viernes, 20 de septiembre de 2019

CABO DE TRAFALGAR-PLAYA DE LA CORTINA (VEJER-BARBATE) (16 SEP 2019)

En la ruta de hoy recorremos el tramo de playa comprendido entre el Cabo de Trafalgar y la Playa de la Cortina (Caños de Meca-Barbate). Una costa donde se mezclan arenas, rocas y los acantilados más agrestes del sur de Europa, todo bañado por las cristalinas aguas, y donde tendremos la oportunidad de visitar un fenómeno geológico no demasiado común, el tómbolo doble así como los brotes de agua que dan nombre a la zona, los famosos caños, unas playas paradisíacas en las que es difícil retraerse de la grandiosidad de la naturaleza a las puertas del Estrecho de Gibraltar.

Y por otra parte, estamos en un lugar cargado de historia y habitado desde tiempos inmemoriables, y donde romanos y árabes dejaron su impronta en una serie de construcciones que también podremos ver, a los árabes les gustó tanto el lugar que hasta le pusieron el nombre de su ciudad sagrada: La Meca, nombre que ha permanecido hasta la actualidad. Aunque si este lugar es famoso desde el punto de vista histórico es gracias a que en sus inmediaciones tuvo lugar una de las batallas navales más famosas de la historia, la Batalla de Trafalgar.
 
Esta ruta conforma la etapa 21 del periplo "La Costa de Cádiz".

Dejamos el coche en: 36° 11.363'N - 6° 01.501'W
Distancia: 10,93 kilómetros.
Tiempo: 3 horas 8 minutos.
Dificultad: Fácil.

El coche se queda en la carretera A-2233, en los aparcamientos existentes frente al Hostal Mini Golf y tomamos la carretera del Faro de Trafalgar, que tenemos justo a nuestras espaldas.

 Esta carretera, cerrada al tráfico público nos lleva directamente al Tómbolo de Trafalgar.

Su interés radica en que es el único ejemplo en Andalucía de tómbolo doble. Se estima formado hará unos 6.500 años, cuando el nivel del mar alcanzó su cota actual. La arena, arrastrada por las mareas y corrientes formaron dos barreras adosadas, una al oeste y otra al este, que unieron el islote con la costa, encerrando en su interior una pequeña laguna o albufera que en la actualidad está totalmente colmatada y solo se inunda en periodos estacionales.
Una vista aérea del Tómbolo de Trafalgar nos ayudará a entenderlo fácilmente. En naranja, nuestro recorrido.



Al retirarse el mar, el viento originó sistemas dunares en las playas al sur del islote, contribuyendo a su fosilización. En la antigua costa, el levante desarrolló otro sistema dunar, hoy cubierto de sabinas y lentiscos. En la foto vemos la depresión que en épocas favorables de lluvias o grandes temporales, se cubre de agua formando este humedal salobre y que suele albergar numerosa vida de especies acuáticas, sobre todo, aves.


La carretera está cortada con una rotonda, tal fea como inútil ¡mira que gastarse el dinero construyendo una rotonda en un lugar donde no existe tráfico rodado! Eso sí, una placa con unos versos parecen ser la motivación y el recuerdo al insigne Benito Pérez Galdós ¿pero era necesaria esa gran rotonda?

Y sobre el montículo, el faro y los restos de una torre vigía. Las obras de construcción del faro se llevaron a cabo entre 1860 y 1862. Se proyectó un faro de treinta y cuatro metros de altura cuyo elemento más representativo era el fuste, un cuerpo de forma troncocónica de veintinueve metros y medio construido con sillares vistos. Sobre él, otro cuerpo, esta vez cilíndrico, sostenía la linterna.

La instalación en 1926 de una nueva luminaria hizo necesario modificar la estructura de la torre. Ante el mayor peso de la maquinaria hubo que reforzar la torre adosándoles unos contrafuertes que se unían en su parte superior mediante arcos apuntados, siendo éste, el aspecto que presenta hoy día.

Rodeando el faro tenemos un camino y un mirador. A lo lejos vemos las playas por las que pronto pasearemos y como telón de fondo, el Parque Natural de La Breña en el que destaca el Cerro de Meca y su verde pinar. WP MIRADOR.

Estos que vemos, son los restos de una torre vigía del siglo IX, y de origen árabe.

Más adelante tendremos una soberbia vista de las playas de Zahora y el Palmar y si el día está claro, podremos ver hasta el Cabo de Roche. Todo este tramo que vemos fue visitado en septiembre de 2019.

Dicen que en la época romana existía un templo dedicado al dios Juno y que bajo sus aguas aún se convervan restos de antiguas edificaciones.

