La Colada de la Costa es un sendero que aprovecha una vía pecuaria costera y que atraviesa los acantilados frente al litoral de Tarifa a Algeciras y discurre por pastizales costeros y zonas de matorral bajo.
Esta ruta centra su interés en las impresionantes vistas del continente africano (si las nubes lo permiten, claro) y sobretodo de las plataformas de abrasión en las zonas intermareales, formaciones de origen sedimentario compuestas por la alternancia de capas duras de material (calizas, pizarras o areniscas), intercaladas con otras más blandas (margas y arcillas). Estas formaciones son conocidas como flysch, un término alemán que quiere decir algo así como "terreno que resbala" y son fenómenos característicos en pocos lugares del mundo, estos que veremos forman parte del conocido como Flysch del Campo de Gibraltar.
Y como suele ser habitual en todos los senderos costeros de la zona, también veremos búnkeres, antiguos cuarteles y otras construcciones de vigilancia, que nos hablarán de la importancia estratégica que durante todos los tiempos tuvo el Estrecho de Gibraltar y entre los que destaca la Torre de Guadalmesí.
Esta ruta conforma la etapa 33 del periplo "La Costa de Cádiz".
Distancia: 15,54 kilómetros. Track limpio.
Lo habitual de este sendero es dejar
el coche en los aparcamientos cercanos a Huerta Grande en el núcleo de
población de El Pelayo (Algeciras), justo en el lateral de la N-340 y hacer varios kilómetros por una
insulsa pista de arena, nosotros dejaremos el coche justo en la
bifurcación que nos llevaría a la Vereda de la Cuesta de Marchenilla con
el camino que nos lleva al Cerro del Tambor, es la zona de La Gabarra, nos resultará un sendero
totalmente circular y nos ahorraremos un par de kilómetros de pista.
Dificultad: Moderada baja.
Tiempo: 6 horas 42 minutos, incluyendo paradas y baño.
Dejamos el coche en: 36º04.624'N - 5º29.846'W.
En verde lugar por dónde llegaremos en coche, en negro el comienzo del camino, regresaremos por el camino marcado en rojo.
Este primer tramo coincide con el sendero "Cerro del Tambor", y tiene una longitud de unos 4,5 kilómetros por pista de zahorra y cruza un par de arroyos. Este primero que vemos (más bien imaginamos) es el Arroyo de la Ventilla, cauce totalmente cubierto de maleza. WP
En la entrada a los Cortijos de la Hoya, encontramos otro pequeño caudal que siempre tiene agua.
A nuestras espaldas queda la Sierra del Algarrobo, cuyo mayor altura El Algarrobo (674 mts.), (visitado en diciembre de 2017).
Hacia tierra tenemos un tiempo totalmente despejado, desgraciadamente hacia el Estrecho de Gibraltar y como suele ser costumbre si sopla el viento de levante pues, no vemos nada, nubes y nubes. WP VIST15.
Así que nos conformaremos con ir mirando nuestro entorno terrestre, a nuestra derecha se nos aparece la Sierra del Bujeo (visitada en marzo de 2014).
Después de unos 4,5 kilómetros llegamos al desvío que nos llevaría al Cerro del Tambor (visitado en diciembre de 2015). Nosotros pillamos una pista que se abre a la derecha. WP DESVIO TAMBOR.
Justo al girar a la derecha nos encontramos unos viejos carteles que dicen "Prohibido el Paso Zona Militar", son restos de cuánto en la Punta del Acebuche y dependiente del Regimiento de Artillería de Costa nº 5 se ubicaba la batería de costa D-15, desaparecida en 2006.
Tras unos metros cuesta abajo y a nuestra derecha, la Sierra del Cabrito y su hilada de aerogeneradores de primera generación.
Y al frente el Cerro de la Alquería, el Puerto del Charavascal y la Colada de la Alcaría (según Ráster) aunque parece lógico que llevase el mismo nombre que el cerro por dónde discurre.
Nos encontramos una nueva bifurcación, el camino de la izquierda nos llevaría al Molino de Camacho, nosotros pillamos el de la derecha. WP DCHA28.
Nos llama la atención una construcción que no sé que es. Tiene bastantes elementos encalados encima, el central parece un pozo y los laterales, respiraderos ¿un aljibe, tal vez? Ni idea, me quedo con la intriga.
