lunes, 30 de diciembre de 2019

PUERTA VERDE DE SAN FERNANDO A CHICLANA (29DIC2019)

Este tramo de la ruta conocida como Puerta Verde conecta el término municipal de San Fernando con el de Chiclana a través de salinas y esteros, biotopo fundamental en el Parque Natural de la Bahía de Cádiz. Durante el recorrido, se puede apreciar la presencia de una importante avifauna ligada a los humedales y salinas de la zona. La mayoría de las especies presentes son aves migratorias que utilizan estos parajes como zona de descanso, antes de emprender de nuevo el vuelo.

Especial interés histórico adquiere el Puente Zuazo y su entorno, dado que jugó un papel crucial durante la Guerra de la Independencia, impidiendo el asalto final del ejército francés al único territorio que les faltaba por invadir y que entre los años 1810 y 1812 fue a lo único que se redujo España. Este hecho fue hábilmente aprovechado en los fastos del Bicentenario de nuestra Constitución en 2012, que fueron titulados como "Cuando España fue una isla", en clara referencia a San Fernando, lugar por donde nunca pudieron pasar las tropas napoleónicas y que en ese momento, fue el único territorio libre de la España peninsular.

Dejamos el coche en: 36°27.655'N -  6°11.675'W
Distancia: 13,82 kilómetros.
Tiempo: 3 horas 13 minutos.
Dificultad: Fácil.

El coche puede quedarse en el aparcamiento de la Feria de San Fernando, justo en el inicio de la ruta.

Antes de iniciar la ruta hacemos una parada en el Molino de Mareas del Zaporito, antaño allí, además de la instalación molinera, existió un embarcadero, un astillero y unos baños, los conocidos como Baños de Ureña.

Su nombre le viene del caño donde se encuentra ubicado. El molino de mareas fue un ingenio tecnológico de una enorme importancia en la economía de la Bahía de Cádiz. Estos molinos aprovechaban la fuerza de las mareas, como fuente de energía inagotable, para hacer girar las piedras y realizar la molienda, normalmente de trigo, aunque tambien molían otros cereales.

Rápidamente pasamos por el puente que cruza el Caño del Zaporito. Cuando La Isla contaba con apenas 300 habitantes, Juan Domingo Saporito, caballero genovés de noble cuna, llega a Cádiz donde se establece, llega a ser Administrador de Aduanas, y se compra una gran finca en San Fernando que comprendía los terrenos que se extiende desde la Alameda Moreno de Guerra hasta el caño de Sancti Petri y desde la calle Santísima Trinidad a la calle Dolores.
Juan Domingo Saporito fue un hombre de negocios con una gran visión de futuro, pues supo aprovechar la importancia que a principios del s. XVIII tenía el caño de Sancti Petri como vía natural de comunicación entre Chiclana y San Fernando.
Por él circulaban las embarcaciones cargadas de pescado, sal, arena etc. Por este motivo Juan Domingo decidió construir un canal que uniera el embarcadero de su finca con el mencionado caño, y con este motivo el 14 de noviembre de 1711 firmó un contrato con Juan de la Cueva y Diego de Molina, entre otros, para realizar las obras. Este canal en la Isla llamados caños, tenían la particularidad de ser artificial y llevar agua de mar.

Más tarde en 1789 Gaspar Molina y Zaldívar, III Marqués de Ureña y IV Conde de Saucedilla, realizaría reformas en él, pues lo que hasta entonces existía, más que un muelle, era un embarcadero.
El mencionado Marqués era bisnieto de José Micón, rico comerciante también genovés y afincado en Cádiz, quién en 1717 compró a Domingo Saporito la finca que tenía en la Isla.
Tras la breve reseña histórica continuamos nuestra ruta entrando en el conocido como Paseo Marítimo de la Magdalena, un deteriorado paseo que bordea el Caño de Zaporito y el el Sancti Petri.

