Conil dispone de unos 14 kilómetros de playa y es uno de los destinos favoritos por decenas de miles de visitantes, pero más que por la cantidad de kilómetros, lo que distingue a las playas de Conil son sus cristalinas aguas y acantilados.
Saliendo desde la Playa de la Fontanilla (Conil de la Frontera) esta ruta nos llevará hasta el puerto pesquero de Cabo de Roche. Queremos hacer un circular y no repetir tramos, así que durante la ida nos iremos alejando de la costa. Todo el tramo de vuelta será por la playa salvo en aquellas zonas dónde sería imposible o peligroso hacerlo por la parte baja, debido a los frecuentes desprendimientos de rocas o pasos inaccesibles.
Como suele ser habitual en todas las rutas que pretendamos hacer por la orilla del mar, es recomendable tener en consideración los horarios de las mareas para poder programar los pasos de los lugares más expuestos, durante el momento de la bajamar, aunque en esta ruta el único lugar dónde tendríamos imposibilidad de paso en un momento inadecuado de marea sería en la punta de Puntalejo justo en el lugar dónde se encuentra un búnker que pretendemos visitar.
Como suele ser habitual en todas las rutas que pretendamos hacer por la orilla del mar, es recomendable tener en consideración los horarios de las mareas para poder programar los pasos de los lugares más expuestos, durante el momento de la bajamar, aunque en esta ruta el único lugar dónde tendríamos imposibilidad de paso en un momento inadecuado de marea sería en la punta de Puntalejo justo en el lugar dónde se encuentra un búnker que pretendemos visitar.
Esta ruta conforma la etapa 19 del periplo "La Costa de Cádiz".
El coche se queda en el amplio aparcamiento de la Playa de la Fontanilla, justo en su entrada hay una rampa que debemos subir, iniciándose la ruta. WP APARC FONTANILLA.
Esta rampa nos da acceso a lo que es el parque más grande de Conil y donde abundan los pinos piñoneros, dispone de césped y diversos servicios, y lo que es lo mejor, unas fabulosas vistas al Atlántico, costa africana y a las zonas y playas más cercanas.
En este tramo existen dos miradores, este primero llamado Mirador de la Fontanilla, y desde donde divisaremos toda la Playa de la Fontanilla y hacia la izquierda, las playas de los Bateles y Castilnovo. WP MIRADOR FONTANILLA.
Hoy el día es brumoso, aún así podremos ver la Torre de Castilnovo y al fondo, la Playa de Zahora y el Tómbolo y Faro de Trafalgar.
Y a la derecha, la Fontanilla y la Punta del Roqueo, en línea de horizonte el resto de las Calas de Levante finalizando con el Cabo de Roche.
El segundo mirador es el conocido como Mirador del Puerto Pesquero, la visual es prácticamente la misma, con la diferencia de que Cabo Roche está algo más cercano. WP MIRADOR PTO PESQUERO.
Nos dirigimos hacia el Cabo de Roche por la franja costera del acantilado, ya de regreso pasaremos por la Cala del Aceite y la Punta del Roqueo y otras playas.
Pero de momento nos estamos apartando de la línea alta de acantilado, y caminamos por la conocida como Vereda de Cádiz. Esta vereda es una antigua vía pecuaria que hoy día se encuentra muy fragmentada y que unía Conil con Cádiz, dicha vía pecuaria también pasaba por el centro de San Fernando, hasta que a principios de los años sesenta del siglo pasado fue construída la carretera Nacional IV, ocupando el trazado que hasta entonces había tenido la Vereda de Cádiz a su paso por San Fernando.
Justo por encima de la Punta del Roqueo encontramos un restaurante con unas magníficas vistas.
Y un cuidado mirador desde el que podremos deleitarnos. Eso sí, algún cartel avisa de que las mesas sólo son para clientes.
Tomarse un gin tonic viendo la puesta de sol desde este lugar, después de un caluroso día de playa, tiene que ser todo un deleite. WP MIRADOR ROQUEO.
Estas escaleras coloridas con las ipomeas purpúreas nos abre paso al tramo que discurre por la zona correspondiente a la playa de la Fuente del Gallo. En su parte baja existen unas higueras que desprenden un fragante olor. WP ESCALERA.
