Con estos calores lo que más se apetece son rutas "húmedas", así que nos fuimos hasta Chipiona para hacer un circular que saliendo desde la Playa de Micaela y a través de la Vía Verde de la Costa Noroeste nos llevase hasta la Punta del Espíritu Santo en Sanlúcar de Barrameda, volviendo al punto de partida siguiendo todo el contorno de la costa, pasando por la Punta de Montijo, Punta del Guapo y Punta del Perro. En el recorrido de ida haremos una parada en el añejo Jardín de las Piletas y ya de vuelta por la playa, además de tener la oportunidad de algún que otro baño, pues disfrutaremos de inmejorables vistas del Parque Natural de Doñana y sus playas del Inglesito y Malandar, la desembocadura del Guadalquivir y los diferentes corrales que jalonan las playas de la Jara, La Grajuela y Cruz del Mar.
Este sendero tiene una versión corta, el coche lo dejamos en los aparcamientos de la Playa de Micaela, que además de punto de partida, será punto de paso hacia la Punta del Perro, dónde se ubica el Faro de Chipiona, así que si no tenéis muchas ganas de andar, pues el recorrido finaliza en la Playa de Micaela, quedando la distancia a recorrer en 14 kilómetros.
Sea como fuere, es necesario tener en cuenta el horario de las mareas, el lugar dónde más posibilidad existe de encontrar el paso cerrado por el agua está sobre el kilómetro 11,5 desde la salida, justo pasar la Punta de Montijo, aunque lo único que tendríamos que hacer (nosotros lo hicimos), fue subirnos a la escollera y caminar por allí algunos cientos de metros, que son los necesarios para sobrepasar este lugar, rápidamente volvimos a la orilla y ya no tuvimos problemas hasta el final. Interesa que calculemos nuestro paso por dicha punta en la bajamar.
Distancia: Ruta original: 19,64 kilómetros.
Ruta abreviada: 14 kilómetros.
Ruta abreviada: 14 kilómetros.
Tiempo: 7 horas 26 minutos, además de las paradas habituales, incluye una generosa parada en un chiringuito dónde comimos a cuerpo de rey. La ruta abreviada la hicimos en algo menos de 4 horas.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°44.593'N - 6°25.443'W.
El coche se queda justo en el acceso a la Playa de Micaela. En negro nuestra dirección de salida, en rosa por dónde debemos aparecer al terminar el trayecto abreviado.
En poco más de cien metros nos incorporamos a la Vía Verde de la Costa Noroeste.
La Vía Verde es un camino que discurre por el antiguo trazado de la vía férrea que unía el Puerto de Santa María con Sanlúcar. El tren que por aquí pasaba fue puesto en marcha en 1892, pero fue cerrado por la falta de rentabilidad. Para construir la Vía Verde se utilizaron los raíles a modo de bordillos, siendo asfaltado el interior, si nos fijamos bien en algunos tramos podremos ver dichos raíles.
Este primer tramo discurre por el conocido como Camino de la Reyerta. Paralelo al tramo asfaltado también discurre una vereda de arena que nos resultará mucho más cómoda para andar y no tendremos que ir tan pendientes de los numerosos ciclistas que frecuentan esta ruta.
Existen gran número de árboles sobre todo moreras que nos darán unas sombras que agradeceremos.
Aunque caminamos por una zona rural agrícola dónde abundan los invernaderos, a nuestra izquierda podremos ver la Depuradora de Moluscos de Chipiona. WP DEPURADORA.
Aunque no lo veamos, también a nuestra izquierda y no excesivamente lejos, se encuentra el mar, lo que favorece la existencia de varios campings preparados para recibir al maremagnun de visitantes que recibe Chipiona en época veraniega.
Estamos en primavera y aunque apenas existe flora silvestre, sí que podremos disfrutar de otras plantas, sembradas por el hombre, en este caso una chumbera (Opuntia ficus-indica) en plena floración. Más pronto que tarde esta planta tan utilizada en nuestras tierras para marcar lindes y propiedades, será historia. Fue traída de América sobre el año 1550 con un fin concreto: cultivarlas para servir de alimento a la cochinilla
del carmín, empleada para producir tintes. El plan no cuajó
mayoritariamente pero la chumbera se aclimató perfectamente y encontró acomodo como planta silvestre, vallado natural entre
lindes de terrenos, alimento de ganado e incluso humano. Ahora, casi cinco
siglos después de su llegada, justo una plaga de la misma cochinilla
(Dactylopius Opuntiae) amenaza con acabar para siempre con esta planta alóctona llegada desde México. Mientras tanto, y como es habitual, las autoridades haciendo el egipcio, a veces incluso justifican su inoperancia alegando que es una planta invasora no original de nuestras tierras.
