Saliendo
desde el aparcamiento de la playa de Valdevaqueros (Tarifa) y rodeados
de eucaliptos, lentiscos, palmitos, coscojas y un gran pinar de pinos
piñoneros, este sendero recorre a través del diseminado de Betijuelo y
pasando por la necrópolis de Los Algarbes, parte de la Sierra de San
Bartolomé, Sierra de Betis y El Chaparral, volviendo al punto de partida a través de Punta Paloma, en
posterior bajada y rodeados de retamas, juníperos oxycedrus o phoénicas,
llegaremos hasta el espectacular cauce del Arroyo del Puerco, dónde la
erosión ha tallado una profunda garganta que nos conducirá directamente a
la zona costera, que ya no abandonaremos hasta llegar al punto de
partida.
Estupendo sendero salvo por un par de tramos que tendremos que hacer por asfalto, uno de ellos de unos seis kilómetros de longitud, que aunque apenas tiene circulación es un asco. Y lo peor de todo es que no tendremos sombra por lo que no lo aconsejo para días muy calurosos. Pero es lo que hay.
Estupendo sendero salvo por un par de tramos que tendremos que hacer por asfalto, uno de ellos de unos seis kilómetros de longitud, que aunque apenas tiene circulación es un asco. Y lo peor de todo es que no tendremos sombra por lo que no lo aconsejo para días muy calurosos. Pero es lo que hay.
Tiempo: 6 horas 44 minutos.
Distancia: 16,65 kilómetros.
Dificultad: Fácil. Salvo la derivada del kilometraje del recorrido y la época del año.
Dejamos el coche en: 36°04.163' N - 5°41.457' W. Como en ocasiones anteriores, el coche lo dejamos en el aparcamiento de la playa de Valdevaqueros, hoy por hoy tiene la ventaja de que está vigilado y pagar 1,5 euros no es dinero para la tranquilidad que ofrece. A pesar de que hoy salimos tarde, aquí no madruga nadie.
Retornando por el mismo lugar de llegada nos dirigimos a la vereda que nos conduce a la Necrópolis de Los Algarbes.
A nuestra derecha nos encontramos un monolito en memoria de Lothar Bergmann,
investigador y espeleólogo alemán que descubrió en la provincia de
Cádiz, varias decenas de cuevas y abrigos con abundantes manifestaciones
de arte rupestre que se encuadran en ese movimiento conocido como Arte Sureño.
Su contínuo esfuerzo en la protección y difusión de este impresionante
patrimonio gaditano lo convirtieron en todo un referente en la materia y
aquí, cerca de su casa, tiene este más que merecido homenaje.
Unos metros más adelante encontraremos la Necrópolis de Los Algarbes, un
yacimiento de la Edad de Bronce y que, como es habitual en esta triste
Andalucía, cerrado y cal y canto. Nuevamente la indolencia de la
administración hizo que después de un gasto de casi un millón de euros
en acondicionarlo, éste permanezca inaccesible a todos los que nos
gustaría visitarlo. Un patrimonio de todos, para uso y disfrute de
algunos privilegiados que con permisos exclusivos sí pueden acceder a
él.
El conjunto está formado por medio centenar de estructuras funerarias y
cuevas artificiales, en forma de cámara circular con entradas a diversos
niveles. Destaca una gran construcción megalítica con un amplio
corredor tallado en la roca.
En dichos enterramientos se encontraron ajuares de gran riqueza que se corresponden con los periodos Calcólito y Bronce, estando datados hacia finales del tercer milenio a.C., siendo uno de los complejos más importantes de la provincia.
Aunque como ya estamos acostumbrados a no poder visitar restos arqueológicos por estar cerrados o con horarios muy limitados, o por otros motivos más difíciles de comprender y con algo de mal sabor de boca, continuamos nuestro camino.
La necrópolis tiene otro acceso y no podemos resistir volvernos a arrimar a la valla a dar un vistazo.
Lo único que podremos ver será una placa en el suelo que reza: La
necrópolis de Los Algarbes se localiza en un afloramiento de areniscas
de más de diez metros de potencia y orientación este-oeste. La
construcción de las estructuras funerarias se realizó mediante el
ahuecado y vaciado de dicha roca.
La
ubicación en ladera, visibilidad y situación junto a las vías naturales
de comunicación hacen de este lugar un espacio privilegiado para su
utilización religiosa y funeraria.
Llegamos a un punto dónde el camino se bifurca, el camino de la derecha es peatonal y el de la izquierda para rutas a caballo, da igual, ambos llegan al mismo lugar y ambos están pisoteados por los caballos.
Levantamos un poco la mirada y allí vemos la bella crestería de la Sierra de San Bartolomé (visitada en marzo de 2015). En esta particular afloración podemos ver la laja de piedra arenisca con color que van del blanco al gris, observándose también coloraciones ocres y amarillas, provocadas por la presencia de óxidos de hierro y líquenes.
