La antigua ciudad romana de Baelo Claudia está situada en la ensenada de Bolonia, en la población de Bolonia, a unos 22 km al noroeste de la ciudad de Tarifa, en la provincia de Cádiz (España). Se encuentra dentro del actual Parque Natural del Estrecho. El estudio de sus restos arquitectónicos muestra su origen romano a finales del siglo II a. C.,
observándose ya desde esa época una gran riqueza que la convierte en un
centro económico importante dentro del área del Mediterráneo.
Su existencia está muy relacionada con el comercio con el norte de África (era el principal puerto marítimo que enlazaba con la ciudad de Tánger en Marruecos) y al desarrollo de las industrias salazoneras.
Se localizan todos los elementos
representativos que constituyen la esencia de una ciudad romana, es
decir: el foro, los templos, la basílica, los edificios de carácter
administrativo como la curia o el archivo, el mercado, el teatro, las
termas, el barrio industrial, acueductos, la muralla completa, etc..
La vida de esta ciudad alcanzó pleno esplendor entre los siglos siglo I a. C. y siglo II d. C., iniciándose su decadencia a partir de segunda mitad del siglo II, cuando un maremoto arrasó gran parte de la ciudad. A sus desastrosos efectos se sumaron la crisis del siglo III y las incursiones de hordas de piratas, fundamentalmente mauritanos y germanos. Aunque experimentó un ligero rebrote en el siglo III, la ciudad fue abandonada definitivamente en el siglo VII.
Existe una ruta recomendada para la visita que es a la que se ajusta nuestro track. El coche se puede dejar en el amplio aparcamiento existente en la instalación en: 36º5.406'N - 5º46.253'W
Lo primero que encontramos será el Centro de Visitantes y el Museo que se estructura en cinco áreas generales distribuidos en dos plantas: Contexto histórico territorial, Economía, Espacio urbano, Mundo funerario y Vida cotidiana.
La planta superior está dedicada a ofrecer una idea general de la ciudad. Una gran maqueta nos muestra como pudo ser la ciudad en su mejor momento.
Así como un expositor donde se explica la organización jurídico-administrativa, las principales ciudades y vías de comunicación de Hispania.
En la sala principal encontramos estatuas, capiteles y columnas, así como ánforas y otros utensilios relacionados con la vida cotidiana.
Nos sorprende unos grandes ventanales que además de luz, proporcionan unas increibles vistas del entorno que nos rodea.
Destaca una gran columna procedente de la Basílica de la ciudad.
En una de las vitrinas encontramos un surtido muestrario de ajuares y elementos funerarios.
Nos llama la atención un curioso reloj de sol que data del siglo I d.C. encontrado en una de las excavaciones de la ciudad, por sus dimensiones y su diseño se cree que debió utilizarse en algún edificio público de Baelo Claudia, y está considerado uno de los mejor conservados de la época Alto Imperial Romana. Este que vemos es una réplica, el origina se encuentra expuesto en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Y una escultura femenina encontrada en la necrópolis junto a la puerte de Carteia. El recinto amurallado tenía dos accesos o puertas, la puerta de Carteia y la puerta de Gades, de las que hablaremos luego.
También vemos un muestrario de ánforas salazoneras de los siglos II-III d.C.
Una vez concluida la visita al Centro de Visitantes y Museo de Baelo
Claudia, comienza nuestra itinerario que inicia su
recorrido en un agradable paseo extramuros donde tendremos la
oportunidad de apreciar en primer lugar las "arcuationes" y el canal o "specus" del Acueducto Este de la ciudad que contribuiría al abastecimiento de agua potable.
Estamos viendo la ciudad pero no podemos dejar de pararnos a admirar el entorno, Punta Camarinal y la Duna de Bolonia serán el denominador común de toda nuestra visita.
El suministro de agua a la ciudad se realizaba a través de tres acueductos. El acueducto norte y cisterna: de la época
de Augusto, posiblemente. El acueducto de Punta Paloma construido a mediados del siglo I d.C. y el acueducto de Sierra de la Plata, datado en la primera mitad del siglo II d.C. En la imagen vemos las arcadas del acueducto oriental o de Punta Paloma.
