lunes, 25 de octubre de 2021

SALINAS LA TAPA, SAN JOSÉ Y MIRADOR PARQUE DEL GUADALETE (23 OCT 2021)

Volvemos a caminar por un entorno marismeño, en esta ocasión vamos a visitar la salina de San José, pasando previamente por la salina de La Tapa, y daremos la vuelta una vez lleguemos al mirador del Parque del Guadalete, un parque periurbano creado en 2003 en una antigua escombrera ubicada entre el polígono industrial Las Salinas y el río Guadalete y que no termina de cuajar. Recorriendo este sendero entramos en contacto con el ecosistema más característico del parque natural Bahía de Cádiz, las salinas, que constituyen un rico patrimonio cultural y uno de los elementos definitorios del paisaje de este espacio natural.
 
Distancia: 8,13 kilómetros.
Tiempo:2 horas 53 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º35.472'N - 6º12.934'W
 
El coche se queda en uno de los aparcamientos del Pinar de la Isleta, también conocido como el "Tiro Pichón", en el Puerto de Santa María.
 
Pronto llegamos a la entrada principal de la salina de La Tapa, que dejaremos a nuestra derecha para tomar una vereda que se acerca a la autovía. A lo lejos, montañas blancas de sal rompen la monotonía del llano paisaje.
 
Por el camino encontraremos un par de pasarelas que nos permitirán cruzar el caño que rodea a la salina. La salina de La Tapa es una de las pocas salinas industriales que permanecen en la Bahía de Cádiz, sus grandes cristalizadores y muros son uno de los mejores lugares para la observación de avocetas, chorlitejos o charranes.
 
Una vista aérea nos permitiría comprender fácilmente este caño, se trata del conocido como Caño Bajero, es una canalización de agua que permitía la evacuación del "agua vieja", esa agua con pocos nutrientes y oxígeno que permanecía en los esteros y que de forma periódica necesitaba ser renovada.
 
 Cruzanos una nueva pasarela.
 
 
Continuamos hacia el sur y atravesamos un puente sobre el rio Guadalete, siendo un lugar perfecto para disfrutar de excelentes vistas panorámicas del curso del río, las salinas y uno de los ecosistemas más característicos del parque natural, las marismas. Así como el último tramo natural del río Guadalete que después de 169 kilómetros de recorrido desemboca en la bahía tras su paso por el Puerto de Santa María.
 
En lo que dicen fue un antiguo matadero construido en el siglo XVIII llega la primera sorpresa del día, allí coincidimos en la puerta con uno de los miembros de la Asociación Belenista del Puerto de Santa María, que muy amablemente nos invita a pasar y nos explica algo de los usos actuales que se les están dando a estas instalaciones.
 
Lo primero que me llama la atención es una placa de mármol grabada y que no se corresponde con la información que he encontrado por la red, esa información nos remite siempre al antiguo matadero del siglo XVIII pero fijándonos en la placa, vemos que aparece una fecha, la misma está tallada en 1697, o sea, siglo XVII.
 
 Tras un rato intentando descifrarla, aunque me faltan algunos grupos de letras, esto es lo que creo dice:
 
 El interior está muy bien cuidado y allí se ubican una peña flamenca, una academia de baile y la Asociación de Belenistas Portuenses.
 
 
 
 
Esta asociación belenista tiene unos talleres donde diversos artesanos y aficionados realizan sus actividades así como una muestra visitable de dioramas con belenes a pequeña escala que son una pasada, también es visitable el Belén que montan anualmente y que permanece en exposición todo el año.
 
Este es el Belén de este año pasado, una auténtica obra arte con relaciones perfectas de proporciones, escalas, buen gusto y sobriedad. Realmente magnífico.
 
Tras salir de la instalación continuamos por una triste y sucia carretera asfaltada y a nuestra derecha encontramos un local que rompe lo vetusto del lugar, se trata del restaurante Aponiente local regentado por el prestigioso chef Angel León.
 
 
Tras desviarnos a la derecha hacia el polígono industrial San José, llegamos a la salina de igual nombre.

Como es habitual la salina está abandonada y es difícil ver la red de canales y depósitos elaborados para su mantenimiento y explotación. Esta era una de las más de 140 salinas que, a principios del siglo pasado ocupaban lo que es hoy el Parque Natural Bahía de Cádiz.
 
Tras su abandono, el lugar se convirtió en un vertedero, situación que se ha reconducido en las últimas décadas habiéndose recuperado en parte y convirtiéndose en un lugar de gran valor medioambiental, habiéndose restaurado parte de su infraestructura, tales como cristalizadores, calentadores, esteros, etc...
 
