Saliendo desde Canillas de Aceituno, este sendero nos llevará a rodear el Peñón Grande a través del paraje de La Alcobilla y del Camino del Collado de la Rábita, culminaremos dicho collado, para luego conectar a través del Cerro de Juan Zamora con el sendero que lleva al Barranco del Río Almanchares, dónde disfrutaremos de los saltos de agua y pozas que el Río Almanchares ha formado en la zona y que es conocido como El Saltillo. El regreso desde El Saltillo lo haremos por el sendero oficial, por el que disfrutaremos de unas cornisas de ensueño.
Sendero no apto para personas con vértigo.
Sendero no apto para personas con vértigo.
Distancia: 13,16 kilómetros.
Tiempo: 8 horas.
Dificultad: Moderada alta.
Dejamos el coche en: 36°52.474'N - 4°04.962'W.
Podemos dejar el coche en las proximidades al Asador La Maroma, a la entrada de Canillas de Aceituno. Tras subir por una rampa y varias escalinatas hasta la calle Sierrecilla nos dirigimos al Camino de Lomilla Alto, dónde otras escaleras nos indican el inicio del sendero.
Las subiremos totalmente, pero a media altura y a nuestra derecha se encuentra la vereda por dónde deberíamos aparecer si todo discurre conforme a lo previsto. Es pequeña y está muy oculta, así que si no váis pendientes pasaréis a su lado y no os enteraréis, aunque tampoco importa mucho en este momento.
Desde un principio tendremos impresionantes vistas de toda la comarca de La Axarquía, Sierras de Tejeda, Alhama y Almijara, y de la zona costera malagueña. Al fondo izquierda creo ver la Peña de los Enamorados pero no estoy seguro.
Pronto hacemos una parada técnica para tomar aire, hacia el suroeste vemos algunos de los municipios que conforman la comarca de La Axarquía.
Vamos caminando por una cómoda pista que intentaremos seguir el mayor tiempo posible. Al frente vemos el Peñón Grande y el Collado de la Rábita, allí terminará la primera etapa volante del día.
En la zona de La Alcobilla nos salimos de la pista y tomamos el primer atajo. Podríamos seguir por ese cauce seco que vemos enfrente pero tendríamos que hacer una minitrepada de un par de metros para salir del mismo, nosotros preferimos el monte puro y duro. WP DCHA.
Es temprano y el sol aún no ilumina Canillas de Aceituno, apretamos un poco el paso, las previsiones dicen que hará calor, mucha calor, así que es mejor aprovechar la umbría que nos protege.
En breve llegamos nuevamente a la pista, pero nos limitamos a cruzarla, seguimos atajando.
Por momentos, el sol ya se va dejando sentir, afortunadamente tenemos abundante arbolado.
Nuevamente entramos en la pista con el Peñón Grande cada vez más cerca.
Y nuevamente atajamos. Aunque en este caso, serán pocos metros. WP DCHAATAJO.
Y como la cabra tira "pal" monte, pues eso.
A nuestros pies el impresionante Barranco de las Tejas Lisas.
Llegamos a lo tengo marcado como "sima", en realidad no sé que es, si una cueva o una sima, su entrada como vemos en la foto, está cerrada con una gran piedra, nos asomamos como podemos y aquello es profundo.
Tiramos una piedra-sonda y va cayendo al menos durante 15-20 metros, por eso lo señalo como sima, hoy día y con la pista hormigonada justo en este lugar, parece una cueva pero antes de existir la pista, lo mismo por aquí se evacuaban aguas. Que cada uno se quede con lo que prefiera. WP SIMA.
En este lugar se unen dos caminos, el primero el que hemos traído, el segundo el que acorta distancia desde las inmediaciones del Peñón Grande. WP REFUGIO.
A nuestra izquierda encontramos un cartel que nos recuerda una viejo sendero que tenemos pendiente, se trata del desvío para subir a La Maroma, después de cotillear un poco, retornamos a este lugar para continuar con nuestra ruta de hoy.
Una mirada atrás nos permite ver dónde va quedando el Peñón Grande.
Sobre el kilómetro 4 y a 1.070 metros de altura se acaba definitivamente la pista, ahora nos toca subir de manera clara hasta que lleguemos al punto más alto del Collado de la Rábita. En poco más de 500 metros debemos ascender más de 100 metros con desniveles que en algún momento superarán el 40%. WP DCHA.
Debemos seguir una veredilla, que no será tan clara como este tramo que vemos en la foto.
Entre árboles, tenemos una primera visual de La Maroma y sus 2.069 metros de altura.
Por ahí enfrente, el Collado de la Torrecilla.
