Saliendo desde Benaocaz esta ruta nos llevará hasta el Salto del Cabrero con la particularidad de que lo recorreremos por el interior de la falla, un trayecto realmente espectacular, caminar entre sus altas paredes y las monstruosas piedras que parcialmente lo taponan dejará un recuerdo imborrable en quienes lo hagan. El regreso lo haremos por los Llanos y Puerto de don Fernando.
Distancia: 11,09 kilómetros.
Tiemplo empleado: 4 horas 57 minutos.
Dificultad: Moderado.
Dejamos el coche en: 36°42.175'N - 5°25.692'W.
El coche se queda estacionado en el comienzo del sendero "Ojo del Moro", al inicio del camino que lleva al hotel Los Chozos.
Desde allí mismo podemos ver parte de la Sierra Alta.
Una agradable arboleda será el inicio de nuestro recorrido.Desde allí mismo podemos ver parte de la Sierra Alta.
Al final de ese camino y unos metros antes de las puertas del hotel haremos un desvío a la izquierda, al regreso y si todo sale bien deberemos aparecer por la vía pecuaria que discurre entre los chozos/apartamentos del hotel.
Pronto llegaremos al antiguo y siempre enigmático puente sobre el arroyo Pajaruco.
Tras cruzar el puente iniciamos por la vereda que nos llevaría al Ojo del Moro (visitado en febrero de 2017).
Y cruzamos la primera angarilla.
Tendremos a la izquierda una primera panorámica de la sierra de La Silla, el Higuerón de Tavizna, el cerro de Cabezo de Hortales, donde se ubican los restos de la ciudad romana de Iptuci, y a la derecha el Alto del Puntal perteneciente a la sierra del Albarracín.
Estamos en la sierra de Grazalema lo que implica que "piedras, piedras y más piedras", vamos en ligera bajada en un pedregoso camino que serpentea en las proximidades del arroyo del Pajaruco.
Pronto llegaremos a lo que antaño fue el cortijo de los Casarones.
Tras él se nos abre un amplio y despejado llano sobre el que podemos ver la sierra del Albarracín al completo, cuya mayor altura fue visitada en febrero de 2015.
No siempre se puede mirar al cielo, es buena costumbre a veces mirar por donde pisamos y lo sabemos, esto nos permite disfrutar de una de esas pequeñas joyas de nuestras sierras: las orquídeas silvestres, en este caso se trata de Ophrys speculum. Su nombre "Ophrys" deriva de la palabra griega: "ophrys" = "ceja" refiriéndose a la alta consideración que se tiene hacia este género. Del griego "speculum" = "Similar a un espejo" refiriéndose a su labelo que puede pasar como el vientre de una abeja visto en un espejo. Ophrys se menciona por vez primera en el libro "Historia Natural" de Plinio el Viejo (23-79 A.C). Estas orquídeas se engloban dentro del grupo de "orquídeas abeja".
También vemos, como no podía ser de otra forma en estas fechas, las floridas "jaras blancas" (Cistus albidus), no es la primera vez que me lo pregunto ¿porqué se llaman jaras blancas si tiene la flor color malva?. Se llaman así por los tonos blanquecinos de sus hojas.
Tras cruzar el llano y después de caminar dejando una alambrada a nuestra izquierda, pasamos por una portilla. WP Portilla2. Estamos en las inmediaciones de la Herriza de Aguilar, lo que nos indica aunque aún no podemos verlo que estamos en la entrada de la falla, mundialmente conocida como "Salto del Cabrero".
Un pequeño bosque-galería nos dejará de lleno en plena falla.
Conforme salgamos de él tendremos a la vista nuestro gran objetivo del día: atravesar la falla del Salto del Cabrero.
Como suele ser habitual en nosotros, antes de dar el segundo paso analizamos el tercero y el cuarto, allí enfrente está el alto de la primera vaguada. Este tramo no es rectilíneo, sabemos que primero tendremos que subir, luego bajar, luego subir, luego bajar y afrontar una última subida que no llevará al mirador del Salto del Cabrero situado más al norte, en las cercanías del cortijo del Santo. Tenemos dos vaguadas, un sube y baja duplicado antes de acabar este tramo, sin dudas, tramo más espectacular de la ruta, así que no os hagáis ilusiones, es flecha indica sólamente el final de la primera subida.
Parece y ya es algo habitual que volvemos a hacer una ruta en sentido inverso a lo habitual, esta flecha que indica que tendríamos que hacer una pequeña trepada, para nosotros es simplemente una baja de dos pasos. Si ponemos el culo en la piedra, mucho más fácil y seguro.
El primer alto lo seguimos teniendo lejos aunque ahora, algo más cercano, pero un nuevo muro verde parece empeñado en no ponérnoslo fácil.
Pues más de lo mismo, nos agachamos un poco y seguimos una vereda perfectamente marcada, no hay más.
Merece la pena para un poco para ver los altos muros que nos rodean. Y no penséis que os puede caer una piedra, seguro que no caerá, pero por si las "flys", tampoco tentaremos a la suerte.