A nuestra izquierda se abre un paso que nos da acceso a un magnífico tramo de bosque galería, algo de sombra se agradece en este día caluroso.
Nos encontramos un nuevo cruce de carretera asfaltada y nos introducimos de lleno en el camino que nos lleva al poblado de Betijuelo, situado en la vertiende sur de la Sierra de San Bartolomé. El caballo que viene acompañándonos nos intenta llevar por el camino equivocado, pero no picamos, debemos girar a la derecha y patear asfalto.
Probablemente este largo tramo, son algo más de seis kilómetros de asfalto, sea lo más anodino del recorrido, afortunadamente apenas vimos coches.
Por el arcén, bueno al filo de asfalto, vemos numerosas Gomphocarpus physocarpus, también conocida como Asclepia fruticosa, para el vulgo "mata de la seda". ¿Qué que tiene de particular? Pues esta planta es una de las pocas de las que se alimenta la Mariposa Monarca ((Danaus plexippus).
Si nos fijamos un poco podremos ver el Puesto de Vigilancia y la Estación Meteorológica existente en la Sierra de Fates.
A pesar del sol de cara y la bruma existente, podemos distinguir a lo lejos, la Sierra del Cabrito, Tarifa y la Isla de las Palomas. Por debajo, la Playa de los Lances y al centro de la imagen, la Punta de la Pena y la Ensenada de Valdevaqueros, incluso se atisba algo del Arroyo del Valle.
Hemos llegado a la zona conocida como "Tumbas de Betis", se trata de un complejo de tumbas antropomórficas talladas en la roca arenisca en la Dehesa de Betis y tan frecuentes por la zona del Estrecho. Se asocian a pequeñas comunidades cristianas de ahí que sea habitual su localización en las cercanías o lugares con tradición de culto desde época prehistórica. Están datadas en época altomedieval, entre los siglos VIII y X de nuestra era. WP LÁPIDAS.
Se trata de conjunto de 34 tumbas. Aprovecho para tomarme una foto, que nunca salgo en mis reportajes, leñe.
Conociendo los lugares por dónde se tallaban, no nos resulta difícil localizar algunas de ellas. El grupo más importante lo tenemos en una afloración rocosa, justo por debajo de la casa. WP TUMB4.
Este grupo está formado por ocho tumbas.
Pero un poco antes de llegar y a nuestra derecha y escondidas entre la vegetación, encontramos tres más. WP TUMB1, TUMB2, TUMB3.
No podemos evitar dar un vistazo a la mole rocosa que estamos rodeando.
Seguimos por el horrendo asfalto, y rápidamente nos encontramos con una "zona de descanso", mi compañera de caminos dice que ahí se queda, que está muy cómoda. Un bloque indicador reza: "El Valle - Sierra de Enmedio".
Continuamos por el asfalto en busca de la CA-8202, carretera que nos llevará hasta Bolonia. Al fondo vemos la Sierra de la Plata y la Silla del Papa (visitada en enero de 2014) por unos noveles Andarines Gaditanos. Pronto volveremos por allí, para documentarla algo mejor.
Llegamos a una nueva agrupación de tumbas antropomórficas.
La zona está vallada y se intuyen posibles lugares dónde podrían existir tumbas, pero sólo podemos ver uno de ellos. WP TUMB5.
Llegamos al Puerto de Bolonia, otro bloque de cemento en el suelo, nos lo indica.WP PTO BOLONIA.
Desde allí tenemos una espectacular vista de la vertiente NE del Cerro de San Bartolomé. Es increible el solazo que estamos teniendo (llevamos kilómetros sin ver una sombra) y que la bruma baja nos esté dándo este halo misterioso a las fotografías. Puñet... misterio.
Seguimos sin ver un árbol pero al menos hemos llegado a la conexión con la carretera CA-8202, al menos ya sólo nos quedan unos centenares de metros para pillar el desvío hacia El Chaparral.
El Chaparral es un diseminado de casas próximas a la Playa de Bolonia y lugar al que nos dirigimos.
Esto nos permite tener una nueva visual del San Bartolomé, en este caso, la vertiente NW.
Aún seguimos por asfalto, pero vamos directo a la playa, bieeeeeeeennnnnnnnnnn. Desde la carretera tenemos una vista integral de la Sierra de la Playa y casi me atrevo a decir que veo la ubicación de la Cueva del Moro. En dicha cueva se conservan en bastante buen estado (salvo las deterioradas por algunos cafres) unas pinturas rupestres datadas en 20.000 años de antiguedad (Paleolítico), y tuvo que ser un alemán (Lothar Bergmann) el que con su sudor y a costa de su propia salud luchara por su protección, mientras que nuevamente nuestros magníficos políticos no querían saber nada del tema. Deberíamos tomar buena nota.