A su lado un macizo de hibiscos (Hibiscus rosa sinensis). Sus flores tienen un amplio espectro medicinal, lo mismo sirven como ansiolítico (en infusión) como regulan la circulación, el tránsito intestinal o para combatir problemas menstruales. Contiene vitaminas como la tiamina, la vitamina C y la riboflavina.
Algo más adelante encontramos varios ejemplares de Transparentes (Myoporum acuminatum), planta
rústica y de gran resistencia a los ambientes salinos, tanto como que
era usada en las salinas y zonas costeras como setos y barreras
cortavientos.
Un cartel nos avisa de que vamos por el Camino Natural Vía Verde Entre Ríos.
Y una campanilla silvestre en plena floración, se trata de Convolvulus althaeoides. Popularmente se usó en infusión como purgante y para tratar insufiencias biliares. En cataplasma alivia los hematomas y ayuda a cicatrizar heridas externas.
El camino se pierde y durante unos cientos de metros debemos caminar por una carretera con abundante tráfico y sin arcén. Mucho cuidado.
Al llegar a la altura de la Parroquia San Pedro de la Jara vemos que por la otra parte de la carretera existe un camino de tierra, así que cruzamos y continuamos por él.
Casi desde que salimos estamos rodeados de fincas y casas y todas ellas disponen de un variado surtido de plantas ornamentales, tras ese muro que vemos, encontramos todo un muestrario de bouganvillas en sus más diversos colores.
Otra silvestre que nos llama la atención, en principio me parece una simple amapola (Papaver rhoeas) pero es de flor compuesta, nunca antes la había visto. Una auténtica delicatessem. Las hojas verdes frescas (antes de la floración) pueden cocinarse como
las espinacas, y son muy apetecibles, con un sabor característico, y
pierden las propiedades venenosas al cocinarse, aunque tienen efectos
sedantes por los alcaloides que contiene.
Y un clásico de nuestras tierras, la madreselva (Lonicera periclymenum), recientemente
se ha descubierto que es una de las plantas con mayor capacidad de
absorción de polución, y que mejora sensiblemente la calidad del aire a
su alrededor.
Y otro clásico, pero esta vez no es vegetal. Se trata de una antigua señal de un cruce de vía férrea sin barreras. Recordamos que aunque el firme esté asfaltado, antiguamente por aquí discurría la vía del tren.
Andamos por la Avenida Playa Victoria y empezamos a ver auténticas mansiones. WP AVENIDA.
Rápidamente nos vemos inmersos en un pequeño bosque de pinos. Se trata del Parque Espíritu Santo. Este nombre nos indica que estamos cerca del lugar elegido para el retorno.
Este parque está en un pequeño promontorio y esto nos permite tener una vista panorámica de Doñana y la Punta de Malandar, el Río Guadalquivir, y a la parte derecha, la Playa de Bajo de Guía y Sanlúcar.
Una pequeña escalera nos lleva a la carretera por la que continuaremos.
Debemos girar a la izquierda pero antes nos acercaremos al cerrado Jardín de las Piletas y su fuente. La importancia histórica del jardín radica en su carácter exclusivo de
ser el único que se conserva según su primitivo estado, permaneciendo
como fiel testigo de aquella función tradicional de Sanlúcar como centro
curativo de descanso y reposo. Por sus propiedades medicinales, las
aguas de Las Piletas estaban consideradas, desde antiguo, como uno de
los cuatro manantiales más importantes de los veinticinco existentes en
la ciudad durante el siglo XIX. Especial relieve estético ostenta Las
Piletas tanto por su época de construcción, como por el cuidadoso diseño
que presenta y los elementos artísticos que contenía.
El jardín de Las Piletas, espacio lúdico inseparable de la Sanlúcar
romántica y regionalista, se mantuvo abierto al público hasta hace
algunas décadas en que se cerró debido a su grave estado de deterioro.
