La ruta se sitúa en los Llanos del Valle, entre la Sierra de la Sal y la
Sierra de las Cabras, uno de los relieves más importantes que se
reconocen en las campiñas gaditanas.
Estas sierras dibujan un arco muy pronunciado inmediatamente al Sur del
embalse de Guadalcacín. La Garganta de Bogas se corresponde con un
espectacular cañón kárstico que corta el arco que forman las sierras
aledañas, drenando sus aguas hacia el embalse del Guadalcacín. Este
corte transversal tuvo lugar en épocas pasadas por el arroyo que
discurre por la garganta al descender su nivel de base.
El cañón es más corto longitudinalmente que profundo, ofreciendo un
paisaje espectacular.
También podremos disfrutar de la vista de una colonia de buitres
leonados que han hecho de la roca escarpada un lugar ideal para
reproducirse.
Esta no es ruta habitual por lo que en algunos tramos el avanzar se vuelve dificultoso debido a la vegetación lo que por otra parte constituye uno de sus mayores atractivos. Naturaleza salvaje al cien por cien.
Señalar que es un sendero un tanto anárquico dónde la lógica debemos dejarla a un lado y progresar según nos pille a sabiendas que más tarde o más temprano entramos en el camino menos dificultoso. En épocas de lluvias y con el arroyo de las Bogas llevando agua es mucho más bonito, pero los constantes cruces del arroyo que debemos realizar nos obligará a meternos en agua y nos impedirá caminar por el cauce en aquellos tramos dónde lo tupido de la vegetación y sobre todo las zarzas nos lo ponen más difícil. Esto unido al terreno proclive a enfangarse lo convierten en un sendero difícil en dicha época.
Distancia: 9,64 kilómetros.
Tiempo: 6 horas 6 minutos.
Dificultad: Moderada.
Dificultad: Moderada.
Dejamos el coche en: 36º35.987'N - 5º41.820'W
Accederemos a través de San José del Valle por la carretera comarcal 5201 en dirección a Alcalá de los Gazules hasta los Llanos del Valle que se encuentran en el interior de un semicírculo formado por las sierras de La Sal, Las Cabras y del Valle.
La entrada al cortijo Cortés Alta en las laderas de la loma de los Poyales, nos servirá de referencia ya que dejaremos el coche unos metros antes a la izquierda.
Al fondo podemos ver la Garganta del Arroyo de las Bogas, también conocida por Garganta Boca de la Foz. Un impresionante paisaje kárstico por dónde se evacúan las aguas hacia el Guadalcacín.
La garganta es un angosto desfiladero labrado entre los estratos calizos de corte transversal y discurre entre ambas sierras y al sur del pantano de Guadalcacín.
Este primer tramo discurre por la vereda de la Boca de la Foz, está muy bien marcado y en la que nos encontraremos varias angarillas que debemos ir sorteando. Esta vereda permite cruzar toda la garganta de un lado a otro, pero es más bonito hacerlo por el cauce o sendas aledañas.
Pasada esta primera angarilla llegaremos a un pequeño prado en el que se encuentra este pozo de cinco pilas labradas en piedra.
A partir existen varias sendas marcadas si bien todas nos llevarán (más o menos) al mismo lugar. Esta alambrada nos puede servir de guía
El camino se vuelve más pedregoso. Seguimos por la citada vereda.
Pocos metros después abandonaremos la vereda, y caminamos hacia la izquierda buscando el cauce del arroyo de las Bogas. Aún no han empezado las lluvias y está más feo, pero nos permitirá transitar por el cauce sin mojarnos y como camino alternativo en aquellos lugares dónde la vegetación dificulta el paso. Como decía antes este es un sendero bravío, poco transitado y por tanto dominado por la vegetación clásica de ribera, adelfas, alisos, y zarzas, muchas zarzas, cuidadín con ellas.
Al poco volvemos a salir del cauce y tomamos nuevamente la vereda de la Boca de la Foz. Atravesaremos una nueva angarilla.
El camino es ahora algo más cómodo pero poco a poco se va cerrando. Algarrobos, lentiscos, acebuches, laureles, prunus, espinos albares y madroños en plena fructificación nos darán algo de sombra.
A partir de aquí "sálvese quién pueda", el camino sólo es visible estando justo encima, sólo debemos guiarnos por él, si miramos hacia adelante lo veremos todo cerrado, pero tranquilos, seguro que vais bien.
Todo está seco, lo cual es una ventaja ya que podemos usar durante bastantes tramos el cauce del arroyo y librarnos de la espesa vegetación. Avanzaremos como mejor podamos, alternando el cauce con la senda en sus laterales, "mayormente" a la izquierda del mismo.
Un canchal de los varios que veremos nos indica que esta zona sufre desprendimientos contínuos.
Con un poco de zoom podremos apreciar los estratos inclinados que forman estas sierras y el hachazo perpetrado por el agua.
Bueno, ya tenemos a la vista las buitreras y zona álgida de la garganta. Estas rocas tan escarpadas son un afloramiento del jurásico existiendo la posibilidad de encontrar restos fósiles en sus fragmentadas rocas.
A partir de la primera visual de las buitreras el sendero tiende a subir, alejándonos un poco del cauce que nos servía de guía.
Un pequeño torcal nos permite dar rienda suelta a nuestra sangre montesa (de cabra, claro).
Además de arriba se ven mejor las cosas, y nos permite divisar la continuación del sendero que por ahí debe continuar.
Por esa gran roca en la que estoy subido debemos pasar, hay senda por delante y por detrás, a gusto del consumidor.
Aprovechamos la altura y "retratamos" a un majestuoso buitre leonado.
Por aquí sigue el camino, aunque ya iremos bajando levemente y aproximarnos nuevamente al pedregoso cauce.
En esta zona divisamos varias posibles cuevas pero sin cordajes ni nos planteamos acercarnos a ellas.
En sus cercanías se encuentran los escenarios del rodaje del primer documental que National Geographic
realizó en España, dedicado integramente al Parque de los Alcornocales:
El latido del bosque. Ya sabemos que la calidad de Youtube deja mucho que desear pero bueno, pongo el enlace por si interesa a alguien. Todo un clásico.
¿Dije que el cauce tenía muchas piedras?
Nuevamente la senda de cabras se eleva y nos permite llegar al acueducto por dónde se canaliza el agua que consumimos en toda la Bahía de Cádiz. Es el acueducto del Canal de los Hurones.
A partir de aquí volvemos a tomar una nueva pista que rápidamente nos permitirá ver parte del pantano de Guadalcacín.
Una nueva cancela nos conecta con una carretera asfaltada en muy mal estado. Seguiremos bajando por lo que una vez superada, giraremos a la derecha.
Siguiendo la carretera llegaremos a un punto dónde está cortada por otra cancela, si nos fijamos existe otra más a la izquierda que es por la que deberemos pillar. El waypoint está marcado como "Puerta 2".
Y la última valla que nos introduce directamente en una de las colas del pantano. El waypoint está marcado como "Puerta 3".
Después de un reconfortante descanso procedemos al regreso por dónde vinimos.
Con la satisfacción de haber disfrutado de un nuevo y magnífico día de senderismo nos despedimos y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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