Bajo sus aguas no sé, pero lo que es realmente cierto es que en los alrededores existen restos de un gran asentamiento romano que probablemente se trate de una factoría de salazones, por su cercanía al mar, y resto de edificios que acompañaban a la factoría, tales como viviendas, baños, etc...
Esto que vemos aquí y que está junto a la talla anterior parece una cazoleta, pero creo recordar que hace años aquí había un hito de cemento.

A nuestros pies y bajo las aguas, el lugar donde nace el Bajo de la Aceitera, una zona rocosa de poca profundidad que se adentra varias millas en la mar y que recibe ese nombre por el contínuo chapoteo que forman las corrientes que allí confluyen al chocar contra las piedras y que parece aceite hirviendo.

Nos salimos de la pasarela de madera y continuamos por el suelo natural que es lo que nos gusta. Nos dirigimos a la Playa del Faro, dónde comenzaremos nuestro periplo "arenil".

Es imposible alejarse de allí sin dar un nuevo vistazo al impresionante faro que se asienta sobre un islote rocoso constituido por una unidad comglomerática con fósiles de  Strombus bubonius de edad Tirreniense (Pleistoceno superior). Encima se encuentran arenas eólicas muy cementadas con estratificaciones cruzadas espectaculares.

El Strombus bubonius es un molusco marino que actualmente vive en costas tropicales de aguas cálidas. En estos niveles de playas, depositados hace entre 180.000 y 95.000 años, aparecen restos fósiles de estos moluscos, indicando que el clima durante su depósito debía ser más cálido que el actual. Además de este registro fósil, si observamos los taludes con detenimiento podemos ver pequeñas laminaciones de distintas tonalidades, que se formaron por la migración de ripples (ondas de agua), que son las rizaduras que actualmente pueden observarse en las zonas arenosas de las playas actuales por el efecto de las corrientes.
En la imagen, las estratificaciones cruzadas de una duna fósil.

La Playa del Faro es un rincón bastante solitario según el momento y goza de una tranquilidad más que aceptable, pero tiene zonas rocosas que impiden el baño con la marea vacía, pero su aspecto salvaje nos apasiona a todos.

Se identifica a Barbate como la Baesippo que aparece citada en las distintas fuentes clásicas entre las ciudades de Baelo (Bolonia) y Mergablum (identificada con Conil), según los autores latinos (Mela, II, 96; Plinio, III, 8; Avieno, 322) después de Baesippo se encontraba el Promunturium Iunonis, que ha sido identificado con el Cabo de Trafalgar (Cean Bermúdez, 1832: 234-246; Amores 1978: 441-453; Montenegro y otros, 1986), donde existió un templo dedicado a la diosa Juno. La topografía del Cabo de Trafalgar, que es un promontorio costero unido a tierra firme por un istmo, ofrece las características idóneas para establecer fondeaderos y lugares de atraque, tal y como buscaban los fenicios.caso del Itinerario Antonino (Mela II, 96) y entre el Promunturium Iunonis (Cabo de Trafalgar) y Belo (Bolonia), según Plinio (Historia Natural, III, 7 y 15); esta situación costera entre la antigua ciudad de Baelo, hoy Bolonia. (Artículo 344 de la Revista Claseshistoria, PALOMA BUENO SERRANO-Baesippo, un ejemplo de poblamiento tardorromano en el litoral del Conventus Gaditanus).

Poca gente se fija pero justo donde comienza la Playa del Faro y pegado a la falda del pequeño cerro, encontramos un sinfin de restos que nos hacen presumir de que bajo sus arenas existen mucho más. Incomprensiblemente aquí nadie ha investigado ni cavado y estoy seguro de podrían hallarse muchos más restos del asentamiento romano y probablemente alguno que otro árabe ya que se aprecian diferentes estilos de edificación, incluso algunas, bastante modernas.

Para poder ver mejor todos estos restos es conveniente dejar por un momento la orilla y subirnos por la pequeña ladera y esto nos permitirá apreciar claramente, tanto distintas estancias como la amplitud del yacimiento.

Por cualquier lugar que miremos, vemos piedras talladas y restos de sillería.

Aquí vemos una estancia con puerta y una bancada tallada pero ese suelo parece ser de tiempos más modernos, lo mismo la construcción tardorromana fue reutilizada por otros ocupantes.

La misma estancia pero desde otro ángulo.

En esta roca tallada parecen apreciarse dos pilones o tal vez cunas para lebrillos que en la época romana  eran conocidos como labello (diminutivo de labrum o bañera).

