Agradable paseo por el casco histórico de Calatayud. Perderse por sus estrechas y solitarias calles nos transportarán al siglo pasado.
Su origen data de 1131, cuando el rey Alfonso I, una vez otorgado el fuero que le pidieron los pobladores, puso bajo su jurisdicción un amplio territorio como era costumbre, entonces, en el caso de las villas foralengas. El núcleo urbano y las aldeas de su jurisdicción formaron una comunidad como las de Daroca, Teruel y Albarracín. La Comunidad se inscribía en la cuenca del Jalón.
En primer lugar recorreremos parte de la ribera del río Jalón, uno de los principales afluentes del Ebro, para posteriormente introducirnos a través de la Puerta de Zaragoza en la parte antigua, bueno antigua y vieja, sorprende ver como en plena plaza de España, las casas están apoyadas unas en otras en espera de un desenlace triste y previsible. Las corrientes subterráneas y los terrenos de yesos y calizas muy permeables y en constante fluctuación han provocado el movimiento de los cimientos y con ellos, del resto de la estructura. Estas casas solariegas de estilo aragonés que rodean la plaza de España de Catalayud son un símbolo arquitectónico de la ciudad y si nadie lo remedia, más pronto que tarde sólo pervivirán en nuestra memoria.
Calle a calle iremos llegando a la Colegiata del Santo Sepulcro, Santa Maria la Mayor, Puerta de Terrer y su fuente de 8 caños y como no, al nombrado Mesón de la Dolores, hoy convertido en una mezcla de taberna, museo y hospedería, pero que sin dudas, conservan ese espíritu de la antigua posada.
Probablemente la guinda de la visita la pondrá la visita al Santuario de la Virgen de la Peña, abre sólamente un mes al año (mayo) y por mor del destino, nosotros estábamos allí el último día de mayo y no podíamos desaprovechar esa oportunidad, impresiona su gran estado de conservación, bien cuidado (se nota el cariño puesto por la mano que lo cuida) y sus hermosas pinturas y capillas.
Dejamos el coche en las inmediaciones de la plaza de toros: 41º21.278'N - 1º38.222'W
Su origen data de 1131, cuando el rey Alfonso I, una vez otorgado el fuero que le pidieron los pobladores, puso bajo su jurisdicción un amplio territorio como era costumbre, entonces, en el caso de las villas foralengas. El núcleo urbano y las aldeas de su jurisdicción formaron una comunidad como las de Daroca, Teruel y Albarracín. La Comunidad se inscribía en la cuenca del Jalón.
En primer lugar recorreremos parte de la ribera del río Jalón, uno de los principales afluentes del Ebro, para posteriormente introducirnos a través de la Puerta de Zaragoza en la parte antigua, bueno antigua y vieja, sorprende ver como en plena plaza de España, las casas están apoyadas unas en otras en espera de un desenlace triste y previsible. Las corrientes subterráneas y los terrenos de yesos y calizas muy permeables y en constante fluctuación han provocado el movimiento de los cimientos y con ellos, del resto de la estructura. Estas casas solariegas de estilo aragonés que rodean la plaza de España de Catalayud son un símbolo arquitectónico de la ciudad y si nadie lo remedia, más pronto que tarde sólo pervivirán en nuestra memoria.
Calle a calle iremos llegando a la Colegiata del Santo Sepulcro, Santa Maria la Mayor, Puerta de Terrer y su fuente de 8 caños y como no, al nombrado Mesón de la Dolores, hoy convertido en una mezcla de taberna, museo y hospedería, pero que sin dudas, conservan ese espíritu de la antigua posada.
Probablemente la guinda de la visita la pondrá la visita al Santuario de la Virgen de la Peña, abre sólamente un mes al año (mayo) y por mor del destino, nosotros estábamos allí el último día de mayo y no podíamos desaprovechar esa oportunidad, impresiona su gran estado de conservación, bien cuidado (se nota el cariño puesto por la mano que lo cuida) y sus hermosas pinturas y capillas.
Dejamos el coche en las inmediaciones de la plaza de toros: 41º21.278'N - 1º38.222'W
Distancia: 4,47 kilómetros.
Dificultad: Fácil.
Tiempo: 3 horas 30 minutos.
La plaza de toros conocida como el Coso de Margarita construida en el año 1877 es nuestro punto de partida. Ha sufrido numerosas reformas con el paso del tiempo pero conservando su aspecto original.
En primer lugar tomamos la avenida Barón de Warsage y nos dirigimos en busca del río Jalón, uno de los principales afluentes del Ebro y con merecida fama de truchero.
Un parque nos abre paso al río.
Nos sorprende la oscuridad de sus aguas, probablemente debido a las recientes lluvias.
