Saliendo desde el área recreativa de los Llanos del Campo en Behamahoma, esta ruta nos llevará a uno de los rincones más abruptos y escondidos del parque natural de Grazalema, la garganta del arroyo del Boyar donde sabemos se forman unos pequeños saltos de agua poco conocidos. Caminaremos a media altura por los cerros del Albarracinejo, Las Peñuelas, Vasco, Olivillos y Las Cuevas, lo que nos deparará inmejorables vistas al todo el valle del Tavizna y Boyar y lugares tan emblemáticos como las sierras de la Silla, Albarracín, Endrinal, Pinar y el Salto del Cabrero.
Todo el tramo de la garganta discurre por terrenos sin sendas claras, poco o nada pisadas y totalmente cubiertos de maleza que pondrán a prueba nuestro gusto por el senderismo. Trayecto no apto para todos los públicos ni para senderistas comodones o tiquismiquis.
Distancia: 10,39 kilómetros.
Tiemplo empleado: 6 horas 7 minutos.
Dificultad: Moderada alta.
Dejamos el coche en: 36°45.336'N - 5°27.285'W.
No hemos cruzado la portilla y ya tenemos el primer regalo del día, una magnífica orquídea silvestre (Ophrys lutea) nos da la bienvenida.
Vamos en busca de los Llanos del Berral por una cómoda pista.
Llegamos al mirador existente al final de los llanos y tenemos la primera visual, que se repetirá en bastantes tramos del trayecto, la sierra de la Silla al completo y por delante, el castillo de Aznalmara (visitado en enero de 2015).
Empezamos a bajar en busca de un paso por el arroyo de Los Charcones, estamos en la zona limítrofe de los cerros del Albarracinejo y Las Peñuelas. A la izquierda de la foto vemos el cerro del Vasco, lugar hacia el que nos dirigimos.
Empezamos a bajar en busca de un paso por el arroyo de Los Charcones, estamos en la zona limítrofe de los cerros del Albarracinejo y Las Peñuelas. A la izquierda de la foto vemos el cerro del Vasco, lugar hacia el que nos dirigimos.
A pesar de que el camino se enturbia un poco, la vereda es fácil de seguir.
En otro momento diría que vadeamos el arroyo de Los Charcones, pero en estas fechas ya va seco como el ojo de un tuerto.
Desde "la acera de enfrente", podemos ver el cerro del Albarracinejo, por cuyos bajos hemos hecho este primer tramo de la ruta.
Desde el "vadeo" vamos en contínuo ascenso y esto nos permite una nueva vista de la sierra de La Silla.
Por esta zona son muy frecuentes las encinas tumbadas, desconozco el motivo de este comportamiento, tal vez el viento, pero parecidas a esta veremos varias.
La subida de cota nos permite ver además del Albarracinejo, el cerro Ponce y una buena porción del resto de la sierra del Albarracín.
Este llano nos indica que estamos entrando en el cerro del Vasco.
Poco más adelante encontramos los restos de un cortijo, conocido, como no, como el cortijo del Vasco.
Hemos seguido subiendo aunque lentamente y empezamos a caminar por una magnífica cornisa que nos conduce al cerro de Los Olivillos. ¿Habéis visto ya el castillo? ¿no? pues hala, otra foto.
Esta cornisa y la falta de arbolado nos permitirán magníficas vistas de todo el valle y dehesa del Boyar con la sierra del Endrinal al fondo.
Además de infinidad de jaras pringosas (Cistus albidus) en este recorrido veremos muchísimos Matagallos ((Phlomis purpurea) en flor.
A los lejos vemos el cerro de Las Cuevas (visitado en mayo de 2016) en una memorable ruta. Por allí arriba discurre parte del camino de vuelta.
En Los Olivillos también encontramos los restos de varios cortijos y corraletas, también abandonados.
Y aunque nos cuesta identficarlo, allí enfrente tenemos una vista del Salto del Cabrero, en un ángulo desconocido por nosotros.
A pesar del contraluz también tenemos una primera visual de la sierra del Endrinal en la que destacan los cerros de Coargazal y Las Jauletas.
Hemos entrado en rabiosa bajada camino del arroyo del Ahijadero, también reseco.
Atravesamos una angarilla que se encuentra abierta, así que la dejamos tal cual. Vemos como la vegetación aumenta considerablemente.
Y otra más.
Y los restos de otro cortijo en Los Olivillos.
El campo abierto, la cuesta abajo y el camino marcado nos lleva de cabeza hacia otra angarilla, pero ojo, NO debemos pasarla, siguiendo la alambrada hacia la izquierda está nuestro paso.