Nueva rocas talladas, aunque en este caso parece un lugar de extración de sillares, lo mismo procede de la época de construcción del faro, que no solo se nutrieron de los sillares de la torre vigía.

Tanta arena ocultan las rocas trabajadas nos parece que estamos en el Valle de los Reyes de Egipto, pero en pequeño. Insisto en lo de antes, una pena que ningún arqueólogo se haya molestado en trabajar aquí.

Tras un rato de meditación sobre este yacimiento, es hora de seguir, levanto la mirada y allí me espera la pesada arena mojada que me llevará hasta la urbanización Playas del Estrecho ya que a partir de ahí, el suelo se endurece y es más cómodo el caminar.

A nuestro frente la Punta del Tajo y el verdor oscurecido por el contraluz del Parque Natural de la Breña, donde destaca el Cerro de Meca y su torre vigía (visitados en febrero de 2017).

Entre la carretera y el tómbolo podemos ver la segunda porción de terreno inundable, que en esta ocasión y debido a las recientes mareas de coeficientes altos, sí que tiene agua, en este tramo el agua acumulada es salada al cien por cien.

Y entramos en la conocida como Playa de la Marisucia, y viendo la imagen no es necesario explicar por qué se llama así, por si configuración que parece un saco y exposición a los vientos dominantes, hacen que toda la basura venga a parar aquí, afortunadamente en este caso que vemos, todas esas algas son autóctonas y no la invasiva asiática que asola otras zonas del Estrecho.

En el otro extremo de la Marisucia también se repite la acumulación de algas.

A continuación se encuentra la Playa de Caños de Meca, propiamente dicho, una gran escollera en deficiente estado protege las edificaciones cercanas. Dispone de un paseo marítimo por el que podemos hacer este tramo si no nos apetece continuar por la arena. WP ESCALERA.

Y para romper la monotonía de arena, un inmeso pedregal.

En un saliente costero encontramos un búnker que hace de línea divisoria con la Playa de Guadalupe.

Esta playa también recoge basuras y tiene un gran tramo de arrecife.

A la derecha el restaurante El Pirata.

A nuestra derecha vemos una gran escollera natural, es el Arrecife o Piedra de la Morena.

Ya en la Playa del Pirata vemos un edificio que me resulta harto conocido, se trata del chiringuito La Jaima, es el celébre Club El Oasis, en la serie de televisión Perdóname Señor y dónde el malo de la peli tenía su cuartel general y cerraba sus negocios de narcotráfico. ¡Ya decía yo que me sonaba!.

Los Caños deben su nombre a pequeñas cascadas de agua dulce que provienen del agua subterránea y que al llevar al cortado del acantilado caen directas a la arena de la playa. Aunque todo este tramo del cortado tira agua, solo son varios lugares en los que la brotación es permanente. Entre la pared rocosa vemos unas zonas grises de lodos compactados y unas oquedades realizadas por los amantes de los baños de barro. Esta zona es conocida como Las Lajas aunque yo dudaría de la salubridad de estos depósitos, en la zona alta existen multitud de viviendas que carecen de desagües y vierten sus resíduos en fosas sépticas que terminan filtrandose al subsuelo, untarse con esto es opositar a llenarte el cuerpo con caca humana. WP CAÑOS.

 En el techo de esta húmeda pared encontramos varios ejemplares de culantrillos.

Y el único caño existente que proviene de un depósito de recogida de aguas, en su parte trasera. WP CHORRO.

La bonita pared techada y llena de plantas de los famosos "caños".

 Y un nuevo búnker, más bien, sucedáneo de búnker.

Finalizando la Playa del Pirata, ya podemos ver la pared rocosa del acantilado que cada vez se hace más alta.

Esto es una zona intransitable con marea alta, es necesario calcular que el paso a partir de aquí coincida con el momento de la bajamar.

El agua llega hasta las paredes del acantilado. El acantilado está formado básicamente por roca calcarenita con capas horizontales de margas arenosas impermeables, cuyas condiciones provocan que por distintos puntos de la pared surjan aguas provenientes de los acuíferos del monte superior. 
Por distintos lugares de la pared veremos numerosas oquedades formadas por el embate del mar sobre la roca.

Y como por arte de magia, el suelo pedregoso desaparece y llegamos a otra playa de fina arena, se trata de la Playa de los Castillejos.

El Hostal Mar de Frente siempre ofrece oportunidades para bonitas fotos ¡menudo lugar privilegiado!

Este lugar supuestamente tranquilo y aislado es uno de los sitios preferidos por los amigos de lo ajeno, pero quién avisa, no es traidor.