Tras varios años de abandono, fue “rehabilitado” por una Casa de
Oficios, perdiendo gran parte de su virtualidad original y habiendo
desaparecido de sus respectivos pedestales las estatuas de Hipócrates,
Galeno y La Fama que culminaron el jardín.
La significación iconográfica de este conjunto escultórico suponía una
exaltación de la ciencia y el mundo de la medicina, representado en las
figuras de Hipócrates y Galeno, los médicos más famosos de la Antigüedad
clásica. La personificación femenina de “La Fama”, como figura
principal, aludía a las propiedades medicinales de estos manantiales,
cuyas aguas estaban destinadas a triunfar y vencer sobre el mal de la
enfermedad. En la zona inferior del pedestal se hallaban dos
desaparecidos caballos alados o pegasos, símbolos de la fama y el genio
poético.
Bibliografía: https://eltrotedelaculebra.com/2012/03/25/fuente-de-la-vida-el-jardin-de-las-piletas-sanlucar-de-barrameda/
Retornados al camino llegamos al Club Deportivo de Pesca La Balsa, que dejaremos a nuestra derecha. WP LA BALSA.
Y frente a él, y en la desembocadura del Guadalquivir, un nutrido grupo de barquitas con la Playa de Malandar enfrente y perteneciente al Parque Nacional de Doñana.
A nuestro frente la Playa de las Piletas, sorprendentemente vacía a pesar de la hora, hacer calor y ser festivo. Para el mes que viene ya será otra historia, de hecho hay un dicho que dice: "Hay más gente que en Sanlúcar en verano". Y creedme si os digo que no se trata de ninguna exageración.
Pero nosotros podemos disfrutar de una paisaje tranquilo y sin igual.
Muchas propiedades llegan hasta la misma arena y deben ser reforzadas con muros de contención y escolleras para protegerlas de los temporales, aún así, la fuerza del mar y los desperfectos que provoca son evidentes. En este caso que vemos y que se repetirá por varios lugares, los desperfectos fueron provocados por la tormenta Emma que en 2018 azoló media Europa, llegando hasta nuestras costas donde también de hizo notar.
Y otro casoplón con una terraza baja que debe tener al menos 50 metros de larga.
Los caballos trotando por la orilla del mar crean imágenes muy plásticas.
Lástima que los gruños que dejan por la arena, afean totalmente esta paradisíaca playa. No entiendo como a los dueños de los perros se les obliga a retirar los excrementos y en cambio, a los dueños de los caballos, cuyos resíduos son mucho peores pues campen a sus anchas, dejándolo todo lleno de mierda, nunca mejor dicho.
Resulta curioso como como en una playa con tan poca profunidad y tan rectilínea como esta, los materiales se acumulan por tamaños y tipos, hay zonas de puro lodo, otras de arena fina, otras rocosas, otras con algas o como esta que vemos, dónde se acumulan conchas y restos de otros bivalvos. El efecto misterioso de las corrientes y vientos.
Y llegamos al primer Corral. Los corrales de pesca son parcelas delimitadas por muretes de
construcción artificial que separan la superficie en distintos
compartimentos, que son visibles durante los periodos de bajamar. Cuando
sube la marea entran peces, sepias y pulpos, que quedan atrapados en
las jaulas de piedra cuando ésta baja. En ese momento las capturas se
"recolectan" con aperos tradicionales como el francajo, el cuchillo de
marea y la tarraya. WP CORRAL DE MERLÍN.
Este primero que vemos es conocido como corral de Merlín y se encuentra en la Playa de la Jara. Los primeros corrales se remontan a época romana y muchos siguen siendo explotados actualmente.
Con la bajamar podemos ver las zonas dónde las corrienten son más fuertes y se llevan la arena, quedando al aire el lecho rocoso.
Esta casa que vemos marca los límites entre las localidades de Sanlúcar y Chipiona. Ahora estamos en Sanlúcar pero conforme pasemos esa propiedad, ya estaremos en Chipiona. WP CASA COLORADA.
A los lejos vemos la Punta de Montijo.
Disfrutamos del paisaje tricolor.
En línea de horizonte vemos un barco hundido. Cuentan que este es el famoso "Barco del Arroz", soy precavido ante esta afirmación toda vez que al menos de dos hundimientos más de la costa gaditana se cuenta la misma historia.