Rápidamente aparecerá a nuestro frente el Puente de Zuazo. Unos de los lugares más emblemáticos de la historia española y dónde ocurrieron algunos de los combates y episodios más heróicos en una época dónde los españoles luchábamos juntos por nuestra libertad. Alcanzó su momento álgido durante la Guerra de la Independencia, convirtiéndose en el único bastión que no pudo ser invadido por los franceses.

Está construido con piedra ostionera y su origen se remonta a la época romana cuándo sólo se trataba de parte del acueducto por el que pasaba el agua procedente de los manantiales de El Tempul, hablamos del famoso acueducto de Gades, el de mayor longitud de la Hispania romana.
El puente actual fue obra del ingeniero Louis Gautier y debe su nombre al poseedor del señorío del "Logar de la puente" que fue otorgado por el rey Juan II de Castilla en el s.XV a Juan Sánchez de Zuazo.

En uno de los muros de las dependencias que protegían el puente encontramos esta placa en memoria de los hechos acaecidos durante la invasión francesa, cuando tras unas heróicas defensas el ejército francés se batió en retirada. La misma dice:

AQUÍ FUE EL LÍMITE DE LA ESPAÑA LIBRE

LAS BRIGADAS DE ARTILLERÍA E INFANTERÍA
REAL DE MARINA
Y FUERZAS NAVALES Y DEL EJÉRCITO AL MANDO DEL
CAPITÁN DE NAVÍO
DON DIEGO DE ALVEAR Y PONCE DE LEÓN
CON SU HEROISMO Y VALOR RECHAZANDO LOS ATAQUES DEL EJÉRCITO FRANCÉS
DESDE EL 10 DE FEBRERO DE 1810 AL 25 DE AGOSTO DE 1812
HICIERON DE ESTAS PIEDRAS VENERABLES EL
ÚLTIMO BALUARTE DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA

Justo enfrente y casi paralelo al mismo, veremos el nuevo viaducto por el que transcurre la autovía CA-33. Ambos sobre el caño de Santi Petri.

Conforme pasamos el puente de Zuazo y a nuestra izquierda aparece otro edificio emblemático, se trata del Real Carenero, una de las primeras construcciones en la Real Isla de León, un antiguo astillero y fábrica de motonería, lanas y jarcias, y que dedicaba a abastecer a los navíos de la Armada.
Aunque físicamente pertenece al término municipal de Puerto Real, su historia está íntimamente ligada a la de San Fernando, constituyendo el germen fundamental de lo que con los años sería la ciudad. Fue construido en la época de los Reyes Católicos y parece ser que sobre unas construcciones romanas que se dedicaban a la construcción y reparación de las naves que por allí navegaban. Lo que no cabe dudas es que para nadie pasó desapercibida la importancia estratégica del lugar, segundo acceso a la bahía y ciudad de Cádiz.


Y a continuación todo en entramado de baluartes o reductos que tan activamente tuvieron participación en la Guerra de la Independencia. Algunos de ellas fueron construidos en el siglo XVI y demuestran la importancia que tenía el paso por el puente, único lugar por donde podía accederse por tierra a la ciudad de Cádiz, ya que el entramado de caños y sus inexpunables lodos hacían totalmente imposible el poder pasar por otro lado. Adquirieron su máxima importancia y valor durante la Batalla del Portazgo en 1810. Este de la foto es el Reducto de San Ignacio, la caseta en el centro era el polvorín.

Una pasarela de madera lo une directamente con el Baluarte de San Pedro. 

Basta un ligero vistazo a la imagen satelital para comprobar cuán importante se consideraba el lugar.

Así se defendía el puente de Zuazo:
1.- Real Carenero.                                 5.- Reducto de la Concepción.
2.- Reducto de San Ignacio.                  6.- Reducto de Santiago.
3.- Batería de Angulo.                           7.- Batería de San Pedro.
4.- Batería de Alburquerque.                 8.- Baluarte de San Pedro.

Salta a la vista que quién quisiese acercarse al puente con "malas intenciones" tendría que pasar un corredor de artillería nada fácil de soportar.