Este acueducto arranca de Punta Paloma, a ocho kilómetros, y del que
aún existen restos de las arcadas que servían para salvar los diversos
arroyos que cruzaba en su trazado. Uno de estos restos de arcadas es aún
visible muy cerca del lienzo oriental de la muralla.
Del acueducto norte se conservan pozos circulares, así como varios
tramos con restos del canal que conducía a la cisterna terminal de
almacenamiento de agua, en la parte alta del recinto urbano. Ésta debía
abastecer de agua a los edificios de esa zona. Fue parcialmente excavada
en 2000 y 2001.
La entrada en la ciudad la hacemos junto a una de sus puertas
principales, la Puerta Este o de Carteia, marcándonos el trazado del
"decumanus maximus" de la ciudad. Continuando el trazado de éste nos dirigimos hacia la intersección con el "cardo maximo"
que tomaríamos hacia el sur para dirigirnos al barrio salazonero, un
gran complejo industrial que se caracteriza por ser uno de los mayores
excavados en la Península Ibérica y uno de los pocos que se encuentran
integrados en el interior del recinto amurallado
Baelo sigue con exactitud los modelos urbanísticos de Roma: un recinto amurallado con calles perpendiculares entre las que destacan dos principales, el Decumanus Maximus, orientado de este a oeste y el Cardo Maximus, de norte a sur.
Continuando nuestro recorrido por las indicaciones de itinerario retornamos al decumanus maximus,
por su enlosado original, para acceder a la Plaza Meridional, donde
podemos apreciar una primera aproximación al centro monumental y cívico
de la ciudad.
El centro monumental donde se desenvolvían las actividades
administrativas, culturales y religiosas, se sitúa en el cruce de las
dos calles principales, el decumanus maximus y el cardo maximo,
organizado en torno a una plaza enlosada bordeada por dos pórticos
llamada "foro". Éste es un foro típico de finales de la República y
principios del siglo I d.C. Alrededor de él se ubican los distintos
edificios públicos, destacando en primer plano y en el lado sur la
"Basílica", edificio de dos plantas destinado a la administración de
justicia. La Basílica era el auténtico cierre del foro por el sur y
reforzaba la impresión de plaza cerrada que producía el área cívica y
religiosa. En el lado norte se construyó una tribuna o "rostra"
para las arengas o discursos públicos, y detrás de ella se encuentra la
fuente monumental que también realiza la función de contención de la
explanada de los templos. En el pórtico del lado oeste, se sitúan, de
sur a norte, los siguientes edificios: Archivo municipal o "Tabularium",
sala de votaciones, un edificio administrativo que según algunos
investigadores se corresponde con la Curia, una calle y el edificio
que podría ser un nuevo edificio administrativo o una "Schola". En el Pórtico Este se observan las tiendas, "tabernae".
La construcción, uso y abandono de la
mayoría de las fábricas excavadas en Baelo se pueden fechar al menos
entre los siglos I-V d.C, aunque se ha atestiguado en la zona de la
playa la presencia de factorías de salazón más antiguas, que se pueden
remontar hasta el s. II a.C., como es el caso de la hallada en Punta
Camarinal. La mayoría de estos conjuntos industriales fueron construidos
en época augustea o a lo largo de los siglos I y II d.C., observándose
de forma genérica un proceso de abandono situado a mediados o finales
del s. II d.C. que afectó a algunas de estas fábricas. A lo largo del s.
IV se ha constatado la recuperación de la actividad salazonera,
perdurando con claridad al menos hasta la centuria siguiente.