Hemos superado los tramos de mayor desnivel y llegamos a la casi planicie que nos llevará al lugar más alto del Collado de la Rábita con sus 1.168 metros.
En naranja el camino que nos ha traído hasta aquí, en rosa la continuación del sendero por la zona de la Hoya Alta.
Como es habitual, mi compañera de caminos, piano piano.
Aunque esto tiene sus ventajas, me da tiempo llegar y que además, me saque alguna foto.
Al norte vemos el impresionante Barranco de las Tejas Lisas.
Al este tenemos el camino que debemos seguir. Si afinamos la vista podemos ver la vereda por la que continuaremos el camino.
Y al oeste, parte de la Axarquía malagueña y el Pantano de La Viñuela sobre el cauce del río Guaro.
Y la foto de rigor en el Collado de la Rábita. WP ´RÁBITA.
Al noreste, La Maroma, máxima altura de la Sierra de Tejeda y de la provincia de Málaga.
Por la Hoya Alta encontramos este sofisticado vivac. Algunas de las piedras usadas deben pesar alrededor de cien kilos, estaba o estaban fuertes sus construcctores. WP VIVAC.
Hace rato que los árboles desaparecieron y el calor aprieta de lo lindo. Este camino de herriza nos llevará hasta la conocida como Fuente de la Rábita.
Y como una garita de vigilancia, encontramos otro mini refugio/vivac. WP VIVAC2.
El monte bajo está compuesto principalmente por jaras pringosas, romeros y espartos.
Tras una curiosa bajada por terreno relativamente inestable, llegamos de nuevo a la zona arbolada y allí esta la Fuente de la Rábita, aunque realmente son dos. WP FUENTE.
Y una puerta abierta sobre la que descansa un gran pino caído, que debemos pasar. WP PUERTA.
Y justo al lado, la segunda fuente. WP FUENTE2.
Algo más adelante y a nuestra derecha vemos una antigua calera. WP CALERA.
Y a unos escasos 15 metros, la Cueva de la Rábita. En el libro de Manuel Hurtado Soto "Canillas de Aceituno de un siglo para atrás", así como en el de Luis Mármol Carvajal "Rebelión y castigo de los moriscos", podemos encontrar algunas reseñas históricas de la zona dónde nos encontramos.
Manuel Hurtado Soto explica que aquí "todavía se observa una antigua mina que desde la ocupación áraba se llama La Rábita, de la que se dice los romanos profundizaron sus galerías". Dicha mina es esta cueva que vemos, la Cueva de la Rábita. Dice también que Rábita significa "ermita" y se sabe que allí existió una fortaleza o aposento religioso y que las últimas ruinas que históricamente nos hablan es referente al sepulcro de los cuatro moriscos o santones que allí reposaban y que tanto respeto merecieron durante la dominación árabe y también por los moriscos.
Luis de Mármol Carvajal expresa: "confiados en la vana devoción que
tenían con los sepulcros de cuatro morabitos que decían estar enterrados
en La Rábita de Canilles de Aceituno, que está junto al fuerte...., un
viejo moro llamado el Jorrón de Leimon, que decía que por ninguna cosa
lo dejasen, porque era lugar dichoso, donde habían tenido siempre
felicess sucesoslos moros con la protección de aquellos santos y que
esto se hallaba por sus escrituras".
Sea como fuere, nosotros nos internamos en la cueva y es muy pequeña con unos escasos 15 metros de profundidad por lo que de ser una mina, allí excavaron poco. Tal vez sus galerías se encuentren selladas.
Dejamos la cuevaa y con ella el arbolado, estamos pasando calor de lo lindo. A nuestro frente lo que creemos es Sedella y Salares.
Vamos en claro descenso pero no vemos hacia donde.
Lejos queda ya el segundo vivac, aunque lentos, progresamos adecuadamente.
En la cumbre del Cerro de Juan Zamora, pasamos por unos farallones que dejamos a nuestra izquierda. Aún no lo sabemos, pero a partir de aquí se complica la bajada. WP
Desaparece la pequeña vereda que seguíamos, y lo peor de todo es que seguimos sin poder fijar el rumbo que debemos tomar. Afortunadamente con un track en el gps, esto no supone ningún problema.
Algún que otro claro nos hace pensar que la ruta mejora, pero nada más lejos de la realidad.
Al fin tenemos una primera visual de la Garganta del Almanchares, pero por contra todo pronóstico, debemos caminar paralelos a ella pero como si nos alejásemos de dónde pretendemos acabar.