No quiero se optimista pero lo que "a priori" parecía una árdua tarea está siendo más fácil de lo esperado. Vemos pasos fáciles y en algunos casos muy bien marcados en el suelo.
Nuestro entusiasmo por las facilidades con que estamos sorteando obstáculos nos hace olvidar que "para saber cuánto progresamos siempre es conveniente dar una mirada atrás", y en eso estamos. Hacia atrás vemos la sierra de la Silla, al principio la veíamos hacia arriba y ahora empieza a quedar bajo nuestros pies. Nos sentimos pequeñoss cuando miramos las paredes laterales y las grandes rocas que nos rodean.
Nuestro camino lo vamos haciendo "mayormente" pegados a la pared de nuestra derecha, camino del primer alto nos encontramos un muro, cuanto más a la derecha lo sorteemos, más fácil será.
Y cuándo solo hay piedras bastará con fijarse en las que están sucias por pisadas.
Una mirada atrás del camino recién pasado.
Y a nuestos laterales las altísimas paredes cortadas a nivel.
Vamos progresando con demasiada facilidad ¿donde estará la trampa?
Y aquí está el primer alto, parece infranqueable pero nada más lejos de la realidad, se sube fácilmente.
Tras pasar el canchal y la correspondiente subida llegamos a un pequeño llano que nos sabe a gloria. Podemos ver lo bien marcado del paso.
Estamos en el segundo "alto", allí arriba vemos donde se ubica el mirador, lugar que pondrá punto final al paso de la falla. Nos costará buenos sudores llegar hasta allí, pero antes y tras ese pequeño poljé nos espera una buena bajada.
Quién dijo miedo, tira "p'abajo".
Hemos estado pendientes de dos senderistas que inician la bajada, pero en poco tiempo dan la vuelta ¿qué habrá pasado? ¿Les entró el canguis?
Esta bajada parece que no tiene fin, lo malo es que a continuación tendremos que recuperar todos los metros descendidos. Pasamos entre dos encinas.
Y de nuevo un vistazo atrás, y el camino seguido desde las encinas.
Con una facilidad no imaginada realizamos la última subida, estamos a tiro de piedra del mirador.
Facilidad no significa que no estemos jadeando, así que nada mejor que una paradita para tomar alguna foto de la zona que será el lugar de nuestra próxima ruta. Albarracinejo, Penñuelas y Las Cuevas.
Impresionante vista desde el mirador. Ahora entendemos porqué dieron media vuelta nuestros amigos, hace temporal de levante y aquí pega de lo lindo, hacemos esfuerzos por mantener el equilibrio.
Y a nuestras espaldas, la sierra del Pinar y Las Cumbres.
Una nueva visual con algo menos de zoom.
Ya vamos de regreso, el Coargazal en las estribaciones de la sierra del Endrinal reclama nuestra atención, algún día tenemos que subirlo.
Vamos camino del Llano de Don Fernando o también del Callejón, a través del cual iremos en busca del mirador oficial del Salto del Cabrero.
Nuevamente marco el camino que debemos seguir, giraremos a la derecha para llegar al mirador y una vez visitado, retornaremos sobre nuestros pasos para ir en busca del Puerto de don Fernando en demora clara hacia el punto de salida.
Desde el mirador vemos el lugar por donde hemos pasado recientemente, parece imposible pero el paso resultó mucho más fácil de lo esperado.
Pasado el puerto volvemos a tener una buena visual de la sierra de la Silla, Higuerón y Alto del Puntal en la sierra del Albarracín.
A nuestras espaldas, el cerro del Cabrero y la sierra del Pinar.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Con una portilla ponemos fin al puerto de Don Fernando e iniciamos la inexorable bajada que podrán fin al recorrido.
La llegada a un moderno chozo nos indica de que hemos llegado a la altura del hotel Los Chozos.
Allí se inicia un camino empedrado que nos llevará hasta el punto de inicio del recorrido.
Hola, una pregunta, ¿está bien señalizada la ruta? Llevo años queriendo ir pero me da la impresión de que no hay buena señalización?
ResponderEliminarNo existe ningún tipo de señalización, se ven algunos hitos de piedra pero como nunca se sabe si están indicando en la dirección que nos interesa pues no sirven de nada. En los medios del salto hay pintada una flecha para quién lo haga en sentido inverso al mio, pero te aseguro que si alguien lleva hasta ese lugar sin indicaciones, la flecha no le servirá para nada. Si haces rutas con cierta frecuencia te aconsejo compres un gps, son baratitos y te darán total seguridad.
EliminarAunque por otra parte se inicia por el camiño algo señalizado del Ojo del Moro, perderse por el paso de la falla es imposible y el camino de vuelta se hace por el clásico del Salto del Cabrero desde Benaocaz, pero aún así, un gps es la solucion y la tranquilidad.
Eliminar¿Puedes aconsejarme algún GPS en particular? Gracias, es que nunca lo he utilizado para ir de senderismo.
ResponderEliminarYo tengo el Garmin Etrex 30, perfecto para senderismo, pequeño, se le pone cartografía, y las pilas duran muchas horas.
EliminarSabes si sigue cortado el sendero desde el mirador hasta el puerto del boyar?
ResponderEliminarSigue cortado.
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