Dejamos el coche en: 36° 16.879'N - 6° 05.940'W
Distancia: 10,33 kilómetros.
Tiempo: 2 horas 48 minutos.
Dificultad: Fácil.
Esta rampa nos da acceso a lo que es el parque más grande de Conil y donde abundan los pinos piñoneros, dispone de césped y diversos servicios, y lo que es lo mejor, unas fabulosas vistas al Atlántico, costa africana y a las zonas y playas más cercanas.
En este tramo existen dos miradores, este primero llamado Mirador de la Fontanilla, y desde donde divisaremos toda la Playa de la Fontanilla y hacia la izquierda, las playas de los Bateles y Castilnovo. WP MIRADOR FONTANILLA.
Hoy el día es brumoso, aún así podremos ver la Torre de Castilnovo y al fondo, la Playa de Zahora y el Tómbolo y Faro de Trafalgar.
Y a la derecha, la Fontanilla y la Punta del Roqueo, en línea de horizonte el resto de las Calas de Levante finalizando con el Cabo de Roche.
El segundo mirador es el conocido como Mirador del Puerto Pesquero, la visual es prácticamente la misma, con la diferencia de que Cabo Roche está algo más cercano. WP MIRADOR PTO PESQUERO.
Nos dirigimos hacia el Cabo de Roche por la franja costera del acantilado, ya de regreso pasaremos por la Cala del Aceite y la Punta del Roqueo y otras playas.
Justo por encima de la Punta del Roqueo encontramos un restaurante con unas magníficas vistas.
Y un cuidado mirador desde el que podremos deleitarnos. Eso sí, algún cartel avisa de que las mesas sólo son para clientes.
Tomarse un gin tonic viendo la puesta de sol desde este lugar, después de un caluroso día de playa, tiene que ser todo un deleite. WP MIRADOR ROQUEO.
Estas escaleras coloridas con las ipomeas purpúreas nos abre paso al tramo que discurre por la zona correspondiente a la playa de la Fuente del Gallo. En su parte baja existen unas higueras que desprenden un fragante olor. WP ESCALERA.
Desde allí volvemos a asomarnos al gran mirador que supone toda la antigua Vereda de Cádiz. A estas horas del día la playa luce su mejor momento, la turba ansiosa de sol y baño aún no ha llegado. WP MIRADOR PLAYA.
La playa de la Fuente del Gallo tiene una longitud de un kilómetro y sin apenas desnivel, por lo que en las horas de pleamar apenas queda arena seca donde refugiarse, aún así es una de las playas naturales más bonitas que podamos ver.
El camino por el acantilado es cortado por las instalaciones del Hotel Flamenco y tendremos que rodearlo por la calle Sevilla y la Avenida de Extremadura. WP HOTEL.
Al final de la Avenida de Extremadura nos encontraremos una rotonda y la vereda por la que debemos salir del asfalto. WP VEREDA.
A lo lejos vemos una bonita imagen de la exclusiva urbanización Fuente del Sol que visitamos recientemente y que nos sorprendió por su aspecto solitario y deshabitado a pesar de estar en pleno mes de agosto.
A nuestro frente llegamos lo que a la postre será el único punto común entre los trayectos de ida y vuelta, se trata de la Cala del Quinto o Puntalejo, aunque en realidad está formada por tres calas más pequeñas y para facilitar la cosa pues con distintos nombres, Sudario, Quinto y Camacho.
Poco a poco empezamos a encontrar arbolado.
Un gran pino destaca sobre los demás. WP PINO.
Cambiamos de biotopo y la arena roja del Cuaternario da paso al suelo típico de los pinares costeros, dónde predomina la arena de playa.
Y llegamos al agreste Pinar de Roche milagrosamente salvado de la especulación. Este pinar es un espacio natural protegido formado por un bosque de pino piñonero, declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) e integrado en la Red Natura 2000. Ejerce de linde entre los términos municipales de Conil y Chiclana de la Frontera.