Se trata de otra angarilla más pequeña y oculta, esto empieza a ponerse interesante, la vegetación lo inunda todo y a nuestra izquierda las altas paredes del cortado por donde se encajona el arroyo del Boyar.
Y a nuestra derecha, un muro y la alambrada que delimita la propiedad en la que no hemos entrado.
Y llegamos a la primera poza del arroyo, es imposible hacer un trazado rectilíneo por el cauce así que cada vez que queramos acercarnos al agua deberemos retornar sobre nuestros pasos para continuar la ruta, con la salvedad de que cada aproximación al cauce, cada vez será más complicada.
Este arroyo lleva poco caudal por lo que nuestras expectativas de ver algunos saltos se ven frustadas.
Por aquí hace tiempo no pasa nadie, tengo que ir abriendo paso entre las zarzas, pero el esfuerzo nos permite ver pozas de tranquilas y cristalinas aguas.
En esta tercera aproximación vemos un par de pequeños saltos de agua, que a la postre serán los únicos que veamos.
Nuestra pequeña desilusión pronto se olvida al ver que allí en lo alto existe un improvisado arco de piedra, intentaremos acercarnos para verlo más de cerca.
También vemos como el no camino se ha puesto interesante, cada más estrecho, pedregoso y cubierto de un salvaje matorral bajo, pero sabemos que alguien pasó por aquí no hace mucho (gracias Palocorto), así que nosotros no vamos a ser menos.
A nuestra izquierda la alta pared, a nuestra derecha el inexpugnable cauce, no nos queda otra que tirar por el camino del medio. ¿Dije camino? jajaja, es un sarcasmo. Estamos entrando en la parte más dificultosa de todo el recorrido, unos escasos 600 metros que marcarán la diferencia entre senderistas y domingueros de pantalón corto. No aconsejo a nadie meterse por aquí sin gps o sin conocerlo, aunque si vamos mirando el suelo, podremos ver bastantes tramos de veredilla que nos pueden ayudar, si sabemos hacia donde hay que ir, claro.
Pocas veces ver piedra seca me causó tanta tranquilidad, al menos podemos intuir nuestros siguientes pasos, nos estamos acercando al arco de "derrubio".
Y cuando pensamos que ya nos hemos separado mucho del cauce como para volver a verlo, aquí al lado lo tenemos nuevamente.
Como dije antes, para aproximarnos al agua hay que salirse del trazado, así que ahora nos toca volver a donde lo dejamos, justo al lado de la imponente e inestable piedra encajada violentamente en algún desprendimiento pasado.
Y no es solo una piedra encajada, son dos.
Parece posible pasar por debajo y tirar la línea recta pero optamos por rodear todo el peñasco.
Esto nos lleva nuevamente a las proximidades del cauce donde vemos alguna que otra poza.
Se pierde todo atisbo de senda, pero vamos curtidos, estas historias ya las hemos vivido en otras ocasiones, así que tira "p`alante", como puedas.
Lo peor es que no podemos ver el final de este maremágnum pero llevamos un buen track y confiamos en él (gracias nuevamente) y si dice que por aquí, pues por aquí será.
Ya no tenemos cauce cortándonos el paso, ahora es una alambrada, y como suele ser habitual, pegados a ellas podemos encontrar espacios limpios, hay que aprovecharlos.
Por momentos encontramos algunos lugares algo más claros y nos ayudan a respirar.
Generalmente estas zonas de salientes son las más complicadas y la tenemos casi solventada, pienso esto sin saber que aún nos quedan dos salientes rocosos más.
Lo bueno es que vamos progresando sin contratiempos, lo malo es que no vemos posibles trazadas, pero tampoco es que haya mucho donde elegir.
Al monte bajo se le unen lenticos, majuelos, acebuches y otros arbustos que ya no nos permitirán pasar por encima.
Como ya ni puedo sacar fotos hacia abajo, busco las alturas, allí enfrente vemos una toma, también poco vista del Salto del Cabrero (recientemente recorrido por su interior).
Y más a la izquierda, el Coargazal y Las Jauletas, en las estribaciones de la sierra del Endrinal.
Y otra encina acostada. Este lugar es importante ya que la única opción de continuar (al menos esa fue mi impresión) es pasar por una especie de pasillo que forman dos piedras que están unos metros a su izquierda. Desde algo lejos este árbol es buena referencia.
Una mirada hacia atrás nos permite ver donde quedan las primeras paredes del paso de la garganta y como nos hemos elevado varias decenas de metros sobre el cauce del arroyo.
