martes, 20 de agosto de 2019

PINAR DUNAS DE SAN ANTÓN-LA PUNTILLA (PUERTO SANTA MARÍA) (14 AGO 2019)

Con este sendero recorreremos los pinares y dunas de San Antón que forman parte del parque periurbano de igual nombre y ubicado en el Puerto de Santa María. Estos pinares están catalogados en el Plan Especial de Protección del Medio Físico como espacio forestal de interés recreativo.

Posteriormente accederemos a la Playa de la Puntilla que recorreremos íntegramente, finalizando el recorrido una vez visitado el espigón del Puerto de Santa María y la desembocadura del río Guadalete.

Dejamos el coche en: 36º35.583'N - 6º14.659'W.
Distancia: 8,83 kilómetros.
Tiempo: 2 horas 16 minutos.
Dificultad: Fácil.

El coche lo dejamos en la Avenida del Descubrimiento y desde ese lugar entramos en el Parque Periurbano Dunas de San Antón.

Es colindante con el casco urbano de El Puerto de Santa María y está catalogado en el Plan Especial de Protección del Medio Físico como espacio forestal de interés recreativo (FR-U).
De las 91,55 Ha. que componen el monte, hay que deducir las parcelas dedicadas a vivero forestal, camping, venta, zona residencial y paseo marítimo, quedando una superficie libre de 70,44 Ha. En ellas existe una adecuación recreativa dotada de mesas, bancos, barbacoas y agua potable.


Vamos a intentar perimetrar en todo lo posible el parque y esto nos obligará a efectuar un par de cruces de carreteras que discurren por el citado parque y que comunican las abundantes edificaciones existentes en la zona.

Como su nombre indica, este pinar está plantado sobre un sistema de dunas litorales con sotobosque de retama costera, con una variada fauna, entre la que destaca el camaleón, especie en peligro de extinción. Este pinar y sus dunas forma parte de la Red de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía.

Sabemos que en invierno y en uno de los extremos del parque existen varios humedales estacionales, aunque estamos en verano y lo más seguro es que estén secos, no obstante, pasaremos por ellos.

 Aunque al parque se puede acceder por cualquier parte, existen varios entradas oficiales.

Estamos caminando hacia poniente camino del Pago de la Alhaja contactando con el camino de Mochicle en el Pinar del Cuco, que da acceso a “Puerto Sherry”, el cual vemos a lo lejos.

Las lagunas están secas y tras cruzar el Camino de las Arenillas y un tramo por la calle Buque Escuela Esmeralda cruzamos la Avenida de la Libertad y la calle Salmón, lindante con el Club de Golf de Vistahermosa y la Escuela de Hípica de Villa Julia, nuevamente contactamos con el pinar.

Pero antes pasaremos por las cercanías de Puerto Sherry y sus murales.

Se tratan de unas espectaculares obras al aire libre del artista gaditano José Manuel Paredes, un reconocido artista gaditano ligado emocionalmente al Puerto de Santa María. Su obra se caracteriza por el gran colorido de todas sus pinturas y por la gran influencia del pintor malagueño Pablo Ruíz Picasso. Sus trabajos han recorrido exposiciones de gran prestigio tanto en España como en el extranjero.

Tras cruzar la Calle de Puerto Serrano, accedemos a la Ensenada del Aculadero, lugar dónde se encuentra la Playa de la Puntilla.

La playa se divide en dos tramos, el primero junto al dique de levante de Puerto Sherry, formado por una pequeña cantidad de arena retenida junto a la escollera de protección del paseo marítimo. El segundo tramo, a poniente del Guadalete, con gran cantidad de arena y donde se concentran los principales servicios.
Este que vemos es el primer tramo también conocido como Playa del Aculadero.

 A lo largo de todo el tramo de playa encontraremos numerosos accesos a la misma.

Como podemos ver, este tramo de playa está completamente desierto, los bañistas prefieren la zona más cercana al casco urbano, con más aparcamiento y arena limpia de piedras.

Desde el paseo marítimo de La Puntilla, se vislumbra la gran franja de arena seca de esta playa, que en algunas zonas alcanza más de 200 metros de anchura. Sus largas pasarelas de acceso y las islas de vegetación colocadas a sus alrededores, amenizan el tránsito entre el paseo y la orilla.

Al sureste y poniendo fin a la playa encontramos el espigón de encauzamiento en la desembocadura del río Guadalete. Este espigón actúa como muro de contención y permite que las aguas sean tranquilas y con pocas corrientes.

El espigón de La Puntilla es el lugar preferido en El Puerto para muchos aficionados a la pesca por su longitud (algo más de kilómetro y medio) y su ubicación en plena desembocadura del Guadalete, lo que hace que durante todo el año sea habitual ver una fila de cañas en este paraje donde los aficionados no tienen problemas para su práctica.

Desde el espigón tenemos una visual algo más elevada y esto nos permite ver como en pocos minutos la playa empieza a tomar ambiente de verano.

Hace levantucho y el calor aprieta, el espigón empieza a hacerse largo, muy largo.

Al otro lado del Guadalete vemos el conocido como espigón de Levante y el de Valdelagrana.