Con alguna que otra vuelta conseguimos llegar al extremo opuesto del pinar, desde donde podremos disfrutar de unas inmejorables vistas del Faro y Cabo de Roche y del Puerto Pesquero y Deportivo.
Y como no, del acantilado y del inmenso mar.
Hemos continuado intentando perimetrar en lo posible el pinar hasta llegar a uno de los extremos de la Cala del Aceite, a la que bajaremos a través de un gran surco horadado por la lluvia.
La Cala del Aceite es la cala más grande de todas las de y también de las más pintorescas, siendo un refugio seguro en los días de levante ya que su orografía
semicircular rodeada de acantilados la protege de los fuertes vientos
costeros.
Destaca por su arena dorada, el agua cristalina y el característico color rojizo de sus acantilados. Merece la pena darse un paseo al atardecer. Los mil matices anaranjados del horizonte y el rojizo de las paredes de la playa crean una atmósfera onírica de gran romanticismo.
A pesar de ser la cala más alejada de la población este lugar está tremendamente masificado, habiendo caido en declive desde que ya hace bastantes años se abriera el camping de igual nombre. Desde entonces nunca fue lo mismo y lo que era una playa paradisíaca y solitaria, ahora se ha convertido un hervidero de gente y mejor no pasear por la parte alta, cualquier rincón está lleno de basuras y resíduos de visitantes poco civilizados a los que les cuesta trabajo acudir a los aseos que tienen el bar ubicado en el centro de la cala. Aún recuerdo los buenos domingos pasados en esta cala, cuando apenas era visitada y te podías pasar todo un domingo de agosto sin apenas ver a nadie. Entonces sí que era un entorno natural, limpio y tranquilo, pero todo esto ya forma parte de la historia.
Probablemente los acantilados de Conil sean los más vivos de Andalucía y yo diría que de España, la acción del mar y la lluvia lo tienen sometidos a un constante cambio donde cada vez que pasas, ves nuevos desprendimientos.
Rápidamente llegamos a la siguiente cala, se trata de la Cala Melchor. Aunque el acceso a ella es algo complicado, pero se puede bajar andando.
Al igual que la costa de La Barrosa este acantilado conileño está conformado por un extenso cantil en cuya base, sobre la rasa marina, se desarrolla una playa de sedimentos finos interrumpido por grandes bloques caídos, procedentes del desmantelamiento del propio acantilado.
Además de su interés geomorfológico, la pared del cantil es un buen ejemplo para reconocer las distintas unidades litológicas del Plioceno Superior y Cuaternario y la relación estratigráfica entre ellas. La base del acantilado se modela sobre unas calcarenitas-calcirruditas del Plioceno Inferior. Por encima, y con un contacto discordante y erosivo neto, se diponen unos conglomerados y calcirruditas con un abundante registro de conchas marinas (Ostrea, Pectem, Glycymeris, etc.) correspondientes al Plioceno Superior.
Estos materiales contituyen lo que en la región se denomina “Piedra Ostionera”. A techo de esta formación se desarrolla una antigua superficie de karstificacion sobre la que se instalan las arenas rojas del Cuaternario.
Por todo el acantilado podremos ver numerosas especies vegetales, entre las que destacan: el hinojo de mar (Crithmun maritimum), la higuera (Ficus carica), sabinas (Juniperus phoenicea), lentiscos (Pistacia lentiscus), aulagas (Calicotome villosa), romeros (Rosmarinus officinalis), tomillos (Thymus vulgaris) y muchos palmitos (Chamaerops humilis).
En el suelo podemos ver hasta qué punto está vivo este acantilado, una gran grieta que ahonda varios metros nos indica que probablemente este trozo de suelo, caiga durante el próximo invierno. Mejor no acercarse demasiado.
Estamos en la Punta del Sudario y desde aquí ya vemos nuevamente la Cala del Quinto o Puntalejo, lugar por dónde bajaremo a la orilla que no dejaremos hasta finalizar recorrido.
Señalar que llevamos el sol de cara por lo que casi todas estas fotos fueron tomadas una vez pasados los lugares y a nuestras espaldas.
