Este sendero nos llevará al Castillo de Tavizna a través del Cordel de la Garganta del Boyar en un principio, atravesando el arroyo de la Breña del Pilar para continuar en busca de una vereda que discurre paralela al río Tavizna dónde transitaremos por un clásico bosque de ribera y una vez atravesado el archiconocido pontón de Tavizna nos devolverá al lugar de partida en el poblado de Tavizna.
La ruta clásica es mucho más directa y corta, nosotros la alargaremos un poco al objeto de conseguir un recorrido circular.
Dejamos el coche en: 36º43.272'N - 5º28.877'W
Distancia: 11,17 kilómetros.
Tiempo: 5 horas 48 minutos, incluidas las paradas.
Dificultad: Fácil salvo la subida al castillo y la bajada por el cerro del castillo hasta la vereda que discurre paralela al río dónde la dificultad es media.
El sendero se inicia por el Cordel de la Garganta del Boyar, en el diseminado de casas de Tavizna y justamente al lado de un cartel que nos indica la dirección del Huertezuelo, un alojamiento rural cercano. Justo al lado pero en sentido contrario, comienza un carril de arena que será el inicio de nuestro recorrido.
Prácticamente sin bajarnos del coche ya veremos el primer objetivo del día, el Castillo de Aznalmara, así como los altos que lo rodean.
Dejamos el cordel y continuamos por una pista aledaña.
Este pequeño puente nos indica que estamos atravesando el arroyo de la Breña del Pilar y nos acercamos al cortijo de Domingo Valle.
La sierra del Pinar aparece con toda plenitud.
Nuevamente hacemos un desvío, incorporándonos a un nuevo camino, está marcado como WP "Cancela a la izqda".
Son varios cortijos los que encontraremos a nuestro paso.
Si miramos atrás, la Sierra de la Silla la tendremos más cerca que nunca.
Una nueva edificación, se trata de una casa que según consta, data de 1889.
En las iniciales de la casa se esconde un santo, San Cristóbal. ¿Tendrá que ver con la C de la inicial?
Una mirada a nuesta derecha nos permitirá ver el Higuerón de Tavizna, el Alto del Puntal, Bornos, el cerro Mateo y el de Cabezo de Hortales dónde se encuentran las ruinas de Iptuci ya en el término municipal de Prado del Rey.
Una vista inédita para nosotros del Salto del Cabrero y su escolta Las Jauletas. Parecen a tiro de piedra pero están aún bastante lejos.
Nos acercamos a la Cumbre de la Dehesa, esta zona es conocida como El Jaral, muy próximos ya al Puerto del Castillo. Esa cancela está marcada como WP "Cancela Roja".
A nuestra izquierda nos encontramos con un pozo con dos hermosas pilas labradas en piedra.
Las vistas del castillo son contínuas, pero cada vez más cerca.
Esta cancela nos da paso al Puerto del Castillo, está marcada como "Cancela Roja 2".
Una corraleta circular que debemos dejar a nuestra derecha nos hace salir de la pista que traemos.
Aunque son varias las veredas que podremos observar todas nos llevarán a la única vía posible de ascenso. En este tramo debemos extremar el cuidado ya que el suelo con infinidad de piedras sueltas nos pueden provocar algún resbalón.
Este es el tramo de mayor dificultad, pero paso a paso subiremos sin problemas.
Casi sin darnos cuenta ya estamos arriba. Como se puede ver, la senda está bien marcada.
Por aquí se entra, existe al menos un acceso más que hayamos visto, pero es mucho más difícil y peligroso.
El castillo de Aznalmara es una fortaleza de origen nazarí que data de la Edad Media, época en la que tuvo gran importancia durante la guerra entre musulmanes y cristianos. Aunque se encuentra en ruinas algunos de sus muros nos dan idea de lo impresionante que debió ser, de hecho, aún lo es.
Desde allí se domina todo el Valle de Tavizna.
Unas vistas del mismo. Si queréis ampliar la información os dejo el linkeo a la wikipedia: Castillo de Aznalmara.
Es curioso que perteneciendo al término municipal de Benaocaz. sea también conocido como castillo de Tavizna.
Su situación privilegiada y totalmente protegida debió tener una gran importancia estratégica, inaccesible salvo por una sóla entrada, su defensa debió ser bastante fácil. En el centro podemos ver su aljibe y al fondo, la torre del homenaje.
La sierra de la Silla y Tavizna a los pies del Higuerón.
Al fondo la sierra del pinar (izquierda) y la del Caillo con su mayor cota, El Navazo Alto, también detrás se esconde el Salto del Cabrero y Benaocaz.
Abajo la corraleta circular que poco antes visitamos, al fondo derecha la pista de llegada.
Vamos muy bien de tiempo por lo que la visita al castillo se alarga considerablemente y de paso, además de disfrutar de las vistas, nos sirve para descansar un rato. Pero es hora de continuar y tras una cuidadosa bajada giramos a nuestra izquierda cerro abajo.
Si el mapa no se equivoca, cerca del rio debemos encontrar una vereda que discurriendo paralela al mismo nos llevará a un molino y una pasarela por la que cruzaremos el rio en busca del conocido Pontón de Tavizna.
La bajada es complicada, el monte bajo muy cerrado y las aulagas parece que lo cierran todo, pero seguimos bajando y el ruido del agua nos guía.
San Topohispania no se equivoca (afortunadamente), aunque parezca mentira recoje esta senda, que aunque ahora se muestre clara, se difumina por momentos engullida por la maleza. Esta parte norte protegida del sol, está muy húmeda y fangosa.
Llegados a este quejigo el camino se bifurca, debemos pillar el que cae a nuestra derecha y seguir bajando.
Iremos directamente a este llano que limpio de maleza nos parece una bendición, tiene dos salidas que nos llevarán prácticamente al mismo lugar, pillamos la de la izquierda por simple capricho.
La vegetación de ribera sigue aumentando, aunque parezca la selva una valla metálica nos dice que estamos en la ¿civilización?
En su interior varias edificaciones y un viejo molino, debemos rodearla y llegar al otro lado por dónde cruzaremos el rio.
Por momentos dudamos si vamos bien, la vereda casi se pierde y nos obliga a caminar pegados al vallado.
Por aquí el concepto de "bosque galería" adquiere toda su dimensión. Parecemos conejos.
La humedad del suelo es patente y caminamos con mucha precaución, estamos justo al lado del río y en la zona más umbría de todo el sendero. Un giro a la derecha y agua. Dependiendo del caudal es posible vadearlo por encima de las piedras, nosotros preferimos buscar una pasarela que debe estar justo enfrente del molino.
Desde nuestro improvisado "comedor" vemos el viejo molino adornado con antiguas piedras de moler.
Descansados y comidos cruzamos una portezuela metálica y nos incorporamos a una cómoda pista que nos llevará al pontón de Tavizna.
El famoso pontón de Tavizna.
Ya finalizando, nos salimos un poco del camino para ver la zona conocida como El Charco, si siguiésemos progresando por la nueva vereda llegaríamos al Molino de la Angostura. WP marcado como "Charco".
Con esta bonita imagen del cauce casi seco damos por acabada la ruta, aunque aún nos queda una media hora de camino hasta el coche.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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