Cuando pensábamos que ya a más altura el paso se aclararía nos encontramos esto, nada nuevo bajo el sol, tira "p´alante", teóricamente estamos al final de esta complicada zona.
Pero antes de volvernos a sumergir en el verde tiro una última foto hacia atrás y allí veo una gran oquedad ¿será la salida del túnel del Coargazal que da hacia el valle del Boyar? Dicho túnel lo visitamos en febrero de 2018.
Y a la derecha parte de la falla que forma el Salto del Cabrero y la ruta efectuada la semana pasada.
Y llegamos al respiro, como por arte de magia y tras los últimos metros nadando sobre todo tipo de plantas, llegamos a una franja totalmente desbrozada. Si alguien nos hubiese visto salir de la vegetación seguro que se preguntaba: ¿Y estos de donde vienen?
Toda esta vertiente del cerro de Las Cuevas está desbrozada, así que todo lo que nos resta de sendero será coser y cantar.
Hemos llegado al cauce del arroyo del Ahijadero, también seco como una mojama, y caminaremos paralelos durante un rato, ya se acabó la zona desbrozada pero la vereda está limpia y es fácil de seguir.
Esto nos permite volver a ver esas pequeñas maravillas de nuestras sierras como esta nueva orquídea silvestre, esta vez perteneciente al grupo de las abejeras, se trata de Ophrys speculum.
Y al lado de ella, una Cephalanthera longifolia, otra orquídea abundante en nuestras tierras.
Veo el cerro de Las Cuevas y recuerdo la memorable bajada que hicimos por esa garganta que señalo, era un día soleado pero llegamos mojados hasta los sobacos. El cerro de Las Cuevas fue visitado en mayo de 2016.
Tras cruzar el arroyo del Ahijadero en las cercanías del Campo de las Encinas. En este tramo abundan las rosas silvestres o Albardera (Paeonia broteri). Paeonia, del Latín paeǒnĭa, ae, nombre genérico en honor de Peón, el médico de los dioses que aparece mencionado en la Ilíada y en la Odisea de Homero. Curó a Ares cuando fue herido por Diomedes durante la guerra de Troya; también se menciona una curación anterior que le hizo a Hades de una flecha lanzada por Heracles en Pilos. También en Plinio el Viejo, libro 25, X, 1, que la recomienda contra "las pesadillas provocadas por los Faunos".
Las floraciones van este año atrasadas así que ilustro con una foto de la vez anterior que estuvimos por aquí.
En el Llano de los Alacranes encontramos un perezoso, mal llamado laguna de los Alacranes, igual de seca que los arroyos de Los Charcones y Ahijadero, a pesar de las intensas lluvias caídas parece que por aquí, el lugar más lluvioso de toda España, no cayó demasiada.
Y otra encina "vacilona".
Y otra más.
Y el irreconocible aparcamiento de los Llanos del Campo a esta hora del día, hasta la bandera.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Hola. Para aquellos que quieran evitarse el tramo complicado de la ruta. Una vez cruzamos la angarilla o portera que hay después del cortijo del Olivillo y salimos al sendero junto al muro con alambrada, lo tomamos a mano izquierda hasta comunicar con el arroyo de ahijadero(posiblemente seco)y salir al punto que en el track de wikiloc aparece como cauce.
ResponderEliminarGracias por la info. Aunque se evitamos ese tramo perdemos ese puntito salvaje y divertido de la ruta.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEspectacular ruta
ResponderEliminarSí que estuvo bien, entretenido paso por la garganta. Jajaja. Un abrazo.
EliminarEl sabado pasado ( 26 de nov. 2022) hicimos esta excursion y es tal y cual la describes.
ResponderEliminarLo digo porque gracias a vosotros y sobretodo a Palocorto se puede hacer esta ruta que es facil de bajada y bellisima de subida pero un infierno despues de ver las pozas aunque muchas veces es lo que nos gusta a los veteranos "jartibles".
La recomiendo igual que los andarines para los avezados con gps, con pantalon y manga larga y si es posible llevaros tijeras de podar para las zarzas abundantisimas y peligrosas.
Por lo demas muchisimas gracias por la ruta.
Si es posible me gustaria poder ponerme en contacto con vosotros
mi correo es clinicaekipo@yahoo.com
Micorreo es: clinacekipo@yahoo.es. NmigeulmZ.
Me alegra que os gustara, realmente es una pasada, de las mejores que hemos hecho. Te mando un mail. Gracias por dejar tu comentario. Saludos.
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