Hoy nos hemos desplazado hasta Estella del Marqués, una pedanía de Jerez de la Frontera, para conocer el Parque Periurbano de las Aguilillas y una zona conocida como Las Salinillas, una depresión del terreno en la que en épocas de lluvia se forma una pequeña laguna salobre estacional y se caracteriza por ser una zona dónde cristaliza la sal en épocas con poco nivel de agua, en ella podremos observar tres surgencias de agua que raramente se secan.
Distancia: 9,05 kilómetros.
Tiempo: 2 hora 30 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°41.111'N - 6°04.607'W
Tiempo: 2 hora 30 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36°41.111'N - 6°04.607'W
Parroquia de San Miguel al fondo
Estella del Marqués nació al amparo del Plan de Colonización de la zona regable del Guadalcacín. A finales del siglo XIX España era un país eminentemente agrario pero con desarrollos muy básicos que impedían el desarrollo económico. Para superar estas taras de una agricultura pobre y mal diversificada, se elaboraron diferentes propuestas, siendo una de ellas la ampliación de superficies de regadío, consecuencia de ello fue la aprobación en 1902 del Plan de Obras Hidráulicas, siendo el embalse de Guadalcacín la primera gran obra realizada en Andalucía.
Paralelamente se realizaron las obras complementarias para la
distribución del agua, construyendo una amplia red de canales con más de
150 kilómetros de longitud. A lo largo de su trazado fue preciso
construir acueductos, sifones y numerosos túneles, el más importante de
los cuales, con 3.300 metros de longitud, discurre por las
inmediaciones de los Llanos de Caulina, en las afueras de Jerez.
Finalmente, en 1925 comenzaron los riegos.
Desde 1912 se habían producido los primeros asentamientos en la zona
regable del Guadalcacín, pero es a partir de 1942 cuando el Instituto
Nacional de Colonización comienza a actuar directamente en la zona. Así
nacieron a lo largo de la década de los 50 la mayor parte de los núcleos
que hoy integran el Jerez rural: Guadalcacín, Nueva Jarilla, Estella
del Marqués, El Torno, San Isidro del Guadalete, Torrecera, La Barca de
la Florida y Majarromaque. Todos ellos conforman una de las principales
características del medio humano y del paisaje en el Bajo Guadalete.
Antes de ir en busca del parque de Las Aguilillas, damos un pequeño rodeo para pasar por la Plaza de San Miguel, dónde se encuentra la iglesia de igual nombre y el Ayuntamiento.
Plaza de San Miguel
Rápidamente nos vamos hacia la calle Ronda, bueno, llamarle calle es todo un desborde de optimismo, es una simple pista de arena por la que se accede a varias fincas y que conecta con el parque de Las Aguilillas, al cual entraremos por una puerta falsa, una abertura en el vallado dejada ex-profeso.
Lugar de entrada al parque
Este parque es de titularidad pública y tiene una extensión de 67,4 hectáreas. Predominan el eucalipto rojo (Eucaliptus camaldulensis) y el Pino carrasco (Pinus halepensis), que fueron allí plantados para el aprovechamiento madedero. Dicho arbolado está asentado sobre un suelo conocido como Trias, también podemos contemplar especies tales como acebuches, coscojas, lentiscos, sanguinos, palmitos,
esparragueras, etc. que responden al estrato arbóreo y arbustivo
original que debía tener el Parque.
Se conocen como el Trías a afloramientos sedimentarios o rocosos pertenecientes al Triásico, de ahí su nombre. En el caso que nos ocupa son margas arcillosas y yesíferas, todos ellas ricas en sales.
Afloraciones arcillosas
También podremos ver (con mucha suerte) una variada fauna entre las que destacan: el lagarto ocelado, la culebra viperina, el chotacabras pardo. y el Cárabo, el Búho chico, el águila ratonera, el cernícalo, el meloncillo y el erizo.
Culebra viperina (Natrix maura)
Durante casi todo el recorrido iremos viendo diferentes tramos del conocido como Canal del Guadalcacín, en este caso será el Trozo 9, con la particularidad de que veremos las cuatro formas que presentó el canal tras su construcción, por un lado tenemos tramos descubiertos a ras de suelo, también veremos un tramo aéreo que discurre sobre un pequeño acueducto, pasaremos por tramos soterrados y tramos de tuberías cerradas por superficie.
Pequeño acueducto
Por último, y en la zona de Las Salinillas, caminaremos paralelos a un tramo de tubería en superficie pero cubierta con tierra, creándose un muro divisorio entre los terrenos por los que discurre y que oculta parte de la canalización de aguas procedente del manantial del Tempul y que suministra de agua potable a la comarca.
A nuestra derecha la canalización oculta por un muro de tierra
El segundo hito de interés de esta ruta consiste en conocer la zona conocida como Las Salinillas, una depresión del terreno ubicada entre el paraje de la Catalana Mayor y El Majadal y donde la evaporación del agua provocan cristalizaciones de sales al igual que en una salina.
Las Salinillas desde el muro de la canalización de aguas del Tempul
Son unas emanaciones de agua procedentes del subsuelo que dependiendo de la época del año llegan a formar un pequeño humedal en la zona, con la contribución externa de la lluvia que también aporta su granito de arena. La particularidad de esta emanación de agua deriva de alto porcentaje de sal que contiene, el agua subterránea pasa por zonas del Trías (nombre que procede de Triásico), que es el periodo en el que se formaron los suelos. En este caso, el Trías está formado por rocas sedimentarias, arcillas, calcitas y otros yesos con alto contenido salino que al contacto con el agua se disuelven aumentando la salinidad de la misma.
La presión diferencia en zonas altas del acuífero hace que en las zonas más bajas brote el agua hacia la superficie. Conforme avanza el verano el nivel freático baja, el agua deja de fluir por lo que con la continua evaporación van precipitando todas las sales que contiene, formando una capa blanco amarillenta de sal. Si nos fijamos podemos ver como la sal se distibuye en forma concéntrica desde unas pozas que son por las que emana el agua, por lo que cuánto más cerca estemos de estas pozas, mayor será la concentración de sales que veamos.
Pozas principales
Toda la zona es terreno fangoso que se cuartea cuando se seca pero no podemos olvidar que si nos acercamos demasiado, la probabilidad de que os llegue un negro y pegajoso barro negro hasta los tobillos será más que alta (hacedme caso y sacad fotos desde una distancia prudencial, sé de lo que hablo 😅😅). Estos lodos que incluso huelen mal no son otra cosa que los restos arcillosos que llegaron disueltos en el agua y a veces, con altos contenidos sulfurosos.
Detalles de los depósitos salinos y lodos
Si queréis profundizar sobre el tema os recomiendo una lectura tranquila del artículo que a continuación linkeo. Si ya conocéis el blog de Entorno a Jerez, sabréis de la calidad de sus artículos que desbordan conocimiento y pasión por la difusión de todo lo relativo a nuestra tierra y viejas costumbres.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.