Le pregunté a la vaca, pero no me contestó, lo mismo está mosqueada por estar en venta. La verdad es que terminar convertida en churrasco no debe agradar a nadie. 😀😄
Por encima de la estructura podemos mal ver, están entrando muchas nubes, la Sierra del Cabrito y a la derecha el Tajo de la Corza o de las Escobas en Sierra de Ojén (visitado en febrero de 2014).
Ya tenemos a la vista la Torre del Guadalmesí. Será allí dónde tomaremos la Colada de la Costa, un camino que aprovecha una vía pecuaria costera y que atraviesa los acantilados frente al litoral de Tarifa a Algeciras, camino que discurre por pastizales costeros y zonas de matorral bajo. WP VIST35.
Una nueva bifurcación, esta vez a la izquierda, nos llevará a las Casas de la Cañada de Guadalimar, en las inmediaciones de la torre. WP IZQD38.
Y como no puede ser de otra forma, la susurradora de gatos intentándolo con las vacas, tuvo un fracaso absoluto, pasaron de ella totalmente.
La Torre de Guadalmesí, también llamada de Guadalmedina, es una torre almenara situada en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, en el término municipal de Tarifa dentro del Parque Natural del Estrecho y está declarada Bien de Interés Cultural desde 1985.
Para llegar a ella necesitamos cruzar el río Guadalmesí (visitado por última vez en marzo de 2014), al que debe su nombre, este rio era de vital importancia en el abastecimiento de agua dulce de las numerosas embarcaciones que antaño cruzaban el Estrecho y fue el motivo por el que se construyó la torre, según consta en las crónicas: "En la boca del río Guadalmesí, a dónde suelen venir a tomar agua los enemigos, porque en el mes de agosto no hay otra por allí, con dos guardas y dos falconetes para estorbarles el hacer el aguada".
Como otras torres de la región fue mandada construir por Luis Bravo de Laguna, director de fortificaciones durante el mandato de Felipe II. Tras aprobarse su construcción en 1577 ésta comenzó en 1588, desconociéndose la fecha precisa en la que terminaron sus obras, aunque con toda probabilidad fue antes del cambio de siglo.
Su función principal, aparte de la vigilancia de tránsito por el Estrecho manteniendo contacto con la Torre de la Isla de las Palomas y la Torre del Fraile, fue la de evitar que buques enemigos hicieran acopio de agua en el cercano arroyo de Guadalmesí, único punto de todo el tramo de costa donde podía hacerse en verano.
Tiene planta redonda y forma cilíndrica alamborada con 12 metros de diámetro en la base y una altura total de 15 metros. El cuerpo de la torre es macizo en su tercio inferior estando el resto de la construcción ocupada por una estancia abovedada a la que se accedía mediante una puerta-ventana situada a 5.5 metros del suelo y orientada al norte.
Justo por encima de la puerta podemos ver lo que bien podría ser una barbacana o matacán, una obra que sobresaliendo de la estructura principal se situaba por encima de las puertas o accesos y que servían para defenderlos, solían disponer de una abertura en el suelo por dónde arrojaban flechas, piedras, etc... hacia quienes pretendiesen entrar.
En las inmediaciones existe un mirador con bancos y mesas dónde podremos descansar y disfrutar tranquilamente de las vistas, su uso original es la de servir de observatorio ornitológico. Hasta aquí han sido 8 kilómetros de aburrida pista, pero ahora empieza la bonito.
Desde allí podemos ver el tramo de la Colada de la Costa que une la torre con Tarifa y una porción del Faro de la Isla de las Palomas. Desgraciadamente, este tramo es frecuentado por excesivos coches.
Las nubes han subido un poco, aún así resulta imposible distinguir nada africano con detalle, salvo la plataforma.
Desde la misma base de la torre, empezamos a ver las formaciones rocosas conocidas como flysch.
Rocas compuestas de capas de materiales duros (calizas o areniscas) alternados con blandos (margas o arcillas) y que por acción de la erosión diferencial, terminan formando unas hiladas de piedras dónde el material más resistente, sufre menos de la acción erosiva y queda sobreexpuesto al más erosionado.
También podremos disfrutar de las vistas de la playa de La Espadilla y su punta. Por encima de ellas, vemos como discurre la senda que pronto pisaremos.
Un cartel informativo nos indica que transitamos por la Colada de la Costa y del Camino de Algeciras.