Nuevamentre el arbolado nos impide fijar un destino, sabemos que debemos ir bajando pero la arena y piedras sueltas y lo abrupto del terreno, nos hacen ir dando contínuos cambios de rumbo para poder seguir avanzando. Este tramo es dificultoso.
Por fin vemos la Caseta de Tratamiento de Aguas, se acabó la peor parte. Segunda meta volante del día, conseguida. Desde los farallones hasta aquí y en línea recta son apenas 400 metros, pero hemos caminado 900 metros entre una vegetación muy cerrada y pinos, descendido 200 metros de altura, además del fuerte calor la falta de viento hacía que la sensación térmica fuese mayor y empleado casi una hora. Sin dudas, este pequeño tramo convierte una ruta de dificultad moderada en una de dificultad moderada alta.
Pero al fin hemos conectado con la ruta oficial de El Saltillo, sólo pensar en el baño que me voy a pegar hace que sienta impaciencia por llegar. Estoy más que recalentado.
Este tercer tramo es una auténtica delicia, cornisas, cornisas y más cornisas, y casi todas sin ningún tipo de protección, aunque el camino no es peligroso, tampoco podemos despistarnos.
La garganta formada por el Río Almanchares es realmente una pequeña pero profunda grieta en la montaña.
La guinda del pastel la ponen los voladizos. Este primero está en la zona conocida como la Colada Chica y como su nombre indica es la pasarela de menor longitud.
La pasarela de la Colada Grande, pues eso.
Y por fin llegamos a los saltillos, se trata de unas pequeñas cascadas cada una con su correspondiente poza. En el track marco seis de ellas.
Los visitantes suelen quedarse en la segunda poza pero merece la pena seguir subiendo por el cauce y disfrutar de todas ellas.
Pero antes hacemos una parada técnica para darnos el tan deseado baño, el agua está helada y nos cuesta trabajo entrar, pero tras diez minutos de baño, estamos como nuevos, es hora de comer.
Ya recuperados y comidos, aprovecho para subir algo más por el cauce y ver lo que se cuece por allí.
Sin dudas mereció la pena el esfuerzo.
El camino de regreso esta muy pisado y lo recorre una manguera por lo que no tiene pérdidas.
A partir de la caseta comienza los tres últimos kilómetros del sendero.
En principio basta con que sigamos la manguera.
Una vez finalizada la zona de cornisas, entramos en una zona baja y el calor y la falta de viento, vuelven a hacerse notar.
Pero falta poco, allí abajo vemos el Albercón y por encima, Canillas.
El Albercón como su nombre indica, es una alberca de gran tamaño y de forma irregular. WP ALBERCÓN.
A partir del Albercón comienza el tramo de la acequia, que ya no dejaremos hasta prácticamente finalizar el recorrido.
Por una pequeña veredita conectamos con la escalera por dónde comenzamos el sendero. Campana y se acabó. Hemos sudado un rato y estamos cansados, pero este sendero nos dejará un recuerdo imborrable.
Para terminar, un pequeño video de las pasarelas y cornisas de El Saltillo.
Las subiremos totalmente, pero a media altura y a nuestra derecha se encuentra la vereda por dónde deberíamos aparecer si todo discurre conforme a lo previsto. Es pequeña y está muy oculta, así que si no váis pendientes pasaréis a su lado y no os enteraréis, aunque tampoco importa mucho en este momento.
Desde un principio tendremos impresionantes vistas de toda la comarca de La Axarquía, Sierras de Tejeda, Alhama y Almijara, y de la zona costera malagueña. Al fondo izquierda creo ver la Peña de los Enamorados pero no estoy seguro.
Pronto hacemos una parada técnica para tomar aire, hacia el suroeste vemos algunos de los municipios que conforman la comarca de La Axarquía.
Vamos caminando por una cómoda pista que intentaremos seguir el mayor tiempo posible. Al frente vemos el Peñón Grande y el Collado de la Rábita, allí terminará la primera etapa volante del día.
En la zona de La Alcobilla nos salimos de la pista y tomamos el primer atajo. Podríamos seguir por ese cauce seco que vemos enfrente pero tendríamos que hacer una minitrepada de un par de metros para salir del mismo, nosotros preferimos el monte puro y duro. WP DCHA.
Es temprano y el sol aún no ilumina Canillas de Aceituno, apretamos un poco el paso, las previsiones dicen que hará calor, mucha calor, así que es mejor aprovechar la umbría que nos protege.
En breve llegamos nuevamente a la pista, pero nos limitamos a cruzarla, seguimos atajando.
Por momentos, el sol ya se va dejando sentir, afortunadamente tenemos abundante arbolado.
Nuevamente entramos en la pista con el Peñón Grande cada vez más cerca.