Como curiosidad, señalar que en el Museo Municipal de El Puerto, edificio del Hospitalito (Calle Ganado, 28) se expone una pieza que se ha convertido en uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos tiempos. Aunque se desconoce su auténtica función, los arqueólogos apuntan a que pueda tratarse de una estela que formaba parte de un conjunto funerario o dolménico de hace «entre 5.000 y 6.000 años».

Esta pieza singular de finales del Neolítico, fue descubierta accidentalmente por unos pescadores en este espigón en el año 2013, donde se encontraba desde 1972, año en el que se acometieron los trabajos de la infraestructura.

Dichas piedras para la construcción del espigón procedieron de las canteras de la Sierra San Cristóbal (visitadas en octubre de 2017), una zona muy rica desde el punto de vista arqueológico. La piedra pesa más de 2.000 kilos y tiene una altura de 2,13 metros. En la cara frontal presenta un grabado «de signo geométrico» de influencia atlántica, y en las caras laterales y la anterior cuenta con «cazoletas» de signo mediterráneo.

La decoración que se ha conservado encaja en las técnicas y temas conocidos en el Arte Megalítico Atlántico, reproduciendo fórmulas en tres dimensiones que normalmente se asocian a las estatuas. Se observan cazoletas ordenadas que definen líneas circulares concéntricas en bajorrelieve. Estos círculos concéntricos son el tema por excelencia en la grafía atlántica que se usa a partir del Neolítico en el mundo de los megalitos, lo que ha permitido hasta el presente, sostener la fuerte conexión ideológica entre el noroeste peninsular y la fachada atlántica europea. De hecho, algunos de los más famosos monumentos megalíticos decorados, como pueden ser Gavriris en la Bretaña francesa o Newgrange en Irlanda presentan estos temas y con las mismas técnicas de la estela-menhir de la Sierra de San Cristóbal.

El túmulo de Gavriris tiene un diámetro de 50 metros y cubre un dolmen de cámara única y un corredor de 14 m de largo, 2 de alto y 1,5 m de ancho. Se enmarca en una categoría arquitectónica (dolmen de corredor y cámara simple) muy frecuente en Bretaña entre los años 4500 y 3000 a. C. y de características similares al Dolmen de Alberite en Villamartín (Cádiz).

En la entrada al túmulo de Newgrange (Irlanda), encontramos una piedra que vuelve a repetir el patrón de círculos concéntricos.

Solo Dios sabe cuantas piezas arqueológicas más, se encuentran enterradas por la provincia, por haberse extraído sus materiales de construcción de lugares de alto valor arqueológico, sin que ningún técnico ni nadie se haya molestado en los estudios previos que necesariamente conlleva cualquier extracción en entornos de reconocido valor arqueológico.

Paramos un poco para tomar agua y aprovechamos para sacar una foto de Puerto Sherry y su faro.

Por fin llegamos a la punta del espigón ¡Por Dios, pero qué largo es! Tanto como 1.600 metros que sumados a otros tantos para la vuelta pues nos aumenta en tres kilómetros el recorrido total de la ruta.

Aprovechamos para dar una visual a esta parte de la Bahía de Cádiz y esto es lo que vemos: en primer lugar y pegados a la muralla, el Paseo de Santa Bárbara, el Baluarte de la Candelaria y la Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.

 Luego vemos la Torre de Tavira y la Catedral.

 La Torre y Muralla de Puertas de Tierra y la Torre de Telecomunicaciones.

 Y ya al sur, el Puente de la Constitución y los Astilleros de Puerto Real.

Y como no, un sinfín de pescadores intentando lo casi imposible, que es pescar algo. Al fondo y en línea de horizonte, la Playa de Valdelagrana (visitada en julio de 2019).

La marea está de vaciante y esto permite ver un fenómeno singular. Los portugueses lo llaman "Encontro das aguas", el encuentro de las aguas. Grosso modo podríamos explicarlo diciendo que es un fenómeno causado cuándo se juntan aguas con diferentes densidades, por un lado las procedentes del río Guadalete y de otro, la del mar: la temperatura acentúa la diferencia de densidad entre unas aguas y otras. El secreto reside ahí, en realidad: al tratarse de dos masas con diferentes propiedades minerales y con un grado de densidad distinto, sin olvidar la mayor disolución de resíduos en suspensión de una de ellas, su mezcla inmediata se hace muy compleja y es lo que provoca este fenómeno.

Una gaviota me mira como pensando: Agosto, con levantito, un calor de órdago y este chalao con pantalón largo, mochila, botas y una cámara de fotos de tres kilos, ¡pa matarlo!,

Una vez regresados del espigón, pasamos por las cercanías de la Asociación de Pescadores de la Rampa.

Y nos incorporamos al Paseo Marítimo de La Puntilla.

Además del arbolado, bancos, aseos y carteles informativos de los servicios de la playa, nos encontramos con esta fuente.

Y un pequeño parque infantil.

Y a nuestro frente, nuevamente el Parque Dunas de San Antón, lugar por dónde pondremos fin al recorrido.

El coche lo tenemos a unos escasos setecientos metros.

Podéis descargaros el track, clicando en la siguiente imagen:
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/pinar-dunas-san-anton-la-puntilla-puerto-santa-maria-14ago2019-40187775
 
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

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