En este tramo también podremos ver numerosos búnkeres y cuarteles, perteneciente a diferentes épocas pero todos diseñados con el mismo fin: servir de primera línea defensiva ante accesos no deseados por mar.
La susurradora de gatos no tuvo éxito con las vacas, pero aquí está en su terreno, el gato se puso a hacer equilibrismos incluso a una sóla pata.
No podemos evitar dar una mirada atrás extasiados por tan bello lugar. La Punta del Guadalmesí se aleja lentamente.
La colada dispone de varios pasos y vallas, unos en mejor estado que otros. WP PASO72.
Un nuevo búnker semi escondido por la vegetación.
Allí enfrente nos imaginamos al Monte Musa.
Y por supuesto, la estrella geológica del sendero. El término "flysch" proviene del alemán y es relativamente antiguo, creado antes del estudio en detalle del fenómeno que describe. Quiere decir fluir, deslizarse o «terreno que resbala», así que probablemente derive de la palabra fließen que significa fluir, correr, manar o circular . Estos que vemos forman parte de la unidad conocida como Flysch del Campo de Gibraltar.
Este tipo de sedimentación alternante ha sido objeto de numerosas investigaciones que causaron bastante polémica. Ha habido dos hipótesis de trabajo sobre su formación: hasta los años 50 del siglo XX se defendía la hipótesis de las playas fósiles, pero después se impuso la hipótesis de las corrientes de turbidez en las zonas profundas del océano.
La hipótesis de las playas fósiles defiende que la formación de los flysch se ha realizado a partir de la sedimentación costera, en un fenómeno parecido a la formación de las playas. Se basaba en el aspecto de la superficie de las capas areniscas en las que aparecen rizaduras, señales que recuerdan a las figuras dejadas por el oleaje en las arenas de las playas. De esta observación se pasó a la conjetura de que debían de ser sedimentos playeros litificados.
La hipótesis más aceptada es la de la formación de sedimentos en la zonas profundas de los océanos. Estos sedimentos serían los procedentes de las corrientes oceánicas de gran turbidez que discurren por la pendiente del fondo dejando sedimentos llamados turbiditas. Las rizaduras observadas se interpretan ahora como de corriente, no de oleaje.
Atendiendo a la hipótesis de las turbiditas se puede estimar que el flysch se forma de la siguiente forma:
En nuestro camino llevaremos constantes altibajos, por momentos caminaremos por una cornisa elevada paralela a la costa y por momentos, bajaremos a pie de playa. Es en uno de esos pasos bajos dónde cruzaremos el lecho seco del Arroyo de las Estancias.
Estamos justamente en la conocida como Punta de la Parra, desde aquí podemos ver la Cala de las Arenillas, dónde tenemos previsto comer y chapuzón, un antiguo cuartel de la Guardia Civil, y más lejanos la Punta del Acebuche y la Torre del Fraile.
Pero de momento, seguimos ensimismados con las formaciones rocosas.
En España sólo podremos ver algo parecido en el norte peninsular, entre las localidades guipuzcoanas de Deva y Zumaia, allí se encuentra la llamada Ruta del Flysch, es uno de los flysch más relevantes y en que mejor se aprecia su estructura, con una excelente conservación del registro fósil.
Forma el que es conocido como Geoparque de la Costa Vasca, incluido en la red de geoparques mundiales de la UNESCO.
El terreno elevado por el que caminamos en estos momentos, nos permite disfrutar de una nueva cala rocosa en la que podemos ver otra construcción en ruinas. WP RUINAS3.
En algunos tramos la cornisa se vuelve más que interesante, aunque a mi compañera de caminos no le gusta demasiado y quiere esperar a que calme el viento para pasar ¡tierra trágame!.
Otra de las características geológicas de la zona son las formaciones conocidas como "taffonis" o "erosiones alveolares". Se producen cuándo el viento cargado de partículas que lleva en suspensión, impacta sobre las rocas y les produce un desgaste en forma de cavidades. Aunque en algunos casos también influyen las acumulaciones de sales. Sorprende ver (parte derecha) la perfecta alineación de los huecos.
Y otro búnker más. WP RUINAS98.
Nos acercamos al momento más esperado del día, un magnífico baño en las frías aguas del Estrecho a finales del mes de octubre ¿podremos? Cala de las Arenillas a un paso.
Con una rapidez pasmosa ya encuentra entretenimiento. Un columpio en una sabina antiquísima y en plena playa ¿se puede pedir más?
