Según la tradición, un pastor encontró una talla de la Virgen María en el río Guadalupe a finales del siglo XIII o principios del XIV.
Cerca del lugar donde se encontró la imagen se construyó una ermita
alrededor de la cual surgió el asentamiento actual con el nombre de
Puebla de Santa María de Guadalupe. Desde la construcción del primer
santuario Guadalupe se convirtió en el centro de peregrinación más
importante de la península ibérica después de Santiago de Compostela.
Según la leyenda, Alfonso XI
se encontró por primera vez con la ermita primigenia en 1330, cuando se
encontraba de cacería. encomendándose a la Virgen de la
Guadalupe en la batalla del Salado
de 1340, resultando victorioso. Por este hecho, decidió reformar la
iglesia, añadirle edificios adyacentes y hacer un albergue para los
peregrinos.
Este paseo es una ruta oficial y está perfectamente indicada y explicada con diversa cartelería y nos llevará por los lugares más emblemáticos del pueblo y sus bonitas calles.
Dejamos el coche en: 39°27.168'N - 5°19.845'W
Distancia: 2,74 kilómetros.
Tiempo: 1 horas 28 minutos (Sin contar la visita al monasterio).
Dificultad: Fácil.
La visita al monasterio es guiada y no tiene horas fijas de comienzo, depende del tiempo que se tarde en formar un grupo, así que directamente nos vamos al lugar de encuentro. Sólo se pueden hacer fotos en el claustro.
El Monasterio de Guadalupe es y fue un monumento de notable importancia:
Fue el principal Monasterio de la Orden Jerónima, es un exponente
excepcional de la arquitectura por su diversidad y variedad de estilos
(destacan el Templo, Claustro Mudéjar y templete, este último único en
el mundo), vinculado a la historia media y moderna de España por su
relación con los reyes Católicos, protagonismo de excepción con la
evangelización y conquista de América, centro de cultural de primer
nivel, centro de investigación y enseñanza (escuela de medicina, botica,
scriptorium…), talleres de diversa índole (bordados, orfebrería,
miniados), biblioteca con un fondo extenso y rico, centro de
peregrinación y hospedería.
El Claustro mudéjar de Guadalupe es uno de los mejores de su estilo,
construido entre 1389 y 1405. Se compone de dos plantas de forma
rectangular, con unos 40 metros de lado y doble número de arcos en el
cuerpo alto con respecto al bajo.
Destaca en el claustro el templete realizado con barro cocido y ladrillo
aplantillado, decorado con azulejos y yeserías. Corona su arquitectura
una flecha con corchetes de cerámica blanca y verde, que se prolonga en
un cruz de hierro. Su autoría es de Fray Juan de Sevilla, que probablemente fuera también del propio claustro.
La Iglesia de Guadalupe ha sido edificada tres veces a
lo largo de su historia, lo que dificulta enormemente poder detallar su
origen constructivo, en cuya investigación se han centrado muchos de los
estudios realizados en el Monasterio.
Considerada más una ermita, la primitiva iglesia
(extinguida en su totalidad) se hizo a finales del siglo XIII. La
segunda de estilo mudéjar se estima fue edificada a principios del XIV
(aún subsiste un ábside) y la última (la actual) fue finalizada en torno
a 1403.
Se compone de tres naves, crucero y cabecera, de cruz
latina y ábside poligonal. Destacan sus bóvedas de crucería. La nave
central queda iluminada por los grandes ventanales góticos con bellas
lacerías, con luz hacia un pasadizo situado en el grueso del muro, en
cuyo lateral había un nuevo ventanal, con toda probabilidad muy
semejante. Elementos muy característicos del gótico español y de las
escuelas inglesa y francesa, se conjugan en este espacio, dándole una
autenticidad y originalidad de excepción.
El Retablo mayor del templo es una obra extraordianaria,trazado por Juan Gómez de Mora y ejecutada por Juan Bautista Montenegro, con esculturas de Giraldo de Merlo, Jorge Manuel Theotocópuli y Juan Muñoz. Los lienzos son de Vicente Carducho y Eugenio Cajés, con dorados de Gaspar Cerezo y Gonzalo Marín.
Al lado izquierdo de la entrada al Monasterio tenemos la Hospederia. La antigua Hospedería Real fue construida por los Reyes Católicos para su propio alojamiento en sus frecuentes visitas a Guadalupe. Gran parte fue derruida y lo que se conserva hoy es un hotel y dos restaurantes gestionados por los monjes franciscanos.
Aprovechamos nuestra visita al monasterio para dar un paseo por el
pueblo recorriendo algunos de los lugares más emblémáticos entre los que
se incluye la casa donde supuestamente vivía Gil Cordero, el pastor que
encontró la talla de la Virgen y cuyo cuerpo se encuentra enterrado en
la nave contigua a la Sacristía del monasterio.
Ubicada en el antiguo barrio de la judería, hoy plazuela de Sevilla, se encuentra la Fuente de los Tres Chorros. Antiguamente estuvo conectada a la red de fuentes del Arca del Agua de la que era uno de sus terminales principales y así consta según el Esquema de Códice Medieval.
Las Casas Porticadas forman un conjunto pintoresco de
casas tradicionales de dos plantas sobre viguería de madera de castaño.
Estos soportales y cuerpos volados se encuentran sólo en determinadas
calles y plazuelas, generalmente las inmediatas a las puertas de
entrada, y su origen está relacionado con la protección de la actividad
comercial vinculada a la peregrinación. También en señal de hospitalidad
y cobijo para los cientos de peregrinos que visitaban la Puebla y su
monasterio.
Este arco de influencia mudéjar y prácticamente
intacto desde su construcción, daba paso a las antiguas fábricas de
tinte, uno de los gremios que existían en Guadalupe, siendo una de las puertas que cerraban las pueblas Alta y Baja.
Arco del Tinte
Diversas fuentes reconocen esta casa como la del pastor cacereño al que se le apareció la Virgen de Guadalupe, siéndole encomendada la tarea de construir una choza para colocar su imagen. Su cuerpo yace sepultado en la nave contigua a la Sacristía del Monasterio, lugar exacto donde según la tradición apareció la talla románica.
Casa de Gil Cordero
Paseando por sus calles comprendemos porqué Guadalupe ha sido nombrado como uno de los pueblos más bonitos de España.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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