Nos hemos venido hasta Puerto Real para visitar la tristemente abandonada y vandalizada Hacienda de San José. Una construcción datada en 1904 según consta en su pórtico de entrada y que fue abandonada en la década de los 80 del siglo pasado. A pesar de su interés histórico y arquitectónico, esta construcción no dispone de ningún tipo de protección y si nadie lo remedia, irá desapareciendo poco a poco.
Vista aérea de la finca con su gran fuente
La Hacienda San José o Coto Tejera como también era conocida es otro de los edificios
incluidos en la Lista Roja del Patrimonio debido a su claro estado de
abandono. Destacan del conjunto la torre señorial de dos plantas y la antigua capilla.
Vista lateral de la torre
La entrada a la finca estaba flanqueada por filas de palmeras. resultan singulares los recercados
de huecos y la balaustrada del señorío de relieves decorativos
modulares de piedra artificial.
Entrada principal
El edificio tiene una estructura en U en torno a un patio desde donde se
acedían a las estancias, dicha U está cerrada por el pórtico que vemos en la imagen.
Pórtico de entrada desde el patio interior
Vista de una gran galería lateral
Vistas desde el interior de la galeria con segunda planta
Me resulta curioso ver como en la segunda planta,
prácticamente derruida y en una de sus paredes aparece una estantería
muy bien dibujada con algún carboncillo en la que vemos una hilada de
libros iguales que con toda seguridad es un diccionario enciclopédico de doce tomos, en sus lomos están escritas las letras desde la A a la Z, en la balda inferior
vemos un osito de peluche y lo que pudieran ser cintas de casette, y
otros libros de menor tamaño y bajo ellos, un radiocasette y una maceta
con una pequeña palmera. Las tres divisiones inferiores son cajoneras.
Quién hizo el dibujo se tomó muchas molestias y puso interés en hacerlo
bien, lo que no sé si pertenece a la época en la que la hacienda estaba habitada o es obra de algún grafitero posterior. Este asunto me deja
intrigado.
Mueble con estanterías y cajoneras pintadas en la pared
Por la parte trasera del edificio vemos las cuadras, algún abrevadero para los animales y alguna fuente solariega.
Cuadras
Abrevadero
Fuente
Piletas
También en uno de los laterales exteriores podemos ver los que podría ser un horno o tal vez un depósito de agua con hornacina.
Desde el interior de la torre podemos ver que disponía de dos plantas, probablemente destinadas a vivienda.
Vistas desde el interior de la torre
Destaca el granero de
amplias dimensiones, cubierta a dos aguas y apoyos interiores. Tanto techos como apoyos están elaborados con grandes vigas de madera.
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Techo con grandes vigas de madera
Otro elemento interesante es la chimenea.
Chimenea con solería tallada
Detalle de la cerámica tallada simulando piedra
En algunos dinteles de las puertas aún se conservan algunos recrecidos también de bella facturación.
Recrecidos con bonitas decoraciones
Dejamos para lo último la estancia con mayor interés, la capilla. Con rasgos neogóticos y bóveda apuntada, se
dispone a espaldas de la edificación. Resultan singulares los recercados
de huecos y la balaustrada con relieves decorativos
modulares de piedra artificial. Aún se conserva algunos molduras elaboradas en madera.
Gran capilla con óculo, campanario y molduras de madera En los laterales del óculo vemos lo que parecen dos grandes ventanales, estando el de la izquierda tapiado y el de la derecha, derruido.
Detalle del óculo y los dos grandes ventanales laterales
En sus paredes se ven huecos que debieron estar ocupados por cuadros o imágenes elaborados en piedra que fueron retirados por sus propietarios o tal vez robados por amigos de lo ajeno.
Un tríptico ocupaba esta pared
Sobre los dnteles de las puertas y ventanas vemos unas delicadas molduras realizadas en madera y de las que aún se conservan una pequeña parte.
En la parte trasera de la capilla encontramos otro óculo más pequeño, una puerta de acceso y otro espacio que no cotilleé, ambos también rematados con molduras de madera.
Esto es una visita a la que por motivos insondables no le dediqué una entrada en el blog, casi siete años más tarde subsano el despiste.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde el humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
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