La Cala del Quinto está separada de la playa de Fuente del Gallo por un saliente rocoso que alberga un pequeño búnker, incrustado en el acantilado. Está dividida en dos formando un pequeño valle debido a la acción erosiva de un arroyo que desemboca en la playa, se trata del Arroyo del Quinto.
En algunas paredes podemos ver numerosos ejemplares de una especie invasora americana, se trata de la Pita (Agave americana), y de dónde deriva el nombre de una de las pequeñas calas de las cercanías, me refiero a la Cala de los Pitones.
En uno de sus extremos y creando una línea divisoria visual entre esta cala y la playa de la Fuente del Gallo, encontramos un búnker al que podemos acceder a través de esa pequeña terraza que vemos pegada al acantilado. WP BÚNKER.
En bajamar se observa que todo el fondo marino está cubierto por una plataforma rocosa, antesala de las plataformas de abrasión del Estrecho, con pequeños espacios de arena y aguas cristalinas. Contiene un paisaje de gran belleza geológica donde acantilado y plataforma rocosa se entrelazan y protegen la playa del efecto del mar. Foto tomada desde la techo del búnker.
Se trata de uno de los búnkeres construidos tras la Guerra Civil, en la década de los 40 del siglo XX, como parte de la línea de defensa costera de la entrada al Estrecho de Gibraltar.
Su estructura se conserva íntegra y en relativo buen estado de conservación, excepto los accesos y, de las paredes exteriores, las más expuestas a la intemperie, cuyo estado es muy malo. Está protegido por la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico Español.
Si queréis pasar por esta punta, es necesario tener en cuenta el horario de la bajamar, con media marea ya sería imposible pasar sin mojarse y a riesgo de algún resbalón.
Justo al lado vemos un nuevo valle provocado por la erosión del agua, en este caso el responsable es el Arroyo del Pradillo que desemboca por aquí. WP ARROYO DEL PRADILLO.
Hemos llegado a la playa de la Fuente del Gallo. Es de arena fina y dorada, de aguas limpias, frescas y cristalinas. Es ancha, pero se acorta bastante con la marea alta, cada cierto tiempo se suele regenerar de arena. La mejor hora de baño en esta playa es al atardecer y con la marea baja. Es muy frecuentada cuando sopla el levante, ya que los acantilados nos protegen parcialmente del viento.
Desde allí podemos divisar unas afloraciones rocosas conocidas como las Tres Marías, por ser tres piedras las que suelen verse con marea alta. WP MIR3MARÍAS.
También veremos otra pequeña porción rocosa de las conocidas como "plataformas de abrasión" o "flysch". Las más conocidas son los Flysch del Estrecho (visitados en septiembre de 2018), pero todo este tramo de costa también los posee, con la salvedad de que suelen estar cubiertos de arena y sólo son visibles cuando por efecto de los temporales la arena es arrastrada hacia otros lugares.
En esta pared vemos los plegamientos que formaron el acantilado. Los pliegues se originan por esfuerzos de compresión sobre las rocas sedimentarias que no llegan a romperlas; en cambio, cuando sí lo hacen, se forman las llamadas fallas. Por lo general se ubican en los bordes de las placas tectónicas y obedecen a dos tipos de fuerzas laterales, originados por la propia interacción de las placas.
No deja de sorprendernos la casi absoluta soledad que en estos momentos presenta la playa, se nota que sus usuarios no madrugan, pero ya poco puede durar, son casi las doce de la mañana.
En algún tramo el acantilado está protegido con mallas metálicas por el más que posible riesgo de desprendimientos.
El pie del acantilado ha sido protegido por una barrera pétrea defensiva, pero el peligro de desprendimientos es más que real.
Recuerdo que voy sacando fotos hacia nuestras espaldas para evitar el efecto de contraluz del sol. Esta punta que acabamos de pasar es la Punta del Roqueo y separa las playas de la Fuente del Gallo y La Fontanilla.
Lentamente el agua empieza a volver a sus dominios y nosotros ponemos fin a la salida de hoy en el lugar dónde la comenzamos, la Playa de la Fontanilla, que con algo más de un kilómetro de longitud por cuarenta metros de ancho, probablemente sea la mejor playa de Conil.
Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.