El Parque
del Guadalete es un parque periurbano creado en 2003 en una antigua
escombrera ubicada entre el polígono industrial Las Salinas y el río
Guadalete y cada vez más abandonado. Recorriendo este sendero entramos
en contacto con el ecosistema más característico del parque natural
Bahía de Cádiz, las salinas, que constituyen un rico patrimonio cultural
y uno de los elementos definitorios del paisaje de este espacio
natural haciendo un pequeño desvío para visitar la Salina de San José, comprobando el abandono y deterioro que ha sufrido los vallados e infraestructura, que en poco más de año y medio (la visitamos en octubre de 2021) han sido vandalizados, destrozados y robadas las mallas metálicas. Este panorama desolador también lo veremos en el parque en el que incluso han llegado a quemar algunas de las mesas y bancos de madera del área recreativa. Sin dudas, vivimos en una provincia de canallas que no merecen ni el aire que respiran. En estas instalaciones se gastaron una millonada de fondos europeos y una vez fundido el dinero pues "si te vi, no me acuerdo", algo de lo que desgraciadamente tenemos un sinfín de ejemplos en Andalucía, lo que unido a los salvajes pues resulta en lo que resulta.
Este paseo está totalmente exento de sombras así que es mejor hacerlo en momentos en los que no haya calor.
Distancia: 7,79 kilómetros.
Tiempo: 1 hora 46 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°36.467' - 6°12.452'W
Tiempo: 1 hora 46 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°36.467' - 6°12.452'W
Tras salir de la salida cruzamos una maloliente
canalización de agua y entramos en el Parque del
Guadalete que se levanta entre el polígono industrial las
Salinas y el río Guadalete sobre una antigua escombrera regenerada por
la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.
Al pasar por la entrada podemos comprobar que es un secarral a pesar de disponer de riego por goteo en todo el lugar pero también está destrozado. Rápidamente salimos del parque temporalmente para caminar por la Salina de San José. Como es habitual la salina está abandonada y es difícil ver la red de
canales y depósitos elaborados para su mantenimiento y explotación. Esta
era una de las más de 140 salinas que, a principios del siglo pasado
ocupaban lo que es hoy el Parque Natural Bahía de Cádiz.
Tras su abandono, el lugar se convirtió en un vertedero, situación que
se ha reconducido en las últimas décadas habiéndose recuperado en parte y
convirtiéndose en un lugar de gran valor medioambiental, habiéndose
restaurado parte de su infraestructura, tales como cristalizadores,
calentadores, esteros, etc...
Junto al camino principal el agua de lluvia
es recogida por un rosario de lagunas temporales alrededor de las
cuales se mueven diferentes aves, anfibios y una variada vegetación que
sin ser habitual en las marismas pues encuentran un lugar ideal para
desarrollarse ante estas acumulaciones de agua dulce aunque en estas fechas y ante la alarmante falta de lluvia, aquello está totalmente reseco. La salina tiene
varias rutas posibles, nosotros haremos la que recorre todo el perímetro
de la misma.
Destaca un Molino de Mareas construido en 1819 sobre
el caño llamado "Madre Vieja del Guadalete" estuvo en funcionamiento
hasta mediados del siglo XX. Este molino conocido como "Molino del Caño"
es el único del Puerto Sta María y fue el de construcción más tardía y
en él se adoptó el sistema de rodete, más eficiente que el sistema de
los anteriores.
Una de las características del entorno salinero es la riqueza de sus
fangos, que favorece una fauna poco visible como puedan ser crustáceos,
mariscos y gusanos que son los protagonistas de una actividad ancestral y
muy arraigada a la bahía de Cádiz, el marisqueo, que tanta importancia
tiene en la gastronomía gaditana.
A
nuestra izquierda vemos el Guadalete en su lento discurrir hacia la
desembocadura, lentitud que propicia el asentamiento de
partículas que al cabo de millones de años propiciaron la aparición de
las marismas al existir un contacto directo del agua dulce con el agua
salada procedente del mar y que el reflujo mareal lleva hasta kilómetros
adentro, pero las marismas no son solo fango, agua, plantas y aves, es
una compleja red de relaciones y procesos que reportan numerosos para el
hombre, siendo uno de los ecosistemas más productivos que existen.
En el paso de una compuerta nos encontramos con el único paso
que nos pone una pequeña dificultad, por efecto de las corrientes, el
lateral de la compuerta se ha erosionado y el camino no tiene
continuación, lo solventamos fácilmente cruzando por las piedras y
utilizando el muro de contención de la compuerta y su forma escalonada
por pasar al otro lado. Este paso puede verse comprometido en momentos
de la pleamar. Foto cuasi cenital una vez superado el obstáculo.
Como último dato importante y de la importancia que tienen las marismas
está en que Cádiz se sitúa en una de las rutas migratorias de aves más
importantes de Europa que se desplazan hacia África en busca de mejores
temperaturas y posibilidades de alimento por lo que las enormes
extensiones de fango que quedan al descubierto con la marea baja se
convierten en un inmenso comedor de una gran cantidad de alimentos
proteínicos para las aves por lo que estos humedades, además de
servirles de zona de descanso las proveen del suficiente alimento que
les permitirá continuar con garantías su largo viaje. Se da la
circusntancia de que la Bahía de Cádiz y sus agradables temperaturas es
un lugar tan ideal para pasar el invierno que muchas especies han
renunciado a la larga migración y han formado grandes colonias que
habitan el entorno durante todo el año. Zarapitos, alcaravanes,
espátulas y ánades son especies que podemos ver frecuentemente, lo que a
su vez ha atraído a otras aves predadoras como pueden ser el águila
pescadora, el aguilucho lagunero o los cernícalos.
Retornados al parque procedemos a un recorrido casi perimetral que nos llevará como único punto intentesante a un mirador desde el que podremos contemplar todo el entorno.
Desde allí podremos tener buenas vistas de los alrededores, entre los que destaca además del Guadalete, el Puerto de Santa María, las salinas de la Tapa y San José o el propio parque.
También encontramos una pequeña área recreativa, también vandalizada.
La incidencia del día vino de la mano de un coche tirado por cuatro caballos que casi me aborda por la espalda sin que su conductor hiciera ningún tipo de aviso ni advertencia de que venía a todo trapo, a pesar de circular de forma indebida POR UN LUGAR EXCLUSIVO PARA PEATONES. Tras mi mirada de reproche no fueron capaces ni de dar los buenos días.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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