Y allí otra sabina, con una magnífica piedra a la sombra, ya lo tenemos todo.
Tanto la orilla como el fondo están llenos de un alga parduzca, se trata de Rugulopterix okamurae. Este es el nombre científico del alga que se ha convertido en la auténtica pesadilla del Estrecho de Gibraltar. De origen asiático, su rápida reproducción está escaldando nuestros bosques marinos y quitando el sueño a los pescadores y está colonizando ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, y desplazando a las especies autóctonas.
¡Carallo que fría está!
Una calita preciosa.
Y una preciosa en la calita.
Me da que esta porción de pared pronto será historia.
El camino continúa dejando el viejo cuartel a nuestra derecha.
Impresionante la vista, parece alguna isla del sudeste asiático.
Aunque no existe ningún peligro, en algunos tramos existe unos pasamanos. WP BARANDA.
Tras pasar una nueva cancela, volvemos a bajar a linea de playa y cruzamos el Arroyo Maraber. WP ARROYO MARABER.
Caminamos por la Vereda de la Cuesta de Marchenilla y en algunos tramos parece que el paso se cierra preocupantemente, pero es una falsa impresión, aunque tenemos que apartar algunas zarzas que parecen indicar que hace tiempo que por aquí no pasa nadie, son pocos metros.
Vamos en una empinada subida así que nada mejor que parar a ver las vistas y tomar aire. WP VIST149.
La misma vista anterior, pero desde más elevado y con un ángulo diferente. En la Punta del Acebuche y dependiente del Regimiento de Artillería de Costa nº 5 se ubicaba la batería de
costa D-15, con
acceso por la pista forestal desde la pedanía El Pelayo que hace poco hemos pasado. Se construyó
en 1941.
Uno de sus cañones, una torre doble Vickers 152, 4/50 mm. modelo V, montaje doble Mark I Elswick fue indultada de ser troceada para la chatarra y se mantiene como pieza histórica para su exposición en el Museo Naval de san Fernando.
En octubre de 2008 esta batería junto con la de Punta Camorro D8 fueron las últimas en realizar prácticas de tiro.
Un nuevo paso. WP PASO152.
Y otro más. WP PASO154. A partir de aquí tenemos un tramo bastante estrecho, el camino está muy bien marcado pero las zarzas y sobretodo aulagas, nos recuerdan que hicimos bien trayendo pantalones largos.
Nuevamente cruzamos el cauce seco del Arroyo del Culantillo.
El Cerro del Culantrillo, recién pasado, se puede ver claramente por dónde discurre el camino.
Hemos vuelvo a salir a campo abierto y en varias zonas encontramos unas especies de pasarelas de piedra, sin dudas en tiempo de lluvias esto debe ser un fangal. El incipiente arroyo del Culantrillo pasa por aquí. WP ABREVADERO3.
Otro paso de piedras para evitar los encharcamientos, estamos en la zona del Sardo. WP PASO PIEDRAS.
Finaliza la Vereda de la Cuesta de la Marchenilla, giramos a la izquierda y a menos de un kilómetro está el coche.
El sendero a vista de pájaro.
Este primer tramo coincide con el sendero "Cerro del Tambor", y tiene una longitud de unos 4,5 kilómetros por pista de zahorra y cruza un par de arroyos. Este primero que vemos (más bien imaginamos) es el Arroyo de la Ventilla, cauce totalmente cubierto de maleza. WP
En la entrada a los Cortijos de la Hoya, encontramos otro pequeño caudal que siempre tiene agua.
A nuestras espaldas queda la Sierra del Algarrobo, cuyo mayor altura El Algarrobo (674 mts.), (visitado en diciembre de 2017).
Hacia tierra tenemos un tiempo totalmente despejado, desgraciadamente hacia el Estrecho de Gibraltar y como suele ser costumbre si sopla el viento de levante pues, no vemos nada, nubes y nubes. WP VIST15.
Así que nos conformaremos con ir mirando nuestro entorno terrestre, a nuestra derecha se nos aparece la Sierra del Bujeo (visitada en marzo de 2014).
Después de unos 4,5 kilómetros llegamos al desvío que nos llevaría al Cerro del Tambor (visitado en diciembre de 2015). Nosotros pillamos una pista que se abre a la derecha. WP DESVIO TAMBOR.
