Este sendero conecta Setenil con Alcalá y discurre por la vía pecuaria
"Vereda de Alcalá del Valle", junto a la ribera del arroyo de Los
Molinos afluente del Guadalporcún o Trejo como es conocido popularmente.
La vuelta la hacemos por el lugar conocido como Los Llanos que nos
devolverá nuevamente a la vereda de Alcalá. Continuaremos rindiendo
visita a los Escarpes del Trejo, paredes que encajonan al arroyo
producto de la erosión del agua.
Destacan en este sendero en primer lugar, el propio pueblo de Setenil,
cuyas construcciones únicas en el mundo se sitúan bajo los abrigos
provocados en la roca por dicha erosión. No son cuevas propiamente
dichas sino simplemente unas construcciones paralelas a las piedras que
aprovechan las oquedades existentes, todo un legado de la humanidad. Los
abundantes arroyos y fértiles tierras ya fueron aprovechadas desde la
antiguedad siendo todo un placer caminar por campos perfectamente
cuidados que ponen la nota original a los que solemos patear los
senderistas. El salto de la Molinilla o la Fuente Grande Alcalá serán
otros hitos que podremos ver, y sobre todo agua, mucha agua.
Teníamos previsto dejar el coche en uno de los parkings oficiales pero
este fin de semana el pueblo estaba en fiestas, muchas calles cortadas y
mogollón de tráfico por lo que optamos por dejarlo justo en la bajada
al pueblo en el primer lugar dónde pudimos aparcar. Perderse por las
calles de Setenil es un placer que no debemos evitar, bonito de verdad.
Parking en: 36º51.742'N - 5º10.589'W
Tiempo: 5 horas 26 minutos.
Distancia: 17,33 kilómetros.
Dificultad: Baja.
Dejamos el coche en: 36º51.695'N - 5º10.716'W
Distancia: 17,33 kilómetros.
Dificultad: Baja.
Dejamos el coche en: 36º51.695'N - 5º10.716'W
Sólo bajarnos del coche y ya tenemos una bonita panorámica de lo que nos vamos a encontrar. Paredes rocosas de las que brotan blancas paredes. Este bello pueblo merece una jornada completa para poderlo ver en profundidad, pero hoy los planes son otros.
El arroyo del Burgo y el de la Peña se unen para formar el arroyo del Guadalporcún, más conocido como arroyo del Trejo. Por alguna extraña razón todos los arroyos y caminos tienen varios nombres lo que a veces nos induce a errores, pero bueno, intentaré aclarar los que pueda. Estamos en el puente de Zamudio, que le viene el nombre del bar que existe enfrente y dónde es recomendable comer o tapear, lugar de toda confianza, cosa que no puedo decir de algún otro de la calle principal. Si tenéis que comer, hacedlo aquí, profesionales como la copa de un pino.
Cruzar el puente y de lleno entramos en la calle Cuevas del Sol, bonita y plástica imagen y su construcción siguiendo la línea del aquí canalizado arroyo del Trejo.
Como véis, inundada de bares y restaurantes, aunque a esta hora de la mañana no ha empezado el bullicio que provocará las jornadas del "Encuentro entre culturas", un evento excusa para ponerse tibios de comer y beber, cosas que por otra parte es más que recomendable.
Uno de los numerosos puentes que cruzan el arroyo, se trata del antiquísimo puente de la calle Ronda.
De momento nos conformamos con ver las calles que nos llevarán al inicio del sendero, a la vuelta ya daremos un generoso paseo por el pueblo. La calle Jabonería transcurre casi paralela al cauce.
Están construyendo o restaurando un paseo en la parte baja del cauce, cuándo esté terminado será todo un gusto pasear por él. Lo apunto en la agenda.
Continuamos por la calle de las Cabrerizas, justo antes de llegar encontramos una pequeña fuente a nuestra derecha.
Aquí tenemos una casa antigua sin la pared frontal. Nos permite ver la distribución tradicional de estas viviendas así como diferentes elementos que la componían. La viviendas moriscas primigenias debían ser muy parecidas.
Nos incorporamos a la Vereda de Alcalá del Valle, también conocida como de Los Molinos.