Y nuevamente atajamos. Aunque en este caso, serán pocos metros. WP DCHAATAJO.
Llegamos al Mirador del Castillejo, llamado así por similitud con los castillos medievales y porque desde allí se dominan muchos kilómetros a la redonda.
Y como la cabra tira "pal" monte, pues eso.
A nuestros pies el impresionante Barranco de las Tejas Lisas.
Llegamos a lo tengo marcado como "sima", en realidad no sé que es, si una cueva o una sima, su entrada como vemos en la foto, está cerrada con una gran piedra, nos asomamos como podemos y aquello es profundo.
Tiramos una piedra-sonda y va cayendo al menos durante 15-20 metros, por eso lo señalo como sima, hoy día y con la pista hormigonada justo en este lugar, parece una cueva pero antes de existir la pista, lo mismo por aquí se evacuaban aguas. Que cada uno se quede con lo que prefiera. WP SIMA.
En este lugar se unen dos caminos, el primero el que hemos traído, el segundo el que acorta distancia desde las inmediaciones del Peñón Grande. WP REFUGIO.
A nuestra izquierda encontramos un cartel que nos recuerda una viejo sendero que tenemos pendiente, se trata del desvío para subir a La Maroma, después de cotillear un poco, retornamos a este lugar para continuar con nuestra ruta de hoy.
Sobre el kilómetro 4 y a 1.070 metros de altura se acaba definitivamente la pista, ahora nos toca subir de manera clara hasta que lleguemos al punto más alto del Collado de la Rábita. En poco más de 500 metros debemos ascender más de 100 metros con desniveles que en algún momento superarán el 40%. WP DCHA.
Debemos seguir una veredilla, que no será tan clara como este tramo que vemos en la foto.
Entre árboles, tenemos una primera visual de La Maroma y sus 2.069 metros de altura.
Por ahí enfrente, el Collado de la Torrecilla.
Hemos superado los tramos de mayor desnivel y llegamos a la casi planicie que nos llevará al lugar más alto del Collado de la Rábita con sus 1.168 metros.
En naranja el camino que nos ha traído hasta aquí, en rosa la continuación del sendero por la zona de la Hoya Alta.
Como es habitual, mi compañera de caminos, piano piano.
Aunque esto tiene sus ventajas, me da tiempo llegar y que además, me saque alguna foto.
Al norte vemos el impresionante Barranco de las Tejas Lisas.
Al este tenemos el camino que debemos seguir. Si afinamos la vista podemos ver la vereda por la que continuaremos el camino.
Mirando hacia el sur, podemos ver el Mar Mediterráneo, Torre del Mar y algo más al interior, Vélez Málaga. Al centro derecha de la imagen, Canillas de Aceituno.
Y al oeste, parte de la Axarquía malagueña y el Pantano de La Viñuela sobre el cauce del río Guaro.
Y la foto de rigor en el Collado de la Rábita. WP ´RÁBITA.
Al noreste, La Maroma, máxima altura de la Sierra de Tejeda y de la provincia de Málaga.
Por la Hoya Alta encontramos este sofisticado vivac. Algunas de las piedras usadas deben pesar alrededor de cien kilos, estaba o estaban fuertes sus construcctores. WP VIVAC.
Hace rato que los árboles desaparecieron y el calor aprieta de lo lindo. Este camino de herriza nos llevará hasta la conocida como Fuente de la Rábita.
Y como una garita de vigilancia, encontramos otro mini refugio/vivac. WP VIVAC2.
El monte bajo está compuesto principalmente por jaras pringosas, romeros y espartos.
Tras una curiosa bajada por terreno relativamente inestable, llegamos de nuevo a la zona arbolada y allí esta la Fuente de la Rábita, aunque realmente son dos. WP FUENTE.
Y una puerta abierta sobre la que descansa un gran pino caído, que debemos pasar. WP PUERTA.
Y justo al lado, la segunda fuente. WP FUENTE2.
Algo más adelante y a nuestra derecha vemos una antigua calera. WP CALERA.
Y a unos escasos 15 metros, la Cueva de la Rábita. En el libro de Manuel Hurtado Soto "Canillas de Aceituno de un siglo para atrás", así como en el de Luis Mármol Carvajal "Rebelión y castigo de los moriscos", podemos encontrar algunas reseñas históricas de la zona dónde nos encontramos.