Dejamos el "Logar de la Puente" y seguimos por un camino reciente, un sendero llamado "Puerta Verde de San Fernando" y que llega hasta Chiclana. Aunque caminamos paralelos a las vías del tranvía, a ambos lados tenemos el entramado de salinas y esteros que forman parte del Parque Natural de la Bahía de Cádiz.

Estamos cruzando el caño Zurraque, a nuestra izquierda el viaducto por el que pasa la autovía. El día está desapacible y un fuerte viento de levante incomoda más de lo apetecible, eso hace que el color del agua, ya de por sí bastante oscuras, sean auténtico chocolate.


Y un sinfín de caños más pequeños que abastecen de agua todo el entramado de antiguas salinas que vamos dejando a nuestra izquierda.

Hasta este lugar y a ambos lados de las vías del tranvía existen sendos caminos, venimos caminando dejando las vías a nuestra derecha y la vereda se acaba, por este paso que vemos nos cambiamos de banda y a partir de aquí caminaremos dejando las vías a nuestra izquierda. Nuestra dirección está marcada con la flecha negra, en rojo una alternativa que tomaremos para la vuelta.


Las fuertes rachas de viento y el sol de cara no nos arredran, nosotros a lo nuestro.

Todas las aves que pululan por nuestro entorno están en tierra y buscando el resguardo, esto nos permite alguna que otra foto cercana.

Con un poco de zoom nos acercamos a los flamencos rosas (Phoenicopterus ruber).

También vemos las tímidas cigüeñuelas (Himantopus himantopus).

 Y una garceta común (Egretta garzetta) que asustada intenta levantar el vuelo a contraviento.

En línea de horizonte, ya vemos Chiclana bastante más cerca.

Al igual que la garceta, esta bandada de archibebes (Tringa flavipes) también huyen despavoridas.

En el apeadero de Pinar de los Franceses ponemos fin a nuestro avance. Tenemos dos opciones: cruzar la carretera y volver a San Fernando en autobús, la parada la tenemos justo enfrente, la línea es la M-120 y bajarnos en Venta de Vargas, o volver a pie repitiendo tramo.

Ahora el viento lo llevamos de espaldas, así que no veas la velocidad de vuelta. El caminar es mucho más cómodo y encima el sol ya no nos da en la cara, así que todo mucho mejor.


En el trayecto de ida no nos quisimos entretener en este puente que da salida a un carril de servicio de la autovía, pero ahora vamos a subirnos (ojo que no debemos continuar por él) y obtener algunas tomas más elevadas.

Vemos San Fernando con un poco más de perspectiva, todo el entramado salinero y bajo nosotros las vías por las que algún día circulará el controvertido tranvía.

A nuestras espaldas, Chiclana y las salinas de San Pablo, Santa Matilde y San Joaquín.

Y a nuestra derecha, las salinas de los Hermanos, San Eugenio, San José y San Enrique y Cañaveral.

Y más hacia San Fernando, las salinas de San Basilio, Santa Beatriz, San Federico y Vicario.

Nuevamente llegamos al paso bajo las vías, pero esta vez y para variar un poco vamos a acceder a la pista que discurre paralela a que trajimos en la ida, para eso aprovechamos que el vallado está roto y accedemos a la parte superior del paso (marcado en rojo).

Aunque el paso es seguro y alejado de los raíles, lo hemos realizado a sabiendas de que no pasará ningún tranvía, cuando esté en funcionamiento yo no pillaría por aquí.

Y de nuevo el caño de Zurraque en todo su esplendor chocolatero.

Esta alternativa de camino tampoco es que ofrezca nada diferente, pero...

A la altura del apeadero de Tres Caminos, ambas pistas se unen.

El color oscuro de las aguas de los caños constratan con el azul cielo de la embalsada. La Real e Ilustre Isla de León está a tiro de piedra, el regreso al punto de salida lo realizamos a través de la Ronda del Estero cuyos edificios nos protegerán del fuente viento, que ya nos dió bastante.

 Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/via-verde-de-san-fernando-a-chiclana-29dic2019-44931097
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.  

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