Entre sus muros, construidos con areniscas y lumaquelas del sustrato, se
marisquean erizos, camarones y cangrejos, siendo famosos los ostiones y
percebes. Existen también especies de áreas rocosas o de fangos y
arenas, como algas, praderas de fanerógamas marinas, peces, gusanos y
moluscos. Incluso sargos y congrios, propios de hábitats más profundos,
se alimentan o desovan ocasionalmente. Tras los muros, aparece un
arrecife costero con gran diversidad de especies, que luego colonizan
los corrales.
Sorprende el poco gradiente de estas playas.
También en la Punta de Montijo se ubica un mirador, obviamente conocido como Mirador de Montijo.
Desde allí podemos ver que tenemos Chipiona a tiro de piedra.
Y también una toma general del Corral de Montijo y su distribución.
Pasada la punta llegamos a lo que parece un paisaje lunar, grandes rocas sueltas brotan de la arena. Este último tramo costero es conocido como la Costa de la Grajuela, esta zona es el límite de la Playa de Montijo, como curiosidad señalar que según los expertos, esta playa será la primera que desaparecerá en la provincia cerrando un proceso geológico que comenzó hace miles de años, de hecho, sólo es visitable con marea baja, ya que en otros momentos, el agua llega hasta el muro defensivo, probablemente fue la más afectada por Emma y las terribles olas que provocó.
A lo lejos vemos el skyline de Chipiona, pudiendo distinguirse la Playa de Micaela, inicio de nuestro sendero, el Santuario de Nuestra Señora de Regla, el Faro y la Punta del Guapo.
Aunque estamos próximos a la bajamar, hoy el coeficiente de marea es pequeño y no ha vaciado lo suficiente para permitirnos continuar por la arena. A la altura de la Casa de Fatigado debemos subirnos a la escollera para poder continuar. Este será el único lugar que nos obligue a separarnos de la orilla. WP SUBIDA A ESCOLLERA.
Gracias a tener que subir a la escollera podemos ver algo que para mi no es habitual, se trata de una Uña de Gato de flor amarilla (Carpobrotus edulis). Esta planta también ha sido utilizada con fines medicinales gracias a sus propiedades antisépticas. antibacterianas, antitumorales y anti-oxidantes.
Durante unos 400 metros caminaremos por este pedregal, producto de los rellenos para reforzar el muro de contención.
Pronto llegamos a una descuidada cala por la que continuaremos.
Aunque parece que el agua llega hasta las piedras, podemos pasar perfectamente aunque teniendo prevista la táctica del correlimos, caso necesario.
En línea de horizonte vemos numeros barcos fondeados en el fondeadero de los Pozos de Chipiona. En primer plano vemos los restos de lo que otrora fue la Batería de Costa del Paraqué.
Y esto sea, probablemente, la basada o cobertura de uno de los cuatro cañones Verde Montenegro de 120mm. de los que disponía. Los cañones de este tipo se caracterizaban por estar construidos siguiendo la técnica conocida como "bronce comprimido".
Aunque parezca que no se puede pasar sin mojarnos, es una mala percepción.
Esta punta nos dará acceso a la Playa de Micaela o Playa de la Grajuela como también se la conoce, punto final del recorrido si hacemos la ruta abreviada.
En Playa Micaela encontramos un búnker, en sus proximidades existía un pozo, llamado Pozo de la Salud. Los naturales de la zona nombran a los búnkeres como Fortines.
Vemos una especie de túnel por la que sale agua cristalina, probablemente se trate de aguas procedentes del Arroyo Antonaria, desembocando al mar. Este arroyo desapareció hace años pero unas actuaciones de la Junta de Andalucía, le devolvió el cauce.
El búnker que nos ocupa fue construido en la década de los 40, en plena postguerra civil española. Constaba de dos partes: la primera y baja era como una pequeña
habitación enterrada en el suelo.
Mientras la superior tiene cuatro
agujeros reforzados por una chapa de acero de un metro cuadrado
aproximadamente, donde se situaban las mencionadas armas de fuego para
disparar. A ellos se accedía a través de una cavidad parecida a un pozo
por el que se bajaba por una de escalera con peldaños de cabillas de
hierro.
(Bibliografía: https://www.facebook.com/chipiona/posts/los-fortines-por-juan-luis-naval-molero-cronista-oficial-de-la-villa-de-chipiona/1390179967672346/)
Esa pasarela nos deja en el punto de partida del sendero. Después de una buena parada técnica para degustar algunas exquisiteces chipioneras, continuamos nuestra ruta.