El Jalón tiene una longitud de 224 kilómetros, nace en el manantial Fuente Vieja, situado a las faldas del cerro Monteagudillo (Sierra Ministra) en el término de Benamira (Soria).
Una vez que el Jalón ha atravesado Calatayud, en
el punto en que el río Ribota desemboca en él, en Villalbilla,
próximo a Huérmeda y según nos adentramos en el puerto de Campiel, la
vega del río se encajona más y más hasta crear las Hoces del Jalón. Los
escarpados y elevados barrancos y cortados impresionan a todos los
visitantes. Dicha visita queda apuntada en nuestra agenda intemporal en espera de cuadrarlas en una futura escapada.
A nuestra izquierda iremos dejando el cerro de Ayyub dónde su ubica el castillo, que también pretendemos visitar por la tarde.
Un poco de zoom nos permite ver en la pared rocosa numerosas cuevas tapiadas y dotadas de puertas, con síntomas de seguir siendo usadas.
Vamos camino de la conocida como Puerta de Zaragoza que nos abrirá paso al casco histórico y nos sorprende la Iglesia Ortodoxa Rumana, financiada con el presupuesto del ayuntamiento socialista, sorprende ver como este partido tan crítico con los católicos y sus iglesias y tan proclamadores de su agnosticismo, pierde el culo cuándo se trata de apoyar y financiar otras religiones.
Rápidamente llegamos a la Puerta de Zaragoza, anteriormente llamada Puerta de Somajas o Somalíes, fue construida en
el año 1818 por orden de Luis Carpintero. Junto a la de Terrer, es una
de las puertas que conserva la ciudad.
Esta puerta está flanqueada por dos torreones de planta
cuadrada. Su emplazamiento está próximo a la colegiata del Santo
Sepulcro, ofreciendo el conjunto un aspecto pintoresco.
La Colegiata del Santo Sepulcro es un edificio protogótico que sustituyó al original de estilo mudéjar del que sólo se conserva el claustro, esta iglesia con una interesante historia. Llamada así por haber pertenecido a la Orden del Santo Sepulcro. Dicha Orden fue creada en 1098 por Godofredo de Bouillón, duque de la Baja Lorena y Protector del Santo Sepulcro, tras la victoriosa primera cruzada, es reconocida como la Orden más antigua del mundo.
Su objetivo primordial fue proteger el Santo Sepulcro de los infieles con la ayuda de 50 caballeros, tras la toma en 1187 de la ciudad santa de Jerusalen por los musulmanes de Saladino, la Orden se trasladó a Europa y se
extendió por países como Polonia, Francia, Alemania, Flandes y España dónde comienza su relación con Calatayud.
La iglesia está construida casi totalmente en ladrillo, excepto el basamento y las portadas de sillería, en la fachada se
abren tres puertas que dan acceso a cada una de las naves. La central
más alta, tiene en el tímpano un relieve en piedra caliza que representa
el Entierro de Cristo. Las laterales se rematan por la cruz patriarcal.
El segundo cuerpo es rectangular, con un gran óculo central y rematado
por un frontón triangular coronado por tres pináculos.Dos
torres flanquean ésta fachada, constan de tres cuerpos de planta
cuadrada y un remate octogonal con chapitel cónico de pizarra.
Palacio de los Villa Antonia. Una auténtica maravilla sus policromías y labrados en madera de la techumbre, desgraciadamente le queda poco de vida, el abandono en que está sumido se cobrará su canon.
A través de la calle Sancho y Gil llegamos al famoso Mesón de la Dolores. Aunque viendo la fachada no lo parece, en su interior se ha respetado la distribución clásica de las antiguas posadas por lo que representa un claro ejemplo para conocer algo tan emblemático en España como sus antiguas hospederías.
La antigüedad de éste edificio data del siglo XV. Se encuentra en la antigua Plaza Mesones y fue usado hasta el siglo XIX como posada y posteriormente se deterioró hasta que en 1993 el Ayuntamiento de Calatayud y el Gobierno de Aragón decidieron darle el uso actual (restaurante, hospedería y también museo). Se trata de una casa con portalón adintelado con vigas de madera y dos balcones en la primera planta y una segunda con balcón corrido.
La leyenda de la Dolores dice que tras arruinarse, ella se tuvo que poner a servir en una posada, y como era una chica de gran belleza, algún hombre se encaprichó con ella, pero le negó abrazos y roces íntimos, y el pretendiente, que debía tener facilidad para componer coplillas, le hizo una que deshizo la honradez de nuestra Dolores. Dolores fue un personaje real, falleció el 12 de agosto de 1894 en el Palacio de los Marqueses de Altamira, situado en la calle Flor Alta, 8, bajo (Madrid) y fue enterrada en el cementerio de La Almudena.
La figura legendaria de La Dolores, asociada con Calatayud, se conoce en el mundo entero.
