En este sendero recorreremos dos enclaves tan fantásticos como desconocidos. En primer lugar veremos la Laguna de la Paja, un pequeño humedal estacional de unas 40 hectáreas y declarado Reserva Natural Concertada desde 1995 que se nutre casi exclusivamente del agua de lluvia, continuaremos el sendero dirigiéndonos al Pinar del Hierro, que estuvo a punto de desaparecer en las desaprensivas manos de los constructores de urbanizaciones, pero afortunadamente pudo reconducirse el tema aunque aún quedan trazas de lo que pudo haber sido uno de los mayores crímenes contra la naturaleza. Para evaluar la importancia de este pinar basta decir que en él podemos ver casi 400 especies vegetales, lo que representa un tercio del total de la provincia, de los que 23 son endemismos vegetales y 130 especies de invertebrados.
Distancia:6,53 kilómetros.
Tiempo: 2 horas 21 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º23.337'N - 6º08.134'W
El coche se queda en una explanada al lateral de la carretera de las Lagunas y de uno de los caminos al Pinar del Hierro.
Justo al otro lado de la carretera está el conocido como Callejón del Borreguito, el cual debemos coger.
Caminaremos por asfalto algo menos de 300 metros hasta llegar al Camino de los Montes Universales.
Alli comienza la sorpresa del día, en los márgenes el abundante Chrysanthemum coronarium o Glebionis coronarium.
Del centro de una flor nace una nueva corona de pétalos y de su centro, nace nuevamente otra flor completa.
Este fenómeno puede deberse a la "fasciación", también conocida como crestación o cristación. En esta siguiente anomalía parece como si dos flores se hubiesen unido entre ellas.
Esta anomalía puede ser provocada por una mutación en las células meristemáticas, por una infección bacteriana, ataques de insectos o parásitos o daño químico o mecánico. Algunas plantas pueden heredar esta condición, pero no representan un daño mortal para el ejemplar. En esta tercera flor afectada, la anomalía surge bajo la corona de pétalos, de la que salen otras dos flores y a su vez y desde una de ellas, vuelve a nacer otra flor con su tallo verde.
Seguimos el paseo dándole vueltas a las posibles causas de las aberraciones, pero esto no nos impide disfrutar de otras flores que encontramos por el camino, en este caso se trata de Hedysarum coronarium.
Y de Lotus creticus.
Nos acercamos a una casa abandonada tras un gran charco, sorprendemos en el mismo a un variado grupo de aves entre las que destacan un par de cigüeñuelas comunes (Himantopus himantopus), dos ánades reales (Anas platyrhynchos), un zampullín común (Tachybaptus ruficollis), y el más sorprendente, que salvo el posible error en la identificación ya que salieron por patas, mejor dicho por alas conforme nos acercamos, un ejemplar de Ibis Eremita. Pienso para mis adentros: Si todo esto vemos en un charco ¿qué nos deparará la laguna?
Seguimos viendo flores, en este caso el conocido como Pepinillo del Diablo (Ecballium elaterium).
Hace poco comenzamos a andar por un terreno baldío y vamos dejando una alambrada perimetral a nuestra derecha que poco más adelante se abre y nos permite el paso. Al frente ya vemos la zona dónde está la laguna.
La vista no para de irse de "flores" y no puedo evitar fotografiar a la popular Biznaga (Ammi visnaga).
Estamos en el perímetro exterior de la laguna. La Laguna de la Paja es un humedal cuya cubeta se ha formado por la erosión del viento en un área prácticamente llana. De poca profundidad, se colmata con aguas temporales de lluvia, alguna escorrentía y de un pequeño acuífero.
La parte central (verde oscuro) está ocupada por eneas (Typha domingensis) y bayuncos (Scirpus lacustris) y en las zonas no colonizadas por éstas, podemos encontrar la Filigrana Menor (Myriophyllum alterniflorun), una hierba acuática de la familia de las haloragáceas. Y algunas estrictamente acuáticas como los ranúnculus.
A pesar de las expectativas de poder observar algunas especies más de aves, no es posible, tal vez por la lejanía con la que pasamos o tal vez porque no las había en ese momento, sea como sea, lo único que conseguimos ver fue esta bandada que a pesar del zoom, no consigo identificar.
La laguna también se caracteriza por poseer algunos endemismos, tales como Armeria Gaditana, Eryngiun galioides o Frankenia boissieri.
Y más flores, un malvavisco rizado (Lavatera olbia).
Tolpis umbellata.
Escobilla morisca (Scabiosa artropurpurea).
Vamos caminando por una zona adaptada, dos hileras de troncos marcan el camino por el que debemos pisar, pasa que el abandono de la zona y lo poco visitada que está, pues hace que este camino pueda pasar desapercibido.
En el tramo final del camino de la ruta correspondiente a la laguna (estamos haciéndola al revés, caso de entrar por la entrada principal, esta zona sería el comienzo), encontramos varios tramos de pasarelas que nos permiten pasar sin mojarnos y de paso servir de protección a los anfibios que por allí habitan.
A la postre, este será la única zona húmeda que podremos ver, aparte de la superada por las pasarelas.