Llegamos al puente que nos saca de Setenil, el Salto de la Molinilla nos saluda alegre.
El arroyo de Alcalá, también conocido como de Los Molinos se une a la fiesta del agua y dona su caudal para mayor gloria del Guadalporcún/Trejo.
En negro el camino de ida, en la vuelta (si no nos perdemos) debemos aparecer por el lugar señalado en rojo. Podemos hacerlo al revés, y dejar para la vuelta la vereda que discurre cercana al rio, tanto da da tanto.
No puedo decir que este sendero sea excesivamente bonito, pero por sólo ver Setenil ya merece la pena.
En varios lugares podremos ver pequeñas cascadas, y el murmullo suave del discurrir del agua aportan un plus de tranquilidad sólo rota por algún que otro vehículo que circula por la vereda.
El molino de Los Arcos aparecerá a nuestra derecha, aprovechando parte de su estructura se empezó a construir un hostal rural que después de algún que otro año con la obra parada parece ha vuelto a retormarse, será un bonito lugar si culmina la obra.
El cao así como los separadores se conservan casi en perfecto estado. La bifurcación final parece indicar que el molino original tenía dos piedras de moler.
Otras construcciones antiguas y no tanto, jalonan el recorrido.
Nos acercamos de nuevo al cauce.
Otros restos presumiblemente de otro molino se encuentran en medio de un campo de labor, en este caso desconozco su nombre. A partir de este lugar tendremos que incorporarnos a la carretera por la que circularemos unos cinco minutos. WP "Tramo carretera".
Pasando por aquí, el propietario de estas ruinas que se percató que la fotografiaba me la ofreció para su compra pensando que iba buscando algo. En realidad solo tomé la foto para indicar el lugar dónde abandonamos el asfalto. WP "Salida carretera".
Un poco más adelante encontraremos unas balsas de agua perteneciente a la depuradora.
Caminamos por una vereda limpia y "urbanizada" que nos llevará hasta Alcalá del Valle.
Alcalá está atravesada por el arroyo de Los Molinos que también se encuentra canalizado.
Daremos un pequeño paseo por el centro.
Al lado de la Fuente Grande encontramos los restos de lo que presumiblemente fue una almazara de aceite data entre los siglos IV y V d.C. lo que nos indica que desde antaño ya fue importante la actividad entorno al olivo. Algunos capiteles romanos terminan de adornar la instalación.
Justo al lado, la Fuente Grande de Alcalá, una fuente de cinco caños sobre la que giró la vida de los primeros pobladores de la zona. Ya en tiempos más recientes se derivó parte del agua a una instalación aledaña "Los Lavaderos de Nuestra Señora del Carmen", hoy día dicho espacio está ocupado por una peña flamenca.
Aunque una placa recuerda el día de su inauguración.
Seguimos callejeando por Alcalá. El arroyo discurre como una vena de sangre por el centro de la villa.
La trasera de la iglesia de Santa María del Valle, unos sombrajos de un mercadillo ocupan la plaza y la entrada principal y me impiden tomar una foto de su fachada. Anexa a la misma está la Casa Hermandad de Santa Vera Cruz.
Abandonamos Alcalá y nos encontramos con un repecho que nos hará parar un par de veces para tomar aire, rápidamente tomamos altura lo que nos permitirá unas bonitas tomas de la villa.
WP "Vista Alcalá".
Hasta que lleguemos nuevamente al Salto de la Molinilla tendremos un camino prácticamente llano y bastante insulso, afortunadamente las vistas son buenas y se hará bastante llevadero. Circulamos entre campos de labor y olivares perfectamente labrados.
A nuestro frente se nos ofrece una buena porción de la Sierra de Grazalema. El cerro Malaver a nuestra derecha, tras él la Sierra del Pinar con los emblemáticos Torreón y San Cristóbal. Al centro la Sierra del Endrinal en la que distinguimos además del Simancón y Reloj, el Navazuelo y el Corona de los Yedrales, ya a la izquierda Ronda la Vieja, dónde se ubican las ruinas romanas de Acipino a la que pretendemos desplazarnos una vez finalizado el sendero.