El Museo de la Dolores se ubica en las caballerizas y bodega del mesón que lleva su nombre. En él se revive la historia de este personaje, de la cual hay muchas versiones.
Llegamos a la plaza de España también conocida como plaza del Mercado. Esta plaza es de origen medieval aunque las casas actuales con sus soportales de columnas, datan del siglo XVI. Las columnas fueron traídas de las ruinas de Bílbilis. Además del mercado diario, antiguamente zoco árabe, también se celebraban todo tipo de actos sociales y acontecimientos.
A los edificios que rodean la plaza se les llama “casas de balcón corrido” porque parece que fuera un único balcón que da la vuelta a la plaza.
Otra peculiaridad de las casas de la plaza es que se podían vender con “derecho de servidumbre de paso” o no. Esto era que aunque se vendiera la casa, las familias mantenían un derecho a seguir utilizando la balconada para ver los acontecimientos desde ella. Por ello, los nuevos habitantes de las casas hacían unos ventanucos en el mismo balcón para poder ver ellos.
En una de sus esquinas está la Casa Consistorial y la Oficina de Turismo, se trata de la antigua Lonja, es un edificio renacentista, del siglo XVI la parte baja y del siglo XVIII la segunda planta, muy modificado todo el conjunto en el siglo XIX. La obra de sillería no se limita al zócalo, como es normal en Calatayud, sino que constituye toda la fachada de la primera planta, con tres arcos de medio punto, si bien los laterales fueron desfigurados.
El suelo de Calatayud, está compuesto principalmente por yesos y calizas, materiales muy permeables, que facilitan que se realicen en él con frecuencia simas, lo que no le permite tener consistencia. Esto repercute directamente en las edificaciones. Favorecido además por la proximidad al río Jalón, que va penetrando por permeabilidad en el yeso hacia el interior, socavando el subsuelo. Como el suelo va cediendo por lo que hemos explicado anteriormente, hay zonas de Calatayud, como la Plaza de España, donde podemos ver que las casas han cedido y están todas inclinadas, sujetándose unas con otras, por eso la imagen de los balcones inclinados que da la sensación de que se van a caer las casas. Cosas que sin dudas ocurrirá más pronto que tarde.
En la plaza de Santa María encontramos la Colegiata de igual nombre. Construida por Alfonso I sobre una antigua mezquita. Del templo original mudéjar de los siglos XIV-XV solo se conserva el claustro, la torre octogonal y el ábside. La torre con sus 68 metros de altura es la más alta de Aragón.
La colegiata fue escenario de las primeras Cortes de Calatayud en tiempos del rey Pedro IV, jurando en ella los fueros de la ciudad el emperador Carlos y el rey Felipe III.
Especial mención hacemos a su magnífica portada del siglo XVI realizada en alabastro del vecino Fuentes de Jiloca y tallada por la maestros Juan de Talavera y Esteban de Obray. Entre los S.XVII y S.XVIII se realizan otras obras, posiblemente relacionadas con la idea de conseguir que fuese elevado a la dignidad catedralicia, que le dan la fisonomía actual. Por Real Orden de 1884 fue declarada Monumento Nacional, ordenandose la restauración de la portada, que se cerró con una verja.
Acabamos de sobrepasar la Puerta de Terrer. Construcción renacentista posterior a 1580. Consta de dos torreones semicilíndricos construidos en ladrillo y rematados en tejadillos cónicos. Están unidos por un arco sobre el que descansaba el "Ángel de la Ciudad", desaparecido en la segunda mitad del siglo pasado, hoy día hay un balcón y una representación del ángel sobre cristal.
A ambos lados del ángel existen dos escudos de armas, uno de la ciudad de Calatayud y el otro de la Casa de los Austria.
Justo al lado, está la Fuente de los 8 Caños, datada en 1598 es de estilo manierista. Se articula en dos cuerpos con un entablamiento en cuyo friso reza una inscripción que parece ser una variante de un versículo de Isaías. En la parte alta hay un escudo en alabastro. Inicialmente era de forma acodada, dejando los dos caños laterales, reservados para el verdugo de la ciudad y personas infames.
Detalle de uno de los caños.
Continuamos nuestro paseo y al final de esta calle vemos la estatua del Sagrado Corazón, a su lado se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Peña.
Al que accederemos a través de la conocida Cuesta de la Peña.
A media cuesta nos encontramos un mirador desde el que empezaremos a tener buenas panorámicas de la ciudad.