Justo al girar a la derecha nos encontramos unos viejos carteles que dicen "Prohibido el Paso Zona Militar", son restos de cuánto en la Punta del Acebuche y dependiente del Regimiento de Artillería de Costa nº 5 se ubicaba la batería de costa D-15, desaparecida en 2006.
Tras unos metros cuesta abajo y a nuestra derecha, la Sierra del Cabrito y su hilada de aerogeneradores de primera generación.
Y al frente el Cerro de la Alquería, el Puerto del Charavascal y la Colada de la Alcaría (según Ráster) aunque parece lógico que llevase el mismo nombre que el cerro por dónde discurre.
Nos encontramos una nueva bifurcación, el camino de la izquierda nos llevaría al Molino de Camacho, nosotros pillamos el de la derecha. WP DCHA28.
Nos llama la atención una construcción que no sé que es. Tiene bastantes elementos encalados encima, el central parece un pozo y los laterales, respiraderos ¿un aljibe, tal vez? Ni idea, me quedo con la intriga.
Por encima de la estructura podemos mal ver, están entrando muchas nubes, la Sierra del Cabrito y a la derecha el Tajo de la Corza o de las Escobas en Sierra de Ojén (visitado en febrero de 2014).
Ya tenemos a la vista la Torre del Guadalmesí. Será allí dónde tomaremos la Colada de la Costa, un camino que aprovecha una vía pecuaria costera y que atraviesa los acantilados frente al litoral de Tarifa a Algeciras, camino que discurre por pastizales costeros y zonas de matorral bajo. WP VIST35.
Una nueva bifurcación, esta vez a la izquierda, nos llevará a las Casas de la Cañada de Guadalimar, en las inmediaciones de la torre. WP IZQD38.
Y como no puede ser de otra forma, la susurradora de gatos intentándolo con las vacas, tuvo un fracaso absoluto, pasaron de ella totalmente.
La Torre de Guadalmesí, también llamada de Guadalmedina, es una torre almenara situada en la orilla norte del Estrecho de Gibraltar, en el término municipal de Tarifa dentro del Parque Natural del Estrecho y está declarada Bien de Interés Cultural desde 1985.
Para llegar a ella necesitamos cruzar el río Guadalmesí (visitado por última vez en marzo de 2014), al que debe su nombre, este rio era de vital importancia en el abastecimiento de agua dulce de las numerosas embarcaciones que antaño cruzaban el Estrecho y fue el motivo por el que se construyó la torre, según consta en las crónicas: "En la boca del río Guadalmesí, a dónde suelen venir a tomar agua los enemigos, porque en el mes de agosto no hay otra por allí, con dos guardas y dos falconetes para estorbarles el hacer el aguada".
Como otras torres de la región fue mandada construir por Luis Bravo de Laguna, director de fortificaciones durante el mandato de Felipe II. Tras aprobarse su construcción en 1577 ésta comenzó en 1588, desconociéndose la fecha precisa en la que terminaron sus obras, aunque con toda probabilidad fue antes del cambio de siglo.
Su función principal, aparte de la vigilancia de tránsito por el Estrecho manteniendo contacto con la Torre de la Isla de las Palomas y la Torre del Fraile, fue la de evitar que buques enemigos hicieran acopio de agua en el cercano arroyo de Guadalmesí, único punto de todo el tramo de costa donde podía hacerse en verano.
Tiene planta redonda y forma cilíndrica alamborada con 12 metros de diámetro en la base y una altura total de 15 metros. El cuerpo de la torre es macizo en su tercio inferior estando el resto de la construcción ocupada por una estancia abovedada a la que se accedía mediante una puerta-ventana situada a 5.5 metros del suelo y orientada al norte.
Justo por encima de la puerta podemos ver lo que bien podría ser una barbacana o matacán, una obra que sobresaliendo de la estructura principal se situaba por encima de las puertas o accesos y que servían para defenderlos, solían disponer de una abertura en el suelo por dónde arrojaban flechas, piedras, etc... hacia quienes pretendiesen entrar.
En las inmediaciones existe un mirador con bancos y mesas dónde podremos descansar y disfrutar tranquilamente de las vistas, su uso original es la de servir de observatorio ornitológico. Hasta aquí han sido 8 kilómetros de aburrida pista, pero ahora empieza la bonito.
Desde allí podemos ver el tramo de la Colada de la Costa que une la torre con Tarifa y una porción del Faro de la Isla de las Palomas. Desgraciadamente, este tramo es frecuentado por excesivos coches.
