Realizando un sendero por el Pinar del Rey (San Roque) y desde el Tajo del Pajarraco pudimos ver una cueva que nos llamó la atención y decidimos hacer una ruta para ir a verla, después de sopesar varias posibilidades optamos por esta que os presento, a través de la finca de La Alcaidesa, una finca de 1.500 hectáreas y propiedad de la Junta de Andalucía, la cual "perimetrearemos" casi en su totalidad, linda con la zona nordeste del Pinar del Rey. Está a caballo entre Castellar y San Roque, formando parte de ambos municipios.
En la finca existe un cortijo del siglo XVIII, reconvertido en hotel y explotado por una empresa privada que también organiza monterías de caza mayor ya que la finca cuenta con una numerosa población de muflones, ciervos y jabalíes que entre acebuches, alcornoques y pinos piñoneros encuentran un hábitat ideal para su desarrollo, salvo en épocas de caza, claro.
Lo que en principio nos pareció una cueva, resultaron ser cuatro, aunque la principal y más grande tiene una boca de unos ocho metros por siete de altura, no dejan de ser pequeños huecos en la pared pero no por eso carentes de interés. Esta ruta es el resultado de la salida.
Dejamos el coche en: 36º17.097'N - 5º23.564'W.
Distancia: 10,30 kilómetros. Recuerdo que dejo los tracks limpios por lo que esta distancia es la mínima que haréis si lo seguís.
Dificultad: Moderada.
Tiempo: 4 horas 36 minutos.
Esta es la cueva vista desde el Tajo del Pajarraco y dónde nació el interés por visitarla.
El coche lo dejamos justo en una de las entradas a la finca en una zona conocida como El Romeral a la que se accede a través de la CA-534 y una vez pasado Castellar Nuevo tomar la dirección a Manantial (indicado por un cartel). A nuestra izquierda se encuentra la entrada.
El trayecto lo haremos de izquierda a derecha.
Probablemente este alcornocal sea el mejor cuidado de todo el parque natural, árboles sanos, nada de maderas muertas y un suelo limpio de maleza en casi todo el contorno, al contrario que en el centro dónde lo tupido del terreno da un cobijo ideal para toda la fauna que esconde.
La verdad es que está muy bien adaptado para las actividades cinegéticas.
El fin de semana pasado hubo montería lo que se tradujo en un sinfin de recientes marcas de rodaduras de vehículos, pisadas humanas, herraduras y huellas de perro, entremezcladas con la de los ciervos y alguna de jabalí pero mucho menos numerosas.
No habremos caminado mucho cuándo cruzaremos el cauce del primer arroyo, se trata del arroyo de Los Palanceros, aunque seco en estas fechas, denota que por allí fluyen aguas con bastante fuerza.
Se llamaban "palanceros" a cazadores furtivos o semifurtivos que generalmente con permiso de los dueños del terrero y a cambio de una parte de las capturas obtenidas, desarrollaban su actividad usando artes que al menos en estos tiempos están prohibidas, tales como costillas o perchas, ligas o lazos. Cazaban zorzales, lavanderas y otras aves menores y conejos o liebres. Puede que de aquí le venga el nombre. WP ARROYO PALANCEROS.
Durante el recorrido podremos encontrar varias balizas indicadoras aunque forman parte de un itinerario diferente al que vamos realizando.
Una pequeña subida nos lleva a las inmediaciones del cerro del Guijo Bajo.
Dos cortafuegos estratégicamente situados se nos cruzan en el camino, este es el primero. Lo cruzamos de forma transversal.
Esta laguna con una infinidad de huellas de animales debe ser el bebedero principal de la finca, situada en un lateral parece estar estudiada para que con la querencia de los ciervos y otra fauna puedan ser el inicio de las batidas de caza, siendo empujados desde aquí a las zonas dónde se ubiquen los puestos. WP LAGUNA1.
El segundo cortafuegos.
Esta zona alta de la loma es muy arenosa, haciéndose patente el bullicio que tuvo que haber por aquí los días anteriores, las huellas de perros y herraduras multiplican a la de algunos ciervos en una huida despavorida. A nuestra izquierda y por fuera de la alambrada discurre la Vereda de la Pasada Honda. WP CARRETERA.
Allí a lo lejos y sobre la Loma de Castillos se ubica el cortijo de La Alcaidesa.
En los laterales de la Loma de la Puerca encontramos una hondonada provocada probablemente por las labores de extracción de rocas y áridos, se trata sin dudas de una antigua cantera aunque este dato no figura en los mapas de que dispongo. WP CANTERA.
Me llama la atención una especie de escalinata semiderruida en uno de sus laterales, lo mismo sólo se trata de una formación casual de la roca.
Aunque continuamos pegados a la alambrada cinegética, el terreno empieza a espesar. Cantuesos, romeros, tomillos, rudas o mirtos dominan el lugar. Olvidaba a la aulaga, muchas aulagas.
Una vista atrás y vemos algunas zonas elevadas, entre las que creo distinguir el Hacho de Gaucín, Sierra Crestellina y los Reales de Sierra Bermeja, al menos por allí están.