El Santuario de Nuestra Señora de la Peña se levanta en un promontorio donde se asentaba uno de los cinco castillos del recinto fortificado islámico de Calatayud. Es precisamente esta estratégica situación el motivo de su azarosa historia arquitectónica. Según la tradición, tras la conquista de la ciudad por el rey Batallador una estrella brilló sobre el castillo musulmán que aquí se emplazaba y allí se encontró debajo de una campana una imagen de la Virgen que se llamó de “La Peña”, tal vez por conocerse entonces con esta denominación esta fortificación islámica. De la pronta instauración del culto nos da fe el hecho de que hacia 1180 la parroquia fue elevada al rango de colegiata con prior y doce frailes de la regla de San Agustín. En 1187 Alfonso II el Casto les ratifica sus propiedades y les nombra al mismo tiempo capellanes reales. De este primitivo templo nada se sabe, es posible que se habilitasen algunas estancias del castillo o que se levantase una iglesia románica.
En su entrada existe un amplio mirador desde dónde tendremos magníficas vistas del entorno.
En lo alto del cerro de la derecha podemos ver la Ermita de San Roque.
Y por supuesto la ciudad, destacan las torres de las Basílicas del Santo Sepulcro y Santa María y la Iglesia de San Juan.
Este Santuario sólo abre al público durante sólo un mes del año (mayo),
por lo que será durante dicho mes cuándo tengamos la oportunidad de
verlo por dentro. La suerte hace que hoy sea 31 de mayo así que para
adentro.
Resultó una gran sorpresa el encontrarnos una Iglesia tan bonita y bien cuidada.
Resultó una gran sorpresa el encontrarnos una Iglesia tan bonita y bien cuidada.
Se tratase de uno u otro, en 1343 se inician las obras de un nuevo templo en estilo mudéjar. Para acelerar su construcción el obispo de Tarazona concede en 1347 indulgencias a quienes den limosnas o hagan prestaciones personales en las obras que se terminarían hacia 1350. Pocos años después, en 1362, durante la guerra de los dos Pedros, las bóvedas quedaron arruinadas por la artillería del rey castellano, rehaciéndose en el reinado de Martín I.
En 1629, por bula del Papa Urbano VIII, el cabildo de la colegiata de la Virgen de la Peña queda unido al de Santa María. El prior Juan Bitrián Pujadas intentó por todos los medios impedir dicha unión sin conseguirlo, llevándose a cabo la misma en 1632.
Al quedar el templo sin culto, el Ayuntamiento bilbilitano, de acuerdo con las autoridades eclesiásticas, lo entrega a los Clérigos de San Francisco Caraciolo que se hacen cargo del mismo hasta 1835.
Del edificio mudéjar se conservan la cabecera, las capillas laterales y la tribuna. Dentro de este espacio la decoración de la capilla lateral izquierda del ábside es a base de celosías, y muy similar a las existentes en el convento de San Benito. La capilla lateral dedicada a San Francisco Caraciolo posee bóveda de crucería cuyas plementerías se hallan por completo cubiertas por yeserías talladas con motivos decorativos propios del lenguaje gótico pero articulados al modo hispanomusulmán de ritmo repetitivo; así, aparece en cada plemento un motivo diferente, y entre las cardinas del friso de separación entre el muro y la bóveda aparecen leones muy expresivos.
La bajada la realizamos por la llamada Escalera de la Peña desde dónde tendremos privilegiadas vistas del Sagrado Corazón, desgraciadamente será imposible acercarse más, el monte ha sido asaltado por numerosas antenas de telefonía habiéndose cerrado el lugar para protegerlas, algo nunca visto por mí en ningún lugar del mundo que un bien público tenga uso privativo sin ningún tipo de alternativa.
Vamos ya de regreso cuándo nos sorprende esta portada que nos obliga a tirar una última foto, un azulejo reza "Iglesia de Dominicas". Sin dudas es un fragmento de un antiguo convento desgraciadamente ya desaparecido, no he podido encontrar información sobre él, aunque sí es conocido que la congregación de las Dominicas llegó a la ciudad en 1616 procedentes de Ariza,
localidad donde se habían instalado hacía unos años y la cual
abandonaron, por desavenencias con el marqués del municipio. Tras su
llegada a Calatayud ocuparon el convento de San Antonio Abad, que fue
demolido en 1975 y del que solo queda parte de la fachada principal como
recuerdo. La siguiente, y última, ubicación de las hermanas fue el
convento de San José, situado en el camino de las Cruces. Puede que esta fachada sea la que pertenecía al citado convento de San Antonio Abad o tal vez la del Convento de San José.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Un recorrido precioso..
ResponderEliminarSoy bilbilitano por nacimiento aunque por los azares de la vida llevo casi 50 años fuera de mi Calatayud natal. Me ha emocionado mucho este amplio y documentado reportaje de mi tierra, especialmente la parte de la Virgen de La Peña pues ahí nací, a los pies del Sagrado Corazón de Jesús. Gracias por este gran trabajo.
ResponderEliminarHola Joaquín, me alegra que te haya gustado. Saludos.
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