Nos diriginos al Puerto de Chipiona, allí se encuentra el Club Náutico Deportivo y el Muelle Pesquero.
Continuamos por una de las playas principales de Chipiona, se trata de la Playa Cruz del Mar a la que los lugareñeros conocen como Playa del Muelle. Una playa de limpias arenas de casi un kilómetro de longitud. A lo lejos vemos el Faro de Chipiona en la Punta del Perro, lugar dónde daremos la vuelta.
Desde aquí podemos ver otro de los Corrales de Pesca de la zona.
A nuestra izquierda vemos el Castillo. El castillo de Chipiona tiene unos orígenes confusos, habiendo quienes
datan la presencia de un edificio defensivo primitivo de época
musulmana, situado cerca del emplazamiento del castillo actual. Sin
embargo, no hay manera de probar la veracidad o falsedad de esta
hipótesis.
A lo largo del tiempo, ha sufrido modificaciones que han ido alterando
su aspecto original. A comienzos de 2016 albergaba un Centro de
Interpretación Turística dedicado a la relación histórica entre Cádiz y
el Nuevo Mundo y a la celebración de eventos culturales
Nos llama la atención el edificio contiguo al castillo, se erige sobre lo que parecen ser antiguas murallas. Sin dudas, este rincón debe ser un espectáculo con la pleamar, incluso podría pescarse desde sus balcones.
El paseo marítimo, que discurre por la parte alta, se abre a la playa por amplios accesos escalonados que de lan un toque más que romántico a este bonito lugar.
Ya tenemos el faro a tiro de piedra. Llegados a esta altura debemos dejar la playa y subir al paseo marítimo.
Justo en la esquina encontramos un panel de azulejo que dice: Mirador Poeta José Manuel Caballero Bonald. Un más que merecido homenaje para nuestro insigne escritor.
La marea está subiendo y poco a poco van ocultando los muretes de piedra de los corrales.
En toda esta zona la arena desaparece con la subida de las aguas.
Por fin llegamos al inmenso faro. Con sus 62 metros se convierte en el faro más alto de toda España. Sus orígenes se remotan al año 140 a. C. que fue mandado construir por el procónsul Quinto Servilio Cepión, a fin de evitar a los navegantes que pretendieran remontar el Río Betis los escollos de Salmedina, de ahí Turris Caepionis «Torre de Cepión», y de Caepionis, Chipiona.
La obra del actual faro fue finalizada en 1867, año en el que también se encendió por primera vez.
Rodeando el faro vemos lo que probablemente sea la playa más concurrida y famosa de Chipiona, la Playa de Regla, al fondo el Santuario de Nuestra Señora de Regla que da nombre a la playa.
Ya de vuelta por el paseo marítimo, vemos como la marea avanza de forma imparable.
Nuevamente llegamos al castillo, pero esta vez por su fachada principal.
No podemos evitar cotillear un poco por sus accesos.
También el paseo marítimo encontramos el monumento de La Cruz del Mar se construyó en memoria por los
fallecidos en el maremoto que azotó Lisboa en el año 1755, y que también
afectó a la costa gaditana. Es un monumento en forma de farola con 4
faros y una pequeña cruz en la cúspide de la farola. Desde este lugar se
puede contemplar la desembocadura del río Guadalquivir y Doñana.
En la confluencia de la Calle Mar Caribe que es la que traemos con la Avenida de Rocío Jurado, encontramos una rotonda y una estatua en memoria de la más grande entre las grandes, su voz con tanta potencia como armonía la llevó a ser nombrada y premiada en Nueva York en el año 2000 como la mejor voz femenina del siglo XX. In Memorian de una cantante irrepetible.
Terminando nuestro recorrido encontramos un nuevo búnker, perdón, fortín. Está situado en las inmediaciones del Cuartel de la Guardia Civil, ubicado en los terrenos del antiguo "Club de Vela" y frente al Puerto de Chipiona y cercano a la antigua
"Piedra de la Barriga".
Sin dudas, Chipiona ofrece mucho más de lo hemos podido ver hoy, así que volveremos en alguna nueva ruta.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde el humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Enhorabuena, excelente e impecable descripción. Muchas gracias por compartirlas.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te haya gustado. Yo también disfruto de los senderos que compartes. Un saludo.
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