Junto al camino principal el agua de lluvia es recogida por un rosario de lagunas temporales alrededor de las cuales se mueven diferentes aves, anfibios y una variada vegetación que sin ser habitual en las marismas pues encuentran un lugar ideal para desarrollarse ante estas acumulaciones de agua dulce. La salina tiene varias rutas posibles, nosotros haremos la que recorre todo el perímetro de la misma.
 
 
En el primer tramo destaca un Molino de Mareas construido en 1819 sobre el caño llamado "Madre Vieja del Guadalete" estuvo en funcionamiento hasta mediados del siglo XX. Este molino conocido como "Molino del Caño" es el único del Puerto Sta María y fue el de construcción más tardía y en él se adoptó el sistema de rodete, más eficiente que el sistema de los anteriores.
 

Nos sorprende el buen estado de conservación y es cuando nos percatamos de que se trata del restaurante Aponiente, dicho local está instalado en el molino y de ahí su perfecta presentación.

Una de las características del entorno salinero es la riqueza de sus fangos, que favorece una fauna poco visible como puedan ser crustáceos, mariscos y gusanos que son los protagonistas de una actividad ancestral y muy arraigada a la bahía de Cádiz, el marisqueo, que tanta importancia tiene en la gastronomía gaditana.

A nuestra derecha vemos el Guadalete en su lento discurrir hacia la desembocadura, este lento discurrir propicia el asentamiento de partículas que al cabo de millones de años propiciaron la aparición de las marismas al existir un contacto directo del agua dulce con el agua salada procedente del mar y que el reflujo mareal lleva hasta kilómetros adentro, pero las marismas no son solo fango, agua, plantas y aves, es una compleja red de relaciones y procesos que reportan numerosos para el hombre, siendo uno de los ecosistemas más productivos que existen.

A punto de cerrar el circular salinero nos encontramos con el único paso que nos pone una pequeña dificultad, por efecto de las corrientes el lateral de la última compuerta se ha erosionado y el camino no tiene continuación, lo solventamos fácilmente cruzando por las piedras y utilizando el muro de contención de la compuerta y su forma escalonada por pasar al otro lado. Este paso puede verse comprometido en momentos de la pleamar. Foto cuasi cenital una vez superado el obstáculo.

Como último dato importante y de la importancia que tienen las marismas está en que Cádiz se sitúa en una de las rutas migratorias de aves más importantes de Europa que se desplazan hacia África en busca de mejores temperaturas y posibilidades de alimento  por lo que las enormes extensiones de fango que quedan al descubierto con la marea baja se convierten en un inmenso comedor de una gran cantidad de alimentos proteínicos para las aves por lo que estos humedades, además de servirles de zona de descanso las proveen del suficiente alimento que les permitirá continuar con garantías su largo viaje. Se da la circusntancia de que la Bahía de Cádiz y sus agradables temperaturas es un lugar tan ideal para pasar el invierno que muchas especies han renunciado a la larga migración y han formado grandes colonias que habitan el entorno durante todo el año. Zarapitos, alcaravanes, espátulas y ánades son especies que podemos ver frecuentemente, lo que a su vez ha atraído a otras aves predadoras como pueden ser el águila pescadora, el aguilucho lagunero o los cernícalos.

Tras salir de la salida y retomar el camino cruzamos una maloliente canalización de agua llegamos a las proximidades del Parque del Guadalete que se levanta entre el polígono industrial las Salinas y el río Guadalete sobre una antigua escombrera regenerada por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Al pasar por una de las entradas podemos comprobar que es un secarral y que si queremos que se convierta en un lugar agradable necesitará de nuevas actuaciones de limpieza y plantado de árboles. Podríamos entrar por aquí y llegaríamos directamente al mirador, nosotros continuamos por el camino que discurre paralelo ¿por qué? pues por nada especial, son igual de feos ambos.
 

Y allí tenemos el mirador, una vez lo visitemos regresaremos al punto de salida por el mismo camino por el que llegamos.
 

Esta zona alta central tiene diferentes tipos de árboles jóvenes y dispone de zona de descanso y bancos con mesas para comer.
 
 
Desde el mirador tendremos unas vistas privilegiadas del río Guadalete, el entorno marismal y el Puerto de Santa María.

 Mini video con las vistas desde el mirador:
 
Podéis descargaros el track clicando en la siguiente imagen.

Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una montaña, un árbol, donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el buitre leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.

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