La captura del atún en almadraba y su posterior conservación constituyó
una industria floreciente y fue la causa fundamental del nacimiento y
prosperidad de la misma Baelo Claudia. Una vez que llegaba el pescado a
la factoría se le quitaban las aletas, la cabeza, las tripas y huevas,
así como la sangre. El pescado era cortado y lacerado para que la sal
penetrase bien. Después, se apilaba en grandes depósitos o piletas,
excavadas a ras de tierra, para ser salado. Se extendían sucesivamente
capas de pescado y de sal en igual proporción, dejándolo entre uno y
tres meses de media antes de dar por terminada la salazón. Los pescados
salados se metían en ánforas selladas con un disco de arcilla, siendo
depositadas entonces en los almacenes a la espera de su traslado.
El producto más apreciado y caro que se elaboraba en estas factorías era una salsa conocida con el nombre de "garum" o "liquamen". En las comedias griegas ya se cita el "garum" hispánico, siendo un producto muy cotizado en el mercado mediterráneo.
El producto más apreciado y caro que se elaboraba en estas factorías era una salsa conocida con el nombre de "garum" o "liquamen". En las comedias griegas ya se cita el "garum" hispánico, siendo un producto muy cotizado en el mercado mediterráneo.
En Baelo se concentró el comercio marítimo. Fue el puerto de unión con la vecina Tingis, la actual Tánger, por lo que su relación con el norte de África fue contínua. Este sector de la ciudad combina las actividades de tratamiento de pescado (factoría de salazones), con el embarque y el comercio, también sirvió de zona residencial para las personas vinculadas con la factoría.
Llegamos al Cardo (calle) de las Columnas. Limita con el foro por su parte derecha, nos llama la atención la ausencia de pavimentación. En el extremo sur de este cardo hubo al principio del siglo II d.C. dos grandes viviendas privadas (domus), de similares características, la Casa del Oeste y la Casa del Reloj de Sol.
Casa del Reloj de Sol. Se organizaba en torno a un patio, alrededor del cual se disponían habitaciones con paredes estucadas y decoradas con motivos pintados de tipo vegetal y geométrico. La fachada orientada a la calle principal presentaba una galería soportada por columnas que acogía tiendas y tabernae.
Estas viviendas pudieron pertenecer a los distintos comerciantes o propietarios de la factoría de salazón.
Retornando al "decumanus maximus" nos encontramos con el "Macellum"
o mercado, edificio que se construyó con la intención de desplazar
las actividades comerciales del foro en época alto imperial. El gran
estado de conservación de la planta del edifico nos muestra claramente
la distribución del espacio: un patio central con 10 tiendas laterales.
La fachada porticada presenta cuatro tiendas al exterior.
Llegamos a la Plaza Sur del Foro. Limitaba por el propio Decumanus Maximus. Sus elementos principales, la
Basílica y un edificio adosado sin funcionalidad conocida, se disponen
abiertos a una plaza secundaria, enlosada y elevada sobre el decumano
por una escalinata que pudo servir como lugar de transacciones
comerciales.
Construida en el siglo I d.C., la Basílica era la sede local de la administración de justicia y uno de los grandes edificios públicos de Baelo. Ocupaba el lado sur del Foro, al que abría tres puertas, mientras existía un único acceso desde el Decumano Máximo. De planta rectangular, contaba con un único espacio con columnas que sostenían un segundo piso con una galería abierta al patio central, el el que se desarrollaba la actividad cotidiana de jueces y magistrados.
Una estatua
colosal del emperador Trajano, dispuesta sobre un pedestal revestido de
losas de mármol, presidía la sala. La Basílica fue destruída por el
gran terremoto que afectó a la ciudad a comienzos del siglo III d.C.
La basílica se encuentra a pie de la arteria principal de la ciudad, el Decumanus maximus que aunque se dice está orientada de este a oeste, realmente no coincide con los puntos cardinales, estando desplazada unos veinte grados en dirección sureste, quizá para aprovechar la orientación de la playa de las pendientes naturales. En su recorrido podemos apreciar el perfecto estado del suelo original, aunque en otros se observa que el pavimento está levantado por culpa del maremoto que sufrió la ciudad.
Asímismo podemos ver los numerosos restos de capiteles y pilares que
formaban los pórticos.
