A veces los mejores días son aquellos improvisados en los que no se prepara nada y este fue uno de ellos, salimos a pasar un par de días de relax y si algo teníamos claro es que no íbamos a andar, craso error, la cabra siempre tira al monte y si el monte está cerca, pues eso.
Esta ruta recorre parte del cauce del arroyo del Quejigo, uno de los afluentes del rio Almarchal, que a su vez es afluente del Genal. Se encuentra en Sierra Bermeja en el término municipal de Jubrique (Málaga). A este sendero se puede acceder por varios lugares, probablemente el más cómodo sea hacerlo entrando a través de Genalguacil y seguir por la vereda de Genalguacil a Estepona.
A la salida de Genalguacil entraremos en un camino de tierra de unos 4 kms. en muy buen estado que conecta directamente con una carretera asfaltada que ya no dejaremos hasta llegar al lugar de aparcamiento.
El Charco Azul es uno de los enclaves más bonitos de Sierra Bermeja, allí podremos darnos un primer y refrescante baño en sus cristalinas aguas, aunque nosotros lo dejaremos para la vuelta.
Subiendo por el cauce llegaremos en menos de un kilómetro al llamado con todo acierto Charco Encantado, más bonito aún que el anterior y al menos en esta ocasión con más agua y profundidad.
Distancia:4,3 kilómetros (Ida y vuelta)
Tiempo total: 3 horas 30 minutos.
Dificultad: Fácil.
Dejamos el coche en: 36º31.730'N - 5º12.028'W
Dejamos el coche en una explanada al lado de la carretera (Vereda de Genalguacil a Estepona). Es posible bajar con el coche hasta justo al lado del Charco Azul, aunque en algunos tramos el estado del firme nos obligará a circular con mucho cuidado.
Durante el trayecto podremos encontrar alcornoques, encinas, quejigos, pinos y adelfas. Este primer tramos tiene poco más de un kilómetro.
Finalizada la pista llegaremos a un llano delimitado por estas piedras y el cauce del arroyo, hasta aquí es posible llegar con el coche. Estamos justo a lado del Charco Azul.
A pesar de lo avanzado del verano y las escasas lluvias de este año la cascada aún fluje vistosa y sus cristalinas aguas nos invitan al baño, ¡OSTRAS PEDRÍN!, tampoco trajimos bañador.
En ella habitan al igual que en los otros charcos superiores peces y batracios entre los que predominan los cachuelos.
Todo el camino se hace por el cauce del arroyo excepto en dos lugares en los que tendremos que salirnos y hacerlo por los márgenes. Este es el primero, justo en el Charco Azul, subiremos por su lado derecho, es algo empinado pero no tiene complicaciones, a la postre será el mayor desnivel que nos encontremos.
Una visual desde la parte alta.
En unos minutos ya estaremos nuevamente en el cauce pedregoso.
Una charca intermedia con una bonita cascada. Este es el segundo y último lugar en que nos veamos obligados a abandonar el cauce, esta vez subimos por su margen izquierdo.
Ya sólo queda progresar con algo de cuidado, las zapatillas que llevamos no son lo más recomendable en caso de torceduras, así que piano piano.
Nueva charca, esta está llena de peces conocidos como "cachuelos" son de la familia de los ciprínidos. Al buscar información he encontrado varios nombres ciéntificos para el mismo pez, supongo que existirán alguna variación regional, aparecen como Leucistus pyrenaicus y Leucistus gaderanus. Le haremos caso a la Junta de Andalucía y aceptamos la primera denominación como más correcta.
Sin duda esta es la tercera y última pequeña dificultad que encontremos, hay que elevarse un poco, cosa normal si vamos ascendiendo arroyo arriba.
Son pocos metros de elevación hasta el Charco Encantado y por un cauce totalmente asequible.
Llegamos, ahora sí, toca baño, ¡OSTRAS PEDRÍN! ¿Y los bañadores? ¡Y pa qué!, seguro que aquí no viene nadie (recién iniciado el regreso nos encontramos con un grupo que llevaban la intención de pasar allí el día, al menos iban incluso con nevera de playa).
¡Vaya chulada de rincón!, sin lugar a dudas merece la pena venir hasta aquí, pocas veces veremos aguas más cristalinas.
¡Vaya chulada de rincón!, sin lugar a dudas merece la pena venir hasta aquí, pocas veces veremos aguas más cristalinas.
Y con este mini video del Charco Encantado nos despedimos, todo fue improvisado y sin conocer
la zona salvo por unas indicaciones que nos dieron y terminó siendo un
fabuloso día haciendo una de las cosas que más nos gustan, perdernos por
el monte.
Y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu visita.