Las nubes han subido un poco, aún así resulta imposible distinguir nada africano con detalle, salvo la plataforma.
Desde la misma base de la torre, empezamos a ver las formaciones rocosas conocidas como flysch.
Rocas compuestas de capas de materiales duros (calizas o areniscas) alternados con blandos (margas o arcillas) y que por acción de la erosión diferencial, terminan formando unas hiladas de piedras dónde el material más resistente, sufre menos de la acción erosiva y queda sobreexpuesto al más erosionado.
También podremos disfrutar de las vistas de la playa de La Espadilla y su punta. Por encima de ellas, vemos como discurre la senda que pronto pisaremos.
Un cartel informativo nos indica que transitamos por la Colada de la Costa y del Camino de Algeciras.
En este tramo también podremos ver numerosos búnkeres y cuarteles, perteneciente a diferentes épocas pero todos diseñados con el mismo fin: servir de primera línea defensiva ante accesos no deseados por mar.
La susurradora de gatos no tuvo éxito con las vacas, pero aquí está en su terreno, el gato se puso a hacer equilibrismos incluso a una sóla pata.
No podemos evitar dar una mirada atrás extasiados por tan bello lugar. La Punta del Guadalmesí se aleja lentamente.
La colada dispone de varios pasos y vallas, unos en mejor estado que otros. WP PASO72.
Un nuevo búnker semi escondido por la vegetación.
Allí enfrente nos imaginamos al Monte Musa.
Y por supuesto, la estrella geológica del sendero. El término "flysch" proviene del alemán y es relativamente antiguo, creado antes del estudio en detalle del fenómeno que describe. Quiere decir fluir, deslizarse o «terreno que resbala», así que probablemente derive de la palabra fließen que significa fluir, correr, manar o circular . Estos que vemos forman parte de la unidad conocida como Flysch del Campo de Gibraltar.
Este tipo de sedimentación alternante ha sido objeto de numerosas investigaciones que causaron bastante polémica. Ha habido dos hipótesis de trabajo sobre su formación: hasta los años 50 del siglo XX se defendía la hipótesis de las playas fósiles, pero después se impuso la hipótesis de las corrientes de turbidez en las zonas profundas del océano.
La hipótesis de las playas fósiles defiende que la formación de los flysch se ha realizado a partir de la sedimentación costera, en un fenómeno parecido a la formación de las playas. Se basaba en el aspecto de la superficie de las capas areniscas en las que aparecen rizaduras, señales que recuerdan a las figuras dejadas por el oleaje en las arenas de las playas. De esta observación se pasó a la conjetura de que debían de ser sedimentos playeros litificados.
La hipótesis más aceptada es la de la formación de sedimentos en la zonas profundas de los océanos. Estos sedimentos serían los procedentes de las corrientes oceánicas de gran turbidez que discurren por la pendiente del fondo dejando sedimentos llamados turbiditas. Las rizaduras observadas se interpretan ahora como de corriente, no de oleaje.
Atendiendo a la hipótesis de las turbiditas se puede estimar que el flysch se forma de la siguiente forma:
- una corriente con carga de sedimentos se desliza por un talud sobre el fondo abisal del océano excavando una estructura sobre la superficie original del océano o la que ha dejado un episodio anterior de este mismo tipo.
- al disminuir la velocidad comienza la sedimentación del material que arrastra la corriente en diferentes capas ordenadas por las densidades de los mismos. Estas sedimentaciones son de forma laminar.
- cuando la corriente se calma se sedimentan los materiales más ligeros dando forma a las partes arcillosas del conjunto.
- Al final estas capas se levantan y comienza una nueva erosión que las vuelve a separar.
En nuestro camino llevaremos constantes altibajos, por momentos caminaremos por una cornisa elevada paralela a la costa y por momentos, bajaremos a pie de playa. Es en uno de esos pasos bajos dónde cruzaremos el lecho seco del Arroyo de las Estancias.
Pero de momento, seguimos ensimismados con las formaciones rocosas.
En España sólo podremos ver algo parecido en el norte peninsular, entre las localidades guipuzcoanas de Deva y Zumaia, allí se encuentra la llamada Ruta del Flysch, es uno de los flysch más relevantes y en que mejor se aprecia su estructura, con una excelente conservación del registro fósil.
