había un grupo de ocho a diez ejemplares.
 
El río San Pedro es un paleocauce del río Guadalete, separado de éste por la mano del hombre y convertido en brazo de mar. El aporte de agua dulce del arroyo del Salado es mínimo por lo que el caudal que circula por el río es el aportado principalmente por el flujo mareal.
 Vistas de la Salina de la Tapa
 
Por esta zona zona próxima al arroyo del Salado existían dos lagunas ya desaparecidas, la Laguna de los Silbones de aguas permanentes y rodeadas de juncos y castañuelas y la Laguna de Frigilla, de carácter endorréico.
 
Tras volver sobre nuestros pasos y justo antes de pasar por el pórtico de la salina, nos desviamos hacia la derecha, vamos a caminar un rato por el muro de la Vuelta Afuera, queremos investigar la posibilidad de paso desde La Boca del Plao (lugar hasta el que pretendemos llegar) y el diseminado de la Suerte del Moral que linda con la punta sur de la Dehesa de las Yeguas. 
Sector III, también de de ida y vuelta, longitud total de 1,5 kilometros

A nuestra derecha tenemos una gran laguna en la que podremos ver, dependiendo de la época del año, infinidad de aves marinas, destacan: la aguja colinegra, el archibebe, el charrancito común, el chorlitejo patinegro, el correlimos la espátula común, la gaviota cabecinegra, la gaviota picofina, la pagaza piquirroja o el zarapito.
 
La intención era buscar un paso que nos permitiera cruzar el caño que llevábamos a nuestra izquierda e incorporarnos al pinar por su lado sur, pero no había ninguno, así que llegados a la punta de la Boca de Plao, nos tocó dar la vuelta y volver por donde vinimos.
Al fondo, la punta Boca de Plao o punta Cetina
 
Ingresamos de nuevo en la Dehesa de las Yeguas con el objetivo de retornar al punto de salida. Durante un rato caminamos por un cortafuegos, pero el calor nos hizo buscar la sombra y caminar por momentos, por la zona más espesa de matorrales del pinar.
Cortafuegos bajo el tendido eléctrico

Gracias a eso pudimos ver cantidad de brezos en flor y asclepias. Las asclepias son una fuente importante de néctar para las abejas y otros insectos, además de ser alimento favorito de las mariposas monarca y sus parientes.

Existen grandes poblaciones de brezos y asclepias

Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:

Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

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