El macizo de Líbar con sus conocidas sierras de Las Canchas, la de Juan Diego, Blanquilla, Palo, Los Pinos y Mojón Alto, por citar alguna de ellas.
No estoy acostumbrado a circular por campos de labor en funcionamiento por lo que estas bonitas imágenes captan toda mi atención. Alfombras verdes y marcas de arado ofrecen unas bellas fotos.
Como telón de fondo, la Serranía de Ronda.
O el Macizo de Grazalema.
Cruce de caminos, seguimos hacia el frente.
Esta zona es conocida como "Los Llanos", ¿por qué será? Dejamos atrás los amplios olivares, de momento.
El cortijo del Patronato, estamos llegando al Pago Dulce.
Curioso encontrar una señal de ceda el paso en medio de una chumbera ¿como llegaría aquí?
Se acaban Los Llanos, estamos en el Pago Dulce. Giramos a la izquierda.
A lo lejos las casas de la Huerta del Cura.
Entramos en un camino de cemento recientemente remozado, a los lejos ya vemos Setenil.
Llegamos a la bifurcación, a partir de ahí repetimos camino.
Nuevo contacto con el arroyo de Los Molinos. Un poco antes de llegar al puente del Salto de la Molinilla y pegados a la montaña existe un camino muy claro que debemos pillar, vamos en busca de los Escarpes del Trejo.
La senda está muy bien marcada y no hay lugar a la equivocación.
Como en el resto de Setenil cualquier hueco en la pared rocosa es aprovechada para construir. Al final de ese camino existe un perro con malas pulgas cuya cadena le permite cortar el paso y como no estoy seguro de estar dentro de una propiedad privada pues decidimos no progresar más.
Hacemos una aproximación al cauce y disfrutamos de las últimas vistas de los escarpes.
A la derecha vemos los restos del molino del Batán.
Mi compañera de caminos no hace buenas migas con los chuchos y prefiere esperarme en la parte alta dónde se siente más segura, al menos eso cree, yo lo digo que si quiere un lugar seguro que se pegue a mi espalda, jejeje (parafraseo una frase de una archiconocida película). Premio para quién la acierte.
Nuevamente encontramos restos de construcciones más antiguas y por lo tanto, de mayor interés.
Algunas de ellas son corrales.
De vuelta a Setenil cruzamos nuevamente el arroyo del Trejo en una zona dónde la depuradora vierte sus aguas (supuestamente ya limpias) al rio.
Nos dirigimos nuevamente al centro de Setenil para dar un "garbeo".
La calle Calcetas está desierta ¿Y la gente?
La gente más al centro, la fiesta del Encuentro entre Culturas los tiene concentrados en la zona de bares y tenderetes. La plaza de Andalucía desde uno de los miradores.
Desde el mirador El Lizón.
La ermita de Nuestra Señora del Carmen.
Final de la calle de Las Cabrerizas.
Cabrerizas y Jabonería.
La iglesias de Nuestra Señora de la Encarnación.
Nuevamente el puente de la calle Ronda.
Calle de las Cuevas de la Sombra.
Vamos de vuelta al coche y no nos resistimos a dar una última mirada atrás. El puente de Zamudio nos dice adiós, yo le digo que hasta pronto.
Había escuchado hablar muy bien de Setenil, pero sinceramente no me lo esperaba tan bonito, qué digo bonito, es simplemente espectacular.
Apuramos un poco porque nos acercaremos en coche a las ruinas de Acinipo, pero nuestras expectativas se verán truncadas, un cartel indica que está abierto de martes a domingo y en horario contínuo de 9 de la mañana a 5 de la tarde, pero son las 4 de la tarde de un sábado y está cerrado, ningún aviso indica el porqué. Nos quedamos sin el broche final.
Con esto damos por finalizado este reportaje y ya sabéis, búscanos donde haya un sendero, una
montaña, un árbol,
donde un humilde musgo espere paciente el deshielo, búscanos donde el
buitre
leonado se siente invencible o donde la pequeña Langeii desparrame su
perfume, búscanos y si nos encuentras, será un placer saludaros.
Estupenda ruta circular la que habeis preparado, gracias por compartirla. Saludos
ResponderEliminarHola Carlos, me alegra que te guste y gracias por la visita.
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