Los edificios existentes con la fachada al decumanus están perfectamente alineados y son restos de casas (domus) y tiendas (tabernae) con galerías porticadas (porticus).
El perímetro de la ciudad estaba protegido por una muralla
reforzada con más de cuarenta torres de vigía, de las que se conservan
las puertas principales de la ciudad, esta que vemos es la conocida como Puerta de Gades y se dirigía al oeste en dirección a Gades. Pone fin al tramo enlosado urbano del Decumanus maximus. Desde
este punto y desde el exterior de la ciudad accedemos al edificio termal
situado en suelo urbano.
Las termas se situaban junto a la muralla occidental han sido excavados
parcialmente, por lo que sólo conocemos su fachada sur y salas
termales. Su distribución responde a la organización de la actividad
termal, contando con una sala tibia para abluciones o tepidarium, una
sala de baño caliente o cella soliaris y otra de baño frío o
frigidarium. Esta última disponía de bañeras, una más profunda para el
baño y otra en forma de ábside para aspersiones. El espacio abierto
hacia la muralla pudo ser la palaestra, lugar para el ejercicio
gimnástico.
Un horno calentaba el agua y hacía circular vapor por las distintas
estancias, tanto bajo el suelo, suspendido sobre arcos de ladrillos o
hypocaustum, como entre las paredes a través de la cámara existente
entre muro y tabique.
Las termas cumplían una función higiénica en el mundo romano pero
eran también espacio de ocio y de esparcimiento, de relación con los
demás ciudadanos, donde se dialogaba, se hacía gimnasia y se tomaban
baños. El proceso habitual consistía en que los usuarios, tras untare con
aceite, pasaran al tepidarium o sala tibia y luego a la cella soliaris,
donde tomaban un baño caliente. Por último, cruzaban la sala templada
para hacer abluciones y tomar un baño frío en el frigidarium.
Estas termas se construyen bajo el reinado de Adriano, en la primera
mitad del sgilo II d.C y se abandonan en el siglo IV d.C. Posteriormente
llegaron incluso a utilizarse como zona de enterramiento.
Por todo el complejo tenemos numerosos carteles informativos y otras señales que nos informan de las pecualiaridades de la zona, esta nos dice que caminamos por el Decumanus del Foro, que nos lleva directamente al teatro.
El Teatro de Baelo Claudia aprovecha la pendiente natural para
asentar el graderío. Fue edificado en la segunda mitad del siglo I d.C.,
perdiendo su función en el siglo III d.C. El muro exterior presenta
nueve entradas abovedadas que dan acceso a los distintos niveles del
graderío o cavea. El público accedía a las distintas zonas según su
condición social a traves de puertas o vomitoria.
La orchestra era accesible desde las puertas laterales. Estaba
limitada al sur por el escenario, construcción rectangular que se
apoyaba en las parascaenia o vestíbulos laterales.
El pulpitum separa la
orchestra del escenario y estaba revestido de mármol y estucos
pintados. El muro de la escena, scanea, disponía de cinco puertas que
facilitaban el movimiento de los actores.
La orquesta era accesible desde las puertas laterales. Estaba limitada al sur por el escenario, construcción rectangular que se apoyaba en las parascaenia o vestíbulos laterales.
Está situado al pie de la cavea o graderío es un semicírculo de
18 metros de diámetro. Está delimitado por el muro de la escena
-pulpitum- y por una balaustrada -balteus- que lo separa de la primera
grada destinada a las personas de mayor posición social de la ciudad.
En
la Orchestra se situaban los músicos que acompañaban a las
representaciones. Según la costumbre romana, las obras más comunes eran
las comedias con tono jocoso o burlesco. Los espectáculos de mimo, las
danzas y las pequeñas obras cómicas también gozaron del favor popular.
Llegamos a la Plaza del Foro, el Foro de Baelo, fechado en el siglo I d.C., y era el auténtico corazón de la
ciudad, consta de una gran plaza pavimentada de 37×30 metros,
portificada en sus lados este y oeste, en torno a la cual se sitúan la
mayoría de edificios de carácter oficial: basílica, mercado y templos.