La senda ha desaparecido totalmente y el matorral se cierra, a partir de aquí nos alejaremos temporalmente de la alambrada y nos internaremos en la finca, son pocas decenas de metros pero el avance es difícil, empezamos a bajar en busca nuevamente del cauce del arroyo de Los Palanceros. WP PASO DIFÍCIL.
Hay que avanzar como se pueda hacia la derecha. Conforme nos acerquemos al arroyo la cantidad de zarzas aumentará considerablemente, hay que prestar atención. Espacio dominado por el chaparro y el lentisco.
Bueno, al final no fue tan difícil como parecía, estamos hundidos en el corazón de la finca, el frescor y la tranquilidad es total, deberíamos haber visto algún ejemplar de ciervo o corzo, pero creo que los que hayan sobrevivido a la montería deben estar ocultos en lo más profundo del bosque.
Vamos progresando por el cauce seco, esto es como la selva amazónica pero sin el como. ¡Qué maravilla!
Después de la bajada, el paso por aquí es gloria bendita.
WP SALIDA CAUCE. Seguiremos paralelos al arroyo de Los Palanceros pero por su parte alta.
Algunas de las variedades de setas que vimos por el camino.
Volvemos a encontrar una zona despejada.
Y al lado de un árbol, esta estaca. Sin dudas marca uno de los puestos de la montería.
Llegamos a uno de los extremos de la finca, es la zona de la Majada de Gibraltar, nuevamente un suelo terroso plagado de huellas y rodadas.
Del alcornocal pasamos al monte bajo y poco después al pinar.
Nos acercamos al Pinar del Rey, zona nordeste.
Aunque el carril invita a seguirlo hay que estar atentos a este cambio de dirección, prácticamente 180 grados pero por un carril a nuestra derecha, haremos una especie de V inversa.
Y rápidamente otro cambio de dirección, esta vez a la izquierda, la papelera y la baliza de la derecha pueden servirnos de guía.
Hemos ido directamente al arroyo de Madre Vieja, más conocido como Alhaja. Vamos paralelo a él.
De repente el sendero que llevamos se bifurca a derecha e izquierda. La flecha negra indica la dirección a las cuevas, una baliza en el suelo también lo marca, hacia la derecha será el camino de vuelta.
Llegaremos a un extenso prado, otra baliza que no tiene nada que ver con el sendero que llevamos nos servirá de indicación para efectuar un giro a la derecha, volvemos a entrar en campo a través.
Una especie de balate algo más despejado que los alrededores nos facilita la llegada a las cuevas.
WP CUEVA1.
WP CUEVA2.
WP CUEVA3.
WP CUEVA4.
Desde Cueva4, la más grande, podremos ver a nuestra izquierda la Loma de las Caballerías y a la derecha el Tajo del Pajarraco, desde dónde divisamos la cueva el día del sendero del Pinar del Rey.
Volvemos sobre nuestros pasos y llegamos nuevamente a este punto, ahora en dirección de la flecha roja.
Un nuevo giro a la derecha nos pone en dirección al punto de salida, ya llevamos realizados 270 grados.
Aunque se aprecia mal en la foto, la parte central es un pontón sobre el arroyo de La Alhaja, el cual volvemos a cruzar. Esta zona es conocida como Las Tarayuelas.
Un camino ascendente plagado de monte bajo entre el que destaca la aulaga que empieza a florecer nos llevará al punto más alto del recorrido.
Cerca de una de las torres de alta tensión nos quedamos un rato ensimismados con el vuelo estacionario de un buitre leonado que parece flotar suspendido por el fuerte viento. Con un objetivo zoom le hubiese sacado hasta el color de ojos, lo tuvimos bien cerquita.
En este lugar hacemos el último giro de 90 grados que nos llevará al final del recorrido. Esas cancelas dan paso al Pinar del Rey.
Este mismo lugar pero visto desde el cerro del Águila.
El Castillo de Castellar visto desde aquí.
También obtenemos buenas vistas del peñón de Gibraltar con San Roque por delante. A la izquierda la Sierra del Arca, que pronto visitaremos, con una superficie de 200 hectáreas de monte bajo, alcornoques y pinos esconde vestigios paleolíticos con pinturas rupestres en la Cueva de la Horadada y alguna otra.
También nos permite una visual hacia la Sierra del Aljibe y la más lejana Sierra del Caillo, ya en el parque natural de Grazalema.
En este último tramo volvemos a caminar con la alambrada a nuestra izquierda.
Y encontramos el mismo biotopo que al principio. Terreno limpio y magníficos alcornoques.
Las casas del Manantial nos indicarán que esto se ha acabado, unos doscientos metros nos separan del coche. Colorín colorado....
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
SALUDOS: BUENA RUTA HABEIS LOGRADO AQUI POR MI ZONA (CUEVA DE LAS PALOMAS)ES UN LUGAR CON MUCHO ENCANTO OS HA FALTADO VISITAR LAS TUMBAS ANTROPOMÓRFICAS QUE SE ENCUENTRA ENFRENTE DE LAS CUEVAS DE LAS PALOMAS PERO DE TODAS FORMAS OS FELICITO POR LA RUTA......
ResponderEliminarVaya, no sabía que había tumbas. ¿Dónde es enfrente? ¿Cerro de las Caballerías?
ResponderEliminarUn saludo y gracias.