A la derecha de las casas, se encuentra el Conjunto Arqueológico de Baelo Claudia, El estudio de sus restos arquitectónicos muestra su origen romano a finales del s.II a.C., observándose ya desde esa época una gran riqueza que la convierte en un centro económico importante dentro del área del Mediterráneo.
Casi al SW.
En una de las casas vemos un inmenso macizo (la foto no hace justicia al tamaño) de unas plantas enredaderas, la Ipomea purpurea, también conocido como Don Diego de día o campanilla morada, contrastra con el rojo sangre de la Campsis radicans (bignonia roja).
Cuándo ya vamos pensando en el refrescante baño, el track gira de forma brusca y nos dirige hacia dentro del pinar por una pista arenosa ¡qué chasco!, esto nos permite ver el abrevadero/fuente del Chaparral, construida bajo la fuente original, mucho más antigua.
Una empinada cuesta nos da ánimos "cagontó". Nos animamos al ver que se trata del punto más alto del recorrido. WP ALTO.
Para animarnos incluso Bartolo nos muestra su cara más amable y dulce, su vertiente S.
Esto empieza a animarse, cuesta abajo y directos al mar. Óleeeeeeeeee.
Incluso algunas sombras nos renuevan fuerzas.
Y una nueva alambrada que sortear, podremos elegir entre paso y angarilla, y nos introducirá de lleno en el clásico biotopo de bosque costero, pinos, retamas, juníperos tanto pfoenicea como oxicedrus y palmitos sobre una capa de arena de playa. Andamos por la zona conocida como Paloma Alta. WP PASO13.
El camino está balizado.
Tras pasar otra angarilla llegamos al impresionante cauce del Arroyo del Puerco, dónde la erosión ha provocado una enorme garganta dónde los pinos parecen colgados de sus paredes. Nos salimos un poco del track para poder disfrutar de ella.
Hemos retornado al camino y nos encontramos cerca de la orilla, aquí nos sorprenden multitud de Lantanas cámara asilvestradas. Una planta traída a Europa con fines ornamentales y que se ha diseminado rápidamente mediante las aves y otros animales que se alimentan de sus bayas y que no pueden digerir las semillas. Ahora mismo está considerada como una planta invasora y es un auténtico problema para la silvicultura.
Hemos vuelto a perder la sombra pero la brisa marina da algo de frescor por este anodino camino.
El cruce de la carretera A-2325 nos introduce de lleno en la zona de Paloma Baja y el tan ansiado baño. WP CRUCE CARRETERA.
Imnumerables pisadas se dirigen al mismo sitio, así que no esperaremos más, por allí hay acceso a la playa.
Y al fin, una inmensa cala para nosotros sólos, al agua patoooooooooooo.
Después del segundo baño me asomo para estudiar la continuidad del camino pero por la orilla, pero de momento no será posible, coinciden en este instante la pleamar y una marea de coeficiente muy alto, 106 grados, probablmente la mayor de todo el año, así que tendremos que retornar por la zona alta.
Pero eso ya lo veremos luego, de nuevo al ansiado relax.
Repuestas las fuerzas nos hacemos de nuevo al camino, vamos bordeando Punta Paloma por su zona alta y esto nos permite una nueva visual de Fates y Enmedio.
La bruma va desapareciendo poco a poco y nos permite imágenes más nítidas y coloridas. Foto de rigor desde el búnker de la Macarena.
Lo llamo así por tener un azulejo policromado de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena.
Diseminados por la orilla vemos rastros dejados por gente que buscan una vida mejor.
Hemos llegado a un punto dónde continuar por la parte alta es todo un incordio, entrar por el laberinto que forma el montebajo es muy pesado, así que aunque la marea siga alta, nos bajamos a la orilla por dónde pretendemos finalizar el recorrido, y llegado el caso utilizaremos la técnica del correlimos. WP BAJADA PLAYA.
Y efectivamente tuvimos que emplear esa técnica hasta que llegamos a este tramo.
A partir de aquí, la amplia franja arenosa y la marea en claro descenso, nos permiten un relajante paseo.
Y con una última mirada al continente africano, llegamos al punto de partida. El día despeja un poco y podemos ver con más nitidez Tarifa, la Isla de las Palomas y el Djebel Musa, un promontorio de 839 metros, situado en el norte de Marruecos, junto a la costa del Estrecho de Gibraltar. Se considera una de las Columnas de Hércules junto con el Peñón de Gibraltar, ya en España que sería la otra.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No es la cueva del Moro la que has marcado, está a la izquierda de la antena que se ve y no llega a salir en la foto. Bonita ruta.
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