El sector norte del Foro está ocupado por una terraza o rostra,
elevada sobre la plaza y utilizada como tribuna oratoria. Detrás de
ésta, se encuentra una fuente monumental revestida de mármol. A ambos
lados se localizan las escalinatas que dan acceso a la plataforma de los
Templos.
Por último visitamos el área monumental o religiosa, dominando el
centro monumental y cívico de la ciudad sobre una terraza más elevada.
Esta zona es conocida como el Capitolio. Está compuesta por tres templos simétricos, identificados
tradicionalmente como la representación de la triada capitolina,
dedicada a los dioses Juno, Júpiter y Minerva. Además, como
consecuencia del auge de los cultos orientales entre la población
romana se añadió, junto a ellos, otro templo dedicado a la diosa egipcia
Isis, siendo el templo de estas características mejor conservado
en Hispania. Desde este lugar se divisa en conjunto el área del foro con
la totalidad de los edificios administrativos.
El templo dedicado a la diosa Isis se encuentra localizado en una zona periférica, en la zona nordeste del foro y a un lado del Capitulium. Fue construido en la década del 80 del siglo I d.C.
El templo es rectangular y está rodeado por un muro que lo aislaba completamente del exterior. Al templo se accedía por una escalinata que terminaba en una gran puerta doble. Estaba dividido en dos espaciones: uno público, destinado a trabajos hogareños y otro con una serie de habitaciones entre las que se encontraba la cella que era el lugar donde se ubicaba la divinidad.
Desde el templo de Isis para salir, nos dirigimos en dirección este
hacia una puerta secundaria de la ciudad, en línea con el
"decumanus" del teatro, desde donde, pasando a extramuros, volvemos al
Centro de Visitantes. Aprovechamos para dar una miradita al horizonte y disfrutar del entorno mágico donde se ubicó esta gran ciudad romana. Al fondo vemos la Duna de Bolonia, en la que dentro de poco estaremos.
Antes de salir del recinto y en extramuros hacemos una última parada en la Necrópolis tardorromana.
La ciudad de Baelo Claudia tiene
tres necrópolis. Dos de ellas situadas a la salida de las puertas este y
oeste de la ciudad, jalonando el camino; otra, la ubicada al noreste,
se encuentra entre el acueducto oriental y la carretera actual de acceso
a Bolonia. Ésta última es la más tardía.
En Baelo encontramos elementos que asocian sus necrópolis con otras
similares del norte de África, como los enterramientos turriformes, de
inspiración púnica o libica, que se mantuvieron muy vigentes durante la
época romana.
La característica principal de la necrópolis de Baelo es la
incorporación de betilos, que son piezas cilíndricas o troncocónicas con
o sin base, labradas en piedra caliza, o bien simples guijarros de
cuarcita que intentan representar un torso humano. Estos betilos se
colocan al exterior del monumento funerario y de cara al mar, al igual
que ocurre dentro de los monumentos colectivos con el lugar destinado al
depósito de urnas. Los betilos tienen una significación ritual quizás
relacionada con las divinidades marinas que pueden ejercer también de
genios protectores, como símbolo de vida futura. También puede que estén
relacionados con alguna divinidad grecorromana (Saturno o Baco) o
púnica (Baal). En una de las vitrinas del museo pudimos ver una muestra de estos betilos.
El uso de betilos es algo que se hunde en la memoria de la humanidad. Aquí os pongo un par de ídolos "betilo" de piedra caliza. Betilo (proveniente del término hebreo Beth-El: Morada de Dios o Recuerdo de Dios) es una palabra que denota una piedra sagrada, que pudimos ver en Museo Arqueológico de Cádiz y que fueron encontrados en las excavaciones del Dolmen de Alberite.
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
Bibliografía: http://www.museosdeandalucia.es/web/conjuntoarqueologicobaeloclaudia
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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