Con un poco de paciencia podremos ver alguno de los anfibios que por aquí viven, entre los que destacan: el Gallipato (Pleurodeles waltl), es el mayor anfibio urodelo de Europa, un tritón que puede llegar a alcanzar los 30 cm de longitud. El tritón pigmeo (Triturus pygmaeus). El Sapillo Pintojo (Discoglossus galganoi), un endemismo ibérico que sólo podemos encontrar en Porturgal y parte occidental de la España peninsular. Y el Sapo de Espuelas (Pelobates cultripes), habitual en charcas estacionales con fondos arenosos, se caracteriza por protegerse ante la falta de agua excavando un hoyo en la tierra y permaneciendo enterrado en él hasta que las condiciones climáticas cambian.
Una curiosa flor, parece la cara de un pirata con su sombrero característico. Se trata de Tetragonolobus purpureus. Fácil de encontrar en prados húmedos sobre suelos arcillosos del sur de Europa y norte de África.
Y como última flor de esta muestra de las que podemos encontrar en la laguna, os pongo al Rapónchigo o Ruiponce (Campanula rapunculus). Planta utilizada como cicatrizante de heridas y como astrigente. Su raíz es comestible y se emplea como aperitivo en la preparación de ensaladas.
Hemos salido del entorno de la laguna y ahora nos toca andar por un carril que discurre paralelo a la carretera N-340, en apenas un kilómetro llegaremos a los dominios del Pinar del Hierro.
Aunque este tramo está carente de interés, a mitad del mismo encontraremos un grupo de almeces (Celtis australis), árbol ornamental con unos frutos que encantan a los estorninos.
También tendremos una vista general del terreno ocupado por la laguna y zonas limítrofes.
Con mucho cuidado cruzaremos la carretera, esta vía tiene mucha circulación, en busca del camino de Juan Cebada.
En pocos metros, volvemos a pisar tierra, gracias a Dios. Un carril a la derecha nos introduce de lleno en el pinar.
El Pinar del Hierro-La Espartosa, tiene una superficie de unas 50 hectáreas y tiene una gran importancia desde el punto de vista botánico, baste señalar que aquí podemos encontrar casi un tercio de todas las especies en el conjunto de la provincia, algunas de ellas vulnerables incluso en peligro de extinción.
Para no aburrir, sólo pondré algunas de las especies que encontramos en nuestro camino.
Cistus lanadifer.
Cistus crispus.
Ranunculus repens.
Cistus ladanifer subsp. africanus.
El Pinar del Hierro se caracteriza por sus amplios y paralelos caminos que lo parcela longitudinalmente.
Centaurea aspera.
Aristolochia baetica.
Entramos por uno de los seis accesos oficiales que tiene el pinar.
Thapsia villosa.
Omphalodes linifolia.
Iberis pectinata.
Iris latifolia.
Llegamos a la zona de caleras. Los hornos de cal o caleras se utilizaban para obtener cal a partir de piedras, fundamentalmente calizas y calcoareniscas. Tenían unos cuatro metros de profundidad que se recubrían interiormente por un muro de piedra que se elevaba del suelo unos dos metros.
Las piedras que se querían transformar se disponían cubriendo interiormente la calera, colocando en la parte central el material combustible.
Una vez montada se recubrían de barro y se prendía por una puerta, manteniendose el fuego durante 48 horas.
Hemos tomado altura y esto nos permite convertir el pinar en un inmenso mar verde. A lo lejos izquierda podemos ver Medina Sidonia, al centro y en línea de horizonte la Sierra del Aljibe, pudiéndose distinguir sus tres principales alturas.
Llegamos al que llamo "Cerro de las aceiteras" , por algún motivo desconocido por mí, este desprotegido cerro tiene un alto poder atractivo para este insecto, conocido como Aceitera o Curita (Berberomeloe majalis). Se encuentran a decenas, mientras que en el resto del pinar, es muy extraño verlas y cuándo lo hacemos, son ejemplares solitarios o en pareja raramente.
De nuevo la inmensidad verde con esas cicatrices que son los caminos que la subdividen en parcelas.
Llegamos al Punto Mágico del Cerro de la Espartosa.
Desde el punto magico tendremos, probablemente, la mejor vista aérea de todo el lugar.
Sin esforzarnos muchos a lo lejos podemos distinguir: la Torre de Comunicaciones de Telefónica con sus 114 metros de altura, Cádiz y el Puente de la Constitución, la torre de alta tensión de Puntales, las grúas pórtico de Navantia Puerto Real, más cercano, Chiclana de la Frontera y su Ermita de Santa Ana.
Para volver al coche sólo nos queda bajar por este cortafuegos y pillar ese camino que vemos abajo hacia la izquierda.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No sabía que a la Laguna de la Paja se podía acceder por el camino de los montes universales. Hoy precisamente he ido al Pinar del Hierro por el callejón de Borreguitos y conocía ese camino de verlo en el letrero. El acceso es libre, no privado, no?
ResponderEliminarPablo - Cádiz.
El paso es libre, al menos lo era el día que yo lo hice, que estas cosas cambian de un día para otro, rápidamente te poner una alambrada y se acabó el paso.
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