Forma el que es conocido como Geoparque de la Costa Vasca, incluido en la red de geoparques mundiales de la UNESCO.
El terreno elevado por el que caminamos en estos momentos, nos permite disfrutar de una nueva cala rocosa en la que podemos ver otra construcción en ruinas. WP RUINAS3.
En algunos tramos la cornisa se vuelve más que interesante, aunque a mi compañera de caminos no le gusta demasiado y quiere esperar a que calme el viento para pasar ¡tierra trágame!.
Otra de las características geológicas de la zona son las formaciones conocidas como "taffonis" o "erosiones alveolares". Se producen cuándo el viento cargado de partículas que lleva en suspensión, impacta sobre las rocas y les produce un desgaste en forma de cavidades. Aunque en algunos casos también influyen las acumulaciones de sales. Sorprende ver (parte derecha) la perfecta alineación de los huecos.
Con una rapidez pasmosa ya encuentra entretenimiento. Un columpio en una sabina antiquísima y en plena playa ¿se puede pedir más?
Y allí otra sabina, con una magnífica piedra a la sombra, ya lo tenemos todo.
Tanto la orilla como el fondo están llenos de un alga parduzca, se trata de Rugulopterix okamurae. Este es el nombre científico del alga que se ha convertido en la auténtica pesadilla del Estrecho de Gibraltar. De origen asiático, su rápida reproducción está escaldando nuestros bosques marinos y quitando el sueño a los pescadores y está colonizando ambas orillas del Estrecho de Gibraltar, y desplazando a las especies autóctonas.
¡Carallo que fría está!
Una calita preciosa.
Y una preciosa en la calita.
Me da que esta porción de pared pronto será historia.
El camino continúa dejando el viejo cuartel a nuestra derecha.
Impresionante la vista, parece alguna isla del sudeste asiático.
Algo parecido vi en el sur de Sumatra que tampoco está nada de mal.
Una vez pasada la Cala del Arenillas, empezaremos a subir por el monte que nos comunica con la Vereda de la Cuesta de la Marchenilla que sólo dejaremos para volver al punto de salida. Tras la segunda punta se encuentra la Ensenada del Tolmo y en línea de horizonte, la Punta del Acebuche. WP VIST140.
Una vez pasada la Cala del Arenillas, empezaremos a subir por el monte que nos comunica con la Vereda de la Cuesta de la Marchenilla que sólo dejaremos para volver al punto de salida. Tras la segunda punta se encuentra la Ensenada del Tolmo y en línea de horizonte, la Punta del Acebuche. WP VIST140.
Aunque no existe ningún peligro, en algunos tramos existe unos pasamanos. WP BARANDA.
Caminamos por la Vereda de la Cuesta de Marchenilla y en algunos tramos parece que el paso se cierra preocupantemente, pero es una falsa impresión, aunque tenemos que apartar algunas zarzas que parecen indicar que hace tiempo que por aquí no pasa nadie, son pocos metros.
Vamos en una empinada subida así que nada mejor que parar a ver las vistas y tomar aire. WP VIST149.
Uno de sus cañones, una torre doble Vickers 152, 4/50 mm. modelo V, montaje doble Mark I Elswick fue indultada de ser troceada para la chatarra y se mantiene como pieza histórica para su exposición en el Museo Naval de san Fernando.
En octubre de 2008 esta batería junto con la de Punta Camorro D8 fueron las últimas en realizar prácticas de tiro.
Un nuevo paso. WP PASO152.
Y otro más. WP PASO154. A partir de aquí tenemos un tramo bastante estrecho, el camino está muy bien marcado pero las zarzas y sobretodo aulagas, nos recuerdan que hicimos bien trayendo pantalones largos.
Nuevamente cruzamos el cauce seco del Arroyo del Culantillo.
El Cerro del Culantrillo, recién pasado, se puede ver claramente por dónde discurre el camino.
Otro paso de piedras para evitar los encharcamientos, estamos en la zona del Sardo. WP PASO PIEDRAS.
Finaliza la Vereda de la Cuesta de la Marchenilla, giramos a la izquierda y a menos de un kilómetro está el coche.
El sendero a vista de pájaro.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Otra ruta preciosa para repetir cuando podamos, gracias por compartirla. Saludos cordiales
ResponderEliminarPues sí, al final resultó bastante más divertida de lo que un principio imaginaba. Saludos.
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