Manuel Hurtado Soto explica que aquí "todavía se observa una antigua mina que desde la ocupación áraba se llama La Rábita, de la que se dice los romanos profundizaron sus galerías". Dicha mina es esta cueva que vemos, la Cueva de la Rábita. Dice también que Rábita significa "ermita" y se sabe que allí existió una fortaleza o aposento religioso y que las últimas ruinas que históricamente nos hablan es referente al sepulcro de los cuatro moriscos o santones que allí reposaban y que tanto respeto merecieron durante la dominación árabe y también por los moriscos.
Sea como fuere, nosotros nos internamos en la cueva y es muy pequeña con unos escasos 15 metros de profundidad por lo que de ser una mina, allí excavaron poco. Tal vez sus galerías se encuentren selladas.
Dejamos la cuevaa y con ella el arbolado, estamos pasando calor de lo lindo. A nuestro frente lo que creemos es Sedella y Salares.
Vamos en claro descenso pero no vemos hacia donde.
Lejos queda ya el segundo vivac, aunque lentos, progresamos adecuadamente.
En la cumbre del Cerro de Juan Zamora, pasamos por unos farallones que dejamos a nuestra izquierda. Aún no lo sabemos, pero a partir de aquí se complica la bajada. WP
Desaparece la pequeña vereda que seguíamos, y lo peor de todo es que seguimos sin poder fijar el rumbo que debemos tomar. Afortunadamente con un track en el gps, esto no supone ningún problema.
Algún que otro claro nos hace pensar que la ruta mejora, pero nada más lejos de la realidad.
Al fin tenemos una primera visual de la Garganta del Almanchares, pero por contra todo pronóstico, debemos caminar paralelos a ella pero como si nos alejásemos de dónde pretendemos acabar.
Nuevamentre el arbolado nos impide fijar un destino, sabemos que debemos ir bajando pero la arena y piedras sueltas y lo abrupto del terreno, nos hacen ir dando contínuos cambios de rumbo para poder seguir avanzando. Este tramo es dificultoso.
Por fin vemos la Caseta de Tratamiento de Aguas, se acabó la peor parte. Segunda meta volante del día, conseguida. Desde los farallones hasta aquí y en línea recta son apenas 400 metros, pero hemos caminado 900 metros entre una vegetación muy cerrada y pinos, descendido 200 metros de altura, además del fuerte calor la falta de viento hacía que la sensación térmica fuese mayor y empleado casi una hora. Sin dudas, este pequeño tramo convierte una ruta de dificultad moderada en una de dificultad moderada alta.
Pero al fin hemos conectado con la ruta oficial de El Saltillo, sólo pensar en el baño que me voy a pegar hace que sienta impaciencia por llegar. Estoy más que recalentado.
Este tercer tramo es una auténtica delicia, cornisas, cornisas y más cornisas, y casi todas sin ningún tipo de protección, aunque el camino no es peligroso, tampoco podemos despistarnos.
La garganta formada por el Río Almanchares es realmente una pequeña pero profunda grieta en la montaña.
La guinda del pastel la ponen los voladizos. Este primero está en la zona conocida como la Colada Chica y como su nombre indica es la pasarela de menor longitud.
La pasarela de la Colada Grande, pues eso.
Y por fin llegamos a los saltillos, se trata de unas pequeñas cascadas cada una con su correspondiente poza. En el track marco seis de ellas.
Los visitantes suelen quedarse en la segunda poza pero merece la pena seguir subiendo por el cauce y disfrutar de todas ellas.
Pero antes hacemos una parada técnica para darnos el tan deseado baño, el agua está helada y nos cuesta trabajo entrar, pero tras diez minutos de baño, estamos como nuevos, es hora de comer.
Ya recuperados y comidos, aprovecho para subir algo más por el cauce y ver lo que se cuece por allí.
Sin dudas mereció la pena el esfuerzo.
El camino de regreso esta muy pisado y lo recorre una manguera por lo que no tiene pérdidas.
A partir de la caseta comienza los tres últimos kilómetros del sendero.
En principio basta con que sigamos la manguera.
Una vez finalizada la zona de cornisas, entramos en una zona baja y el calor y la falta de viento, vuelven a hacerse notar.
Pero falta poco, allí abajo vemos el Albercón y por encima, Canillas.
El Albercón como su nombre indica, es una alberca de gran tamaño y de forma irregular. WP ALBERCÓN.
A partir del Albercón comienza el tramo de la acequia, que ya no dejaremos hasta prácticamente finalizar el recorrido.
Por una pequeña veredita conectamos con la escalera por dónde comenzamos el sendero. Campana y se acabó. Hemos sudado un rato y estamos cansados, pero este sendero nos dejará un recuerdo imborrable.
Para terminar, un pequeño video de las pasarelas y cornisas de El Saltillo.
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen:
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde el humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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