Las paredes estratigráficas del acantilado cada vez son más altas y la franja de arena, menor.

Infinidad de grandes bloques de piedra procedente de desprendimientos parecen obstaculizar el paso hacia el gran secreto que ocultan, pero es fácil sobrepasarlas por los caminos de arena abiertos entre ellos.

El acantilado de Barbate es uno de los más espectaculares de la costa gaditana. Modelado sobre margas y areniscas calcáreas del Mioceno, discurre a lo largo de 4 km de longitud y 90 m de desnivel, dando una pared prácticamente vertical.

Su formación no sólo se debe a la acción erosiva del oleaje, sino a una falla activa de dirección E-W. En el límite oeste del acantilado, y ligados a las unidades litológicas aflorantes, surgen los conocidos caños de Meca, que consisten en surgencias de agua, o caños, producidas por el contraste de permeabilidad entre las margas de la base (material impermeable) y las areniscas (material permeable).


Insisto en que hay que pasar por aquí en periodos de bajamar y buscando los pasillos de arena para mayor comodidad.

Una inmesa mole de piedra desprendida no hace demasiado tiempo y en la que la erosión aún no ha eliminado sus partes más blandas.

Dentro de poco, tal vez menos de mil años, lo único que quedará serán fragmentos más pequeños como los que vemos en la imagen. Estamos en la Playa de La Cortina, última playa del recorrido.


Sobrepasados esos grandes bloques llegamos al mayor de los caños y probablemente el menos conocido, aquí la surgencia de agua provoca una pequeña cascada de caudal permanente conocida como el Caño Grande. Precisamente por esta circunstancia, esta playa también es conocida como Playa de los Chorros.

Por ahí dicen que el agua que brota es limpia y cristalina, pero no me convence esa opinión, realmente el olor que desprende no hace pensar en excesiva pureza.

Eso sí, la parte alta de la surgencia podemos ver un variado muestrario de plantas rupícolas, halófilas, musgos o zarzas.


Un mini video del Caño Grande.

Seguimos un poco más adelante, a sabiendas de que no podemos continuar, pero pegados al acantilado se atisba una especie de pasillo, no obstante, como no entraba en el plan de hoy, lo investigaremos otro día, y veremos hasta donde podemos progresar, me encantaría llegar por aquí hasta la Punta del Tajo, creo que nadie lo hizo aún.

Nos toca volver unos centenares de metro por el mismo camino de llegada, esto nos permite ver las rocas caídas desde otro ángulo, en este caso vemos un claro ejemplo de la estratificación del acantilado y la alternancia de capas de diferente dureza que lo forman.

No queremos repetir camino así que en la primera ocasión que vemos, nos subimos por la pared del acantilado. Es más fácil de lo que puede parecer en un primer momento y nos incorporamos al conocido como Sendero del Acantilado (visitado en diciembre de 2013), en lo que fue el inicio de esta aventura llamada Andarines Gaditanos . WP SUBIDA ACANTILADO.

Y tenemos a tiro el Cerro de Meca y su impresionante color verde que no se altera con este periodo de tanta sequía y vientos cargados de partículas que cubren todas las hojas, dándoles un color blancuzco e insano.

Nuevamente la Playa de los Castillejos y el Hostal Mar de Frente, pero esta vez, bajo nosotros.


Durante toda la mañana hemos visto un gran dispositivo montado en busca de un submarista desaparecido la semana anterior, Salvamento Marítimo, Guardia Civil y otros grupos organizados, colaboran en la búsqueda y el movimiento de embarcaciones en las cercanías es notable.

Salimos del sendero oficial del Acantilado por una portilla que nos conecta con una polvorienta pista. WP PUERTA.

Este camino es conocido como Vereda de la Playa. En este tramo sí que podemos ver el efecto pernicioso que tiene el polvo sobre las plantas y árboles de alrededor, hace falta que llueva ya.

La vereda conecta con la carretera A-2223 que ya no dejaremos hasta llegar al punto de partida.

Casi todo este tramo lo haremos por el paseo que discurre paralelo a la playa, lo que nos permitirá tener unas vistas elevadas de los lugares por donde hemos pasado hace poco. WP MIRADOR GUADALUPE.

A nuestra derecha una de las carpas montadas para avituallamiento del personal que participa en la búsqueda del buzo desaparecido y que fue encontrado al día siguiente.

El paso por la zona urbanizada de los Caños de Meca pone fin a nuestro camino.

Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/cabo-de-trafalgar-playa-de-la-cortina-vejer-barbate-16sep2019-41471730
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros. 

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